Cómo organizar el concierto de Navidad de tus alumnos sin morir en el intento

Un concierto de navidad exige organización, preparación y sensibilidad; pero haz lo correcto y tus jóvenes alumnos saldrán encantados con sus logros, al igual que sus padres. – dice Philippa Bunting

La temporada navideña se acerca, ¡y es la hora del show! Los agobiados profesores se pelean con fotocopiadoras de la edad de piedra, luchan para apiñar a los numerosos alumnos en escenarios demasiado pequeños, se despiertan antes del amanecer para hacer ajustes de última hora en los arreglos y están hasta última hora recogiendo la cantidad desmesurada de equipo necesario. Es una época agotadora pero estimulante, y hacer conciertos con grupos de niños pequeños es un arte muy particular.

Entonces, ¿por qué hacerlo? Para los padres, naturalmente. Queremos que vean los frutos del trabajo de sus hijos, tanto con nosotros como en casa. Queremos que se deleiten, con nosotros, en la magia de la música. Si eligen mirar el concierto entero a través de la pantalla de un móvil mientras graban, allá ellos.

Dedos cruzados para que ningún niño la líe con el vestuario, o haga algo indescriptible con la nariz. Un colega mío una vez dirigió un concierto durante el cual un niño mordió a otro en el culo.

Estos conciertos son también para nuestros colegas, y para las comunidades musicales y más amplias de las que formamos parte. Al presentar nuestro trabajo, podemos ganar respeto, e incluso obtener preciados recursos. Hay una delgada línea entre preparar algo cuidadosamente, y ensayarlo hasta el punto en que ni la música ni la conciencia están ahí.

Pero, por supuesto, los protagonistas de los conciertos son realmente para los niños. Estamos ahí para celebrar sus logros y darles una muestra de que en nuestro arte la actuación en vivo lo es todo. Y eso significa presentar un trabajo de calidad, con confianza y entusiasmo, en un ambiente tan despejado como sea posible por las distracciones.

No hay nada de divertido en ver (u oír) a niños que anhelan rasgar algo que apenas pueden manejar. Del mismo modo, tampoco es apetecible ver a un adulto estresado, corriendo por el escenario, agitando trozos de papel y cambiando las sillas. O ver a los niños que se arrastran nerviosamente sobre el escenario con el acompañamiento de un susurro. Y caen de bruces. Así que, este es el desafío: diseñar un concierto que ponga a los niños y la música en el corazón del evento.

¡Atriles fuera!

Lo primero en lo que fijarse son los atriles. Los padres quieren ver a sus hijos y los niños quieren ver a sus padres. Por lo tanto, todas las actuaciones en estas primeras etapas deberían ser de memoria. Puede que estés asustado la primera vez, pero trabaja en ello con tus alumnos y se convertirá en algo perfectamente normal. Las interpretaciones son más naturales, se comunican mejor y, al haber sido interiorizadas, provienen de todo el músico. A los niños les ayuda para su carrera futura, y hay veinte piezas menos de muebles con los que tropezar en el escenario.

Tocar con ellos no es trampa

¿Y qué me decís de ese profesor-líder-director estático delante de los chicos? Aparte de la visión horrible del trasero del susodicho que se cierne sobre todos esos videos caseros, es otro muro entre los niños y el público.  ¿Es trampa que los profesores toquen junto a sus jóvenes alumnos? No lo creo. Es bueno para los niños ver que sus maestros también están participando en la celebración y están dispuestos a poner sus propias habilidades en juego también. Acompañar, reforzar, proporcionar líneas alternativas para realzar el sonido – todo es positivo.

La presencia es importante

¿Qué hacer entre pieza y pieza, cómo caminar, cómo llevar el arco? Todo esto también necesita preparación. Los niños necesitan sentir el espacio del escenario y ser conscientes de todo lo que hacen en él, para estar verdaderamente cómodos y dar lo mejor de sí mismos. Necesitan usar algo que les haga sentirse especiales, pero no tan especiales que tengan miedo de moverse. O respirar.

