MODO MAYOR, MODO MENOR





Una tonalidad puede tener dos modalidades: mayor y menor
Lo que diferencia a un modo del otro es la distancia que existe  entre algunos de sus grados respectivos, es decir, entre las notas que forman la escala.
Todos sabemos ya que en el modo mayor (escala diatónica que solemos utilizar en clase) tenemos un semitono del III al IV grado (nota)  y  del VII al VIII grado (nota), y un tono de distancia entre todos los demás.

Sin embargo, esta disposición de los semitonos cambia en el modo menor, donde encontramos un semitono de distancia entre el II y el III y entre el V y el VI, y un tono  entre los demás.
El resultado de esto que parece tan complicado, es  una sonoridad diferente.


Con  los ejemplos que tenéis a continuación todo quedará más claro. Pulsad el botón de play y estad atentos.

Primero escucharemos la escala de Do mayor  seguida de un ejemplo melódico.


Ahora escuchemos la escala de Do menor seguida del mismo ejemplo melódico en modo menor. Ved que en la armadura de clave, al principio del pentagrama, tenemos tres bemoles. Éstos son necesarios para mantener y establecer la distancia adecuada (de tonos y semitonos) entre las notas, tal y como hemos explicado arriba.



 Escuchemos ahora la diferencia armónica (cómo suenan los diferentes modos en acordes)



Habréis observado que el modo menor parece tener un carácter más melancólico. Con frecuencia y desde antiguo, se lo asocia  con la tristeza frente a la "alegría" del modo mayor. Nadie como Beethoven para mostrárnoslo con su Bagatela WoO 54 en Do Mayor
Comprobaréis que tiene una forma ternaria en la que la primera sección, en Do mayor se repite de nuevo una vez terminada la segunda sección  en Do menor. En el vídeo se aprecia muy bien.



Pinchando en el enlace se puede obtener la PARTITURA.

Y ahora un ejercicio. A ver si sois capaces de diferenciar el cambio de modalidad , de mayor a menor, en el primer movimiento de la Sonata en Sol Mayor Op. 14 nº2, también  de Beethoven.
La interpreta Alfred Brendel.

Pista: atentos al minuto 3,47  

   

 La reexposición del tema inicial la tenemos en el minuto 5,30.

Recomendaciones:
Magnífico "sitio" para los enamorados de Beethoven: El músico de Bonn. Una vez que entras, no puedes salir.

Entradas relacionadas: LA TONALIDAD

GYMNOPÉDIES


Fauno contempla a ninfa dormida 
 Picasso 1946

En una ocasión, Alejo Carpentier escribió: "Ved algunos dibujos de Picasso. Comprenderéis las Gimnopedias." Hoy podremos comprobar esa acertada apreciación aquí si observamos atentamente la imagen superior y aprestamos el oído.


Algunos se preguntarán qué son las Gimnopedias. Pues bien; las Gimnopedias son tres breves piezas pianísticas -  probablemente las más conocidas junto con las Gnossiennes -  compuestas por el compositor francés Erik Satie  en torno a 1888. 
Satie (1866-1925),  desarrolló su carrera musical paralelamente a la del famosísimo Debussy y,  aunque  más modestamente, ejerció una importante influencia sobre sus contemporáneos debido a las  novedades que aportó y a las características esenciales de su estilo. Entre esas características hay que destacar las frases breves  repetidas una y otra vez,  una  linea melódica de extraordinaria claridad y nitidez  - ondulante,  sinuosa, de "suave balanceo"- , unas armonías de carácter modal en las cadencias y unos esquemas rítmicos sencillos. A veces incluso, omite barras de compás, tempo y armadura. En fin, auténticas audacias para su tiempo.
Todo ello da como resultado una música libre de sentimentalismos, de artificios y  de cualquier elemento superfluo; una música de grave sencillez, consecuencia de la vuelta a los elementos básicos,  frente a las complejidades armónicas de los impresionistas del momento. (Ascetismo musical lo han llamado algunos).


Volvamos ahora sobre el dibujo de Picasso y sobre su también esencial, nítida y ondulante línea, mientras nos dejamos envolver  por las particulares y fantásticas sonoridades de las Gimnopedias.



Tenéis las partituras pinchando en  los enlaces. Gymnopédie nº1.   Gymnopédie nº2.  Gymnopédie nº3La primera y la tercera fueron orquestadas por Debussy.

