Entrevista en Lo+Música

Hola a todos!

Os comparto hoy la entrevista que me han realizado en el magazine musical LO MÁS MÚSICA. El título que le han dado, certero, es "Isabel Villagar: Dedicada a Enseñar a Cantar".

En ella cito someramente algunos de los secretos para ser un buen cantante, sobre la música y la televisión, lo que más cuesta a los aspirantes a cantantes, música actual, cuestiones de técnica vocal como el uso o abuso de distorsionadores de voz, falsete, impostación... 

También me preguntan sobre mi trayectoria y una pregunta que me hizo especial ilusión, ¡mi último descubrimiento musical!. 

Me gusta el formato y contenidos de esta página y os la recomiendo desde ya :)

Entrevista en Lo+Música

Hola a todos!

Os comparto hoy la entrevista que me han realizado en el magazine musical LO MÁS MÚSICA. El título que le han dado, certero, es "Isabel Villagar: Dedicada a Enseñar a Cantar".

En ella cito someramente algunos de los secretos para ser un buen cantante, sobre la música y la televisión, lo que más cuesta a los aspirantes a cantantes, música actual, cuestiones de técnica vocal como el uso o abuso de distorsionadores de voz, falsete, impostación... 

También me preguntan sobre mi trayectoria y una pregunta que me hizo especial ilusión, ¡mi último descubrimiento musical!. 

Me gusta el formato y contenidos de esta página y os la recomiendo desde ya :)

No es falta de tiempo…

...es falta de interés (realmente). Cuando te pongan la excusa ante un petición tuya que solo requiera cinco minutos un día tienes que saber interpretar esta frase: "no tengo tiempo, lo siento". 

Son muchos los alumnos a los que les cuesta seguir un ritmo de clases y asumir una dinámica de estudio regular. Muchas veces me dicen que no tienen tiempo y yo les respondo que todos tenemos a lo largo del día unos minutos para hacer algunos de los ejercicios de respiración y unos diez minutos para hacer algunos de los ejercicios de vocalización. También podemos encontrar tiempo para escuchar música mientras andamos por la calle o leer un libro sobre música en el autobús.

Así que esta excusa tan banal se pude desmontar en seguida: levantándose un cuarto de hora antes. Mi conclusión es que quizá el alumno no ha encontrado las suficientes razones y una motivación interna suficiente para dedicarse a su tarea de estudiar o no sea su vocación. Las motivaciones de algunas personas son externas, tipo "mi padre quiere que lo haga", "así ganaré mucho dinero", etc...

Cualquier actividad que queramos hacer lo único que tenemos que hacer es hacerla. Buscar el tiempo y el lugar y ponernos "manos a la obra". Por cierto, mi consejo es que huyas de los que abusan de la frase "no tengo tiempo", porque denotan falta de compromiso, a veces hasta el intento de "hacerse los interesantes". 

Lo que no saben es que el resto de la humanidad no es tonta y "ve su juego" y en vez de "ganar puntos" los pierden todos. Si quieres hacer algo, hazlo; si das tu palabra, cúmplela y si no quieres hacer algo no lo hagas; pero sé honesto con los demás -al menos contigo mismo deberías serlo- y no mientas ni te engañes.

No es falta de tiempo…

...es falta de interés (realmente). Cuando te pongan la excusa ante un petición tuya que solo requiera cinco minutos un día tienes que saber interpretar esta frase: "no tengo tiempo, lo siento". 

Son muchos los alumnos a los que les cuesta seguir un ritmo de clases y asumir una dinámica de estudio regular. Muchas veces me dicen que no tienen tiempo y yo les respondo que todos tenemos a lo largo del día unos minutos para hacer algunos de los ejercicios de respiración y unos diez minutos para hacer algunos de los ejercicios de vocalización. También podemos encontrar tiempo para escuchar música mientras andamos por la calle o leer un libro sobre música en el autobús.

Así que esta excusa tan banal se pude desmontar en seguida: levantándose un cuarto de hora antes. Mi conclusión es que quizá el alumno no ha encontrado las suficientes razones y una motivación interna suficiente para dedicarse a su tarea de estudiar o no sea su vocación. Las motivaciones de algunas personas son externas, tipo "mi padre quiere que lo haga", "así ganaré mucho dinero", etc...
Cualquier actividad que queramos hacer lo único que tenemos que hacer es hacerla. Buscar el tiempo y el lugar y ponernos "manos a la obra". Por cierto, mi consejo es que huyas de los que abusan de la frase "no tengo tiempo", porque denotan falta de compromiso, a veces hasta el intento de "hacerse los interesantes". Lo que no saben es que el resto de la humanidad no es tonta y "ve su juego" y en vez de "ganar puntos" los pierden todos. Si quieres hacer algo, hazlo; si das tu palabra, cúmplela y si no quieres hacer algo no lo hagas; pero sé honesto con los demás -al menos contigo mismo deberías serlo- y no mientas ni te engañes.

El valor de la musicoterapia en la vida de las personas, por Carmen Salvador, II

¿Cómo definirías para los neófitos el significado y los campos de actuación de la musicoterapia?
Según mi experiencia, musicoterapia sería para mí la utilización del sonido, como un medio a través del cual se posibilitan sentimientos y emociones; un potenciador de recuerdos - reminiscencia - y un tiempo presente – el de la sesión - “sano”, en el que poder participar y colaborar en el desarrollo de un proyecto tanto personal – “yo toco este sonido” y “yo canto esta canción” – como común - ¿Tocamos?, ¿Cantamos? ¿Bailamos? – con la prioridad de sentirse contenido, escuchado, atendido, querido, respetado y sobretodo válido. Para una definición más científica, os recomiendo la lectura de éstos libros: 

“Definiendo musicoterapia” Keneth Brucsia.

“La música como proceso humano” Patxi Del Campo.

“Introducción a la musicoterapia” William B. Davis, Kate E. Gfeller y Michael H. Thaut.
¿Qué cualidades crees que debe tener un buen musicoterapeuta?
La formación como musicoterapeuta es fundamental. Yo he realizado un postgrado de 3 años de duración, formación en seminarios de fin de semana – de viernes a domingo, y se incluía la Escuela de Verano – en total unos 188 créditos. 

En cuanto a la formación en general, quien realice estudios de medicina, enfermería, pedagogía, derecho, bellas artes… si también tiene formación musical complementaria, son candidatos a hacer la formación. Eso es lo que yo vi en mi promoción, además de músicos o gente formada exclusivamente en música, había personas de otras disciplinas. En mi caso concreto, realicé la entrevista con Patxi Del Campo y en ese momento mi formación era una diplomatura en maestro especialidad musical, y grado medio de acordeón y lenguaje musical, junto con 5 años de piano complementario y 1 de armonía – en una escuela de música –. 

Mi formación en canto, con Maria Eugenia Echarren fue posterior. Tengo una espinita clavada en cuanto a la formación musical en el conservatorio. No pude formarme ahí, debido a que yo vivía en un pueblo, y mis padres no podían llevarme a la ciudad todas las semanas. Siempre ha habido afición musical en mi familia, mucha afición a cantar, pero mi padre se propuso aprender a tocar algún instrumento y comenzó con la guitarra. Después vino el acordeón y a mí ahí me picó el gusanillo. Me gustó su sonido, alegre y fuerte. Empecé a tocar el acordeón con ayuda de mi padre y por mi cuenta, después aprendí un poco de solfeo con 11 años - con una profesora de un pueblo de al lado - y luego tocaba por mi cuenta. En ésta época en EGB, nosotros no teníamos la asignatura de música en la escuela y en 1º de BUP solo tuve acceso a Historia de la música. 

Una vez que me aceptaron en el postgrado, tenía mucho miedo de no dar el nivel. De no tener suficiente formación musical. Pero todo fue bien. Con lo que yo sabía era capaz de improvisar, de apoyar lo que tocaban otros, y de interpretar. Durante estos tres años, fue algo crucial para mí, el atreverme a realizar una terapia personal – con una terapueta Gestalt - . Mi profesor y supervisor Patxi, me lo recomendó, porque detectó que yo tenía ciertos “enganches” personales, ciertos problemas emocionales que no estaban cerrados, y que podían ser negativos para mi trabajo, ya que corría el riesgo de no separar lo que era del cliente de lo que era mío. Por lo que mi formación se completó con un trabajo psicoterapéutico personal, muy duro, pero muy enriquecedor. Gracias a él mi trabajo en la escuela y en las sesiones de musicoterapia mejoró. 

Poniendo distancia a eso, sabiendo cuál era mi enganche personal en algo, pude trabajar realmente con el niño, y tratar sus verdaderas necesidades. Esto me sirvió tanto para dar mis clases de música como para mis intervenciones musicoterapéuticas. Concluyendo: en mi opinión, un buen musicoterapueta tiene que tener tanto formación en música, como en musicoterapia y sería recomendable, en mi opinión, realizar un proceso terapéutico propio, con el que saber qué es personal y qué es del paciente, con el objetivo de no hundirte con él, de no hacer tuyo lo suyo o viceversa, ya que esto es muy peligroso. No sería una correcta intervención. Al hablar de sentimientos y emociones, puede quedar una herida abierta en el cliente, si no se sabe poner cada cosa en su sitio y cerrar bien cada sesión y todo el proceso en sí.