Un posible proceso de evaluación para el área de Educación Musical

Para diseñar el proceso de evaluación tomamos como base teórica el portfolio. A partir de esto extrajimos algunas particularidades de este tipo de evaluación de modo tal de diseñar un instrumento que resulte adecuado a las características de los niños de esta sección.
Dispondremos de una figura de un tren realizado en un material lo suficientemente resistente para que perdure durante todo el año. Este tren constará con cinco vagones, uno para cada unidad de esta planificación. Así mismo cada vagón será particularizado con un color que coincide con el que tendrá cada unidad, y además brindará la posibilidad de guardar dentro del mismo papeles, CD´s, imágenes, dibujos de los niños, etc. Así durante el desarrollo de la unidad se podrán guardar ahí mismo referencias a las producciones realizadas por los niños. En el caso de ser producciones musicales estas se grabarán de modo tal de, llegado el momento, poder escucharlas.
Es importante esta descripción detallada que realizamos del recurso material que se utilizará pues es parte esencial de la posibilidad que les brindaremos a los niños de autoevaluarse. Con esto queremos expresar que el proceso que los niños realicen para auto evaluarse será tan valioso como el propio proceso de aprendizaje, pues justamente es entendida la evaluación como un proceso de aprendizaje en sí mismo. De este modo propone un proceso de evaluación como aprendizaje.
Una característica sustancial del instrumento de evaluación del cual nos estamos “inspirando” para diseñar esta evaluación de proceso es la reflexión por parte de los niños sobre las evidencias recolectadas en cada vagón (trabajos, experiencias, grabaciones, dibujos, etc). Esto es porque, será la reflexión y la toma de decisiones sobre incorporar o no tal o cual evidencia en el vagón, lo que permitirá vincular todas estas experiencias con los aprendizajes realizados y regular el proceso de aprendizaje (identificar qué se superó ampliamente o qué puede mejorarse). Además será este el momento en que los niños tomarán consciencia de de su propio aprendizaje que esto es también, aprender sobre el aprendizaje realizado.
Para dar cuenta de esta reflexión sobre el proceso se propone realizar “paradas” (para los niños será, por ejemplo, la “parada en la estación violeta”), donde se identifique un momento en revisar (escuchar, mirar, pensar) todo lo que se guardó como evidencia en el vagón correspondiente (en el ejemplo, el vagón violeta) y se emitan juicios de valor sobre lo realizado. Para lograr esto, se planificarán, lo que llamaremos “ayudas”, que permitirán guiar al grupo de niños de modo tal de lograr conclusiones sobre lo realizado. Esto no será una tarea sencilla para los alumnos, porque les estamos proponiendo que piensen sobre lo que hicieron y, aun más, puedan expresar e identificar fortalezas y debilidades de su trabajo. Pero en este punto una cuidadosa planificación de las “paradas” puede salvar algunas de estas dificultades.
Una aclaración importante sobre las “paradas”: éstas se realizarán inicialmente luego de terminada una unidad, es decir cuando el vagón esté “totalmente cargado” de evidencias. No obstante no se descarta la posibilidad de plantear una actividad de reflexión en otros momentos del desarrollo de las unidades (“parada de emergencia”). Esto posiblemente dependerá del las decisiones didácticas que se vallan tomando a lo largo del proceso de enseñanza y aprendizaje en cada sala en particular.
Además de considerar este poderoso instrumento de evaluación nos parece importante otorgar un lugar en este desarrollo al feedback de las actividades de instrumentación y ejecución musical. Para Ferrero y Martín (2002),
(…) el docente por medio del feedback intenta que el grupo o cada integrante del mismo mejore a partir del entendimiento de su performance, observada desde afuera. El profesor a cargo en algún momento debe colocarse como oyente externo, evaluando el resultado artístico musical del mismo, intentando separar el conocimiento que posee del desenvolvimiento del grupo, de la comunicación entre ellos, de la aceptación o no de consignas, de las capacidades individuales observadas durante el proceso, entre otros aspectos. (pp. 325)

Desde estas perspectivas abordadas, vemos que la evaluación estará fusionada explícitamente con el proceso de enseñanza desde estas dos cuestiones: la retroalimentación constante en las actividades corales y de instrumentación, y en la evaluación y auto evaluación del procesotravés del “portfolio grupal”.