Enseña al público

Los niños necesitan sentir la calidez de la audiencia, no estar atados a la etiqueta tradicional. Ya tendrán tiempo para interpretar el matiz, o lidiar con la decepción de una onda cortés de aplausos. Personalmente trato de romper la cuarta pared al principio del concierto ensayando con el público. Como haría un regidor en la televisión, les animo a que den gritos de aprobación, silbidos,’¡Bravos!‘ y etc.

El mejor número para el final…

Y  para terminar, guarda ese gran número final, festivo y emocionante. Algo optimista y navideño, con una fuerte base de… ¡pizzas y castañas asadas! 😉 Por encima de todo, este concierto es sobre la alegría. ¡Felices vacaciones!

Traducido de la publicación The Strad

Enlace al original: http://www.thestrad.com/taking-a-break-from-music-might-just-make-you-a-better-player-in-the-long-run/

Fecha: 30 Noviembre 2016

Título original: How to put on a successful children’s Christmas concert

Autor: Philippa Bunting

 
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Método de estudio para músicos

Tanto los profesionales como los que aún se están formando, tendemos a cometer muchos errores a la hora de estudiar. Como profesores, tenemos que inculcar un buen método de estudio a nuestros alumnos, y como profesionales debemos aplicarlo.

Si “estudias bien” y consigues que tus alumnos estudien bien

  • Previenes errores que luego costará mucho más trabajo corregir
  • Acortas las horas de estudio que necesitas
  • Consigues resultados mucho más inmediatos
  • Te vuelves más capacitado e independiente para detectar y corregir tus propios errores

A raíz de algunos comentarios que dejaban profesores en la web pidiendo consejos, me dí cuenta de que el problema de muchos alumnos (y también profesionales) es que nadie les ha enseñado a “estudiar bien.” Personalmente, esto también fue un problema para mí durante muchos años. Gracias a buenos profesores y a mi interés personal por mejorar técnica y musicalmente, he aprendido a ser metódica en mi estudio.

El método de estudio paso a paso

1. Observar, analizar y escuchar

Para afrontar desde cero cada pieza y estudio, lo primero que tenemos que tener claro es el concepto de esa pieza. Esta fase del estudio se puede adaptar a cada nivel. Vamos a ver de qué manera:

Primeros años

En el caso de niños que estén empezando a aprender música, de poco nos va a servir que le expliquemos a qué época pertenece la obra o la analicemos en profundidad. Sin embargo, sí podemos hacer lo siguiente:

  • Tocar la pieza para ellos, para que sepan cómo suena.
  • Si no son muy pequeños, incluso podemos dividirla en frases usando conceptos que ellos entiendan.
  • Usar palabras y frases cuya entonación y forma coincidan con la pieza.
Edades intermedias

Cuando tenemos alumnos algo más avanzados, sí podemos meternos más en el análisis de la pieza.

  • Podemos escuchar grabaciones
  • Tocar la pieza para ellos
  • Enseñarles a reconocer tonalidad y compás
  • Hacer una análisis formal sencillo, señalando frases, cadencias… etc.
Músicos avanzados

Desde alumnos avanzados hasta alumnos que estudien el Superior o incluso músicos ya formados, estas pautas nunca deben faltar:

  • Escuchar grabaciones
  • Análisis formal/estético
  • Análisis armónico
  • Situar la pieza en su contexto histórico

2. Cantar

Una situación que se da de manera muy frecuente en músicos de todas las edades son los errores rítmicos. ¿La causa? Muchos se saltan este importante paso de cantar, o al menos medir la pieza que van a tocar antes de estudiarla. Desde muy pequeños debemos acostumbrarnos, y como profesores insistir mucho en este tema. Al tocar, no podemos llevar el compás con la mano y además estamos pendientes de asuntos técnicos. Esto provoca que cometamos errores de medida sin darnos cuenta.

