Live Looping, o el arte de acompañarte a ti mismo.

La vida de un músico con un instrumento monódico como el violín es solitaria. En las largas y austeras horas de práctica con el príncipe de los instrumentos tenemos una sensación de vacío, una carencia de apoyo que intentamos paliar de muchas maneras. Tocar dobles cuerdas es un esfuerzo loable pero limitado; a menudo nos consolamos con acompañamientos pregrabados que no saben seguir nuestro maravilloso ritmo interior, nuestros bonitos rubatos y sentidos rallentando…

Total, que al final no nos queda más remedio que juntarnos con otros músicos como pianistas, guitarristas, otros instrumentistas de cuerda ¡incluso violas! ¡pero estos seres inferiores jamás estarán a nuestro nivel!

Quizás podríamos buscar otros violinistas, ellos saben lo que necesitamos para brillar, y sin embargo… ¿quién querría ser el subordinado de otro igual que él?

Así que la técnica de la que voy a hablar aquí nos viene como anillo al dedo: nosotros mismos nos vamos a multiplicar acompañándonos a nuestro gusto, mediante el violín o con cualquier otro sistema generador de sonido que se nos ocurra.

El Live Looping o “loopeo” (en español podríamos traducirlo como “pergeñando bucles”) es una técnica que se está haciendo poco a poco muy popular entre músicos autosuficientes, que pueden afrontar y desarrollar en solitario y en vivo actuaciones, composiciones o improvisaciones valiéndose sólo de sus propios medios. Es por tanto muy útil para todo tipo de músicos pero especialmente enriquecedor para instrumentistas monódicos, músicos electrónicos o cantantes.

El uso de esta técnica por artistas mainstream como Ed Sheeran ha dado a conocer el Live Looping a públicos masivos:

El live looping (creación de bucles al vuelo) es la grabación y reproducción de muestras de audio en tiempo real, usando tanto hardware (cintas o hardware dedicado) o software. Este es un proceso con numerosas posibilidades sonoras, abierto a texturas instrumentales, improvisaciones y técnicas compositivas

Hace poco tuve la suerte de asistir a un taller sobre esta técnica impartido por Simón García, y os voy a contar un poco mis sensaciones allí.

¿Qué elementos hacen falta para hacer Live Looping?

  • Esta es una web para violinistas así que obviaremos que ya disponemos de un violín (o viola), ya sea eléctrico o acústico.
  • El violín eléctrico tiene la ventaja de que se puede enchufar directamente a cualquier sitio, pero también la desventaja de que no podemos producir sonido más que haciendo vibrar las cuerdas. Si tenemos un violín acústico con un micrófono se nos abren más posibilidades para lanzar más sonidos. Es mejor usar micrófono que pastilla, para poder producir sonidos con la boca (beatbox), percutiendo, etc. Sobre cómo amplificar un violín ya escribimos un par de artículos (1 y 2) pero en el taller me descubrieron un nuevo micro baratísimo que se puede codear con los más caros habitualmente usados por los profesionales:

 

  • Este micro lo podéis comprar en la web de Thomann por 49€ en ESTE ENLACE. También necesitaréis una sujeción para anclarlo al violín, como ESTA, por unos 20€.
  • Un pedal Loop Station, como el RC-30. Este es en esencia la herramienta con la que vamos a crear, almacenar y lanzar nuestros loops. Es probablemente el mas usado por su versatilidad y precio.
  • Si el precio os parece excesivo podéis optar por una versión “mini”, algo más limitada e incómoda al tener un solo pedal, pero igual de funcional, por unos 180€
  • Y por supuesto amplificación; aquí todo depende del lugar en el que vayáis a realizar el live looping. De momento vamos a suponer que nos conformamos con hacer pruebas en nuestra habitación. Podría ser suficiente este pequeño que tengo yo, el Line6 Spider, por apenas 100€

Una vez tenemos todos los bártulos conectados podemos empezar a jugar.

¿Cómo funciona la pedalera Loop Station?

Este artículo sólo es una breve introducción para que os hagáis una idea de lo que se puede hacer, pero es curioso la cantidad de opciones que hay con solo dos pedales. Tenéis que tener en cuenta que podemos ir grabando una pista sobre otra hasta que nos cansemos, con la limitación de que deben tener la misma duración.:

  • Un click en el pedal izquierdo empieza a grabar.
  • Un segundo click en el pedal izquierdo para la grabación y comienza a reproducir lo que hemos grabado.
  • Un tercer click comenzaría a grabar un nuevo bucle.
  • Un click en el pedal derecho pausa la pista grabada.
  • Doble click en el pedal derecho para todas las pistas.
  • Dejar pulsado el pedal izquierdo deshace el último bucle grabado.
  • Dejar pulsado el pedal derecho cambia de pista.
  • etc.

Además, dispone de diversos ritmos pregrabados y efectos de sonido.