Nota: las gimnopedias eran concursos atléticos que se celebraban en torno al s. V en Esparta y en los que - según nos informa  Pseudoplutarco - la música tenía un importante papel. De los faunos y las ninfas ya hemos hablado mucho. (Una vez más, queridos alumnos de 3º, Grecia por todas partes.)

Y para terminar, solo añadir que nuestro compositor de hoy fue un hombre de curiosa personalidad ¡que también hizo incursiones en  el cine!
Os invito a ver Entr'Acte, ejemplo de  dadaísmo cinematográfico dirigido por René Claircon música de Satie  (que además aparece en la filmación, al igual que los artistas Francis Picabia,  Marcel Duchamp y Man Ray).




Enlace interesantísimo:
Alfonso Vella: Yo me llamo Erik Satie, como todo el mundo  (Revista Musicalia nº1)

Bibliografía:
Machlis, Joseph: Introducción a la música contemporánea. Ed. Marymar. Buenos Aires
Mila, Massimo: Breve historia de la música. Ed. Península. Barcelona 2003
Carpentier, Alejo: Ese músico que llevo dentro

GYMNOPÉDIES


Fauno contempla a ninfa dormida 
 Picasso 1946

En una ocasión, Alejo Carpentier escribió: "Ved algunos dibujos de Picasso. Comprenderéis las Gimnopedias." Hoy podremos comprobar esa acertada apreciación aquí si observamos atentamente la imagen superior y aprestamos el oído.


Algunos se preguntarán qué son las Gimnopedias. Pues bien; las Gimnopedias son tres breves piezas pianísticas -  probablemente las más conocidas junto con las Gnossiennes -  compuestas por el compositor francés Erik Satie  en torno a 1888. 
Satie (1866-1925),  desarrolló su carrera musical paralelamente a la del famosísimo Debussy y,  aunque  más modestamente, ejerció una importante influencia sobre sus contemporáneos debido a las  novedades que aportó y a las características esenciales de su estilo. Entre esas características hay que destacar las frases breves  repetidas una y otra vez,  una  linea melódica de extraordinaria claridad y nitidez  - ondulante,  sinuosa, de "suave balanceo"- , unas armonías de carácter modal en las cadencias y unos esquemas rítmicos sencillos. A veces incluso, omite barras de compás, tempo y armadura. En fin, auténticas audacias para su tiempo.
Todo ello da como resultado una música libre de sentimentalismos, de artificios y  de cualquier elemento superfluo; una música de grave sencillez, consecuencia de la vuelta a los elementos básicos,  frente a las complejidades armónicas de los impresionistas del momento. (Ascetismo musical lo han llamado algunos).


Volvamos ahora sobre el dibujo de Picasso y sobre su también esencial, nítida y ondulante línea, mientras nos dejamos envolver  por las particulares y fantásticas sonoridades de las Gimnopedias.



Tenéis las partituras pinchando en  los enlaces. Gymnopédie nº1.   Gymnopédie nº2.  Gymnopédie nº3La primera y la tercera fueron orquestadas por Debussy.

Nota: las gimnopedias eran concursos atléticos que se celebraban en torno al s. V en Esparta y en los que - según nos informa  Pseudoplutarco - la música tenía un importante papel. De los faunos y las ninfas ya hemos hablado mucho. (Una vez más, queridos alumnos de 3º, Grecia por todas partes.)

Y para terminar, solo añadir que nuestro compositor de hoy fue un hombre de curiosa personalidad ¡que también hizo incursiones en  el cine!
Os invito a ver Entr'Acte, ejemplo de  dadaísmo cinematográfico dirigido por René Claircon música de Satie  (que además aparece en la filmación, al igual que los artistas Francis Picabia,  Marcel Duchamp y Man Ray).




Enlace interesantísimo:
Alfonso Vella: Yo me llamo Erik Satie, como todo el mundo  (Revista Musicalia nº1)

Bibliografía:
Machlis, Joseph: Introducción a la música contemporánea. Ed. Marymar. Buenos Aires
Mila, Massimo: Breve historia de la música. Ed. Península. Barcelona 2003
Carpentier, Alejo: Ese músico que llevo dentro

Preparación, casualidad y silencio

John CageLos instrumentos musicales pueden utilizarse no sólo de la manera que les es más propia, sino también mediante técnicas heterodoxas: por ejemplo, los instrumentos de cuerda pueden producir sonidos percutidos golpeando la caja de resonancia con diferentes partes de la mano (la palma, la yema de los dedos, los nudillos, …) y en lugar de con las crines del arco, en los instrumentos de cuerda frotada, se puede provocar la vibración de las cuerdas golpeándolas o frotándolas con la madera de ese mismo accesorio, un efecto denominado con las palabras italianas col legno.