Todo diseño de evaluación como todo producto humano es susceptible de mejora y por tanto sujeto a crítica. Pensamos que la mejor forma de aproximarse al objetivo de realizar evaluaciones justas es precisamente reconociendo nuestra incapacidad para ser evaluadores perfectos” (Prieto Alberola, 2001, p.337)

Un posible proceso de evaluación para el área de Educación Musical

Para diseñar el proceso de evaluación tomamos como base teórica el portfolio. A partir de esto extrajimos algunas particularidades de este tipo de evaluación de modo tal de diseñar un instrumento que resulte adecuado a las características de los niños de esta sección.
Dispondremos de una figura de un tren realizado en un material lo suficientemente resistente para que perdure durante todo el año. Este tren constará con cinco vagones, uno para cada unidad de esta planificación. Así mismo cada vagón será particularizado con un color que coincide con el que tendrá cada unidad, y además brindará la posibilidad de guardar dentro del mismo papeles, CD´s, imágenes, dibujos de los niños, etc. Así durante el desarrollo de la unidad se podrán guardar ahí mismo referencias a las producciones realizadas por los niños. En el caso de ser producciones musicales estas se grabarán de modo tal de, llegado el momento, poder escucharlas.
Es importante esta descripción detallada que realizamos del recurso material que se utilizará pues es parte esencial de la posibilidad que les brindaremos a los niños de autoevaluarse. Con esto queremos expresar que el proceso que los niños realicen para auto evaluarse será tan valioso como el propio proceso de aprendizaje, pues justamente es entendida la evaluación como un proceso de aprendizaje en sí mismo. De este modo propone un proceso de evaluación como aprendizaje.
Una característica sustancial del instrumento de evaluación del cual nos estamos “inspirando” para diseñar esta evaluación de proceso es la reflexión por parte de los niños sobre las evidencias recolectadas en cada vagón (trabajos, experiencias, grabaciones, dibujos, etc). Esto es porque, será la reflexión y la toma de decisiones sobre incorporar o no tal o cual evidencia en el vagón, lo que permitirá vincular todas estas experiencias con los aprendizajes realizados y regular el proceso de aprendizaje (identificar qué se superó ampliamente o qué puede mejorarse). Además será este el momento en que los niños tomarán consciencia de de su propio aprendizaje que esto es también, aprender sobre el aprendizaje realizado.
Para dar cuenta de esta reflexión sobre el proceso se propone realizar “paradas” (para los niños será, por ejemplo, la “parada en la estación violeta”), donde se identifique un momento en revisar (escuchar, mirar, pensar) todo lo que se guardó como evidencia en el vagón correspondiente (en el ejemplo, el vagón violeta) y se emitan juicios de valor sobre lo realizado. Para lograr esto, se planificarán, lo que llamaremos “ayudas”, que permitirán guiar al grupo de niños de modo tal de lograr conclusiones sobre lo realizado. Esto no será una tarea sencilla para los alumnos, porque les estamos proponiendo que piensen sobre lo que hicieron y, aun más, puedan expresar e identificar fortalezas y debilidades de su trabajo. Pero en este punto una cuidadosa planificación de las “paradas” puede salvar algunas de estas dificultades.
Una aclaración importante sobre las “paradas”: éstas se realizarán inicialmente luego de terminada una unidad, es decir cuando el vagón esté “totalmente cargado” de evidencias. No obstante no se descarta la posibilidad de plantear una actividad de reflexión en otros momentos del desarrollo de las unidades (“parada de emergencia”). Esto posiblemente dependerá del las decisiones didácticas que se vallan tomando a lo largo del proceso de enseñanza y aprendizaje en cada sala en particular.
Además de considerar este poderoso instrumento de evaluación nos parece importante otorgar un lugar en este desarrollo al feedback de las actividades de instrumentación y ejecución musical. Para Ferrero y Martín (2002),
(…) el docente por medio del feedback intenta que el grupo o cada integrante del mismo mejore a partir del entendimiento de su performance, observada desde afuera. El profesor a cargo en algún momento debe colocarse como oyente externo, evaluando el resultado artístico musical del mismo, intentando separar el conocimiento que posee del desenvolvimiento del grupo, de la comunicación entre ellos, de la aceptación o no de consignas, de las capacidades individuales observadas durante el proceso, entre otros aspectos. (pp. 325)

Desde estas perspectivas abordadas, vemos que la evaluación estará fusionada explícitamente con el proceso de enseñanza desde estas dos cuestiones: la retroalimentación constante en las actividades corales y de instrumentación, y en la evaluación y auto evaluación del procesotravés del “portfolio grupal”.