Pero cantar antes de estudiar no sólo nos ayudará a prevenir estos fallos rítmicos. También es bueno para comprender el sentido musical de la pieza y hacernos una idea preliminar de cómo queremos interpretarla.

3. Primera lectura

Una vez nos hayamos situado en la pieza, debemos leerla una vez muy lentamente y de arriba a abajo. Este será el momento de:

  • Identificar posibles dificultades técnicas
  • Identificar pasajes complejos
  • Hacernos una primera idea de la dificultad general de la pieza, para saber cuánto tiempo nos puede llevar trabajarla.
  • Pensar de forma preliminar en digitaciones o posiciones que podemos utilizar

4. Organizar la partitura

Gracias a la primera lectura, tendremos unas nociones para empezar a trabajar.

  • Dividimos la obra en fragmentos de estudio.
  • Digitamos
  • Establecemos las articulaciones
  • Establecemos en general todos los aspectos técnicos.
  • Señalamos de forma especial los pasajes que van a requerir mayor trabajo técnico.

5. Comenzamos a trabajar

Con las bases estéticas, formales, técnicas, con la idea de qué queremos conseguir y qué interpretación queremos darle, ya podemos empezar a trabajar. La mayoría de los músicos empiezan su trabajo en este punto, con lo que el estudio es desordenado  y con malos resultados.

En esta fase comenzaremos a trabajar la obra por tramos, lentamente y subiendo la velocidad poco a poco. Le daremos mayor peso a los fragmentos más complejos y poco a poco iremos montando la obra.

Si hemos realizado bien los pasos anteriores, comprobaremos que el trabajo de la pieza o estudio es mucho más fácil y da unos resultados mejores.

Te recomiendo leer estos otros post:

 
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¿Aprobar las oposiciones y “guardar el instrumento”?

Muchos músicos se preparan durante años para aprobar una oposición y ganarse una plaza como profesores. Y entre nosotros existe ese tópico “aprobó las oposiciones y guardó el violín”. ¿Es cierto este tópico? ¿Convertirse en profesor implica abandonar el trabajo personal con el instrumento?

El problema de la incompatibilidad

Una gran traba para que muchos profesores mantengan su actividad fuera de las aulas es el tema de la incompatibilidad de contratos. Dependiendo de la región y de la normativa, los profesores no tienen permitido firmar otro contrato fuera del que tengan con el Conservatorio. En cuestiones legales, este blog se explica muy bien.

Este tema está más que hablado. Es muy importante que un profesor mantenga una actividad concertista más allá de lo anecdótico. Está claro que esto dará prestigio al docente y al centro, y proporcionará mayor riqueza en el aprendizaje de sus alumnos. Un profesor que ha perdido por completo el contacto con los escenarios, con lo que es formar parte de un coro/orquesta, ponerse delante de un público o de un tribunal; poco podrá enseñar sobre ello a su alumnado.

Por otra parte, también tenemos que comprender que esta ley de incompatibilidades nace de un principio fundamental: El de la dedicación del personal al servicio de las Administraciones Públicas a un solo puesto de trabajo. De esta forma se da la oportunidad de acceder a esos otros puestos de trabajo a otros profesionales del sector. En definitiva, es una ley cuya intención es:

  • Procurar que los puestos públicos sean distribuidos equitativamente
  • Que las personas que obtengan un puesto público no superen ciertos topes de ingresos (lo cual se consideraría injusto).

Sin embargo, en el caso de los músicos, debería acotarse y matizarse más esta ley. Ya que realmente el profesor no va a dedicarse a dos actividades simultáneamente, sino que busca participar de forma puntual en conciertos. El fin que busca un profesor al tocar es seguir formándose, mantenerse en activo y transmitir así más conocimientos a sus alumnos.