Los instrumentos de viento también tienen algunas maneras inusuales de producir sonido como por ejemplo el flutter-tonguing (frecuentemente anotado en las partituras en italiano: frullato o en alemán: Flatterzungue) o el slap tongue, un efecto muy bien explicado en este vídeo.

Estas maneras no convencionales de emitir sonidos son sólo algunas de las llamadas técnicas extendidas, presentes no sólo en todos los instrumentos musicales, sino también en la voz (entendida como el instrumento del cantante) donde el ejemplo más conocido y espectacular es el beatboxing.

Hasta aquí hemos hablado de técnicas extendidas en las que quien actúa de manera diferente de lo habitual es el instrumentista. Sin embargo, lo que vamos a ver ahora es un caso en el que el ejecutante toca con una técnica convencional en un instrumento que ha sido modificado previamente según las intenciones del compositor.

Aunque otros autores anteriores, como Satie o Villa-Lobos, sintieron la necesidad de modificar el timbre del piano para conseguir determinadas atmósferas, fue John Cage el primero en realizar una profunda experimentación tímbrica con este instrumento en 1940, inventando así el piano preparado.

A este compositor, del que hoy celebramos el centenario de su nacimiento, le había sido encargada la música para un ballet, Bacchanale, que iba a representarse en una sala demasiado pequeña para contener los instrumentos de percusión necesarios para su idea originaria. Por eso modificó un piano, insertando entre las cuerdas varios objetos, que indicó con mucha precisión en una tabla similar a la del siguiente fragmento.

Sonatas-interludes-table (FU Wikimedia Commons)

El pianista iba a tocar las teclas como de costumbre, pero el sonido resultante de cada una de ellas sería muy sorprendente. En el siguiente vídeo podemos ver el proceso de preparación de un piano empleando esa misma tabla y escuchar un poco el efecto acústico.

La obra para la que están preparando el piano del vídeo anterior es Sonatas and Interludes, tal vez la obra más representativa y seguramente la más celebrada de la larga lista de obras para piano preparado que Cage compuso tras Bacchanale. Se trata de una colección de 20 piezas que el músico estadounidense escribió entre 1946 y 1948, reflejando en ellas la influencia de la música y la filosofía indias por las que había empezado a interesarse. Aquí la obra completa.

Posteriormente, su interés por la cultura oriental le llevó a conocer el Libro de las mutaciones (I Ching) y a investigar sobre el azar. En 1951 compuso Music of Change, una pieza para piano solo (normal, no preparado), en la que muchas decisiones musicales están tomadas al azar mediante el lanzamiento de monedas. De la participación de la casualidad en el proceso creativo es de donde viene la definición de música aleatoria con la que se conoce este método compositivo.

Cage extremó la presencia del azar en la música en una obra que compuso el año siguiente y que es sin lugar a duda su composición más famosa: 4’33”. Se trata de una pieza en tres movimientos cuya partitura consiste en una sola palabra: Tacet.

El silencio musical indicado en la partitura durante los 4 minutos y 33 segundos que dura la pieza no es un silencio absoluto, algo que en realidad ni siquiera existe, ni siquiera en el lugar más silencioso del planeta. Esta “provocación” de Cage no fue recibida de la manera que el compositor esperaba. Él mismo declaró tras su estreno en Nueva York:

No entendieron su objetivo. No existe eso llamado silencio. Lo que pensaron que era silencio, porque no sabían como escuchar, estaba lleno de sonidos accidentales. Podías oir el viento golpeando fuera durante el primer movimiento. Durante el segundo, gotas de lluvia comenzaron a golpetear sobre el techo, y durante el tercero la propia gente hacía todo tipo de sonidos interesantes a medida que hablaban o salían.

Es muy difícil profundizar en (aunque por otro lado muy fácil intuir) las implicaciones cognitivas y emocionales de la “escucha” de esta obra por parte de un público ignaro así como las consecuencias filosóficas y musicales en los autores contemporáneos y posteriores. Desde este punto de vista, podríamos decir que Cage nos ha dejado el silencio más estrepitoso que nunca se haya oído.

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