Las posibilidades son infinitas. Hay una tendencia a comenzar creando bucles rítmicos, ya sea haciendo beatbox con la boca sobre el micrófono (sobre esto también recibimos unas estupendas explicaciones de Simón), percutiendo en diversas partes del violín con los dedos, con golpes de arco como chops o golpes detachés, martelés, etc. Pero también se pueden crear pistas de sonidos no rítmicos, con toda clase de ruidos (ruido blanco, chirridos, etc.). Fue muy sugerente una demostración en la que Simón creó pistas de sonido relacionadas con el mar: olas, gaviotas, viento, que superpuestas crearon un fondo ambiental perfecto para la melodía de Titanic que dibujó después.

Probando el sistema.

En el taller tuve la suerte (suerte para mí, mala suerte para los que tuvieron que escucharlo) de probar personalmente los pedales bajo la paciente dirección de Simón, que atendía con resignación a mis caóticos pisotones a la pedalera.

Perpetré unos ritmos de supuesto rock aporreando un pobre arco de fibra de carbono contra el mástil, y una vez creado el bucle traté de improvisar encima algún chirrido distorsionado que sonara metalero, aunque creo que el único efecto que produje fue el de preocupación en Simón.

La verdad es que tocar el violín es algo que ya de por sí exige de un buen porcentaje de neuronas trabajando a destajo. Como violinista estamos habituados a olvidarnos de los pies, así que, cuando te ves tocando y teniendo que pulsar pedales con precisión, de repente uno debe desdoblarse en en múltiples tareas con diferentes partes del cuerpo y se produce una especie de colapso de información en la que los miembros acaban desorientados. Al poco rato yo ya no sabía a qué pedal tenía que darle, qué quería hacer, así que para disimular pisaba al tuntún, con el consiguiente caos.

Desafortunadamente el tiempo pasa volando en estos cursos, y cuando nos quisimos dar cuenta ya no se podía seguir loopeando. Es una verdadera lástima, pero enfín, salí de allí con unas cuantas ideas y deberes para realizar, a saber:

  • Debo practicar Beatboxing (ritmos con la boca).
  • Debo practicar los chops y otros golpes de arco rítmicos.
  • Debo estudiar ritmos como el tumbao, las bulerías, el reggae, etc.
  • Debo ahorrar para comprarme una Loop Station.
  • Debo encontrar más tiempo (¿quitando horas de sueño? ¿no comiendo? ¿abandonar toda vida social?…)

Conclusión

La técnica del Live Looping es una herramienta increíble para quienes buscan dos cosas: la actuación en vivo en solitario y/o  la composición. Es muy difícil para un violinista componer si no domina otros instrumentos en los que se puedan desarrollar acordes, ritmos, etc; ahora sin embargo podemos multiplicarnos en tiempo real para desarrollar profundidad armónica y rítmica con la que definir nuestros temas. Requiere entrenamiento, trabajo y esfuerzo mental, pero, sobre todo si te interesa el mundo de la composición, esta es una opción que te abrirá a un mundo de posibilidades.

Y además esto es un camino que puede enriquecerse y complicarse muchísimo, y si no lo creéis mirad la instalación de aparatos que se ha montado Casey Driesen:

Live Looping, o el arte de acompañarte a ti mismo.

La vida de un músico con un instrumento monódico como el violín es solitaria. En las largas y austeras horas de práctica con el príncipe de los instrumentos tenemos una sensación de vacío, una carencia de apoyo que intentamos paliar de muchas maneras. Tocar dobles cuerdas es un esfuerzo loable pero limitado; a menudo nos consolamos con acompañamientos pregrabados que no saben seguir nuestro maravilloso ritmo interior, nuestros bonitos rubatos y sentidos rallentando…

Total, que al final no nos queda más remedio que juntarnos con otros músicos como pianistas, guitarristas, otros instrumentistas de cuerda ¡incluso violas! ¡pero estos seres inferiores jamás estarán a nuestro nivel!

Quizás podríamos buscar otros violinistas, ellos saben lo que necesitamos para brillar, y sin embargo… ¿quién querría ser el subordinado de otro igual que él?

Así que la técnica de la que voy a hablar aquí nos viene como anillo al dedo: nosotros mismos nos vamos a multiplicar acompañándonos a nuestro gusto, mediante el violín o con cualquier otro sistema generador de sonido que se nos ocurra.

El Live Looping o “loopeo” (en español podríamos traducirlo como “pergeñando bucles”) es una técnica que se está haciendo poco a poco muy popular entre músicos autosuficientes, que pueden afrontar y desarrollar en solitario y en vivo actuaciones, composiciones o improvisaciones valiéndose sólo de sus propios medios. Es por tanto muy útil para todo tipo de músicos pero especialmente enriquecedor para instrumentistas monódicos, músicos electrónicos o cantantes.

