Y tú, cotilleas en la clase de canto?

Me he encontrado en muchas ocasiones con profesores que me han dado clase que empleaban más tiempo en contarme sus problemas personales, opiniones de otros alumnos, y "marujeos" similares en lugar de dedicar el tiempo al alumno, a centrarse en solucionar sus problemas.

Creo que la crítica constructiva hacia cualquier aspecto de la vida es buena, pero se da en demasiadas circunstancias que esta crítica se vuelve perjudicial. 

No dejes que en tu clase se hable de otros alumnos y de sus problemas puesto que cuando cruces la puerta para ir a tu casa o cierres el Skype sucederá lo mismo muy probablemente con el siguiente alumno, es decir, le contará tus problemas que a nadie incumben.

La clase está para solucionar problemas técnicos y musicales, no para sesión de "terapia psicológica" colectiva o individual. Está claro que el componente emocional es importantísimo a la hora de desarrollar la clase y es necesario que el profesor tenga una cierta sensibilidad a la psicología del alumno, pero la clase no se puede convertir en un consultorio psicológico, para eso ya hay otros profesionales! :)

La confianza es un hilo de oro que se puede romper muy fácilmente.
Es tarea tanto del profesor como del alumno cuidarla, construirla progresivamente, y sobre todo evitar este tipo de actitudes, cotilleos, comentarios que no vienen a cuento, etc... La confianza tiene que circunscribirse a un ámbito profesional y es lógico que la relación profesor/alumno se pueda prestar a cruzar esta frontera pero no es saludable ni para el profesor ni para el alumno.

Huye de aquellos profesores que te dicen "eres para mí como un hijo", "yo siempre voy a ayudarte", y comentarios categóricos, que a la hora de la verdad no son ciertos, puesto que todos tenemos que pasar etapas, pasar por varios profesores para enriquecernos y una dependencia emocional excesiva con el profesor nos impedirá pasar de una etapa a otra. El profesor debe ser lo suficientemente inteligente psicológicamente para saber esto y llevar las riendas en este aspectos.

Considero que la clase de canto está al mismo nivel de profesionalidad que cuando un actor sale a escena habiendo muerto algún familiar suyo. No debe dejarse translucir cualquier aspecto de la vida del profesor y un profesional de la docencia no transmite sus problemas, inseguridades, su falta de competencia a la hora de resolver los problemas de su propia vida a los alumnos y siempre mantiene la actitud correcta, sonriente y positiva. 

Y tú, cotilleas en la clase de canto?

Me he encontrado en muchas ocasiones con profesores que me han dado clase que empleaban más tiempo en contarme sus problemas personales, opiniones de otros alumnos, y "marujeos" similares en lugar de dedicar el tiempo al alumno, a centrarse en solucionar sus problemas.

Creo que la crítica constructiva hacia cualquier aspecto de la vida es buena, pero se da en demasiadas circunstancias que esta crítica se vuelve perjudicial. 

No dejes que en tu clase se hable de otros alumnos y de sus problemas puesto que cuando cruces la puerta para ir a tu casa o cierres el Skype sucederá lo mismo muy probablemente con el siguiente alumno, es decir, le contará tus problemas que a nadie incumben.

La clase está para solucionar problemas técnicos y musicales, no para sesión de "terapia psicológica" colectiva o individual. Está claro que el componente emocional es importantísimo a la hora de desarrollar la clase y es necesario que el profesor tenga una cierta sensibilidad a la psicología del alumno, pero la clase no se puede convertir en un consultorio psicológico, para eso ya hay otros profesionales! :)

La confianza es un hilo de oro que se puede romper muy fácilmente.

Es tarea tanto del profesor como del alumno cuidarla, construirla progresivamente, y sobre todo evitar este tipo de actitudes, cotilleos, comentarios que no vienen a cuento, etc... La confianza tiene que circunscribirse a un ámbito profesional y es lógico que la relación profesor/alumno se pueda prestar a cruzar esta frontera pero no es saludable ni para el profesor ni para el alumno.

Huye de aquellos profesores que te dicen "eres para mí como un hijo", "yo siempre voy a ayudarte", y comentarios categóricos, que a la hora de la verdad no son ciertos, puesto que todos tenemos que pasar etapas, pasar por varios profesores para enriquecernos y una dependencia emocional excesiva con el profesor nos impedirá pasar de una etapa a otra. El profesor debe ser lo suficientemente inteligente psicológicamente para saberlo y llevar las riendas en este aspecto.

