Rocío

Para que lo comentado en clase no se quede en el aire, os coloco aquí los ejemplos.


Joaquín Turina, fue un compositor y pianista español. Hijo de un pintor italiano residente en Sevilla. A pesar de estar dotado para la música desde niño, probó suerte en la Facultad de Medicina. Pronto la abandonó y se dedicó a la música y a estudiar en su ciudad natal. Tras crecer como pianista, viajó a Madrid y después a París por consejo de Falla y Albéniz, donde estudió con Moszkovski y D’Indy en la Schola Cantorum. El estreno de La procesión del Rocío le abrió las puertas para volver a Madrid, donde dirigió el Teatro Real y enseñó en el Conservatorio, además de desempeñar labores administrativas. Su estilo denotó la influencia de Franck a la descripción de ambientes nacionalistas (especialmente sevillanos) alcanzando mayor popularidad en vida que el propio Falla.




La procesión del Rocío es un poema sinfónico compuesto en 1912 y estrenado un año más tarde con gran éxito en Madrid, lo que le abrió las puertas para su retorno coincidiendo con el estallido de la Gran Guerra en 1914. La obra evoca una de las fiestas más conocidas de Andalucía, El Rocío, a donde peregrinan en romería sus devotos. El autor consigue transmitirnos el ambiente festivo y devocional de la procesión, desde la alegría de sus danzas espontáneas al fervor religioso, utilizando una gran paleta orquestal de colores brillantes y fastuosos.

“Rocío” (1928), dedicada a la Virgen del Rocío de Almonte (Huelva) y escrita por Manuel Ruiz Vidriet (realmente los apellidos de su compositor son Ruiz Vidriet y no Vidrié, como se suele nombrar habitualmente.) Nacido en La Luisiana, fue director de la banda municipal de Huelva. Esta vinculación con las tierras onubenses le llevó a dedicar esta marcha a la patrona de Almonte en colaboración con Manuel Pérez Tejera. La composición no es precisamente un ejercicio de originalidad, pues se basa en la canción mexicana “La Peregrina”de Ricardo Palmerín y el solo de flauta es una transcripción literal del que escribiera Joaquín Turina en su poema sinfónico “La Procesión del Rocío”.)


(Coincidentemente, el solo de flauta viene a empezar en las dos obras en el minuto 4)