El uso de esta técnica por artistas mainstream como Ed Sheeran ha dado a conocer el Live Looping a públicos masivos:

El live looping (creación de bucles al vuelo) es la grabación y reproducción de muestras de audio en tiempo real, usando tanto hardware (cintas o hardware dedicado) o software. Este es un proceso con numerosas posibilidades sonoras, abierto a texturas instrumentales, improvisaciones y técnicas compositivas

Hace poco tuve la suerte de asistir a un taller sobre esta técnica impartido por Simón García, y os voy a contar un poco mis sensaciones allí.

¿Qué elementos hacen falta para hacer Live Looping?

  • Esta es una web para violinistas así que obviaremos que ya disponemos de un violín (o viola), ya sea eléctrico o acústico.
  • El violín eléctrico tiene la ventaja de que se puede enchufar directamente a cualquier sitio, pero también la desventaja de que no podemos producir sonido más que haciendo vibrar las cuerdas. Si tenemos un violín acústico con un micrófono se nos abren más posibilidades para lanzar más sonidos. Es mejor usar micrófono que pastilla, para poder producir sonidos con la boca (beatbox), percutiendo, etc. Sobre cómo amplificar un violín ya escribimos un par de artículos (1 y 2) pero en el taller me descubrieron un nuevo micro baratísimo que se puede codear con los más caros habitualmente usados por los profesionales:

 

  • Este micro lo podéis comprar en la web de Thomann por 49€ en ESTE ENLACE. También necesitaréis una sujeción para anclarlo al violín, como ESTA, por unos 20€.
  • Un pedal Loop Station, como el RC-30. Este es en esencia la herramienta con la que vamos a crear, almacenar y lanzar nuestros loops. Es probablemente el mas usado por su versatilidad y precio.
  • Si el precio os parece excesivo podéis optar por una versión “mini”, algo más limitada e incómoda al tener un solo pedal, pero igual de funcional, por unos 180€
  • Y por supuesto amplificación; aquí todo depende del lugar en el que vayáis a realizar el live looping. De momento vamos a suponer que nos conformamos con hacer pruebas en nuestra habitación. Podría ser suficiente este pequeño que tengo yo, el Line6 Spider, por apenas 100€

Una vez tenemos todos los bártulos conectados podemos empezar a jugar.

¿Cómo funciona la pedalera Loop Station?

Este artículo sólo es una breve introducción para que os hagáis una idea de lo que se puede hacer, pero es curioso la cantidad de opciones que hay con solo dos pedales. Tenéis que tener en cuenta que podemos ir grabando una pista sobre otra hasta que nos cansemos, con la limitación de que deben tener la misma duración.:

  • Un click en el pedal izquierdo empieza a grabar.
  • Un segundo click en el pedal izquierdo para la grabación y comienza a reproducir lo que hemos grabado.
  • Un tercer click comenzaría a grabar un nuevo bucle.
  • Un click en el pedal derecho pausa la pista grabada.
  • Doble click en el pedal derecho para todas las pistas.
  • Dejar pulsado el pedal izquierdo deshace el último bucle grabado.
  • Dejar pulsado el pedal derecho cambia de pista.
  • etc.

Además, dispone de diversos ritmos pregrabados y efectos de sonido.

Las posibilidades son infinitas. Hay una tendencia a comenzar creando bucles rítmicos, ya sea haciendo beatbox con la boca sobre el micrófono (sobre esto también recibimos unas estupendas explicaciones de Simón), percutiendo en diversas partes del violín con los dedos, con golpes de arco como chops o golpes detachés, martelés, etc. Pero también se pueden crear pistas de sonidos no rítmicos, con toda clase de ruidos (ruido blanco, chirridos, etc.). Fue muy sugerente una demostración en la que Simón creó pistas de sonido relacionadas con el mar: olas, gaviotas, viento, que superpuestas crearon un fondo ambiental perfecto para la melodía de Titanic que dibujó después.

Probando el sistema.

En el taller tuve la suerte (suerte para mí, mala suerte para los que tuvieron que escucharlo) de probar personalmente los pedales bajo la paciente dirección de Simón, que atendía con resignación a mis caóticos pisotones a la pedalera.

Perpetré unos ritmos de supuesto rock aporreando un pobre arco de fibra de carbono contra el mástil, y una vez creado el bucle traté de improvisar encima algún chirrido distorsionado que sonara metalero, aunque creo que el único efecto que produje fue el de preocupación en Simón.

La verdad es que tocar el violín es algo que ya de por sí exige de un buen porcentaje de neuronas trabajando a destajo. Como violinista estamos habituados a olvidarnos de los pies, así que, cuando te ves tocando y teniendo que pulsar pedales con precisión, de repente uno debe desdoblarse en en múltiples tareas con diferentes partes del cuerpo y se produce una especie de colapso de información en la que los miembros acaban desorientados. Al poco rato yo ya no sabía a qué pedal tenía que darle, qué quería hacer, así que para disimular pisaba al tuntún, con el consiguiente caos.

