"LASCIATE MI MORIRE": EL LAMENTO DE ARIADNA

Ariadna abandonada, Casa de Meleagro (Pompeya)

Mirando desde la rumorosa playa de Día, Ariadna, con una incontenible locura en su corazón, observa que Teseo se aleja con su rápida flota, y ni siquiera todavía cree estar viendo lo que ve, porque entonces, nada más despertar de un engañoso sueño, la desdichada se comprende abandonada en la arena solitaria. [...] "¿Así a mí, arrancada de los altares paternos, me abandonaste, traidor, en la playa desierta, Teseo?"
Cayo Valerio Catulo. Poema LXIV. (Poemas)

En un peñasco me senté quedando tan piedra como piedra era mi asiento [...] ¿Qué podían hacer mis ojos mejor que llorarme? ¿Qué haré? ¿dónde sola partir puedo? No hay vestigios de gente y de ganado; todo es horror, asombro, espanto y miedo.

Ovidio. Heroida X. (Las Heroydas)



Así se quedó la pobre Ariadna, sola y abandonada por Teseo en la playa cuando volvían de Creta después de vencer al Minotauro. Según la mayoría de las fuentes, Teseo abandonó a Ariadna en la isla de Naxos mientras dormía; allí la encontraría Dionisos, con el que después se casó. En el fresco pompeyano de arriba podéis verla  llorar desconsoladamente  mientras la nave de su amado se aleja en el mar.

Este conocido episodio mítico ha generado mucha literatura y mucha música, especialmente la parte de la historia en la que nuestra heroína es abandonada, y digo heroína porque sin su inteligente participación en el famoso laberinto, el listillo de Teseo probablemente no hubiese vuelto jamás de su encuentro con el monstruo.

Claudio Monteverdi por Bernardo Strozzi, c. 1630
Hoy vamos a aproximarnos de nuevo a la obra de Claudio Monteverdi para escuchar su célebre  Lamento de Ariadna. Este lamento es el único fragmento musical que se conserva de su segunda ópera, titulada Ariadna (L'Arianna, 1608) y cuyo argumento ya podréis suponer. Afortunadamente, y debido a su éxito,  el autor  decidió publicarlo por separado  con posterioridad en diferentes formas: en versión monódica, en forma de  madrigal a cinco voces y como música sacra - con diferente texto - en  El Pianto della Madonna.

Vamos a escucharlo en su forma monódica y en su forma madrigalística y descubriremos de nuevo un clarísimo ejemplo de cómo el lenguaje musical de Monteverdi persigue - y consigue -  reflejar el texto en una obra conmovedora.
En el momento en el que nos encontramos de transición entre el Renacimiento y el Barroco se estudia y se establece una nueva relación entre música y poesía que influye directamente en el lenguaje musical; los músicos tendrán como objetivo "mover los afectos", conmover al oyente o espectador. A esta Teoría de los afectos que involucró a filósofos, teóricos y músicos y   cuyo más remoto antecedente encontramos en la Grecia Clásica, dedicaremos un capítulo aparte más adelante.

A continuación, la PARTITURA  y el breve texto del madrigal que escuchamos en primer lugar en la interpretación del coro sueco  Svanholm singers  dirigido por Sofia Söderberg.

Lasciatemi morire;                                        Dejadme morir,
e che volete voi che mi conforte                ¿Qué puede confortarme
in così dura sorte,                                          Ante esta dura suerte,
in così gran martire?                                   En este gran martirio? 
Lasciatemi morire.                                        Dejadme morir.




En la monodía el texto es más largo y descriptivo y en él Ariadna se explica, clama e interpela a Teseo (puede leerse completo aquí , en el blog de Jesús Romero Valiente). Veámosla en esta bonita versión del Ensemble La Palatine con la soprano Marie Théoleyre como Ariadna.

 

Pero no fue Monteverdi el único compositor que dedicase a este personaje su atención; como bien sabemos, los temas mitológicos no abandonarían la historia de la música ni de las artes  en lo sucesivo. Ahora nos despedimos con la extraordinaria   pintura de Angélica Kauffmann  que nos conducirá directamente al siglo XVIII y a nuestra próxima obra.

Ariadna abandonada por Teseo, obra de Angelica Kauffmann, antes de 1782.


Para saber más: 






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EL LAMENTO DE LA NINFA

Dos ninfas en un paisaje , Jacopo Negretti (Palma el Viejo) 1513-14


En la mitología griega las Ninfas eran jóvenes mujeres que poblaban los bosques y las aguas (estas últimas también se llamaban Náyades o Nereidas). Bellas y amables, estas divinidades podían tener poderes extraordinarios y podían enamorarse incluso de un mortal; la famosa  Eco, por ejemplo, llegó a morir de amor. Nuestra protagonista de hoy llora el abandono de su amante  ante dos testigos que narran su sufrimiento y se compadecen de ella.
El compositor que pone música a su dolor es Claudio Monteverdi, al que tan bien conocemos ya y que  en el Renacimiento tardío destacó por su defensa de "los afectos", defensa que se traduce en  la gran expresividad de sus madrigales. Esta expresividad persigue reflejar al máximo, con la música, lo que la palabra dice, y para lograrlo, Monteverdi recurre al uso de la disonancia de manera intencionada como veremos. 
El texto de este madrigal se basa en una obra del famoso poeta y libretista  Rinuccini y se estructura, al igual que la música,  en tres secciones claramente diferenciadas:
  • Primera:  tres voces masculinas (dos tenores y un bajo)  relatan y describen la situación de la ninfa, que sale a pasear desconsolada.
  • Segunda: escuchamos a la ninfa cantando su dolor por el amor perdido y los comentarios intercalados de los narradores. 
  • Tercera: los narradores terminan con una sentencia sobre el amor.
Es importante destacar:
  • la diferencia melódica y armónica entre las secciones: polifonía en las voces masculinas y monodía acompañada en la sección de la ninfa.
  • el uso la disonancia  para intensificar el sentimiento cuando los narradores dicen "su dolor" (min. 0,44)  y "piangendo" (llorando) (min. 1,25).
Escuchémoslo leyendo atentamente el texto:



Aquí podemos seguirlo con la partitura y observar claramente las disonancias señaladas arriba:

 

Este triste pero precioso lamento forma parte del octavo libro de madrigales, denominado Madrigales guerreros y amorosos que fue publicado en 1638.