El acomodamiento

Es cierto que algunos profesores pueden tender a acomodarse. Es comprensible, después de años de preparación, algunos pueden necesitar un tiempo “de descanso”. ¡Los músicos también tienen familia y hobbies a los que quieren dedicarse!

Una vez que uno gana su plaza, y tiene su horario fijo, es fácil acomodarse. Y es duro tomar horas de tu tiempo libre tras las duras jornadas de clase para seguir estudiando. Sin embargo, un leve esfuerzo (un par de horas diarias serían más que suficientes) puede significar mucho para nuestros alumnos. Si no mantenemos nuestro nivel musical, perdemos valor como profesores, y los alumnos lo notan.

Tan importante es mantenerse activo en los escenarios como en la sala de estudio. Ya sea dedicando tiempo a nuestro propio repertorio, a nuestras escalas y ejercicios técnicos. Un profesor completo es aquel que puede dar soluciones a sus alumnos porque él ha pasado y pasa por los mismos problemas técnicos y estéticos.

En constante formación

Un profesor también puede seguir aprendiendo, y de hecho, debe. No sólo debemos seguir formándonos como instrumentistas, sino también como pedagogos. Y el hecho de formarse no tiene porqué implicar caros cursos con grandes profesionales. También está en nuestra mano la auto-formación.

Debemos ser curiosos, buscar nuevas metodologías, idear novedades para nuestros alumnos. La pedagogía cambia, los estilos interpretativos cambian, y debemos ser capaces de adaptarnos. Por ello, está entre las tareas de un buen profesor investigar y mantenerse informado.

En los profesores de hoy está puesto el relevo generacional en la enseñanza musical. Podemos empezar a formarnos más allá de lo estipulado y dar a los alumnos infinitas posibilidades.

Un buen profesor se caracteriza por ser buen músico, buen pedagogo, investigador, innovador y constante en su trabajo con el alumno. ¡No te abandones!

Entra aquí y descubre los mejores títulos de pedagogía musical.

 

 
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CONVERSACIONES CON… Mª JUNCAL DIAGO ORTEGA

Estoy muy contenta de poder ofreceros la segunda de las “Conversaciones con…”

En esta ocasión, se trata de la clarinetista y pedagoga Mª Juncal Diago Ortega, profesora de clarinete en el Conservatorio Profesional de Música de A Coruña.

Juncal y yo nos conocimos en el Conservatorio “Tomás Luis de Victoria” de Ávila, donde ella era profesora interina hacía un tiempo y yo lo fui durante un curso académico. Dio la casualidad de que durante ese curso se organizó un curso de formación con grupos de trabajo de música de cámara, y allí que fui yo a proponer un proyecto que desde hacía tiempo quería hacer con clarinete y fagot: trabajar los Divertimenti de Mozart sobre sus óperas… Junto con Miguel Melitón, por aquel entonces profesor de fagot en el mismo Conservatorio, fundamos el “Trio Da Ponte”, grupo con el que estuvimos muy activos y con el cual fuimos seleccionados para el ciclo “Clásicos en Ruta” de la AIE, tocando conciertos por toda España.

Aquí os dejo nuestra primera aparición pública, en el III Encuentro de Clarinete ADEC:

Y el final del concierto que ofrecimos en el Teatro Cervantes, gracias a JJMM de Alcalá de Henares:

 

Bueno, y después de este “entremés musical”, pasamos a la entrevista.

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Nombre completo: Mª Juncal Diago Ortega

Lugar de nacimiento: Soria

 

¿Puedes hablarnos de tus inicios en la música y en especial con el clarinete? ¿Qué persona/s fue/ron decisivas para ti en esta primera etapa?

Empecé a tocar el clarinete con 8 años en el Conservatorio de Soria. Mi hermano ya tocaba el saxofón y yo tenía claro que también quería tocar un instrumento de viento; el clarinete fue el instrumento escogido, aunque era muy pequeña y no tengo claro por qué lo escogí.

