Hasta siempre, Maestro

Ayer nos despertamos con una triste noticia: la muerte de Paco de Lucía, uno los más grandes guitarristas de todos los tiempos. Proveniente del flamenco, colaboró a difundirlo por todo el mundo, y además supo cómo fusionarlo con otras músicas a la perfección. 

Especialmente, con las americanas: el jazz, la salsa, el bossa nova... y en concreto, con los sonidos del cajón peruano; tras conocerlo en el país andino y probar a conjuntarlo con su guitarra, logró tanta aceptación con ello que, hoy por hoy, el cajón ya es considerado como un instrumento "flamenco" más.

Os propongo, en primer lugar, que veáis este breve reportaje sobre su vida. La calidad técnica del vídeo no es muy buena, pero describe muy bien su trayectoria:
Y en segundo, que recordemos su composición más tarareada (aquí en su versión más difundida, de los años setenta, con instrumentos acompañantes hasta entonces más propios de la música caribeña o del rock). 

Las dos aguas a las que se refiere el título son las dos que bañan las orillas de nuestra provincia, las del Mediterráneo y las del Atlántico: se trata de un claro homenaje a su natal Algeciras (que, como sabéis, está como quien dice a un ratillo en coche desde Jerez).

Ha querido el destino que Paco se nos fuera jugando con sus hijos en una de las playas de la atlántica Cancún, en México. Con Cádiz un tanto más lejos, pero con las mismas aguas de por medio...

Hasta siempre, maestro.

Variaciones multimedia sobre aquellos geniales cómics de Deyriès y cía (I): La música en el Renacimiento










Si pulsáis aquí encontraréis la primera entrega de un proyecto personal a largo plazo: convertir en un recurso multimedia la famosa Historia de la música en cómics que ya tantos profesores y profesoras de Música usamos habitualmente en clase. 

Y aprovechar, claro está, para traer a colación muchas más cuestiones y audiciones que las que se mencionan en el libro. Por ejemplo, no podemos pasar por alto el hecho de que en las viñetas aparezcan determinados monumentos, o que se mencionen determinados personajes y acontecimientos históricos. De ahí las principales "interdisciplimusicalidades" resultantes: con Plástica, Historia, Literatura...

En esta ocasión lo he hecho sobre el Renacimiento. Si gusta, prepararé más entregas. Lo que viene a continuación solo es una previsualización. Insisto en que mejor pulséis aquí.


 


Está creado usando sidengo.com, plataforma que aprovecho para recomendar. 

Este es el índice que he elaborado para hilar la historia: 


De la narratología musical: los musicogramas lingüísticos y su aplicación en el aula

La narratología musical encarna tan frondoso bosque que, en una entrada de blog, no aspiro más que a esbozar cuatro pinceladas sobre la misma y a proponer cuatro ideas de trabajo para el aula.


Las cuatro pinceladas

Concibamos narrar en un sentido amplio, complementario y no opuesto a describir, y sinónimo de escribir, pero también de dibujar, componer o cualquier otro acto de creación artística. Como tal, solo cambiará la materia prima: de textos impresos a lienzos palpables, partituras audibles o lo que sea. Y en ocasiones, ni siquiera del todo si tenemos en cuenta, a propósito, la musicalidad de las palabras o la semántica de los sonidos.

Pero dejemos para otras entradas la infinitas telas que cortar en torno a la música vocal o a la poesía fonética, o el insondable océano sobre el que zambullirnos al respecto de los significados sonoros (por cierto, tan sujetos a convención y connotación como las acepciones de un diccionario). Lo que me interesa es subrayar el privilegiado punto de encuentro uno de tantos que se da, entre música y literatura, a través de la narración como categoría abstracta. Esto es, de la narración per se, desligada de contenido y de referentes léxicos.