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LA PRIMAVERA

LA PRIMAVERA


La primavera
(Detalle)


Sandro Botticelli (1445 - 1510)



Por fin llegó y viene a saludarnos de la mano de Botticelli. No he conocido a nadie todavía, a quien no le guste esta alegoría sobre la primavera pintada a finales del siglo XV para los Médici. Esta hizo universal al pintor florentino y os está esperando en la galería de los Uffici. (Tomad nota para cuando vayáis a Florencia)


El ambiente humanista y neoplatónico de la Florencia renacentista que se percibe en el cuadro, tanto por su temática como por su factura, se dejó sentir también en el resto de las artes y, cómo no, en la música. Los poetas y los músicos del renacimiento también celebraron la llegada de la primavera y para recrear ese ambiente culto y exquisito escucharemos hoy un madrigal de Claudio Monteverdi sobre un poema de Ottavio Rinuccini .
Recordemos antes que el madrigal es la forma vocal profana mas importante del Renacimiento italiano y que Monteverdi fue el compositor que más y mejor la cultivó (nada menos que ocho libros de madrigales en los que vemos avanzar la música con paso decidido hacia el Barroco).
Titulado Zéfiro torna, trata sobre la llegada de la primavera, de cómo el viento céfiro vuelve y trae consigo el buen tiempo y las flores.
La primera versión, para dos voces femeninas, pertenece al sexto libro de madrigales del compositor; el vídeo nos va mostrando al detalle el cuadro de Botticelli (que se explica en el enlace de arriba).
La segunda versión, para dos voces masculinas, nos muestra la partitura y el texto. Fijaos en el bajo continuo y ostinato (motivo musical que se repite a lo largo de toda la obra) y ved qué bonita es la música antigua.






LA PRIMAVERA


La primavera
(Detalle)


Sandro Botticelli (1445 - 1510)



Por fin llegó y viene a saludarnos de la mano de Botticelli. No he conocido a nadie todavía, a quien no le guste esta alegoría sobre la primavera pintada a finales del siglo XV para los Médici. Esta hizo universal al pintor florentino y os está esperando en la galería de los Uffici. (Tomad nota para cuando vayáis a Florencia)


El ambiente humanista y neoplatónico de la Florencia renacentista que se percibe en el cuadro, tanto por su temática como por su factura, se dejó sentir también en el resto de las artes y, cómo no, en la música. Los poetas y los músicos del renacimiento también celebraron la llegada de la primavera y para recrear ese ambiente culto y exquisito escucharemos hoy un madrigal de Claudio Monteverdi sobre un poema de Ottavio Rinuccini .
Recordemos antes que el madrigal es la forma vocal profana mas importante del Renacimiento italiano y que Monteverdi fue el compositor que más y mejor la cultivó (nada menos que ocho libros de madrigales en los que vemos avanzar la música con paso decidido hacia el Barroco).
Titulado Zéfiro torna, trata sobre la llegada de la primavera, de cómo el viento céfiro vuelve y trae consigo el buen tiempo y las flores.
La primera versión, para dos voces femeninas, pertenece al sexto libro de madrigales del compositor; el vídeo nos va mostrando al detalle el cuadro de Botticelli (que se explica en el enlace de arriba).
La segunda versión, para dos voces masculinas, nos muestra la partitura y el texto. Fijaos en el bajo continuo y ostinato (motivo musical que se repite a lo largo de toda la obra) y ved qué bonita es la música antigua.






El nacimiento de la ópera

El nacimiento de la ópera fue una especie de casualidad ya que los intelectuales italianos que se reunían en torno al Conde Bardi en los albores del Renacimiento pretendían recuperar la tragedia griega de la antigüedad. 

Sabían que eran teatros con parte musical cantada (de los cuales no nos ha llegado nada a la actualidad) y se decidieron a recrearlo, naciendo así lo que se conoce como "ópera", del latín "obra" y la titularon "dramma in música".

Las primeras óperas tuvieron como motivo principal escenas de la mitología griega arcaica. Las primeras con autor conocido son los "Orfeo" de Peri y Caccini. La experiencia tuvo tanto éxito que se puso muy pronto de moda y en menos de un siglo llegó a haber más de cien teatros de ópera en toda Italia. Para que os hagais una idea la ópera fue un fenómeno comparable a lo que hoy puede ser el fútbol, donde no sólo se iba a escuchar música sino también a relacionarse y a hacer negocios. 

Fue Monteverdi quien, inspirándose en los anteriores, alcanzó cotas musicales, artísticas y dramáticas en sus óperas "La coronación de Poppea", "La fábula de Orfeo" (cómo no!), "El retorno de Ulises a la Patria", "La Ariadna" (de la cual sólo se conserva su emocionante "Lamento"). Monteverdi es la culminación, la llave entre el Renacimiento y el Barroco, de hecho son sorprendentes sus experimentaciones sonoras, armónicas (aparecen los acordes de séptima de dominante sin preparación), tímbricas, etc... conservando hasta hoy su sentido de la emoción.

Os dejamos un vídeo de este autor: