Paco de Lucía se lleva su guitarra pero nos deja su música universal

Hoy hemos amanecido con una triste noticia: El máximo exponente de la guitarra flamenca, Paco de Lucía, fallecía de un infarto esta madrugada en México a los 66 años de edad. 
Nacido en 1947 en Algeciras (Cádiz), su vocación le venía de familia: su madre, Lucía Goméz "La Portuguesa" y su padre, Antonio Sánchez, que fue el primero en darle clases de guitarra. Sus hermanos también eran artistas flamencos: Pepe de Lucía, cantaor profesional ya de niño -padre de la cantante Malú-, y el fallecido Ramón de Algeciras, guitarrista también profesional. Así, empezó a tocar la guitarra a los 7 años y con tan sólo 14 grabó su primer disco, junto a su hermano Pepe, en el dúo 'Los chiquitos de Algeciras'. Durante muchos años, ambos hermanos le acompañaron en grabaciones y giras.
Siempre fiel a sus raíces, Paco de Lucía ha colaborado con muchos artistas, desde maestros españoles a estrellas americanas del Jazz y del Pop. Pero fue junto a Camarón de la Isla -con quien grabó más de diez discos-, con el que formaría una de las parejas artísticas más importantes del siglo XX.
El artista cuenta con numerosos premios. Destacamos: El Premio nacional de Guitarra de Arte Flamenco, la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (1992), la Distinción Honorífica de los Premios de la Música (2002), el Grammy Latino al mejor álbum flamenco y el Príncipe de Asturias de las Artes (2004). Es doctor 'honoris causa' por la Universidad de Cádiz, y en 2010, se convirtió en el primer artista español 'honoris causa' por la Universidad de Berklee.
La mejor despedida que le podemos dar es seguir disfrutando de su música; escuchemos pues su pieza más conocida, "Entre dos aguas", rumba que le daría un gran éxito comercial.


Siento una pena muy grande en el pecho, como raspao de guitarra flamenca, un quejío, un desgarro de la garganta en el cante hondo. Se nos fue el "especial" más especial, el Duende de toque virtuoso y ahora lo disfrutarán los ángeles en el cielo, haciéndole un coro de palmas para acompañarle en la guitarra. Se murió el genio y nace la leyenda. Sus cenizas deberían ser arrojadas entre el Mediterráneo y el Atlántico, entre dos aguas, sus "dos aguas" ya inmortales para la eternidad. (Anónimo)

¿Qué os parece si ahora interpretamos un pequeño fragmento de esta maravillosa pieza? Por cierto, ¡ojo con el sol#! Si quieres la partitura pincha sobre la guitarra.




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