Todo diseño de evaluación como todo producto humano es susceptible de mejora y por tanto sujeto a crítica. Pensamos que la mejor forma de aproximarse al objetivo de realizar evaluaciones justas es precisamente reconociendo nuestra incapacidad para ser evaluadores perfectos” (Prieto Alberola, 2001, p.337)

Una propuesta para trabajar con la canción "Pasa el Batallón"

Hola!

La actividad que presentamos a continuación permitirán evaluar a nivel grupal procedimientos y competencias que guiarán el diseño y planificación deuna propuesta de aprendizaje del área para el presente ciclo lectivo. En particular nos interesa observar en los niños cuestiones específicas del área:
- Uso de la voz, participación y actitudes frente al aprendizaje de canciones;
- Ejecución, cuidado y manipulación de materiales sonoros y cotidiáfonos;
- Ejecución e imitación de ritmos sencillos.
Esta actividad la diseñamos con la finalidad de vincular todos los aspectos que pretendemos observar en los niños, que ya detallamaos anteriormente. En esta oportunidad planteamos una instrumentación para niños de 4 y 5 años sobre la canción “Pasa el batallón” (Rosenfeld). Si bien esta canción puede cantarse en forma de Canon, el objetivo de la actividad no es ese.
Escuchan la canción “Pasa el batallón” y aprenden a cantarla con acompañamiento de guitarra. Luego de que esta actividad ha sido superada trabajaremos sobre la memoria musical y auditiva. Cantan algunos compases de la canción “en silencio”. Completan cantando aquellos compases que la docente 'se olvida' de cantar. Esta actividad le permitirá también a los niños internalizar el pulso de la canción. Los pulsos que “no se cantan” coinciden con los finales de frase. Serán estos mismos pulsos los involucrados en la consigna siguiente.
Ejecutan con palmas el siguiente esquema rítmico mientras escuchan la grabación de la canción:
1.
 

Luego de lograr la consignaanterior propondremos a los niños complejizar la ejecución. Ejercitan el siguiente esquema rítmico con sonidos de la percusión corporal:
2.
 
Ejercitan el esquema anterior sobre la grabación. Estas consignas pueden implementarse utilizando grafías analógicas.
El cuidado de los instrumentos musicales, así como también su correcta ejecución también será uno de los objetivos del presente ciclo lectivo, por lo tanto pretendemos diagnosticar posibles logros y obstáculos. Reciben claves y realizan una exploración libre. Mientras escuchan la grabación de la canción ejecutan el esquema rítmico 1. Luego que esta actividad haya sido superada, elevamos el nivel de dificultad. Mientras escuchan la grabación de “Pasa el batallón” ejecutan el esquema rítmico 2.
Separados en dos grupos (posiblemente siguiendo un criterio como nenes/nenas) incluyen en la siguiente consigna los dos ritmos ejercitados anteriormente. Instrumentan la canción del siguiente modo: el grupo 1 ejecuta el ritmo 2 solo en los compases 3 y 4; y el grupo 2 ejecuta el ritmo 2 solo en los compases 7 y 8.
Para finalizar esta actividad proponemos incorporar una instancia de autoevaluación grupal sobre la producción realizada. De este modo podremos observar y proponer a los niños que realicen críticas a su propio trabajo. Para llevar adelante esto proponemos grabar la producción grupal para que pueda ser reproducida y analizada. Graban la producción y la escuchan para proponer modificaciones que enriquezcan la actividad.
Para que pueda ser analizada la producción daremos algunos criterios que guíen el análisis:
- Timbres: ¿cómo creen que sonará la canción si le incorporamos otros instrumentos? ¿Cuáles?. En este caso dispondremos de instrumentos en la sala de modo tal de explorar las ideas que los niños propongan. Es importante también que logren identificar los compases en los cuales incorporarían otros timbres, posiblemente puedan ser identificados por la letra de la canción en dichos compases.
En esa situación es importante destinar un tiempo de la clase para “probar” estas ideas sobre la grabación.
- Intensidad: En algunas partes de la canción, ¿Tocarían los instrumentos más suave? ¿Dónde?. En esta instancia también es importante dar lugar a la exploración, de modo tal que los alumnos puedan decidir sobre las elecciones que realizan bajo las preguntas anteriores.
Exploran, exponen y ejercitan cambios que enriquezcan la versión grabada de la actividad realizada.