Mi primer profesor de clarinete fue Rafael Albert. Recuerdo que esperaba con ilusión la clase de clarinete porque quería mostrarle que era capaz de tocar todas las piezas que me pedía como deberes para la siguiente semana. Después tuve a José Quilis, con el que continué estudiando – la verdad es que un montón de piezas y estudios-, y finalmente a Vicente Ferrer, con el que estuve estudiando durante más tiempo en esta primera etapa. Con él aprendí, entre otras muchas cosas, a tener una técnica mucho más depurada, el maravilloso repertorio que tenemos para clarinete -incluso a nivel profesional- y a identificar objetivos y trazar un plan para alcanzarlos. También destacaría su generosidad al prestarme su clarinete en La – ni el Conservatorio ni yo disponíamos de uno – para poder estudiar en casa las obras que lo requerían.

¿Cómo, cuándo, de qué manera te diste cuenta que te dedicarías a la música? ¿Fue algo premeditado o más bien te dejaste llevar?

Bueno, la verdad es que al gustarme ya desde pequeñita y al tener cierta facilidad, ya lo tenía en mente.

Recuerdo que la etapa de los estudios superiores fue especialmente dura, ya que decidí continuar mis estudios musicales en el Conservatorio Superior de Zaragoza, hoy Conservatorio Superior de Aragón, y los universitarios de Maestra en Lengua Extranjera – Inglés- en Soria, dependiente de la Universidad de Valladolid. Además, asistía el sábado en Valladolid a los ensayos de la Orquesta Universitaria e, incluso, algún año trabajaba con media jornada en el Conservatorio Profesional de Ávila. Debo reconocer que fue una locura, a lo largo de la semana dormía en cuatro ciudades distintas…! Viví esta etapa de mi vida intensamente y a una velocidad vertiginosa… No me arrepiento nada de que haya sido así, pues me dio la oportunidad de desarrollarme, no sólo profesionalmente sino también personalmente, desde diferentes puntos de vista.

¿Quién ha marcado (para bien) tu etapa formativa?

Todos y cada uno de mis profesores han contribuido (para bien) en mi etapa formativa, tanto los de Conservatorio como los que he tenido en cursillos, master class y clases particulares… M. Guy Deplus me marcó significativamente en esta última fase: su humildad, generosidad y dedicación me conquistaron por completo – por no hablar de su conocimiento del instrumento, repertorio, interpretación, experiencias vividas con compositores, directores, otros intérpretes…-. Fueron dos años irrepetibles e inolvidables de mi vida.

¿Has estudiado fuera de España? ¿Qué destacarías de esta experiencia, tanto para tu formación musical/clarinetística como para tu formación personal?

Sí, estudié con M. Guy Deplus en L´École Normale de Musique Alfred Cortot de Paris durante dos años. Fue una etapa maravillosa, no sólo a nivel formativo sino también a nivel personal. El volumen de trabajo con el clarinete – técnico y musical- durante este tiempo fue enorme. Recuerdo los exámenes, tipo concurso, que hacíamos en la Sala Cortot de l´École, el control y dominio que teníamos que tener de las obras y estudios… todo un reto de superación y control personal.

Además, el poder vivir esta experiencia formativa en la ciudad de París me ofreció un campo de desarrollo personal en un marco incomparable, lleno de contactos culturales, vivenciales, sociales… Fue una etapa inolvidable de mi vida.

¿Cómo fue tu “profesionalización”? ¿Tenías pensado qué camino seguir (conciertos, orquesta, enseñanza…) o fuiste optando a lo que se iba presentando?

Creo que todos, poco a poco, vamos encontrando nuestro lugar dentro del mundo musical. En mi caso particular, me incliné hacia la enseñanza sin descuidar la interpretación. En mi familia somos casi todos profesores: mi madre es maestra, mi hermano es profesor de saxo en el Conservatorio de Cádiz, mi hermana profesora de inglés, mi padre siempre ha formado a niños y no tan niños en el ámbito del deporte… en fin, puede decirse que casi casi la enseñanza fluye por nuestras venas.