Desafortunadamente el tiempo pasa volando en estos cursos, y cuando nos quisimos dar cuenta ya no se podía seguir loopeando. Es una verdadera lástima, pero enfín, salí de allí con unas cuantas ideas y deberes para realizar, a saber:

  • Debo practicar Beatboxing (ritmos con la boca).
  • Debo practicar los chops y otros golpes de arco rítmicos.
  • Debo estudiar ritmos como el tumbao, las bulerías, el reggae, etc.
  • Debo ahorrar para comprarme una Loop Station.
  • Debo encontrar más tiempo (¿quitando horas de sueño? ¿no comiendo? ¿abandonar toda vida social?…)

Conclusión

La técnica del Live Looping es una herramienta increíble para quienes buscan dos cosas: la actuación en vivo en solitario y/o  la composición. Es muy difícil para un violinista componer si no domina otros instrumentos en los que se puedan desarrollar acordes, ritmos, etc; ahora sin embargo podemos multiplicarnos en tiempo real para desarrollar profundidad armónica y rítmica con la que definir nuestros temas. Requiere entrenamiento, trabajo y esfuerzo mental, pero, sobre todo si te interesa el mundo de la composición, esta es una opción que te abrirá a un mundo de posibilidades.

Y además esto es un camino que puede enriquecerse y complicarse muchísimo, y si no lo creéis mirad la instalación de aparatos que se ha montado Casey Driesen:

Algunos ejercicios con la Técnica Alexander

Hace tiempo que oigo hablar de la Técnica Alexander aplicada a la práctica instrumental, casi siempre de forma positiva, así que tenía ganas de conocer un poco más acerca de sus fundamentos y características.

Ya he escrito algunos artículos sobre cómo encontrar un equilibrio físico que nos proteja de problemas posturales, dolores, tensión o incomodidad. En artículos anteriores hemos tratado el Tao Ying, el libro “El violín interior” la protección de la cervicalgia, cómo hacer estiramientos etc.

Así que ya era hora de aprender un poco mas acerca la Técnica Alexander, y para ello me he ayudado de la experiencia y conocimientos del profesor Tomás Cotik, docente en la University of Miami’s Frost School of Music and Florida International University, autor de varios discos, miembro en importantes orquestas y cuartetos de cuerda, así como miembro del dúo Cotik/Lin.

Este artículo ha sido publicado originalmente en la revista The Strad, y Tomás Cotik ha accedido amablemente a que lo traduzca y publique en Deviolines.


Elementos de la Técnica Alexander:

Descubriendo un enfoque natural de la interpretación de instrumentos de cuerda.

por Tomás Cotik

Este artículo abarca una gama de técnicas sencillas con las que artistas de cualquier nivel pueden obtener una acercamiento más natural a la ejecución musical, gracias a la mejora de la facilidad y la libertad de movimientos. Practicar estos ejercicios afinará y aumentará la sensibilidad cinestésica, proporcionando al músico un control fluido y vivo, mejorando el desempeño y evitando tensiones innecesarias, dolor y posibles lesiones.

El primer paso es identificar los hábitos subconscientes que interfieren en el funcionamiento innato de nuestra coordinación y más de la mitad del trabajo ira orientado a desactivar dichos hábitos. Una interferencia típica es el “sobresalto reflejo” una reacción que nos paraliza cuando somos repentinamente asustados. Esto puede ser muy útil cuando estamos a punto de caernos por un precipicio, pero resulta contraproducente cuando lo introducimos en nuestra interpretación a causa del miedo a un pasaje difícil, una audición, o un concierto importante. Otras personas tienden a paralizar sus cuerpos antes de un pasaje con la suposición inconsciente que esto mejorará su exactitud.

Para corregir esto, el profesor puede pedir al alumno que pare de tocar y deje reposar el arco sobre el instrumento. Después le dirá que separe las rodillas, relaje el cuello, despegue la mandíbula, deje que los brazos fluyan hacia atrás y abandone el giro del torso hacia la izquierda. Ahora ya puede continuar tocando.

Al ensayar es más importante ocuparse del cuerpo que concentrarse en realizar el pasaje. Tratar de alcanzar objetivos demasiado ambiciosos puede conducir a malos hábitos que quedarán inconscientemente asociados a dichos objetivos. La paciencia es esencial; tanto como conseguir que los errores no nos afecten emocionalmente.

Cuando vemos a grandes intérpretes, podemos observar diferentes golpes de arco, posiciones, etc. Pero no es tanto una cuestión de posición, sino de la sensación cinestésica interior: lo que siempre se mantiene en ellos es su libertad de movimiento y su equilibrio.

Técnicas y ejercicios*

  1. El profesor pide al alumno que le empuje mientras resiste rígido, manteniéndose quieto sin moverse del sitio.
  2. Repetir una vez mas, pero siendo flexible y dejándose mover. Así se transmitirá el concepto de cómo la relajación facilita el movimiento.