Para los niños más grandes...
En el blog de DiegoSax podrán encontrar una instrumentación muy linda con diferentes instrumentos. Claro, dicha instrumentación está pensada para nenes más grandes.

Gracias por su atención, muchos saludos!
Ma. de los Milagros.
@MiliLanghi 

La pesrpectiva teórica de Murray Schafer para abordar la propuesta del área de Educación Musical


Sección 5 Años
Musiquitas Viajeras”

Propuesta del área
Explicar la importancia de la expresión musical en el nivel inicial de la escolarización de los niños es una tarea ya realizada en años anteriores que, enfatizando su importancia, pretendemos ampliar desde otros puntos de vista. Las preguntas que deben surgir en esta instancia deben ser de algún modo el hilo conductor de la propuesta pedagógica del área. Otorgarle sentido a las practicas de enseñanza implica también supuestos y representaciones básicas (y no tan básicas) que trae consigo el docente y que le otorgan personalidad y singularidad a su trabajo.
Sea cual fuese la perspectiva que adoptemos para nuestra práctica pedagógica, es muy imprescindible que la discusión epistemológica personal exista. No es posible educar musicalmente a nadie si no se tiene un fundamento que explique como se aprende lo que se enseña. Tampoco es posible enseñar música sin amara a la música.1
Recuperar el placer creativo y las sensaciones que desprende la experiencia musical serán principios que marcarán la tarea del presente año. Buscaremos enfocarnos en facilitarle a los niños situaciones que permitan tener contacto con sonidos y ejemplos musicales donde ellos sean partícipes directos y hacedores de sus propios aprendizajes a través de juegos simbólicos donde se priorice la expresión fundada en una intencionalidad pedagógica definida previamente, esperando que los resultados no solo cumplan con los objetivos y expectativas planteadas sino que sean más amplios que dicha intencionalidad.

