📤 ¿Por qué no creo en los exámenes?

Muy sencillo, porque coincido plenamente con estas palabras del gran pedagogo Rodolfo Barbacci, del año 1948, fijáos lo adelantado que estaba a su tiempo y lo retrasados que siguen muchos ;)

"El alumno sabe de los factores desfavorables o negativos que concurren a su educación musical, pero no se atreve a informar, ya que a nadie le agrada mostrar las deficiencias en que vive.

Pero la injusticia del examen prosigue en cuanto analicemos en qué puede basar su criterio un Jurado. Lo común es que premie el saber, la inteligencia, el aprovechamiento. El esfuerzo no lo puede apreciar en la prueba.

Y la injusticia está ya cometida a favor del más fuerte, del más apto. El que durante el curso se ha sentido inferior a algún compañero, llega el examen con un complejo de inferioridad, mientras que el mejor de la clase concurre al examen precisamente con lo opuesto: un complejo de superioridad. Estos complejos a su vez influyen en el examinador, y la injusticia se acentúa. 
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La salud emocional de los cantantes. Parte II: La inteligencia interpersonal

Vuelvo a citar a Howard Gardner, el padre de la teoría de las inteligencias múltiples que nos habla de la inteligencia interpersonal. Esta reune las capacidades que nos permiten entender a los demás. 

La inteligencia interpersonal determina la elección de la pareja, los amigos y, en gran medida, nuestro éxito en el trabajo o en el estudio.  Se basa en el desarrollo de dos grandes tipos de capacidades, la empatía y la capacidad de gestionar las relaciones interpersonales.

Está relacionada con la comprensión  de los demás, como sería por ejemplo notar las diferencias entre los diferentes carácteres, la capacidad de entender los estados de ánimo ajenos, sus temperamentos, intenciones, etc. Este tipo de capacidades nos permitirán anticiparnos a las necesidades e intenciones de los demás y nos permitirán adecuar nuestra respuesta en un determinado contexto, por lo tanto está intimamente ligada con la inteligencia intrapersonal de la que ya hablamos en la primera parte. 

El desarrollo de la empatía se basa en la capacidad de observación y en la escucha activa, es decir, la capacidad de escuchar sin interrumpir ni imaginar lo que la otra persona está pensando o queriendo decir.

Covey habla en su libro "La tercera altenativa" sobre la importancia de escuchar para entender realmente al otro y poder mantener unas relaciones sanas. Explica cómo los indios resolvían los conflictos y habla del Palo Indio. Cuando dos personas tenían que resolver una cuestión se entregaba el Palo Indio y cada participante hablaba sin ser interrumpido mientras lo poseia. ¿De verdad escuchamos todo lo que la otra persona tiene que decirnos? La escucha activa requiere que la persona que habla se sienta escuchada y que la persona que escuche no esté elaborando argumentos ni respuestas, simplemente escuche. Prueba en la siguiente conversación a hacerlo, no interrumpas a tu interlocutor hsta que termine. Seguro que te llevas una sorpresa! En el aprendizaje del canto y en la vida profesional es esencial, debemos tratar de entender lo que nos dicen y no reelaborar la información según nuestro parecer.

Ya he escrito sobre la necesidad de aprender a trabajar en equipo en este mundo del canto, sobre la necesidad de ser responsables y respetar los tiempos de ensayos, ser educado en todas las circunstancias y atender al refranero español cuando dice "Allá donde fueres has lo que vieres" que resalta la necesidad de observar antes de actuar. 

Cuando una persona carece de empatía hacia lo que le rodea, hacia las circunstancias o hacia las personas, se vuelve egocéntrico y espera que la realidad se ajuste a su voluntad y a sus necesidades. Esto, en el mundo de  la música genera muchos problemas, pues son muchas las situaciones en las que el cantante debe mostrarse adaptable y flexible a la vez que perceptivo y atento a lo que sucede en los diversos contextos para, a su vez, adoptar diferentes roles.

Por otro lado las relaciones que mantengamos con colegas, periodistas, agentes, etc... redundarán en la imagen ante los demás y seremos considerados para trabajar en determinados equipos en la medida en que tengamos la capacidad de convivir con otros y de adaptarnos al contexto de una producción.

Una buena actitud es esencial para aprender y para crecer como persona y como músico por eso es necesario adquirir el hábito de hablar con respeto a todos aquellos que nos rodean y de igual a igual. Nadie es mejor que otro y la vida da tantas vueltas que nos podemos llevar sorpresas desagradables al cabo del tiempo. Ser cuidadoso en el trato con las personas tan solo nos traerá beneficios a corto y a largo plazo así como un bienestar personal. 

La salud emocional del cantante. Parte I: La inteligencia intrapersonal


Tan importante como la formación musical y vocal, es la educación emocional de un cantante. Es fundamental que los cantantes conozcan y experimenten el rico y diverso mundo emocional y sepan establecer mecanismos para equilibrar las emociones que experimente. 