Por eso no quiero que penséis que tengo en mente aterrizar sobre la música programática, tradicional destino de este tipo de cuestiones. No se trata de fijarnos, al menos no hoy, en la historia concreta que pretendiere contar una partitura. Se trata de indagar en la trama interna de cualquier composición, y en aprovechar cómo sobre una misma estructuración sonora con o sin guion previo  podemos verbalizar múltiples relatos libremente; ahora sí descriptivos, icónicos y hasta onomatopéyicos si se quiere... pero ante todo, redactados con el fin de ser útiles como símbolos para tomar conciencia del nudo musical, de su introducción y su desenlacedel desarrollo formal sobre el que se asienten en cada caso.


Estamos hablando de lo que podríamos bautizar como "musicogramas lingüísticos", pero solo para diferenciarlos de aquellos más tradicionales basados en imágenes, pues el grámma griego ya implicaba una concepción genérica de escritura. Escuchemos primero un ejemplo bastante divertido (véanlo desde mediados del décimo minuto; el vídeo está preparado para ejecutarse desde ahí):

   

Ahora, dos platos fuertes: los cocinados por Owen Jander basándose, a su vez, en recetas ya iniciadas en el siglo XIX— con sendos movimientos beethovenianos como ingredientes. El primero, a partir del cuarteto op.18 nº 1, sobre la escena en la cripta del Romeo y Julieta shakespeareano; el segundo, con el Orfeo convertido en el piano del cuarto concierto, enfrentado a la orquesta, trasunto esta de las temibles furias del Hades.

Nos los recrea e introduce el imprescindible Luis Ángel de Benito en su imprescindible podcast "Música y Significado". Pulsen en torno al minuto treinta y seis o en torno al 51, y disfruten:



Como da a entender Jander, que se atreve hasta a introducir diálogos, las intenciones reales del compositor pasan a un segundo plano (de hecho, tan cierta es la tradición programática encabezada por Liszt como que el mismo Beethoven fue el primero en mofarse sobre las especulaciones literarias de su obra). Lo que interesa resaltar es que, precisamente más allá de palabras, las dos obras sostienen y desarrollan un drama intrínseco, un argumento propio. Da igual qué es lo narran, si es que narran algo. El caso es que narrar, narran.


Las cuatro propuestas

Aparte de favorecer el análisis y la asunción estructural de una escucha, lo cierto es que también podemos sacar otros muchos provechos de la narratología musical: fomentar la creatividad artística, conocer repertorio musical y literario, implementar la comprensión lectora, la expresión oral, el uso de recursos digitales, etc. Todo ello aparece en alguna o en varias de las siguientes ideas:

-Partir de una obra musical previa hacia una creación literaria propia:

No importa que que la narración esté diseñada ad hoc (como hace Feferovich, que además no duda en saltarse la repetición de la exposición) o que se inspire en algún argumento anterior (como hace Jander). Lo importante es que las palabras resultantes sean suficientemente dúctiles como para amoldarse a la obra musical que propongamos. 

Esta podrá ser una pieza abstracta o programática, pero en ese caso no lo declararemos a nuestros alumnos hasta después de que redacten sus propios textos; lo cual puede dar lugar a sorprendentes coincidencias... o no tan sorprendentes. Ya dijimos que nuestro objetivo primario iba más allá de semántica musical, pero nada nos impide abordarla paralelamente. Cabe recordar la existencia de composiciones que no solo traen ya una narración adjunta, sino que apelan a la presencia de un narrador de carne y hueso que la active (sin duda, la más famosa sigue siendo el Pedro y el lobo de Prokofiev).

Ante todo si trabajamos con jóvenes, quizás lo ideal es que la obra, historiada o no —se entiende que no aún por nosotros mismos, muestre sin problemas secciones claramente perfiladas, y que alterne contrastes de carácter con repeticiones identificables. Si os dais cuenta, acabo de describir a grandes rasgos la forma rondó. Como ejemplo, ahí va mi humilde y sanguinario pinito (una especie de venganza del lobo, la excusa también para la presencia del musicograma-dibujo con el que empezaba este artículo):



En vez de un vídeo subtitulado podemos escribir un texto a mano indicando los minutos en cuestión (si se hace como intervención en los comentarios de un vídeo Youtube, se vinculan automáticamente). O mejor aún: emular a De Benito y lanzarnos a grabar un podcast leyendo en alto, con la música sonando debidamente a la par. 

