Una introducción a la ópera

Hoy quiero comentaros una novedad editorial para aquellos amantes del mundo de la música, y más en concreto, para aquellos que quieran introducirse en el mundo fascinante de la ópera. Se llama "50 Conceptos Cruciales de Ópera"


En la editorial Blume, colección "Guía Breve", escrito por un equipo de colaboradores a cargo de Hugo Shirley y traducida por Maite Rodríguez Fischer, esta publicación muestra los conceptos clave sobre el llamado arte del belcanto. Prologado por Kasper Holten, director de ópera del Royal Ópera House, Covent Garden.

A través de sus diferentes capítulos se explican los diversos componentes de la ópera: con un pórtico a modo de glosario en cada parte, así como una descripción de un perfil de cantante que se relaciona con el tema del mismo (Farinelli, Lind, Caruso, Chaliapin, Callas, Domingo y DiDonato). 

Recorre las piezas fundamentales, la relación entre palabra y música, la evolución de la ópera, los géneros, los compositores más importantes, la clasificación de las voces y los papeles o tipos de personajes que aparecen habitualmente en las distintas óperas.

Está bella y profusamente ilustrado por Iván Hissey, incluyendo en su estrucura un motivo en tres segundos y un aria en tres minutos, que son anécdotas y curiosades así como explicaciones sobre obras en concreto. También incluye temas relacionados (en qué otras páginas del libro hay información referida adicional), minibiografías (nombre, fechas y oficio en unas tres palabras) y texto en treinta segundos (citas célebres).

Un libro entretenido y didáctico. Se puede leer tanto seguidamente como los capítulos que interesen aisladamente. Culmina con las fuentes bibliográficas y webgráficas, notas sobre los colaboradores y un índice terminológico, muy útil.

Felicitamos asimismo a los editores por preservar el medio ambiente en la elección de la portada y por el bello color del glasofonado en la misma.

La RAE desafina

Music Star

Music Star, CC BY Finding Josephine en Flickr

Con frecuencia echo mano del diccionario de la Real Academia Española por dos razones principalmente: la primera es que de vez en cuando necesito comprobar algunos términos para evitar que las interferencias de mi lengua materna me puedan inducir a inventar alguna palabra y la segunda es que es gratis y fácilmente accesible en Internet. Pero si tuviera que comprar un diccionario, difícilmente me decantaría por una publicación en la que los términos musicales están tan poco cuidados que algunas de las voces llegan a ser realmente penosas. No sabría decir a qué se debe esta falta de limpieza, brillo y esplendor, pero sospecho que tiene que ver con la escasa consideración que la música tiene en nuestro país, algo que duele especialmente cuando viene de una institución cultural.

Un primer ejemplo es el caso del término sincopado, definido como “Dicho de una nota: Que se halla entre dos o más de menos valor, pero que juntas valen tanto como ella. Toda sucesión de notas sincopadas toma un movimiento contrario al orden natural, es decir, va a contratiempo”. La primera frase es totalmente incorrecta: las notas que preceden y siguen a una nota sincopada no tienen por qué ser de menor valor ni tampoco su suma tiene que equivaler a ella. Y la segunda frase, además de liosa (la palabra contratiempo es un término musical con un significado concreto que en ese contexto sólo sirve para confundir), es totalmente absurda: hablar de orden natural para definir un ritmo regular no tiene ningún sentido científico, ni musical ni físico, sino que se trata de una afirmación totalmente arbitraria. Y lo peor de todo: no es neutral ni inocua, pues se trata de una falacia con un fuerte hedor eurocentrista que tacha de contraria al orden natural la música de muchas culturas que han desarrollado el ritmo bastante más que la nuestra, que ha concentrado sus esfuerzos en otros elementos, por ejemplo la armonía.

La voz síncopa del mismo diccionario (“Enlace de dos sonidos iguales, de los cuales el primero se halla en el tiempo o parte débil del compás, y el segundo en el fuerte”) tampoco se salva de la mediocridad: no se trata de dos sonidos, sino de uno solo que empieza antes y se prolonga hasta después de uno de los pulsos (no necesariamente del tiempo fuerte del compás), neutralizándolo. Podría objetarse que la definición se refiere a la grafía, pero en este caso habría que hablar de dos notas ligadas y no de dos sonidos iguales (además, dos sonidos son iguales si no varía ninguno de los cuatro parámetros: altura, intensidad, timbre y duración; sin embargo, una síncopa sólo necesita que se mantenga invariada la altura).

Otro patinazo está en la definición de timbre (“Calidad de los sonidos, que diferencia a los del mismo tono y depende de la forma y naturaleza de los elementos que entran en vibración”), según la cual parece ser que dos sonidos de tono diferente no pueden diferenciarse también por el timbre, ni tampoco puede haber dos sonidos del mismo tono que tengan el mismo timbre. Y otro más en movimiento (“Cada uno de los fragmentos de una sonata, una sinfonía, etc., de acuerdo con el contraste de tiempo existente entre ellos”), ya que un movimiento de una sonata, una sinfonía o un concierto puede tener contrastes de tiempo, algo muy frecuente a partir del Romanticismo pero también presente en algunas obras barrocas o clásicas.