Considero que la clase de canto está al mismo nivel de profesionalidad que cuando un actor sale a escena habiendo muerto algún familiar suyo. No debe dejarse translucir cualquier aspecto de la vida del profesor y un profesional de la docencia no transmite sus problemas, inseguridades, su falta de competencia a la hora de resolver los problemas de su propia vida a los alumnos y siempre mantiene la actitud correcta, sonriente y positiva. 

Sumial. La gran equivocación de tomar betabloqueantes para paliar la ansiedad escénica

Ya hemos hablado en varios artículos de la ansiedad y el miedo escénico. Hoy queremos ocuparnos del escabroso tema de los betabloqueantes. Este tipo de medicamentos están principalmente indicados para aquellas personas que padecen del corazón. La Fundación Española del Corazón explica:

El efecto final [de los betabloqueantes] es una reducción de la frecuencia cardiaca, la presión arterial y la contractilidad (fuerza del corazón) favoreciendo la diástole (llenado) cardiaca y con esto mejorando la función del corazón y el flujo de sangre a las arterias coronarias.

Muchos músicos han decidido “rendirse” ante la ansiedad escénica y los nervios y han acabado por caer en la toma de este tipo de medicamentos. Uno de los más populares es el SUMIAL. Esta pastilla no sólo es conocida entre músicos, también es muy común entre opositores. Las entradas en foros, webs, blogs… sobre el Sumial son muy numerosas. Lo más alarmante de todo es que este medicamento se toma sin receta y sin consultar con ningún médico. Y no es como tomarse un paracetamol, el Sumial tiene muchos efectos secundarios y contraindicaciones. Podéis comprobarlo por vosotros mismo leyendo el prospecto.

sumial 40mg

Es un parche, no una solución

Tomar pastillas puede parecernos una solución fácil a un problema que se nos puede hacer monumental, como es sentir ansiedad escénica. Pero si cada vez que tenemos que tocar en público o presentarnos a un examen vamos a tener que tomar una pastilla, el problema realmente no desaparece, sólo se oculta. Estamos creando, de hecho, otro problema: sin pastillas seremos incapaces de tocar sin miedo. Y esta sensación es muy peligrosa, te hace dependiente. El camino para controlar el miedo escénico es lento y costoso, conlleva mucho trabajo mental y personal. Debe comenzar en un crecimiento de nuestra autoestima musicalen el cuidado de nuestro cuerpo, el trabajo de la relajación muscular, el control mental… Es todo un proceso, pero el miedo escénico se puede controlar sin necesidad de parches.

Lidiar con la performance forma parte de ser músico

El trabajo de un músico no tiene sentido sin el público. Podrás tocar genial entre las cuatro paredes de tu habitación o tu sala de estudio, pero si no puedes hacerlo delante de los demás, tienes que luchar para conseguirlo con tus propias capacidades. Un músico es un artista, puede y debe sentir algo de nervios, pues esto demuestra el respeto que le tiene a lo que hace, pero debe saber utilizar estas sensaciones en su favor. El Sumial y todo este tipo de medicamentos colocan un gran telón entre tú y tu interpretación. Nunca conocerás todas tus posibilidades en el escenario si no puedes tocar “al natural”.

El Sumial y la adicción

Si comienzas a tomar pastillas para poder tocar en el escenario es posible que llegue el momento en que no puedas tocar sin tomarlas. Tomar Sumial sin control médico puede desencadenar en una adicción, es posible que cada vez toleres más la dosis que tomas hasta que deje de hacerte efecto y necesites algo más. Citamos el testimonio de la cellista Rachel Lander, que acabó mezclando las pastillas con el alcohol:

Mi médico me recetó fuertes fármacos, y como medida de ‘precaución’ mezclé las pastillas con el vodka. […] La naturaleza progresiva del alcoholismo hizo que rápidamente mi ‘cóctel’ de propranolol y vodka dejara de funcionar. Me pasé al Valium. Tomaba más y más para sentirme normal, y los ataques de pánico me empezaron a dar todo el rato, incluso cuando no estaba tocando.

La toma de pastillas no es la solución para tus problemas de ansiedad. Los medicamentos deben tomarse siempre bajo supervisión médica. Antes de tomar Sumial, plantéate a comenzar el proceso del que te hemos hablado, el de controlar tu ansiedad escénica con tus propios recursos.