Sobre las influencias teóricas
Fuente: Wikipedia.org
En los siguientes párrafos retomaremos algunos tópicos esenciales de la teoría de Raymond Murray Schafer, que servirán de sustento de la propuesta pedagógica que presentamos. Antes de adentrarnos en aspectos puramente teóricos, es pertinente situar al autor dentro de los períodos de desarrollo de los métodos en educación musical del siglo XX y XXI. La Dr. Violeta Hemsy de Gainza realiza un recorrido histórico y caracteriza cada uno de estos períodos ubicando al autor que estamos trabajando en el cuarto período o período de los métodos creativos (décadas de 1970 y 1980). Los métodos desarrollados en el cuarto período ponen énfasis en el desarrollo de la creatividad, de modo tal que la creación musical es compartida tanto por el docente como por los alumnos. Así el docente no se limita a crear y seleccionar los materiales para el desarrollo de la clase sino que el alumno toma un rol preponderante creando música junto con el docente en el ámbito áulico. Este método se encuentra entre ls considerados dentro del paradigma creativo en educación musical.
Así mismo, Gainza (2003) reconoce a Schafer como un transgresor en el campo de la educación musical,
Entre los años 1973 y 1992 Schafer publica sus cinco libritos memorables, en los que sintetiza su breve pero intensa experiencia pedagógica en universidades de su país. Trasgresor arquetípico, Schafer aspira a sensibilizar la escucha y desarrollar la curiosidad sonora de los estudiantes, en los célebres seminarios y clases magistrales que dicta durante esos años en todo el mundo. (pág. 9)
A partir de esta contextualización podemos identificar que su propuesta, dentro de los métodos creativos, invita a la “creación”. Aunque pueda aludirse una redundancia sin dudas es una idea muy compleja de comprender. Para el autor la enseñanza de la música no parte del hacer música como una expresión llana y simple; sino que la acción de hacer música contempla un hecho que favorece la creatividad y parte de la necesidad de hacer música porque existió previamente un ejercicio minucioso de escucha del entorno sonoro. Justamente los conceptos de Soundscape y ecología acústica tienen gran relevancia en esta teoría pues permiten comprender y describir críticamente el medio ambiente ecológico humano que se encuentra ubicado entre el sonido y el ruido. En más, una de las ideas principales del autor le otorga gran importancia a la educación musical pues permite formar personas capaces de interactuar con su mundo sonoro y modificarlo, así lo expresa Luis Gerrero (2009) interpretando a Murray Schafer,
La importancia de enseñar música a los niños, entonces, radica en la posibilidad de formar una generación que recupere una capacidad inherente a su naturaleza como es la de reconocer y disfrutar los diversos sonidos de su entorno, los que existen y los que ella pueden producir, distinguiéndolos del ruido. Pero además, que pueda ser capaz incluso de crear música con ellos y de intervenir hasta en el diseño del paisaje acústico de su propia comunidad. Sin duda, estas capacidades le van a abrir, a la vez, la posibilidad de ser una generación con mayor capacidad para escucharse a sí misma y para conectarse con los sonidos de su propia voz o de sus pensamientos, algo que la velocidad y la polución sonora que caracteriza la vida social actual, tanto como el nivel de estrés que esto genera, permite cada vez menos. (Pág, 4)
De este modo la educación musical va más allá de una instancia de la escolaridad, más aun plantea educar para la intervención en el mundo sonoro.
Tal como el propio autor lo menciona, el termino soudscape deriva de landscape mediante el cual se hace referencia a all that you see, y de forma análoga soudscape implica all that you hear. Así el concepto de soudscape resulta complejo pues estamos hablando de unificar en un solo término todos los ruidos y sonidos que escuchamos en nuestro entorno. El principal aporte de Murray Schafer fue sin dudas proponerle a los estudiantes trabajar con el soudscape para hacer música. Este es el punto interesante y tal vez resultó de su influencia inicial como compositor musical.
El soundscape se compone de diversos sonidos que pueden ser clasificados en sonidos principales, que definen el carácter de la gente que vive en el lugar; señales sonoras son aquellas que de repente ganan el primer plano y se escuchan conscientemente; y las marcas sonoras que representan sonidos característicos de cada lugar y le otorgan particularidad. (Guerrero, 2009: 6)
Sin dudas estas concepciones parten de comprender el mundo sonoro, pero más bien educar para su comprensión y poder incidir en la reesctructuración del soundscape, o dicho de otro modo, pensar el soundcape en términos musicales. Lo que no se puede dejar de comprender y mostrar a los niños es que todos somos compositores del soundscape.
Precisamente, Murray Schafer cree que podemos aprender desde niños a manejar los sonidos con menos torpeza y a tratarlos más bien como objetos preciosos, pues «la música no es más que una colección de los sonidos más fascinantes y bellos, producidos por hombres con buenos oídos y afectuosamente recordados por la humanidad» (Guerrero, 2009: 8)
Para Guerrero existen algunos principios básicos que debe considerar la propuesta de educación musical basada en la perspectiva de Murray Schafer, a saber:
- Producir sonidos: no se entiende a la educación musical como un estudio “del pasado” es decir, de música ya realizada por otros. De este modo no sería relevante el estudio de la notación musical, de biografía de autores, sino más bien de la experimentación y la producción de sonidos de modo tal que los niños entiendan a la música como algo que se da aquí y ahora, no como un objeto del pasado.
La música es algo que suena. Si no suena, no es música. Siempre me resistí a la lectura musical en las primeras etapas de la educación, porque la lectura incita demasiado fácilmente a una desviación hacia el papel y los pizarrones, que no suenan… La notación musical convencional es un código extremadamente complicado y para dominarlo se necesitan años de adiestramiento. Mientras no se logra dominarlo es un impedimento para obtener seguridad (Murray Schafer, R., 1984:46)
- Encender la Chispa: es necesario despertar en los niños la curiosidad creativa, esa que permite movilizarlos sobre un tema, que los deje pensando, que vuelvan de sus hogares con algo nuevo que contar sobre el tema. Aquí se hace una diferencia sobre los aprendizajes exitosos y no exitosos. Dice Schafer que en muchas ocasiones lo que no resulta exitoso para el maestro de música lo es para el alumno y viceversa. Por lo tanto esta clasificación puede resultar inapropiada desde su perspectiva. Además es muy importante dar espacios para el ensayo y error, y esto muchas veces “molesta” a los maestros que no comprenden la perspectiva pues el tiempo destinado a estas actividades, que para el alumno resultan exitosas, pueden molestar a las previsiones que el sistema educativo impone a los niños y docentes. No implica descuidar estos tiempos pero antes que éstos, prevalecemos las experiencias de los niños.
- El papel del maestro: Todo docente trae consigo una posición política que se imprime directamente en su tarea. Schafer considera que todo docente trae consigo una idiosincrasia que debe ser respetada a la hora de enseñar música.
Aun más, Schafer considera que en una clase programada para la creación, el maestro debe planificar su propia extinción, es decir debe pensar preguntas pero no es posible considerar todas las respuestas posibles. La idea de generar consignas abiertas quita todo protagonismo al docente y éste debe adaptarse al devenir de la clase. No obstante, este trabajo demanda mucho rigor y esfuerzo, pues la actividad creativa no genera los productos “de la nada” sino que se debe trabajar para lograr los productos musicales que partieron de la imaginación creativa, y esto debe ser comprendido y ejercitado en la clase.
En suma, todos estos aportes resultan influencias para proponer a los niños de preescolar otra forma de aprender música. Con esto no pretendemos suprimir el aprendizaje de canciones ni la ejecución de instrumentos musicales, es decir no proponemos suprimir las influencias de otros métodos musicales como Kodaly u Orff pero sí creemos importante y muy acorde al contexto el tratamiento del soundscape y el desarrollo de la creatividad a partir de preguntas abiertas. Pretendemos hacer música con los niños dentro del aula, de este modo se observará que muchas veces se pueden “pensar” los encuentros con planificaciones donde son se pueden exponer muchos detalles a priori, porque serán los propios niños los que marcarán el ritmo de la producción musical. Con esto los tiempos de trabajo se modificarán, el ejercicio de la creatividad y de la producción musical demanda espacios de ensayo y error, de exploración guiada y libre que en ocasiones no serán igual a otras propuestas.
De este modo expusimos de forma sintetizada una pequeña parte de la propuesta de Murray Schafer, es posible ampliar sus aportes con la bibliografía consignada más abajo.
Esa es la perspectiva que propone el músico y compositor canadiense Murray Schafer para la enseñanza de la música a los niños: en primer lugar, darles la posibilidad de aprender a descubrir el paisaje sonoro del mundo y escuchar to-dos los sonidos del entorno; en segundo lugar, permitirles descubrir el potencial creativo que cada uno posee para hacer su propia música; en tercer lugar, propiciar el encuentro de la música con todas las artes, haciendo de su aprendiza-je una experiencia multisensorial que supere la clásica fragmentación que caracteriza a la educación formal. (Guerrero, 2009: 6)



1LANGHI, María de los Milagros. “Seminario: Los procesos de enseñanza y aprendizajes musicales, distintas perspectivas epistemológicas y enfoques que articulan la teoría y la práctica. Trabajo Final”. ISM - UNL. Pág 12. 2009.


Ma. de los Milagros
@MiliLanghi 

Sobre las Tradiciones y el Espacio de Educación Musical

A continuación comparto con ustedes, lectores del blog, unas palabras que escibí mientras pensaba por qué me sentía en la obligación de trabajar, desde el área de música, las tradiciones argentinas. Sin dudas estos pensamientos son extrapolables a otros contextos u otros paises. 
La exploración teórica y la reflexión me llevaron a replantearme el propio concepto de tradición. Desde este punto un abanico de cuestiones interesantes se despredieron para pensar antes de desarrollar una propuesta para el áula de música.


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Sobre las tradiciones vivas en el contexto social inmediato de los niños. Formulación de un concepto de tradición.

Porque la vereda, la calle, la esquina, el barrio no bastan para perpetuar las joyas de nuestra tradición musical. La escuela puede asegurar su perdurabilidad: la tradición es parte de nuestra identidad.
Porque la escuela transmite conocimiento y puede ser la encargada de fomentar y proteger la cultura: crear, difundir y actualizar valores, con la convicción y la legitimidad que da el saber. (...) ”1