El alumno imagina como si la parte superior de su cabeza estuviera siendo tirada de una cuerda. Deja que la cabeza, el cuello y la columna vertebral vayan en esa dirección. El cuerpo se expande en todas las direcciones; sienta levedad, como si el cuerpo se moviera por sí solo. Al mismo tiempo, sienta cómo la gravedad empuja el cuerpo hacia abajo.

Eleva los hombros y déjalos caer después, como si colgaras un abrigo en una percha.

Levanta los brazos y déjalos caer después, sin hacer fuerza para sujetarlos.

El profesor toma la mano del estudiante y la mueve en cualquier dirección. El alumno debe permitir los movimientos sin ninguna resistencia.

Gira y mueve la cabeza en todas direcciones mientras tocas.

Suelta y relaja la mandíbula, sin frotar los dientes. Puedes practicar con la boca abierta o colocando una galleta entre los dientes.

  1. El alumno apoya el codo izquierdo en un piano o atril. Dejar actuar el peso del brazo, agradeciendo el apoyo.
  2. El profesor sostiene el brazo y el alumno deja que el peso actúe.

El profesor sujeta la voluta mientras el alumno practica sintiendo el peso del brazo, sujeto por los dedos al diapasón.

  1. Relaja la tensión especialmente en los cambios de posición.
  2. Practica arpegios con un dedo, relajando antes y durante cada cambio.
  3. Practica los cambios de posición con el codo apoyado en un piano, atril o por el profesor

Separa el pulgar de vez en cuando, para asegurarte de que está relajado.

Apoya la mano izquierda bajo la axila. Mueve el brazo izquierdo en todas direcciones y comprueba que los músculos que la mano izquierda está tocando no se contraen involuntariamente.

Mueve el antebrazo derecho para asegurarte de que la articulación del codo no está contraída.

Cuelga una bolsa en tu hombro derecho para asegurarte de que no se tensa.

También puedes imaginar una toalla cálida y mojada que cuelga del hombro.

Apoya el codo derecho sobre un piano o atril.

Disfruta de no tener que soportar el peso del brazo.

Mueve libremente el antebrazo.

Sujeta el arco desde el tornillo con los dedos pulgar, índice y medio.

Libera tu peso a través de las piernas con el fin de obtener un buen sonido sin necesidad de añadir presión.

  1. Coge el arco con toda la mano y toca.
  2. Después, hazlo sosteniendo el arco con las falanges medias.
  3. Ahora, utiliza la posición estándar. La idea es mantener el arco en una forma libre, permitiendo que la energía fluya a través de la zona lumbar, hombro, brazo, antebrazo, mano y dedos, desde el arco hasta la cuerda.
Ponte en cuclillas con la espalda contra una pared. Siente todo el peso en las plantas de los pies. Tus muslos estarán esforzándose por mantener su peso, los glúteos deberán estar relajados y la parte baja de la espalda y el torso estarán planos contra la pared, sin arquearse. Fíjate cómo el sonido se abre y tu instrumento resuena mejor sin ningún esfuerzo.

Acuéstate en el suelo. Siente los omoplatos apoyados en el suelo.

Si hay cualquier tensión innecesaria en cabeza, cuello u omoplato, lo notarás de inmediato.

Siente la parte baja de la espalda en contacto con el suelo y las caderas completamente libres.

Con el tiempo, hay que integrar todas estas nuevas sensaciones cinestésicas en una sensación de cuerpo entero.

Encuentra una imagen o un par de palabras que te ayuden a recordar esa sensación cuando estás tocando. Hacer esto en última instancia, nos ayuda a liberar a nuestros movimientos, sentirnos mejor físicamente, y canalizar toda nuestra energía en la producción de un sonido bello, lo que permite que nada interfiera con la música.

*Algunos ejercicios pueden no ser adecuados para todos:

Antes de intentar un nuevo ejercicio, hay que tener en cuenta factores como la flexibilidad, la fuerza y la salud en general para determinar si un ejercicio en particular es o no es adecuado para ti. Además, al igual que todos los ejercicios físicos, son inherentemente peligroso y puede resultar en lesiones personales o daños en el instrumento y / o el arco.

Cualquier lesión sufrida por el uso adecuado o inadecuado de estos ejercicios es responsabilidad exclusiva de la persona que los sigue. Tomas Cotik y sus socios no asumen ninguna responsabilidad por lesiones o daños sufridos al instrumento y / o un arco causados por la realización de estos ejercicios y sugiere consultar antes a un profesor de cuerda con experiencia o a un instructor de técnica Alexander.

  • Autor: Tomás Cotik
  • Fuente: TheStrad
  • Fotografías: So-Ming Kang
  • Estudiante, modelo y ayudante: Patricia Jancova

Además, si sabéis inglés os recomiendo esta charla-demostración que Tomás Cotik impartió en marzo de este año sobre el mismo tema.

Algunos ejercicios con la Técnica Alexander

Hace tiempo que oigo hablar de la Técnica Alexander aplicada a la práctica instrumental, casi siempre de forma positiva, así que tenía ganas de conocer un poco más acerca de sus fundamentos y características.

Ya he escrito algunos artículos sobre cómo encontrar un equilibrio físico que nos proteja de problemas posturales, dolores, tensión o incomodidad. En artículos anteriores hemos tratado el Tao Ying, el libro “El violín interior” la protección de la cervicalgia, cómo hacer estiramientos etc.

Así que ya era hora de aprender un poco mas acerca la Técnica Alexander, y para ello me he ayudado de la experiencia y conocimientos del profesor Tomás Cotik, docente en la University of Miami’s Frost School of Music and Florida International University, autor de varios discos, miembro en importantes orquestas y cuartetos de cuerda, así como miembro del dúo Cotik/Lin.

Este artículo ha sido publicado originalmente en la revista The Strad, y Tomás Cotik ha accedido amablemente a que lo traduzca y publique en Deviolines.


Elementos de la Técnica Alexander:

Descubriendo un enfoque natural de la interpretación de instrumentos de cuerda.

por Tomás Cotik

Este artículo abarca una gama de técnicas sencillas con las que artistas de cualquier nivel pueden obtener una acercamiento más natural a la ejecución musical, gracias a la mejora de la facilidad y la libertad de movimientos. Practicar estos ejercicios afinará y aumentará la sensibilidad cinestésica, proporcionando al músico un control fluido y vivo, mejorando el desempeño y evitando tensiones innecesarias, dolor y posibles lesiones.

El primer paso es identificar los hábitos subconscientes que interfieren en el funcionamiento innato de nuestra coordinación y más de la mitad del trabajo ira orientado a desactivar dichos hábitos. Una interferencia típica es el “sobresalto reflejo” una reacción que nos paraliza cuando somos repentinamente asustados. Esto puede ser muy útil cuando estamos a punto de caernos por un precipicio, pero resulta contraproducente cuando lo introducimos en nuestra interpretación a causa del miedo a un pasaje difícil, una audición, o un concierto importante. Otras personas tienden a paralizar sus cuerpos antes de un pasaje con la suposición inconsciente que esto mejorará su exactitud.

Para corregir esto, el profesor puede pedir al alumno que pare de tocar y deje reposar el arco sobre el instrumento. Después le dirá que separe las rodillas, relaje el cuello, despegue la mandíbula, deje que los brazos fluyan hacia atrás y abandone el giro del torso hacia la izquierda. Ahora ya puede continuar tocando.

Al ensayar es más importante ocuparse del cuerpo que concentrarse en realizar el pasaje. Tratar de alcanzar objetivos demasiado ambiciosos puede conducir a malos hábitos que quedarán inconscientemente asociados a dichos objetivos. La paciencia es esencial; tanto como conseguir que los errores no nos afecten emocionalmente.

Cuando vemos a grandes intérpretes, podemos observar diferentes golpes de arco, posiciones, etc. Pero no es tanto una cuestión de posición, sino de la sensación cinestésica interior: lo que siempre se mantiene en ellos es su libertad de movimiento y su equilibrio.

Técnicas y ejercicios*

  1. El profesor pide al alumno que le empuje mientras resiste rígido, manteniéndose quieto sin moverse del sitio.
  2. Repetir una vez mas, pero siendo flexible y dejándose mover. Así se transmitirá el concepto de cómo la relajación facilita el movimiento.

El alumno imagina como si la parte superior de su cabeza estuviera siendo tirada de una cuerda. Deja que la cabeza, el cuello y la columna vertebral vayan en esa dirección. El cuerpo se expande en todas las direcciones; sienta levedad, como si el cuerpo se moviera por sí solo. Al mismo tiempo, sienta cómo la gravedad empuja el cuerpo hacia abajo.

Eleva los hombros y déjalos caer después, como si colgaras un abrigo en una percha.

Levanta los brazos y déjalos caer después, sin hacer fuerza para sujetarlos.

El profesor toma la mano del estudiante y la mueve en cualquier dirección. El alumno debe permitir los movimientos sin ninguna resistencia.

Gira y mueve la cabeza en todas direcciones mientras tocas.

Suelta y relaja la mandíbula, sin frotar los dientes. Puedes practicar con la boca abierta o colocando una galleta entre los dientes.

  1. El alumno apoya el codo izquierdo en un piano o atril. Dejar actuar el peso del brazo, agradeciendo el apoyo.
  2. El profesor sostiene el brazo y el alumno deja que el peso actúe.

El profesor sujeta la voluta mientras el alumno practica sintiendo el peso del brazo, sujeto por los dedos al diapasón.

