Ser joven y músico en España es una ruina…

Ayer leía en El Mundo un artículo sobre la fuga de talentos musicales, “Me gustaría tocar en España… pero no puedo”. Y me ha hecho reflexionar y volver a darle vueltas a un tema en el que pienso a diario, que me angustia a veces y me hace el día a día mucho más duro: el futuro de la música clásica en nuestro país, el futuro de los músicos y, por ende, mi futuro.

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Quiero hablar sobre este tema y no sé ni por dónde empezar, hay taaantos fallos en el sistema y tantos culpables de esta situación, que me da que me va a salir un mega-post… Porque ser músico y joven en España es una ruina. Cuando uno es adolescente y empieza a sentir de manera seria y comprometida el gusto por la música, se dedica a trabajar con ilusión. Estudia y pone todos sus esfuerzos y su tiempo en esto, y sueña con llegar a lo más alto. Sus expectativas no tienen techo. Y los esfuerzos que realiza no son sólo físicos y psíquicos, también económicos. Porque hay que pagar un instrumento, pagar su mantenimiento, pagar los estudios, los cursos de perfeccionamiento, los viajes… Pero el amor por lo que uno hace puede con todos los pesares y pelea, pelea y pelea para lograr su sueño.

Pelea en cabinas de estudio mal acondicionadas (a veces incluso pelea con otros por poder acceder a ellas…), pelea con profesores que han olvidado seguir formándose y están desmotivados, pelea en conservatorios sin medios en condiciones, sin acceso a bibliotecas  de buen nivel, pelea con curriculos de enseñanza sin sentido, pelea con planes de estudio mutantes, pelea por poder desplazarse y recibir clase de los grandes, pelea por conseguir un título de grado, licenciatura, o vete tú a saber qué – por que nuestra hermosa y dura carrera parece estar en un eterno limbo…

Conservatorios sin presupuesto, falta de personal, sistema educativo musical deficiente, falta de material, falta de reconocimiento social… Nuestra carrera lo tiene todo. 

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Pero uno acaba el Conservatorio, y no sabe bien lo que le espera, porque trabajar y vivir de la música con un sueldo y un puesto decente es casi un espejismo. Es aquí donde empiezan a ponernos el techo. Por un lado, están las oposiciones. Esas que no se han convocado en años y que ahora, curiosamente coincidiendo con año electoral, parece que asoman tímidamente en forma de bolsas de interinos y plazas temporales… Por no hablar de los requisitos y los méritos que se exigen, cada día más surrealistas. Supongo que establecidos por gente que no tiene ni idea de lo que es ser buen músico, y lo que es mucho más importante, buen pedagogo. Una persona recién salida del grado superior, o incluso con experiencia fuera del país difícilmente podrá acceder a los primeros puestos de la listas, por mucho talento musical/pedagogo que tenga.

Además de las oposiciones, tienes la opción de convertirte en músico de orquesta. De alguna de tantas como hay, luchando por sobrevivir económicamente y porque los gobiernos regionales y el central no las hagan desaparecer. Pocas plazas se convocan, y es lógico. La mayoría están endeudadas, ¿cómo van a poder pagar más contratos indefinidos? También este año parece que hay más convocatorias de plazas fijas que años atrás, ¿será cosa de las elecciones una vez más, será que el dinero público va llegando por eso? Yo ahí lo dejo.

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La dedicación solística o camerística no sé ni si nombrarla, porque en nuestro país sencillamente no hay ni modo de formarse para ello, ni mercado para poder sobrevivir. Echas una mirada al extranjero y desde los grupos y solistas más sobresalientes hasta los más principiantes tienen un hueco. Hay innumerables salas de conciertos y público dispuesto a ello. Aquí es que sencillamente no hay educación musical. Hay un desconocimiento abrumador y una falta de interés por parte del gobierno que asusta. La asignatura de música desaparece, las escuelas de música no se promocionan y a duras penas subsisten… La música debería ser primordial en la base educacional. No es necesario que todos los niños se conviertan en una Hilary Hahn. Se trata darles la oportunidad de estar en contacto con instrumentos, cantar, ¡conocer la música! Simplemente formar su mente para crear un público potencial. Se trata de crear esa tradición musical que falta en este país, una de las razones por las que nos encontramos en esta deplorable situación cultural. España es un país de analfabetos musicales.

Irse al extranjero es una opción, perfecciona tus estudios fuera (porque en España es imposible) y búscate un hueco. Claro, eso si tienes dinero para costearte dichos estudios. Y ganas de irte de tu país. ¿Por qué para poder vivir de esto hay que marcharse? Como dicen los músicos que han participado en el artículo de El Mundo, ellos quieren trabajar en España. Es lo más normal, tu vida está aquí, tu familia y tus amigos, y no hay derecho a que tengas que marcharte porque los responsables de proporcionarte un futuro no hagan bien su trabajo.

Van pasando los años y van saliendo alumnos muy preparados y grandes músicos que no encuentran su hueco en España, y la lista de músicos parados va aumentando. Veo a chicos y chicas muy buenos que quieren trabajar y no pueden, que se matan a estudiar por una plaza a la que se presentan cientos. Son gente con iniciativa y ganas, pero sin medios para ponerlo en práctica. No hay hueco para los músicos en España, no hay sitio para la cultura.





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