Formas musicales: LA FUGA

Con este artículo voy a iniciar una serie dentro de una nueva categoría de teoría musical, que explica en qué consisten muchos de los nombres que vemos en muchas obras y que a menudo aceptamos sin más, sin pararnos a pensar en qué significan: fuga, sonata, gavota, canon, preludio… palabras que tienen un sentido más o menos concreto y es bueno entenderlas.

Recuerdo mis primeros pasos con el Método Suzuki: Gavota de Mignon, Minueto 1, Sonata de tal o cual… hasta mucho tiempo después no me paré a pensar qué significaba exactamente todo eso. Y de hecho aún hay tantas cosas que ignoro que aprovecharé tener que escribir alguno de estos artículos para aprenderlas. Quizás no os parezca uno de los temas más apasionantes del mundo pero, estoy seguro que si le dais una oportunidad, os terminará gustando.

Para ello me voy a valer de personas que lo conocen un poco mejor que yo. Una es Syncmaster, un blogero del que sólo sé que tiene una página con Guías de audición muy interesante y que me ha dado permiso para que transcribe un excelente y erudito artículo suyo sobre una de las formas más conocidas: la Fuga.

Por favor, tened paciencia hasta que se carguen los reproductores de audio de los diferentes ejemplos. Son archivos en formato Flash, de modo que lamentablemente no funcionarán en iPads o iPhones.

Bien, en este trabajo me gustaría tratar de explicar, dentro de mis posibilidades, las principales características de una fuga, una de las formas musicales más importantes desde el barroco hasta nuestros días.

Para ello me permitiréis hablar un poco de sus antecedentes, que podrían ser la imitación y el canon.

La imitación

La imitación, como su nombre indica, es la repetición de algo que ya se ha escuchado anteriormente. Es uno de los recursos más usados por el compositor: muy pocas obras habrán que no hagan uso de la imitación o la repetición. Sin ella, toda la música sería nueva sin cesar, sin ninguna melodía conocida, y, a la larga, se haría muy pesada su escucha. Al imitar o repetir alguna melodía, diseño, etc., el oído lo tiene más fácil para reconocer la estructura de una pieza, transitando fácilmente sobre un terreno conocido.

La imitación más simple es aquella que se contenta con repetir un pasaje o melodía, exactamente igual al original. Aquí os pongo un ejemplo, de uno de los canones de La Ofrenda Musical, De Bach. Aunque no sepáis leer música, por el “dibujo” podéis ver que el 1er violín interpreta una melodía y el 2º la repite exactamente igual, un compás más tarde.

Imitación 1

Además, existen variantes que hacen más variada y atractiva la imitación, consiguiendo que reconozcamos una melodía pero la escuchemos de forma diferente, evitando la monotonía.

Una primera variante es la repetición de una melodía pero transportada algo más arriba o más abajo, lo que se llama transposición. De esta manera, los intervalos o distancias entre las notas de la melodía, así como sus duraciones, se mantienen invariables, pero la melodía entera, como un bloque, sonará más aguda o más grave. Otro ejemplo, de la misma obra: Ahora es la 2ª línea la que repite lo que ha hecho la 3ª un compás antes, pero en este caso a una distancia de quinta ascendente. Los intervalos son los mismos, sin embargo.

Imitación 2

Imitación 2

Otra variante es la imitación por movimiento contrario: consiste en que, si una melodía va hacia arriba, la otra va hacia abajo, y viceversa. De nuevo se mantienen los intervalos y duraciones de la primera melodía. En el ejemplo siguiente se puede ver que el “dibujo” de la 2ª línea va hacia abajo, mientras que el de la 3ª, hacia arriba. Esta imitación es algo más difícil de descubrir.

Imitación 3

Imitación 3

Complicando algo más las cosas, existe la imitación por aumentación o disminución: La repetición de la melodía se hace aumentando o disminuyendo los valores de duración, o sea, tocándola más lenta o más rápida. En el siguiente ejemplo, de uno de los canones de Bach, vemos que las notas que toca el violonchelo son exactamente las mismas que repite la viola, pero dos veces más cortas. Y más tarde, el 2º violin repetirá las mismas notas, todavía más rápidas. Todo un dominio del asunto, vaya.

Y, por último, reseñaré la repetición por espejo, o cancrizante (por lo del camgrejo). En esta imitación, se toca la melodía y la repetición se hace empezando por la última nota y hacia atrás. Este tipo de imitación es muy difícil de identificar escuchándola. En la partitura se ve bastante mejor: Si os fijáis, las notas que aparecen en el pentagrama de arriba son las mismas exactamente que las del pentagrama de abajo, pero empezando por el final y hacia atrás.

Imitación 5

Imitación 5

Por supuesto, que estos tipos de imitación pueden aparecer aislados, o todos juntos: así, por ejemplo, puede haber en movimiento contrario y por aumentación, por ejemplo.

El Canon

El Canon es una forma musical imitativa en la que cada nueva voz que entra repite exactamente lo que ha hecho la voz anterior, a una cierta distancia. Lo comprenderéis enseguida si recordáis la canción “frere Jacques”, o el célebre Canon de Pachelbel, donde las 3 voces de violines se van repitiendo cada 8 compases.

Existen muchos tipos de canon, desde el que está escrito y perfectamente definido (como el de Pachelbel), hasta los que son infinitos, ya que se repiten una y otra vez sin fin. Y, por supuesto, canones a distintos intervalos (a la octava, a la quinta, etc.), por movimiento contrario, por aumentación o disminución, en espejo, etc. Para el que tenga curiosidad, vale la pena dedicar algo de tiempo a escuchar y leer los canones de la Ofrenda Musical, que son todo un reto de ingenio donde aparecen gran cantidad de canones. Incluso algunos en los que Bach, aficionado también a las matemáticas y a los pasatiempos, dejaba a la sabiduría del ejecutante la forma de interpretar algunos canones, o proponía un acertijo que daba la solución. De hecho, hay un canon que plantea varias soluciones, todas ellas válidas.

La Fuga

En cuanto a la Fuga, es un paso más dentro de este capítulo de las imitaciones, y se ha convertido en una de las formas musicales más importantes. Por supuesto que Bach es el máximo exponente, con diferencia, de esta forma, pero, para arriesgar un poco más, dado que hay páginas que analizan estas fugas de Bach, voy a comentar una Fuga de un Cuarteto de Haydn, nada menos. Se trata del último movimiento del Cuarteto en Fa m, op. 20 nº 5.

Por regla general, en una fuga, por ejemplo, a 4 voces, aparece un tema, que llamaremos Sujeto, en una de las partes. Después aparece en otra el mismo Sujeto o un tema llamado Respuesta, que es el Sujeto con una mínima variación de alguna nota, por razón de no irnos a otra armonía. Después entrará otra 3ª voz y luego una 4ª , haciendo, respectivamente, el Sujeto o la Respuesta. Una vez que las cuatro voces han enunciado el Sujeto o la Respuesta, la cosa ya es un poco más libre, con modulaciones, otras apariciones del sujeto o la respuesta en otros tonos, episodios libres, etc. Se me olvidaba que, en las primeras exposiciones del Sujeto, puede aparecer solo o con un tema de acompañamiento en otra parte, lo que se llama Contrasujeto. Dicho contrasujeto también se usa en las modulaciones y en las partes libres.

Conforme nos vamos acercando al final, volvemos al tono inicial y se produce la reexposición de los Sujetos y Respuestas, y a menudo esta reexposición se produce en “Estrecho”, o “stretto” (que queda mejor). Esto consiste en que las entradas sucesivas de las partes se producen antes de que la anterior haya acabado con el tema completo, o sea, como más “amontonadas”. Y así llegamnos al final.

En el ejemplo que nos ocupa, el sujeto aparece, completo por única vez, en el 2º violín. Os lo pongo aislado, para que lo reconozcáis (tocado al piano por un servidor, sed clementes…)

Ejemplo 01

En el tercer compás de este sujeto, la viola hace el contrasujeto, que es:

Ejemplo 02

Y, las dos cosas juntas, sonarían algo así como:

Ejemplo 03

En cuanto acaba el Sujeto, el 1º violín hace la Respuesta. La Respuesta es idéntica al Sujeto, excepto el primer intervalo, que en lugar de ser una quinta, es una cuarta. La razón de ello es que si fuera una quinta, se rompería la norma de que durante las cuatro apariciones primeras nos hemos de mantener en el tono original (en este caso, Fa m). La respuesta es:

Ejemplo 04

Y su contrasujeto, que es idéntico al primero, aparece en el violín 2º:

Ejemplo 05

Y, respuesta y contrasujeto juntos, son:

Ejemplo 06

Luego aparecerá el sujeto en el violonchelo, pero de aquí para adelante ya no aparecerá más en su forma completa, sino solo cuatro notas. Por supuesto, va acompañado del contrasujeto:

Ejemplo 07

Y, por último, la Respuesta en la viola, también acortada:

Ejemplo 08

Bien, ahora vamos a escuchar las cuatro apariciones en los cuatro instrumentos, ya como suenan en realidad, a ver si somos capaces de encontrarlas:

Ejemplo 09

Seguidamente, ya cumplida la regla de que todas las voces tienen que exponer el sujeto o respuesta, en el tono principal, Comienzan las modulaciones, y para cambiar de tono Haydn se vale de imitaciones del contrasujeto. Así, llegamos a La b M (minuto 0:12 del ejemplo)

Ejemplo 10

Siguen las modulaciones, valiéndose del contrasujeto. Así, pasamos a  Do m (minuto 0:06 del ejemplo), Si b m (minuto 0:14 del ejemplo), etc. Sería muy costoso y complicado señalar los tonos por los que van apareciendo los temas.

Ejemplo 11

Bien, la cosa sigue así, pero hay un momento en el que me permitiréis parar para señalar una cosa. Llega un momento en el que, mientras el violín 1º hace la cabeza del sujeto (permitidme que de nuevo lo haga con el piano, para señalarlo mejor):

Ejemplo 12

El 2º violín lo toca simultáneamente, pero por movimiento contrario (recordad, en vez de subir, bajar y viceversa):

Ejemplo 13

Y los dos juntos harán:

Ejemplo 14

Dentro del cuarteto, es algo difícil distinguirlo. Queda así:

Ejemplo 15

Y así llegamos a otro de los puntos típicos en una fuga, que suele ser un momento en el que la parte grave, generalmente, sostiene una nota (la tónica o la dominante, como en este caso), formando lo que se llama “pedal”, sobre el cual las otras voces siguen evolucionando. (minuto 0:04 del ejemplo)En este caso se llega a una cadencia sobre un acorde de 9ª de dominante y una pausa general.

Ejemplo 16

Tras esta pausa, y marcado “mezza voce” en todas las partes, se produce la reexposición de todas las entradas, pero ahora en “stretto”, o sea, cada parte empieza antes de que la otra haya acabado su tema, como pisándose los unos a los otros.

Ejemplo 17

De nuevo aparecerá otro pedal en la dominante, sobre el cual los otros instrumentos, con sus progresiones, consiguen unos cuantos choques armónicos muy interesantes:

Ejemplo 18

Ya hacia el final, Haydn no puede resistirse a poner su firma, por lo que intenta en varias ocasiones hacer falsos finales: en el minuto 0:10 del ejemplo hace una cadencia conclusiva a Fa m, que podría ser el final. Tras eso, de nuevo el contrasujeto aparece para hacer una cadencia rota (minuto 0:16). Y, tras otro nuevo intento, por fin, de una manera conclusiva y algo abrupta, con la última exposición del sujeto en el 1º violín, acaba la fuga con dos inequívocos acordes. (final del ejemplo)

Ejemplo 19

Grandísima y completa fuga que se marca Haydn, como conclusión de uno de sus muchos cuartetos. Hay que señalar que en este op. 20, formado por 6 cuartetos, tres de ellos acaban con fuga, alguna mucho más compleja que la presente.

Otra cosa a señalar: en la partitura, Haydn escribe: Fuga a due Soggetti, considerando el contrasujeto como un segundo sujeto. Sobre esto hay una controversia en los estudiosos: el contrasujeto, que acompaña al sujeto o a la respuesta, no se suele considerar como un nuevo sujeto de fuga, aunque, como es el caso, dicho contrasujeto sea de una importancia vital en toda la fuga. Los teóricos dicen que para que pueda considerarse una fuga doble, o triple (o sea, con dos o tres sujetos), los nuevos sujetos no pueden aparecer al principio, sino a mitad de la fuga, una vez ya los primeros sujetos y respuestas han sido expuestos con claridad. Tomemos como ejemplo la última fuga, inacabada, de El Arte de la Fuga de Bach. Se trata de una fuga triple, con tres sujetos, nada menos. Pues bien, no hay ninguna duda en este caso, porque los sujetos van entrando mucho más tarde, para que no haya lugar a dudas. Recordemos que el tercer sujeto de esta fuga de Bach es el que tiene las notas Sib-La-Do-Si natural (B-A-C-H, en la nomenclatura alemana, pero esta es otra historia).

Hecha esta salvedad, que no le quita ni un ápice de mérito a Haydn, concluyo este pequeño análisis.

Si queréis ver este trabajo de una manera distinta, aquí os dejo un vídeo que ilustra todo lo dicho. En él podemos seguir la partitura (aunque no sepáis música, hay un cursor que nos ayuda) y ver cómo van apareciendo los sujetos, contrasujetos, y todo lo demás.

http://www.youtube.com/watch?v=bp9gLxxlZ6A

Links:

– Blog Guías de audición. 

– Blog Guerra y Paz. 

El miedo escénico

¿Qué es el miedo escénico?

-Según Remy Yagosesky,

“…podemos entender el miedo escénico como “La respuesta psicofísica del organismo, generalmente intensa, que surge como consecuencia de pensamientos anticipatorios catastróficos sobre la situación real o imaginaria de hablar en público. No obstante esta definición es incompleta, pues el miedo escénico es habitual entre individuos que tienen que actuar ante una audiencia aunque no pronuncien una palabra, músicos, bailarines, deportistas, etc. Esta respuesta incluye manifestaciones de estrés, timidez y ansiedad, como preocupación, tensión corporal, inhibición, ineficacia funcional y otras formas de alteración de la normalidad en lo fisiológico, lo cognitivo y lo conductual”.

Las causas del miedo provienen de diversos factores, además de una posible fobia social.

  • Valoración no realista de lo que se espera de uno.
  • Sobreestimación de la opinión de los demás.
  • Subestimación de las propias capacidades.
  • Sobreestimación de la idea de rechazo.
  • Expectativas no realistas en cuanto a las respuesta de otros ante nuestra ansiedad.

Hay músicos que sufren sabiendo que hay una sola persona escuchándolos, mientras que otros se crecen cuanto mayor es su auditorio.

Recuerdo mi primera actuación. Era simplemente la primera actuación de fin de curso a la que acudía, en la Academia donde estudiaba. Un escenario que me parecía grande como un estadio, unos espectadores benévolos, una tarima, luces, un pianista y una pieza que tenía que tocar que había repetido hasta ya no saber ni lo que hacía al tocarla.

La noche anterior dormí fatal. Estaba obsesionado con cometer un error garrafal que me avergonzaría de tal manera que quedaría traumatizado de por vida y no podría volver a tocar. Mi pánico era tal que sentía que no podría ni mover el brazo, así que mucho menos afinar las notas.

La tensión iba subiendo proporcionalmente al paso del tiempo. Conforme se iba acercando el momento la angustia crecía. Llegó a ser un sufrimiento tal que una parte de mí estaba deseando que ocurriera algo para que el concierto no se celebrase. Todo lo veía negativo, me decía a mí mismo: “qué hago yo aquí, un tío mayor haciendo el ridículo delante de tanta gente, voy a fallar estrepitosamente…” otra decía: “llegó el momento, antes o después tenía que pasar, para estos momentos estudio violín, para que alguien me escuche, que escuchen lo que pasa dentro de mí, sea bueno o malo… actuar me dará carácter, al final saldrá bien, en realidad toco bien, lo apreciarán…

Es mi turno.

No sé exactamente qué sentía mientras estaba allí. Mi brazo derecho era de madera y a duras penas hacía su trabajo. Mis dedos de la mano izquierda se quedaban a menudo encogidos, sin llegar de forma certera a la nota. Iba acelerado, pero no estaba preparado para tocar tan deprisa. Sentí que me equivocaba a cada rato, pero tenía que seguir, como alguien que sube el Himalaya y sabe que no hay opción de retroceder, tiene que llegar al campo base. Pero, sorprendentemente hubo un momento en que toqué unas frases con precisión y sensibilidad. A ello me aferré para llegar hasta el final. Conseguí convencerme de que podía hacerlo.

Aplausos. He terminado. No se han dado cuenta, gritos, sonrisa de mi profesor que asiente satisfecho ¿de verdad les ha parecido bien? Salgo. Me palmean la espalda. Euforia. Ahora me siento libre. Ahora quiero volver a salir a la tarima a tocar. Ahora sé que estaría relajado y motivado.

Pero ahora ya no puedo, veo a los siguientes, que salen al escenario y parecen tan asustados como yo lo estaba antes.

Desde entonces he tenido bastantes actuaciones más y, aunque los nervios siempre están ahí, son cada vez menos negativos, y poco a poco voy madurando psicológicamente y aprendiendo a controlar la ansiedad.

pánico escénico

Pero, ¿hay alguna forma de superar el miedo incapacitante sin tener que pasar una y otra vez por tanta angustia?

Lo primero: estar nervioso antes de actuar es normal, incluso necesario, saludable. Hace que todos tus sentidos estén alerta, la sangre bombeando a toda velocidad y nuestra sensibilidad a flor de piel. Sin embargo, frecuentemente perjudican la interpretación en vez de ayudar. Os dejo algunos consejos que he recopilado por ahí y que, según mi experiencia pueden ayudar.

 

10 Consejos sencillos para superar el miedo y la ansiedad.

El mejor consejo, pero que no siempre se puede cumplir: estudia, trabaja y lleva preparado tus obras como si las hubieras escrito tú mismo. No hay nada más intranquilizador que tener dudas de si lo vas a saber o no. Puedes tocar mejor o peor, pero debes saber exactamente lo que tienes que tocar y cómo.

Antes de salir:

  1. Si puedes, realiza unos pocos estiramientos suaves y relajados. Eso si no te has puesto un traje, claro.
  2. Bebe un poco de agua.
  3. Antes de salir, respira lenta y profundamente, desde el abdomen. Inspira, contén 9 segundos la respiración y después expira.
  4. Procura relajar los músculos del esfínter (con perdón).
  5. Piensa que nadie te está examinando, el auditorio sólo quiere escuchar música (vale, si estabas leyendo esto para una audición esta no te vale). Piensa positivamente, si tú estás con sensaciones positivas, aunque tengas nervios (eso es inevitable), lo transmitirás al auditorio.

Cuando estés tocando:

  1. Sé consciente de que los fallos que cometas no lo son tanto para los espectadores, dales una importancia limitada, concéntrate en la música e intenta disfrutar de ella.
  2. No intentéis interponer barreras frente al público y tampoco evites mirarlo.
  3. Un truco que usan algunos ponentes es imaginar que el público está desnudo. Eso te hará sonreír, y sonreír siempre es bueno al actuar.
  4. Si al tocar te equivocas, no te detengas, continúa intentando retomar la pieza. El público le dará la importancia que le des tú. Si lo haces así, posiblemente ni se den cuenta.
  5. Toca hasta el final sin que parezca que estás deseando acabar. A menudo la última nota se deja ahí medio sin hacer y es un error. Se ha terminado cuando has completado la última nota en su totalidad la respiración posterior.

Para terminar, os recomiendo esta amena charla de Elsa Punset en el programa El Hormiguero, porque pocas veces podremos aprender de forma tan amena sobre el miedo escénico.

Y esta es una presentación que también me ha parecido interesante:

Otras fuentes:

Proyecto miedo escénico

Guitarra Online

Blog Joelodigo

Wikipedia

Preguntas frecuentes de principiantes (F.A.Q.)

Me he dado cuenta de que hay muchísimas personas, niños, jóvenes, mayores, que desean empezar a tocar el violín y que suelen tener un montón de dudas y temores comunes. Este es un artículo que recopila muchas de esas preguntas, espero que os ayuden a lanzaros a la aventura. O no.

Nota: los precios orientativos están referidos a los que hay en España.

¿Es necesario ir a un Conservatorio?

Si eres lo suficientemente joven para empezar y quieres que la música sea tu profesión, sí. Si quieres ser bueno en el repertorio clásico, también. Además, el Conservatorio te enseñará no sólo el instrumento, sino que te proporcionará una formación musical más integral y completa. A partir de ciertas edades, es más difícil entrar en conservatorios oficiales. En esos casos habría que optar por escuelas privadas o profesores particulares. De las primeras las hay muy buenas aunque bastante inaccesibles, otras más modestas, o profesores particulares que sirven bien a quienes sólo queremos disfrutar o llegar a tocar a un nivel medio.

Pero nunca se sabe, hay grandes violinistas que casi no han estudiado de forma oficial (aunque no en el ámbito de la música clásica).

¿Cuánto cuestan las clases particulares y cuántas clases debería dar?

Se suele dar una clase a la semana, desde media hora (los niños pequeños que no aguantan mucho rato) hasta una hora (adultos). Además, algunos profesores a veces imparten clases colectivas extra para hacer música en grupo, lo que es muy recomendable. Las clases pueden salir entre 60 y 100€/mes (4 clases), dependiendo del profesor, duración, etc.

¿Qué método es el mejor?

Cada “maestrillo” tiene su librillo. El más popular en academias y clases particulares es el Suzuki, pero tampoco creo que sea bueno ceñirse sólo a él. Lo importante es que el profesor tenga criterio y se adapte a las necesidades de cada alumno.

No sé nada de música, ni de solfeo ¿tendré que aprender antes?

No, puedes ir aprendiéndolo a la vez, poco a poco. Estudiar solfeo sin más, sin tocar ningún instrumento o al menos cantar es una tortura que no se la deseo a nadie.

¿Es tan difícil como dicen?

La verdad… sí, al menos hacerlo bien, pero nada que no se pueda conseguir tomándotelo con ilusión y perseverancia.

¿Cuánto cuesta un violín?

Este es uno de los objetos con mayor rango de precios que existen. Para empezar a tontear con el instrumento puedes hacerte con un violín de fábrica chino, pero incluso en este campo los hay mejores y peores. Con 130 o 150€ podrías comprar uno para el primer año (o dos). A partir de ahí, y en los sitios de confianza, el precio va en relación con la calidad, como es natural. Cuando ya lleves unos años y tengas un nivel, te costará conformarte con un violín de menos de entre 2.000 y 3.000€.

¿Soy demasiado mayor para aprender a tocar el violín?

Esta respuesta sería muy larga, así que mejor ve al artículo que escribí sobre el tema.

¿Puedo aprender de forma autodidacta?

No me gusta decir a nadie que no puede hacer algo. Hay personas que piensan que con bajarse las partituras del método Suzuki y ver un par de vídeos pueden ahorrarse las clases. Lo que sí puedo asegurar es que tardarás el doble de tiempo y probablemente cogerás vicios y malas costumbres que perjudicarán tu técnica. Además, tocar con alguien, aunque sea un profesor, es mucho más enriquecedor que andar viendo vídeos de youtube o páginas como ésta 😉

Pero al final, como este tema da para más conversación, he terminado escribiendo este artículo.

¿Qué violín me compro para empezar?

Se suele empezar con un violín barato, hasta que aprendes a coger correctamente el instrumento y el arco, y a afinar medio decentemente. Pero no hay que esperar mucho a intentar cambiarlo por uno mejor, porque practicar con un mal instrumento se hace más difícil e ingrato. Como serás sensato y buscarás un profesor, él te puede aconsejar sobre los mejores lugares para ir a mirar e incluso qué marcas son las más adecuadas. También te puede informar sobre el tamaño adecuado de instrumento. También te vendrá bien leer este artículo. Y este otro.

Aparte de un violín ¿necesito otros accesorios?

Necesitarás

  • Resina para las cerdas del arco.
  • Una almohadilla para apoyar el violín en el hombro.

Te vendrá bien:

  • Un atril.
  • Un diapasón, o afinador cromático (puede ser una “app” de smartphone).
  • Un metrónomo (puede ser una “app” de smartphone).
  • Una sordina. Si en tu edificio se oye todo, tus vecinos pueden declararte la guerra, sobre todo al principio, cuando creerán que estás torturando gatos.

Vale, ya tengo el violín recién comprado, qué nervios ¿y ahora cómo lo afino?

Antes que nada ¿le has dado resina al arco? Debes tensarlo (sin exagerar, no te pases) y frotar la pastilla de resina a lo largo de las cerdas, de abajo arriba. La primera vez te vas a tirar tus buenos 10 o 15 minutos dale que te pego hasta que las cerdas estén cubiertas de un polvo blanco que es el que hace que vibren las cuerdas. Ten cuidado para que la pastilla de resina no choque con la parte de metal del arco, porque puedes romper la resina y echarla a perder.

Ahora a afinar: lo siento, te tienes que tragar este artículo enterito.

Yo soy muy chulo y moderno y he pensado en aprender con un violín eléctrico, y así no haré ruido ¿qué te parece la idea?

Es curioso que bastante gente ha preguntado por esta cuestión. Diré lo que suelo contestar: el violín eléctrico está bien para ensayar en casa, sobre todo ciertos tipos de música, y ejercicios básicos; te puedes poner los auriculares y tan tranquilo sin molestar a nadie. Pero si has hecho lo que debes y te has apuntado a clases, el profesor no te oirá bien, no podrás tocar con él, y tampoco podrás ofrecer ninguna muestra de tu talento a nadie a menos que vayas cargado con un amplificador. Así que, violín eléctrico vale, pero de segundo violín.

¿Cómo sé dónde tengo que poner los dedos en el mástil?

Si preguntas esto es porque estás intentando tocar sin haber contratado clases. Las notas las ha de buscar el oído, no la vista. Pero bueno, a veces se ponen marcas para ubicar las posiciones de los dedos, o se pueden comprar plantillas. Pero yo que tu no lo haría forastero, sin antes consultar con un profesional.

He empezado a tocar pero suena como un demonio ¿es culpa mía o del violín?

Es culpa tuya ¿qué esperabas? ¡Ve a dar clases de una vez!

Si se os ocurre alguna pregunta más de principiante animaos a comentar para incluirla.

“Apps” para violinistas

Si hay un instrumento que ha cambiado muy poco en los últimos siglos ese es el violín. Pero a su alrededor las cosas cambian, y nosotros podemos aprovechar muchas innovaciones técnicas o tecnológicas a nuestra práctica. Hace poco hablamos de accesorios, y hoy vamos a ver cómo nos pueden ayudar esos aparatos que están empezando a ser tan populares: los smartphones.

Y es que la cantidad de aplicaciones (“apps”) que se publican para ellos es enorme, y creciendo día a día, y muchas de ellas útiles para nuestra práctica o directamente diseñadas específicamente para violinistas. Así que no os cortéis y, todos los que tengáis smartphone o un iPod, echad un vistazo a estas útiles herramientas.

Las aplicaciones que he probado son versiones para iPhone/iPod, pero seguramente casi todas tendrán su versión para iPad y Android.

Afinadores y metrónomos

Seguramente la utilidad más lógica y típica para los smartphones sea ésta, y de hecho hay infinidad de afinadores para todo tipo de instrumentos, y bastantes para violín.

nTune

nTune_violin

nTune: Violin

Precio: GRATIS (con publicidad)

Este tipo de afinador es el que más abunda y también es el más simple. Sencillamente te da la nota de la cuerda que quieres afinar y tú tienes que tocar al mismo tiempo para ajustar el sonido a lo que estás oyendo. No es lo más recomendable para afinar bien, sobre todo al principio, pero lo que sí es cierto es que al menos constituye un ejercicio auditivo interesante para principiantes. nTune al menos te da la nota con sonido de violín auténtico, con opción de sonido de arco o de pizzicato. El diseño e interfaz normalitos. Para los que quieren algo simple y sin complicaciones.

Hay una versión de pago por 0,99 para los que tengan fobia a ver publicidad en su aplicación.

Violin Multi-TunerViolin MT-2Violin Multi-Tuner

Precio: GRATIS (con publicidad)

Este completísimo afinador sigue siendo del mismo tipo que el anterior, es decir “no escucha”, lo que hace es emitir sonidos de la nota especificada, a partir de la cual uno debe afinar su violín. Se diferencia del anterior en que el sonido que emite es sintetizado, no grabación natural, lo que para algunos puede ser una desventaja. Pero a cambio dispone de muchísimas opciones, como la de afinar las cuerdas en combinaciones diferentes a las estándar, reproducir todas los tipos de escalas mayores y menores, así como los modos musicales griegos, etc., con la posibilidad de cambiar la velocidad, para practicar las escalas por encima. También dispone de un sencillo metrónomo, este con pocas opciones.

Con banner de publicidad.

Violin compañeroViolín compañeroViolin compañero

Precio: GRATIS (con publicidad).

Una aplicación similar a la anterior, con las mismas funciones, y un diseño algo distinto. No sabría decir cuál de los dos es mejor, aunque este al menos está traducido, un poco mal, pero traducido. La elección dependerá el interfaz que más os guste. Ah, y reproduce también acordes de todo tipo.

 

 

Violin TuneViolin TuneViolin Tune

Precio: 0,89€

Esta minimalista aplicación es la primera de la lista de las que “escuchan” lo que tocas y te va guiando hasta que afinas. Su sencillez es quizás su mayor virtud, no hay más que encenderlo y ponerse a tocar hasta que se ilumine la barra central de la gráfica. Sin embargo, al menos en mi iPhone,  tiene el defecto de muchos otros afinadores, como es que sea bastante inestable al marcar la frecuencia y siempre te deje un poco con la duda. Hay que decir que cuando tocamos una cuerda, no sólo estamos produciendo el sonido de la nota correspondiente, sino que también se producen una serie de armónicos que a menudo confunden a los afinadores. La verdad es que aunque es agradable, para ser de pago creo que los hay mejores.

 

Afinador

Afinador

Afinador

Precio: 0,99€

Esta app es un afinador genérico, dirigido a todo tipo de instrumentos, con un diseño elegante y buena pinta en su interfaz. También te puede dar el tono para que tú ajustes en base a él, pero este tipo de afinador capta el sonido que haces al pasar el arco y te marca la nota más aproximada y si está alto o bajo respecto a ella. Afina visualmente mediante una escala y una aguja móvil que debe ubicarse en el centro. Es bastante configurable, pudiéndose cambiar la frecuencia del LA (afinación antigua o alternativa), tipo de notación, el aspecto, etc. Creo que es el primer afinador que me compré, para probarlo y la verdad es que no me gustó demasiado porque la aguja es demasiado saltarina, cuesta mucho que se centre correctamente, no me parece muy fiable, aunque si no tienes otro puede servir.

Afinador + metrónomoAfinador + MetrónomoAfinador + metrónomo

Precio: 1,99€

(OJO: esta aplicación ha cambiado de nombre e icono, ahora se llama “Cadenza” y tiene una sola nota roja como icono.)

Llegamos a la que, en mi opinión, mejor se comporta en términos de afinación, con un gran rango de tonos, una detección suave y precisa, sin tantas “dudas” como otras, una interfaz sencillísima pero muy clara y sin ningún dato de más. Es la que uso últimamente (he perdido mi diapasón bueno) y me ha hecho ver con mejores ojos estas caprichosas aplicaciones. Tiene un metrónomo con las mismas virtudes de simplicidad y precisión y la verdad, se agradece no ver texturas de maderas falsas y cosas así. La pega es que cuesta dinero, pero enfín, por algo más de lo que pagas por un café tienes una herramienta útil con la que sentirte a gusto.

Por cierto, un ejercicio que os recomiendo es este: tocad, preferiblemente algo muy sencillo como escalas o arpegios, con mucho arco y lentamente, con el afinador encendido y a la vista, puede que alguno de los que piensan que tocan perfectamente afinado se lleve alguna sorpresa desagradable 😉

MetronomeMetronome

Precio: GRATIS (con publicidad).

Metrónomos hay muchísimos, y lo cierto es que siendo su función tan básica es difícil destacar alguno de ellos. He traído este gratuito pero seguro que podéis encontrar muchos más, incluyendo las aplicaciones que tienen varias funciones además del metrónomo, como las anteriores. Este no está mal, y esta aquí porque es el primero que yo me bajé.

Recordaros que tocar con metrónomo es un buen ejercicio para hacer de vez en cuando. Sobre todo ejercicios como escalas, golpes de arco, etc.

Moduladores

Tras este nombre se esconden aplicaciones muy útiles si nos gusta tocar con acompañamientos grabados (de piano, de orquesta, para dueto…) ¡pero necesitamos que vaya más despacio! Pues bien, con estas aplicaciones podremos hacer exactamente eso, ralentizar el tempo sin que varíe el tono. O bien también cambiar la tonalidad, hacia arriba o hacia abajo, para adaptarlo a una tonalidad que nos interese más porque sea más fácil, porque tengamos la partitura en otra, etc.

AnytuneAnytuneAnytune

Precio: GRATIS (la versión básica)

Básicamente, esta aplicación realiza lo que menciono en el texto genérico. Eliges un tema de las playlist de tu iPhone o Android y el programa lo analiza para poder reproducirlo a diferente tempo o a distinta tonalidad. Si lo cambiamos mucho termina sonando fatal, pero puede ser de ayuda para ajustar los “Play Along“. Tiene expansiones de pago para diversas funcionalidades, como hacer mezclas, etc.

 

Slow Down Music PlayerSlow Down PlayerSlow Down Music

Precio: 3,59€

Lo mismo que el anterior, pero en una pantalla mucho más austera, quizá más clara, pero no me parece lo suficientemente mejor como para pagar teniendo la anterior.

 

 

Otras aplicaciones

Hay muchas apps que seguramente os vendrán bien para vuestra actividad musical. Como por ejemplo estas:

Sound cloudSoundcloud.

Gratis.

Graba lo que haces y compártelo, ya sea original o interpretación. Si tienes suerte puede que alguien opine o quiera compartirlo a su vez.

Classical violinistClasical Violinist.

Gratis

Un juego como el Guitar Hero pero en violín y para móvil. Quién sabe, si estás en el tren y tienes mono de tocar tal vez te pueda apetecer darle un poco al arco.

Indian ViolinIndian Violin.

Gratis

He elegido a este genial autor indio cuya música carnática me encanta, pero hay más violinistas que tienen su propia aplicación, con canciones, biografía, conciertos, etc..(aunque sinceramente, a los otros no los conozco: Ara Sarkissian, Micah, Sung-Duk Song, HumbleG… enfín).

App iStringsiStrings.

Gratis

Un localizador de luthiers, simplemente localiza en un mapa los profesionales en tu ciudad. Creo que no tiene una lista muy exhaustiva (para eso nada mejor que ver la sección de esta página) pero en un momento dado puede ser útil.

app gratis

App Gratis.

Gratis

¿Hay alguien que aún no la tenga? cada día una aplicación de pago se vuelve gratis. Hay que tener autocontrol para bajar lo indispensable.

Appsfire Appsfire.

Parecida a App Gratis, pero con aplicaciones clasificadas por temas, tipo de oferta, etc., muy completa.

¡Aplicaciones para Deviolines!

Pues sí, también hay “apps” para poder leer esta página web en tu móvil o tablet.

google currents deviolines

Google Currents.

Gratis

Google Currents es una aplicación del buscador gigante que se puede instalar en iphone, ipod, Android o tablet, y permite ver publicaciones en tu dispositivo adaptadas directamente de la web. Hace tiempo inscribí Deviolines en este servicio, de modo que si lo instaláis y buscáis “Deviolines” podréis ver los últimos artículos cómodamente.

 

Android DeviolinesAplicación Deviolines Android

Gratis

Santiago, un lector de Deviolines, ha desarrollado esta aplicación para Android de la web. Como yo no uso Android no tengo ni idea de cómo es ni cómo funciona, espero que alguien se anime y nos cuente qué tal está!

Gracias Santiago.

Y vosotros, ¿conocéis alguna aplicación interesante para compartir?

¿Soy demasiado mayor para aprender a tocar el violín?

Os voy a contar un secreto, la primera vez que toqué un violín era un adulto hecho y derecho.

A menudo lamento no haber tenido la oportunidad de haber empezado de niño. Pero, ¿me gustaría tanto tocar como me gusta ahora? ¿no habría abandonado como tantos otros, cansado por la obligación y la rutina?

Me apunté a una academia, porque por supuesto en ningún conservatorio me iban a admitir, y empecé a acudir a las clases un poco avergonzado de verme rodeado de niños pequeños que me preguntaban: “tú por qué volumen (suzuki) vas? ¡seguro que por lo menos el siete!”. En aquel entonces yo era el único adulto mayor de 18 años de aquella pequeña academia, de modo que estuve bastante tiempo dudando de si estaba haciendo una estupidez y perdiendo tiempo y dinero.

Pero continué, sencillamente porque me había atrapado un deseo irresistible de tocar que no desaparecía –aquí cuento cómo nació ese deseo– y me daba igual lo que tardara en conseguir aunque sólo fuera no parecer un gato en celo. Soy terco, y un poco insensato, y me atraen más lo inaccesible que lo fácil de conseguir. Siento como cierta esa frase que dice: “sólo lo que consigues con esfuerzo merece la pena”.

A esa edad en la que empecé a torturar los oídos de mis vecinos estaba trabajando a jornada completa, así que el tiempo disponible para mi obsesión era escaso. Escaso pero intenso, por las ganas de aprender que tenía. Era tan ignorante y terco que mi idea inicial era aprender de forma autodidacta; afortunadamente esa estúpida idea se me fue más o menos a los dos meses.

No quiero emplear literatura barata y escribir las típicas frases de filosofía de autoayuda como que no hay límites, conseguirás lo que te propongas si realmente lo deseas, busca tus sueños, etc etc., porque me suenan a trucos de motivación para vendedores y deportistas. Solamente voy a hablar de mi experiencia y de lo que dicen personas que saben más que yo.

¿Empezar de adulto (y hablo de adulto digamos a partir de los 20 años y ahí en adelante) es un impedimento para aprender a tocar bien?

NO. Ser adulto en sí no es un impedimento infranqueable. Es una dificultad, una desventaja, en la medida en que hay menor predisposición natural a aprender. Y una dificultad que aumenta proporcionalmente según vamos acumulando años. Voy a intentar enumerar los problema que implica:

Desventajas frente a los niños.

  • Como he dicho, nuestra predisposición natural al aprendizaje y la capacidad de memorización es menor. En un niño en cambio, cualquier información entra y queda grabada de forma fácil y sin esfuerzo
  • Nuestro cuerpo se adapta peor a posturas y movimientos que no sentimos naturales y a las que cuesta más acostumbrarse.
  • Las 24 horas de la vida de un niño están enfocadas en su totalidad a aprender, a adaptarse al mundo, a abrirse a todos los estímulos. En cambio el adulto está atrapado por todo lo contrario. Se espera de él que devuelva todo aquello que ha aprendido, en lo que se ha convertido, para realizar labores útiles y ya meritorias, cualquier otra actividad a menudo se observa desde el entorno como capricho, o simple entretenimiento.
  • Un niño tiene tiempo infinito delante suyo. Un tiempo además que discurre muy lentamente. Un adulto siente que no dispone de todo el tiempo que quiera para llegar a alcanzar el objetivo que busca. A menudo piensa ¿merece la pena este esfuerzo?
  • Casi siempre un adulto tiene trabajo u otros estudios, una familia de la que ocuparse, una casa que requiere atención. El niño dedica todo su tiempo a la diversión y a aprehender todo lo que le rodea.
  • A un adulto, saber tocar unas pocas melodías sencillas, como las del primer o segundo volumen del método suzuki, no le satisface. Su educación y apreciación musical es mucho mayor que la de un niño, y por tanto, no llegará pronto a poder interpretar una música que sienta como buena hasta que lleve mucho tiempo practicando. Y aun así, siempre será mucho más crítico con sus errores que un niño. Y por tanto su frustración puede ser mayor.
  • A un adulto, que como norma general suele aprender con un profesor particular porque en un Conservatorio le costará mucho entrar, nadie le va a ordenar estudiar, no le van a obligar, ni le van a regañar seriamente si no trabaja. Todo el mundo sobreentiende que es un hobby, o una manía, o un capricho. Nadie piensa que pueda querer tomárselo en serio. De ese modo es más fácil que no practique todo lo que debería, que no estudie todo lo que podría, que por tanto no avance y lo deje decepcionado.

Pero si os fijáis, todos estos problemas, salvo el de la predisposición natural al aprendizaje, son subjetivos y pueden superarse. Y además también hay…

Ventajas de aprender siendo adulto.

  • En un adulto, aprender a tocar es una decisión propia, nacida de un sentimiento de necesidad de expresión mediante la música. Creo que es la gran diferencia con respecto a los niños, que pueden llegar a amar lo que hacen, pero prácticamente en ningún caso es una decisión suya haber emprendido ese camino. Su única decisión es no abandonarlo.
  • Un adulto es más consciente de sí mismo, de las dificultades, de sus debilidades, de los peligros que acechan en su aventura: se conoce más a sí mismo, a sus puntos débiles, y cómo minimizarlos. Ese conocimiento le permite evitar de forma inteligente los peligros que encontrará: la pereza, el cansancio, la frustración, la impotencia, el hastío, todo eso lo sentiremos antes o después a lo largo del proceso de aprendizaje. Pero sabremos más inteligentemente sortearlos porque ya lo hemos vivido antes en nuestra experiencia vital.
  • Un adulto (al menos un adulto medianamente culto y amante de la música) conoce y siente más certeramente la música. Aunque no pueda interpretar como le gustaría, sabe cómo debería llegar a sonar, qué emociones, que sentido darle a lo que toca.
  • Ya hemos pasado la adolescencia, esa época de crisis en la que miles de niños se rebelan contra todo, abandonan casi todas las actividades que no sean videojuegos, móviles, amigos, salir, etc… He leído mucho que es difícil que un adulto persevere en el estudio del violín. Pero creo que es más difícil que lo haga un niño. Miles empiezan a aprender, muy pocos terminan dedicándose a ello, porque en realidad, que tocaran el violín era una ilusión de sus padres, no suya.

Consejos para quien desea empezar a tocar el violín a una edad adulta:

  • No te pongas un plazo. No digas: “en un año quiero poder tocar tal melodía que me encanta”. Así sólo sentirás ansiedad, frustración, e impaciencia. Simplemente comienza a aprender. Ponte objetivos pequeños y cercanos, uno detrás de otro.
  • Tómate la aventura como un ejercicio de conocimiento de ti mismo, de autoaprendizaje, de voluntad, de ejercicio mental. Lo importante es el camino.
  • Tu cuerpo y el violín al principio no se llevarán bien. Será como acostumbrarse a una prótesis, como encajar dos piezas de puzzles distintos. Pero poco a poco iréis llevándoos mejor. Os iréis acoplando. Te irás acostumbrando. Un día (muy, muy lejano) te olvidarás de la postura, del instrumento, de los dedos, sólo estarás pensando en la música, y estarás en un estado de relajada concentración. Ese día sentirás que todo ha merecido la pena.
  • Ten autodisciplina. Toca todos o casi todos los días. Es fácil encontrar  excusas para no hacerlo. A veces no apetece ponerse con las escalas. No te preocupes, hazlo y cuando lleves un rato tocando te sentirás mejor y querrás seguir.
  • Escucha mucha música.
  • A veces te parecerá que estás estancado, que no progresas. Pero si tocas a menudo y casi todos los días, esa es sólo una sensación. Ponte a tocar una melodía o ejercicio de los primeros y notarás que lo haces con mucha mayor facilidad, y con más calidad. Todos tenemos días mejores y peores, pero TODOS LOS DÍAS QUE SE TOCA SE APRENDE.
  • ¿Quieres recordar cómo te sentías el primer día que te pusiste el violín en el hombro? Coloca la almohadilla al revés, ponte el violín en el hombro derecho y sujeta el arco con la izquierda. Angustioso ¿verdad? ¡eso ya quedó atrás!
  • Toca concentrado, poniendo toda tu mente y espíritu, no estés pensando en qué camisa te pondrás mañana.
  • No te preocupes de lo que piensen los demás al escucharte. Si te agobias mucho, usa una sordina.
  • ¿Aun así te da vergüenza lo que estarán pensando de ti los demás? puede que alguno haga bromas con tu edad, pero te digo una cosa: te envidian. Muchísima gente ha tenido el sueño de aprender a tocar, de haber tenido esa oportunidad. Ellos no se atreven ahora pero les gustaría.
  • En definitiva, el objetivo es que el aprendizaje sea también un fin en sí mismo, y no un medio. Estudiar y practicar, algo sano y necesario, como ir al gimnasio y comer sano.

La regeneración neuronal.

Antes se pensaba que, a partir de cierta edad, las neuronas iban muriendo, y que no se regeneraban. Hace no mucho se descubrió que eso no es así, que sí se pueden crear nuevas células neuronales y que el ejercicio mental hace que se produzcan nuevas conexiones, nuevas sinapsis entre neuronas. Mi profesor de violín suele decir que los músicos no padecen Alzheimer. Quizás es una exageración, pero sí es cierto que la música y el ejercicio mental de su práctica nos hace más lúcidos y durante más tiempo.

En un documental de mi admirado Edouard Punset (lo podéis ver al final del artículo), se habla sobre este tema del aprendizaje y la edad, del cuál voy a entresacar algunas frases:

“A diferencia de lo que se pensaba, que con la edad las neuronas dejaban de crecer, ahora sabemos que no, que la edad no es un obstáculo, y que seguimos aprendiendo y cambiando, de distintas formas, pero durante toda la vida.”

“Entrena tu cerebro, y cambiarás tu vida”

“Cada vez que aprendemos algo nuevo, algo cambia en nuestro cerebro y eso sucede durante toda la vida”

“Nuestro cerebro está preparado para aprender durante toda la vida, pero debemos ejercitarlo”

“Son más importantes las conexiones que la cantidad de neuronas”

“Con 100 años también podemos aprender informática, idiomas o lo que nos echen por delante”

“Aprender con más edad lo que requiere es más tiempo”.

Hace unos años, el director Stephen Walker realizó un documental sobre un coro de jubilados de entre 75 y 93 años que se dedicaron a hacer giras y cantar temas rock de Outkast, Coldplay, Jimi Hendrix, Radiohead… ellos no pensaron que eran demasiado mayores para hacer nada.

Y os recomiendo especialmente esta versión de un tema de Coldplay

Fuentes:

Redes para la ciencia.
Música clásica y músicos
Violinist.com
Violinist.com-blog

Gracias al profesor Lucas Bittini, por sus consejos y opiniones y a mi propio profesor, Salvador Guiral.

Imagen:
Findingfaces