  1. Relaja la tensión especialmente en los cambios de posición.
  2. Practica arpegios con un dedo, relajando antes y durante cada cambio.
  3. Practica los cambios de posición con el codo apoyado en un piano, atril o por el profesor

Separa el pulgar de vez en cuando, para asegurarte de que está relajado.

Apoya la mano izquierda bajo la axila. Mueve el brazo izquierdo en todas direcciones y comprueba que los músculos que la mano izquierda está tocando no se contraen involuntariamente.

Mueve el antebrazo derecho para asegurarte de que la articulación del codo no está contraída.

Cuelga una bolsa en tu hombro derecho para asegurarte de que no se tensa.

También puedes imaginar una toalla cálida y mojada que cuelga del hombro.

Apoya el codo derecho sobre un piano o atril.

Disfruta de no tener que soportar el peso del brazo.

Mueve libremente el antebrazo.

Sujeta el arco desde el tornillo con los dedos pulgar, índice y medio.

Libera tu peso a través de las piernas con el fin de obtener un buen sonido sin necesidad de añadir presión.

  1. Coge el arco con toda la mano y toca.
  2. Después, hazlo sosteniendo el arco con las falanges medias.
  3. Ahora, utiliza la posición estándar. La idea es mantener el arco en una forma libre, permitiendo que la energía fluya a través de la zona lumbar, hombro, brazo, antebrazo, mano y dedos, desde el arco hasta la cuerda.
Ponte en cuclillas con la espalda contra una pared. Siente todo el peso en las plantas de los pies. Tus muslos estarán esforzándose por mantener su peso, los glúteos deberán estar relajados y la parte baja de la espalda y el torso estarán planos contra la pared, sin arquearse. Fíjate cómo el sonido se abre y tu instrumento resuena mejor sin ningún esfuerzo.

Acuéstate en el suelo. Siente los omoplatos apoyados en el suelo.

Si hay cualquier tensión innecesaria en cabeza, cuello u omoplato, lo notarás de inmediato.

Siente la parte baja de la espalda en contacto con el suelo y las caderas completamente libres.

Con el tiempo, hay que integrar todas estas nuevas sensaciones cinestésicas en una sensación de cuerpo entero.

Encuentra una imagen o un par de palabras que te ayuden a recordar esa sensación cuando estás tocando. Hacer esto en última instancia, nos ayuda a liberar a nuestros movimientos, sentirnos mejor físicamente, y canalizar toda nuestra energía en la producción de un sonido bello, lo que permite que nada interfiera con la música.

*Algunos ejercicios pueden no ser adecuados para todos:

Antes de intentar un nuevo ejercicio, hay que tener en cuenta factores como la flexibilidad, la fuerza y la salud en general para determinar si un ejercicio en particular es o no es adecuado para ti. Además, al igual que todos los ejercicios físicos, son inherentemente peligroso y puede resultar en lesiones personales o daños en el instrumento y / o el arco.

Cualquier lesión sufrida por el uso adecuado o inadecuado de estos ejercicios es responsabilidad exclusiva de la persona que los sigue. Tomas Cotik y sus socios no asumen ninguna responsabilidad por lesiones o daños sufridos al instrumento y / o un arco causados por la realización de estos ejercicios y sugiere consultar antes a un profesor de cuerda con experiencia o a un instructor de técnica Alexander.

  • Autor: Tomás Cotik
  • Fuente: TheStrad
  • Fotografías: So-Ming Kang
  • Estudiante, modelo y ayudante: Patricia Jancova

Además, si sabéis inglés os recomiendo esta charla-demostración que Tomás Cotik impartió en marzo de este año sobre el mismo tema.

Infografía de escalas e intervalos (1ª parte)

Cuando empecé a tocar el violín sólo me planteaba como objetivo aprender decentemente piezas y canciones que me gustaban, y conseguir leer partituras para tener acceso a cualquier música que quisiera interpretar.

Pero con el tiempo te vas dando cuenta de que lo interesante no es sólo saber repetir como un loro lo que lees o escuchas, sino entender la música, cómo está estructurada, la armonía que subyace bajo ella.

Así puedes llegar a entender cómo y en qué se diferencian diferentes estilos de música, cómo se construye, cómo crear improvisaciones, acompañamientos, incluso canciones nuevas, etc.

Al principio todo esto de la armonía puede parece un lío considerable, pero es que es algo para ir estudiando e investigando poco a poco, sin agobiarse, entendiendo paso a paso sus conceptos fundamentales.

Sí, pero ¿qué es la armonía? la armonía es una disciplina que estudia el arte de combinar sonidos simultáneos. Un violinista tiende a pensar en la música como una línea modulada  que va de A a B, ya que en general suele pensar en sucesiones de notas individuales.  Es decir, piensa en términos de “melodía” (sucesión de notas con un fin expresivo), mientras que la armonía estudiaría más su aspecto vertical (notas simultáneas, acordes y sus progresiones).

Para trabajar estos conceptos, y como guía he compuesto esta infografía de escalas e intervalos, con círculo de quintas, que podéis descargar, imprimir y tener siempre a mano como referencia y herramienta de estudio y trabajo.

Para  los que no entendáis mucho lo que aparece en ella, voy a ir explicando en qué consiste cada uno de sus apartados, cómo puede ser útil y qué ejercicios provechosos se pueden realizar a partir de ellos.

Infografía completa

Con el botón de abajo podéis descargar la infografía en tamaño A3, con los siguientes datos:
  • Equivalencia de notación latina y anglosajona
  • Notas en el mástil del violín en primera posición.
  • Círculo de quintas/cuartas.
  • Fórmulas para la creación de diferentes acordes.
  • Orden en el que aparecen bemoles y sostenidos.
  • Intervalos
  • Diferentes escalas
  • Acordes y sus funciones creados en una tonalidad mayor
Aviso:

El tamaño del archivo es A3. Es como mejor se puede leer, ya que contiene mucha información. Pero si lo quieres más pequeño o sólo tienes posibilidad de imprimirlo en tamaño A4, no olvides configurarlo a la hora de ajustar la página para imprimir.

La notación anglosajona

Hay dos modos de notación musical mayoritarios en el mundo: el cifrado anglosajón y el latino. Nosotros solemos usar el latino, pero lo cierto es que la notación anglosajona es actualmente de mayoritario uso, sobre todo en este ámbito armónico que estamos tratando aquí.

Así, en este sistema las notas se sustituyen por letras, partiendo del La, al que se adjudica la letra “A”, al Si la “B”, y así sucesivamente.

Cuando nombramos acordes en vez de notas, es suficiente con poner la letra correspondiente. Por ejemplo, C sería igual a Do Mayor, Mi Mayor sería E. Cuando hablamos de acordes menores pondríamos su lado una “m” minúscula (aunque en ocasiones se pone “mi”, “min” o un signo “-“). Por ejemplo, La menor se escribiría Am.

NOTA: En el círculo de quintas he nombrado las tonalidades menores con una letra minúscula, por razones de espacio.
Es importante aprender pronto este sistema, no es muy complicado y al tener orden alfabético (partiendo de La), resulta sencillo no perderse.

Las notas en el diapasón

Cuando yo empecé a aprender a leer partituras y ya tocaba cosas a primera vista (comencé con el método Suzuki), hubo un periodo bastante largo durante el cual sabía dónde poner el dedo en el mástil en cada indicación de la partitura, pero muchas veces NO SABÍA QUÉ NOTA ERA. Es decir, automáticamente reproducía las notas escritas sin saber realmente qué nota estaba tocando. Por supuesto era consciente de las más fáciles, las cuerdas al aire, y casi todas las que están entre las líneas pero, si por ejemplo el profesor me decía: “tienes que tocar Re#, no Mi”, tenía que ponerme a pensar de qué nota me estaba hablando y pensar dónde estaba porque no lo tenía automatizado.

Es un problema de quien sólo estudia el tocar el instrumento, pero no profundiza en lo que hay debajo. Imagino que con unos estudios de conservatorio más completos que los míos no habría estado tanto tiempo con esa carencia.

De modo que es importante saber perfectamente el mapa de notas de tu instrumento para controlar en todo momento cómo construir un acorde, una escala, un arpegio, o unas dobles cuerdas.

¿Cómo conseguirlo? Pues haciendo durante un ratito ejercicios (escalas, licks, arpegios) poniendo toda tu atención centrada en ese objetivo, no en tocar bien, ni en la posición, ni en el arco ni nada de eso.

Incluso puedes tocar con el violín como si fuera una mandolina: piensa una nota y búscala por todo el diapasón (sin mirar la infografía). Hazlo así con todas las notas, incluidas las alteradas con sostenidos o bemoles.

Deberías llegar a sentirlo de forma inmediata, al menos en primera posición, aunque sería bueno conseguirlo hasta la tercera posición.

Orden de bemoles y sostenidos

La imagen de la izquierda indica en qué nota se va añadiendo un bemol (según el círculo de cuartas) o un sostenido (en la dirección del círculo de quintas).

Es decir, por ejemplo:

  • si la tonalidad tiene un bemol, éste estaría en la nota B (Si)
  • si tiene dos, estarían en las notas B y E (Si y Mi)
  • si hay tres, estarían en las notas B, E y A (Si, Mi y La)
  • etc.

E igualmente con los sostenidos.

¡Y de momento esto es todo!

Hay infinidad de cosas útiles que puedes hacer para aprender con esta infografía y tu violín. Pero para no agobiarte iré explicándolo poco a poco en próximos artículos.

Permanece atento a los próximos artículos sobre el círculo de quintas, intervalos, etc…