Eres profesora en el Conservatorio Profesional de Música de A Coruña. ¿Qué preparación previa hiciste? ¿Qué podrías decirnos del sistema actual de oposición a Conservatorio?

Desde que tuve claro que quería ser profesora de clarinete en un Conservatorio, dediqué todos mis esfuerzos a conseguirlo. Recopilé bibliografía específica de clarinete en varios idiomas para elaborar temas específicos, escogí obras de repertorio con las que me identificaba y me sentía especialmente a gusto al interpretarlas, asistía a clases con varios profesores para que me escuchasen y me aportasen diferentes puntos de vista, “rodaba” el programa en diferentes salas de concierto, elaboré una programación didáctica original y lo más completa posible – en este sentido, mis estudios de maestra en Lengua Extranjera fueron de gran utilidad, así como los consejos, la experiencia y la creatividad de mi hermano-  contribuyeron enormemente a conseguir el reto propuesto.

Fue realmente una carrera de fondo, donde encontré no pocos obstáculos, pero que con fuerza de voluntad, resiliencia, creencia en uno mismo y ánimos de familia, compañeros de profesión y amigos, conseguí alcanzar el objetivo propuesto.

En cuanto al sistema de oposición a Conservatorio, en mi opinión habría que replantearse varias cuestiones, entre otras: devolver la importancia de la formación pedagógica instrumental – no olvidemos que trabajamos con niños, adolescentes e incluso personas de más edad o  adultas-; devolver la imparcialidad en la selección del tribunal examinador – lo que beneficiaría tanto a los propios opositores como a los miembros del tribunal- y valorar al candidato desde un punto de vista holístico.

¿Cómo se ve el panorama musical de España desde Galicia? ¿Cómo la ves tú, musicalmente o clarinetísticamente hablando?

En Galicia hay una gran tradición musical, especialmente en lo que se refiere a los instrumentos de viento. Prácticamente en cada población hay una Banda de Música; además, la comunidad cuenta con dos Orquestas Sinfónicas de gran calidad con una amplia oferta cultural. De Galicia están surgiendo grandes músicos que, debido a la escasez de oportunidades que les ofrece España, se ven obligados a emigrar a otros países para poder dedicarse profesionalmente a ella. Es la gran asignatura pendiente de este país, la inversión en educación y la valorización de la cultura; en nuestro caso, la música.

¿Algún proyecto que quieras compartir aquí?

Varios. En el Conservatorio Profesional de Música da Coruña estamos llevando a cabo un proyecto internacional Erasmus Plus K2 denominado “Let the music do the talking”, en donde tratamos ampliar la formación de las enseñanzas musicales de conservatorio con otras instituciones europeas de educación. Se trata de un plan de innovación e intercambio de buenas prácticas.

Por otra parte, me encantaría retomar el proyecto del Trío da Ponte que creamos hace ya varios añitos  y con el que tantos conciertos ofrecimos por España.

 

¡Muchísimas gracias, Juncal!

Y gracias a los lectores por leer.

Cecilia.

 

 

 


Archivado en: Arte, clarinete, Educación, entrevistas, pedagogía, Personal, Reflexiones Tagged: enseñanza, entrevista, música, pedagogía, trio da ponte

Conferencia sobre educación auditiva de Encarnación López de Arenosa

Gracias a la Universidad Internacional de la Rioja y su programa "openclass", podemos disfrutar de esta conferencia de la catedrática Encarnación López de Arenosa, genial como siempre. Se titula: "Educación auditiva. Los tópicos en torno al oído".
Es cierto que varias diapositivas van descuadradas con la voz, pero se puede seguir igualmente.
Seguro que os resultará interesante.