Howard Gardner, en su teoría de las inteligencias múltiples, nos habla de una inteligencia intrapersonal que es aquella que se refiere a la autocomprensión, al acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones de estas emociones y finalmente ponerles nombre y recurrir a ellas como medio de interpretar y orientar la propia conducta.

Las personas que poseen una inteligencia intrapersonal notable, poseen modelos viables y eficaces de sí mismos. Pero al ser esta forma de inteligencia la más privada de todas, requiere otras formas expresivas para que pueda ser observada en funcionamiento.

Por otro lado tenemos la inteligencia interpersonal de la que hablaremos en un siguiente post, que permite comprender y trabajar con los demás, la intrapersonal permite comprenderse mejor y trabajar con uno mismo.  El sentido de uno mismo es una de las más notables invenciones humanas: simboliza toda la información posible respecto a una persona y qué es. Se trata de una invención que todos los individuos construyen para sí mismos.

En la medida en que una persona es capaz de identificar qué emoción experimenta tiene la capacidad de reaccionar de una manera controlada y adecuada. Si no es así las emociones pueden generar obsesiones, cambios en el carácter, etc.  Como personas y como cantantes debemos identificar y manejar nuestras emociones y saber gestionarlas para mantener nuestra psique y nuestra relación con nosotros mismos en perfecto estado.

Me gustaría hablar de algunas emociones que estoy segura que todo cantante ha experimentado:

En primer lugar, la envidia, muy común y que se traduce pensamientos del tipo "esa persona canta porque es un enchufado", " yo lo hago mejor que X persona", etc. Esta emoción hay que saber manejarla desde muy pronto porque de lo contrario las personas se vuelven desconfiadas, recelosas, ariscas, individualistas y egocéntricas. Sólo el humilde aprende y siempre hay personas mejores que nosotros y también peores... Cada cual tiene sus circunstancias y si envidiamos a alguien deberíamos desear también aquellas cosas malas que le han hecho ser como es y conseguir lo que tiene. Particularmente he vivido situaciones en las que en trasfondo de inseguridad, miedo y desconfianza y soberbia ha arruinado relaciones con otros cantantes. Por ejemplo, todos nos hemos visto en la tesitura de dar información sobre un curso, concurso, audición, etc. a algún colega. Particularmente con mis amigos nunca he dudado en informarles, porque siempre he creído que ganaría el mejor y si lo conseguía mi amigo yo me alegraría. En mi caso la persona siempre está primero, sé que en otros no y por ello deberíamos ver con qué tipo de personas tratamos y si son dignas de nuestra confianza. 

En segundo lugar la soberbia que es la creencia de que todo lo que uno hace es superior y que se es capaz de superar todo lo que hagan o digan los demás. Se traduce en pensamientos del tipo  "soy el mejor y los demás no valen nada" y en la incapacidad de reconocer y apreciar la valía de otros. Yo la percibo cuando al asistir a un concierto excepcional me encuentro con la típica persona que es incapaz de decir nada positivo y rendirse a la evidencia. Está claro que todo cantante necesita del reconocimiento de un público pero me gusta decir que lo que hay que buscar no es reconocimiento sino un mejor conocimiento y sobre todo reconocer cuando algo está bien.

En tercer lugar mencionaré la vanidad que se puede considerar una variante de la soberbia. Todos los cantantes tenemos un punto de vanidad que nos hace subirnos a un escenario y ponernos delante de un público pero debemos saber equilibrar nuestras emociones y saber en qué momento nos son de utilidad y en qué momentos no. Esa fuerza que nos permite enfrentarnos con el reto del escenario no es tan útil fuera de él y puede obstaculizar las relaciones con los colegas, la familia o los amigos por pretender acaparar un exceso de protagonismo. 

Hace un tiempo leí en un libro que narra conversaciones con varias cantantes que todas ellas habían disfrutado de un clima emocional adecuado que les había permitido llevar una vida sana, equilibrada y normalizada. Muchas de ellas hablaban de la importancia de sus familias y de sus hijos en su desarrollo personal y profesional. Por tanto no descuidemos estos aspectos en nuestras vidas.

Deberíamos ocuparnos de encarnar nobles cualidades que nos ayuden a estar en este mundo inestable y cambiante y nos permitan relacionarnos con nosotros mismos y con los demás de una manera sana y equilibrada.

¿Qué podemos hacer para cultivar esta inteligencia intrapersonal?

Las cualidades implicadas en este tipo de inteligencia son: la capacidad de establecerse metas, evaluar habilidades y desventajas personales y controlar el pensamiento propio. Estas cualidades se relacionan con las habilidades de: meditar, ser disciplinado, conservar la compostura y dar lo mejor de uno mismo. 

Por tanto será importante, por un lado cultivar ciertos hábitos mentales como: hacer visualizaciones, escribir un diario, tener amigos con los que compartir tanto lo bueno como lo malo, cultivar los lazos personales con otras personas.

y por otro practicar disciplinas que nos ayuden a conocernos mejor como pueden ser:
la  meditación, el mindfullnes, el yoga, el taichi, etc.