Además hay algunas definiciones de términos musicales que son incompletas (p.e. agógica) y otras sencillamente no aparecen (entre éstas están una palabra que ayudaría a entender qué es una síncopa, metro, y otro término tan importante en música como para hacer incomprensible la ausencia de su acepción específica, dinámica).

En honor a la verdad, hay que reconocer que también hay entradas que están siendo enmendadas, como es el caso de ritmo, muy embrolladora en la versión actual (“Proporción guardada entre el tiempo de un movimiento y el de otro diferente”) y notablemente mejorada en la próxima (“Proporción guardada entre los acentos, pausas y repeticiones de diversa duración en una composición musical”).

No quisiera resultar pedante, pero no puedo evitar destacar una última barbaridad, la contenida en la voz polifonía (“Conjunto de sonidos simultáneos en que cada uno expresa su idea musical, pero formando con los demás un todo armónico”): si cada uno de los sonidos de una obra expresara una idea musical diferente, estaríamos apañados.

Qué es ´modular´la voz?

La cantante Arantxa Domínguez modulando su voz
Últimamente oigo en cierto medio de comunicación de masas la expresión "has modulado la voz" siempre asociada o referida a cambios de frecuencia, como queriendo decir que "tienes agudos muy agudos y graves muy graves y pasas de uno a otro con facilidad"... 

Lo cierto es que es una expresión muy mal empleada ya que se debe usar referida a los cambios de intensidad. Un cantante que modula su voz es un cantante que es capaz de llevar una nota de piano a fuerte o viceversa e incluso variar su timbre. 

Básicamente se refiere a la intensidad pero, secundariamente, también se asocia al timbre. Respecto a los cambios de altura "o tono" o frecuencia (las "notas", para entendernos) debería hablarse de que el cantante es capaz de emplear muy eficientemente toda su tesitura.

Es importante hablar con rigor, sobre todo si se tiene acceso a medios, como la televisión, que tiene un gran efecto pedagógico (o "antipedagógico", en este caso). Como profesora me veo muchas veces en la "tesitura" :) de tener que explicar la terminología correcta básica a los alumnos ya que vienen con ideas erróneas, preconcebidas por el entorno, no por ellos.

También hay que explicar que modulación hablando de armonía es otro concepto musical diferente: el cambio de una tonalidad a otra, por ejemplo, una canción que tiene la estrofa inicial en do Mayor y el estribillo en sol Mayor. Esa canción ha modulado, porque ha cambiado su centro tonal, la relación entre las alturas y/o acordes respecto de uno más importante denominado tónica, que puede cambiar y cambia cuando hay modulación.

El Círculo de Quintas

El Círculo de quintas representa las relaciones que existen entre las distintas tonalidades. 

(Puedes leer antes la entrada sobre la Tonalidad y la Armadura pinchando aquí.)

Es un esquema para ver todas las tonalidades y observar cómo se desarrolla el orden de los sostenidos, que sigue una distancia de 5ª ascendente, y el orden de los bemoles, que sigue una distancia de 4ª ascendente.

Sostenidos: fa - (5º asc.) - do - sol - re - la - mi - si -

Bemoles: si -(4ª asc.) - mi - la - re - sol - mi - si -

Fíjate en el nombre de las escalas relativas según el número de sostenidos y bemoles:



Esto es lo que representa el círculo de quintas, el de wikipedia es muy claro. Recuerda que los sostenidos llevan el sentido de las agujas del reloj (5ª asc.), y los bemoles van hacia la izquierda (4º asc.)

 Circle of fifths deluxe 4-ES

 

Hablar con propiedad en el canto

Cada campo profesional tiene su propio vocabulario y expresiones y el canto no es ajeno a esta situación. Existe una terminología específica relacionada con la música y con la voz que es necesario conocer de una manera inequívoca.

Hablar con propiedad es fundamental cuando un cantante se relaciona con: otros cantantes, otros músicos (directores, pianistas), profesores, alumnos, etc.

Cuando un cantante además ejerce la profesión de docente ha de ser especialmente cuidadoso con el empleo de la terminología puesto que el alumno está aprendiendo conceptos que no pueden ser equívocos, el alumno debe conocer el significado de las palabras de una manera exacta y es el profesor el responsable de transmitir esos conceptos.

Desde mi punto de vista aprender a cantar es aprender un patrón muscular y soy consciente que para explicar algunos conceptos se utilizan símiles pero estos deben aproximarse lo más posible a la realidad. En mi caso, prefiero que sea el propio alumno el que cree sus propias imágenes mentales en función de sus sensaciones, mi labor se centra en hacerles distinguir qué sensación es la buena de la mala. 

Ante todo hay que conocer los parámetros básicos del sonido: altura, intensidad y timbre; y ver de qué manera se relacionan con la voz y con los diferentes mecanismos de producción del sonido vocal. 

Últimamente y a raíz de los programas televisivos relacionados con el canto observo el empleo de la terminología de una manera inexacta y equívoca, hasta tal punto de desvirtuar términos o darles usos que no corresponden con su definición. Por ejemplo, he podido escuchar "desafinamiento" en lugar de "desafinación" o referirse a las cualidades tímbricas de la voz de una manera impropia para una persona conocedora de esta profesión como "una voz calentita" para referirse a una voz que tiene un timbre no estridente. 

Soy consciente de que poner palabras al sonido es complicado pero eso no quiere decir que no se pueda hacer con rigor y coherencia.