Los hombres como actores de la sociedad se reconocen dentro de un sistema de representaciones culturales que lo identifican. Estas representaciones culturales son compartidas por los miembros de la sociedad y son las que diferencian una sociedad de otra. El fenómeno musical en sí mismo se constituye como vía expresiva por ser producción genuina de los pueblos. Esto esta directamente relacionado con la funcionalidad social de la música como hecho artístico.
Socialmente se imponen referencias que impactan directamente en el desarrollo familiar y degradan la propagación cultural de padres a hijos. Los niños se desarrollan en un ambito vertiginoso donde la multiculturalidad se instaura por necesidades económicas, laborales, temporales, etc. Por otro lado, la institución escolar todavía intenta cumplimentar sus propósitos fundacionales para los que fue creada. Es cierto que los cambios culturales son inherentes a una sociedad en movimiento y en contínuo avance, pero lo anterior no implica la degradación y la desvalorización de las llamadas culturas ancestrales u originarias.
Entonces cuestionemos sobre la implicancia de la tarea docente en la formulación de caracteres genuinos para la identificación cultural de los niños en edad escolar. Es decir, es necesario reflexionar sobre cuál es el alcance de la responsabilidad del docente sobre la identificación cultural de nuestros alumnos. En cuanto a esta reflexión, el gran poeta y autor entrerriano Linares Cardozo nos propone seguir pensando con estas palabras:

“(...) Aunque me educaron para la vida y la esperanza, confieso mi preocupación. En algunas de mis canciones he dejado entrever ese problema y un permanente anhelo: poder ver a los niños de mi pueblo crecer felices en su medio, contando con la atención en todos sus aspectos, para que su desarrollo vital y formativo sea natural, satisfactorio e integral.
Cabe preguntarse: ¿Qué podemos ofrecerles a estos hombres del mañana? Nuestra fe parece quebrantarse. Apesadumbrados, sentimos que una angustia nos invade, ante el futuro incierto de los pequeños, en un mundo cada vez mas deshumanizado. Sin enbargo, sigo creyendo que nuestras posibilidades pueden y deben afianzarse con una responsable voluntad argentina. Frente a este fárrago de problemas actuales nuestro lema debe ser: 'no entregarnos' con indiferencia, ni ser partícipes de aquello que malogre el devenir de nuestros pueblos.2

Es responsabilidad de los transmisores culturales explotar al máximo los acercamientos mas puros y tangibles de las vivencias tradicionales, lidiando con las pseudo tradiciones que han sido extrapoladas de otras sociedades. La desvinculación de las responsabilidades que posee cada padre, madre o ajente de transmisión cultural viene relacionada con la incapacidad o analfabetismo cultural de los propios transmisores. Es decir, los propios educadores tenemos la obligación de revivir esa “responsable voluntad argentina” interiorizándonos, viviendo, defendiendo y produciendo el avance de nuestracultura.
"Mi Argentina" By @MiliLanghi
Cuando nos referimos a cultura generalmente lo confundimos con la idea de tradición. La cultura infiere un congunto de significaciones que son producidos y se ponen de manifiesto en todas las actvidades humanas. Estas significaciones implican ideas, costumbres, hábitos, leyes, actividades, códigos, creencias, etc. En cambio la tradición es una parte de la cultura que por definición es transferible de generación en generación. Al hablar de Tradición generalmente descuidamos los alcances del mismo. Tomamos las ideas expresadas en la revista “Folklore del norte”: “Es lo que identifica a un pueblo y lo identifica de los demás, es algo propio y profundo, siendo un conjunto de costumbres que se transmiten de padres a hijos. Cada generación recibe el legado de las que la anteceden y colabora aportando lo suyo para las futuras. Así es que la tradición de una Nación constituye su cultura popular y se forja de las costumbres de cada región”.3
De esta manera planteamos una problemática directamente relacionada con la formación integral de nuestros niños que va mas allá de lo académico o puramente conceptual, ya que nos interesará principalmente que sean verdaderamente partícipes de una identidad cultural nacional.

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"Mate-matiando" By @MiliLanghi



Hasta aquí mi aporte de hoy. Un abrazo y un mate para todos!
Ma. de los Milagros










1Akoschky, Judith. “¿Por qué la música en la escuela?”. En: “Artes y escuela”.Paidós. Reedic. 2006.
2Cardozo, Linares. “Júbilo de esperanza. Una didáctica para la música y el canto regional”. Cap. “Una escuela para la vida”. Pág. 85. Editorial de Entre Rios. 2004.

3Extraido del artículo “10 de Noviembre: Día de la Tradición”. En: Revista “Folklore del norte”. Fasiculo Nº 3. Noviembre 2006.