-Partir de una obra musical y de una obra literaria previas:

Esto puede ser muy difícil o al contrario, dependiendo del reto que nos marquemos. Si la narración es muy sencilla y tiende más bien a ser la descripción de un instante, una atmósfera o un estado de ánimo, las posibilidades de encontrar obras musicales con el mismo afecto predominante son prácticamente infinitas. Es más, muchas veces bastaría con asociar dos títulos similares (lo cual no es que tenga mucho mérito). 

Así, el viejo romance viejo de la niña adormecida se acopla a la perfección con el Ensueño schumanniano de las Escenas de niños. Pero el romance de la niña adormecida bien podría casar con cualquier otra pieza lenta, y al melancólico ensueño le valdría hasta una nota de suicidio.

Por el contrario, cuanto mayor sea la complejidad del relato habrá que esforzarse muchísimo más —si no estamos de suerte— para encontrar una música que encaje convincentemente con el texto; o viceversa. 

Para facilitar las cosas, el docente puede establecer de antemano una de las obras, la literaria o la musical. Eso daría además cierto juego a la hora de poner en común las distintas alternativas que, sobre un mismo motivo conocido ya bien por todos, ha ido diseñando cada uno de los alumnos.

Pero para facilitarlas aún más, también se pueden indicar ambas. Así, sin la angustia de tener que seleccionar nada, el discente podría centrarse directamente en ensamblar el texto con la música y, al mismo tiempo, la música con el texto. Nada impediría tomar caminos diferentes si están bien argumentados, lo que seguiría haciendo interesantes las puestas en común.

Algunos compositores se han preocupado hasta de publicar el relato como introducción a la partitura, o incluso, de presentarlo en frases sueltas colocadas encima de los compases correspondientes. Eso sí que da juego a la hora de preparar actividades. Algunas de las más sencillas, por ejemplo, partiendo de los Sonetos de Vivaldi para sus estaciones (helos aquí), o utilizando la historia a base de descripciones del Mercado Persa de Ketèlbey (aquí, en versión inglesa; aquí, en francesa y alemana... para, de paso, trabajar también idiomas). Se pueden plantear juegos de reconocimiento, según los niveles, empleando o no las partituras con o sin los textos borrados.

De momento, desde esta entrada os propongo, volviendo a las dos narraciones de De Benito, sendos ejercicios ya preparados (las soluciones, aquí). Los he adaptado y adornado un pelín:

See on Tackk.com


See on Tackk.com

-Partir de una obra literaria previa hacia una creación musical propia:

Que es justo lo que han hecho multitud de compositores a lo largo de los siglos, mucho antes de que la fiebre tardorromántica por los programas conviertese a los  poemas sinfónicos en género estandarte y, de paso, en germen de la música de cine posterior (lo cual, si lo piensan, tiene bastante sentido). 

Cabe destacar que estos poemas se inspiraban en muchos casos en historias escritas, pero que también las creaban autónomamente; y que aun estando en el primer caso, los compositores rara vez se sintieron obligados a reflejar punto por punto un guion estricto de los acontecimientos. 

Para el ejercicio didáctico, los alumnos pueden seleccionar la obra literaria de manera individual;o bien se les puede proponer una en concreto. Quizás lo más práctico es aprovechar de algún modo la lectura que desde la asignatura de Lengua.
puedan estar llevando a cabo.

Cada cual deberá componer una pieza que, sin llegar a una precisión absoluta, refleje de algún modo la estructura interna del texto escogido. Debemos decidir, sobre todo si se trata de uno en común, si planteamos o no un análisis del mismo que inspire de algún modo las diferentes secciones de la futura composición.

Sobre este análisis se pueden indicar algunas pautas: si en esta parte iremos más lento o más rápido, si trataremos de imitar icónicamente tal circunstancia del relato, si usaremos determinado modo melódico, etc.

-Crear una obra literaria y otra musical con una narración compartida:

Ahora, sin modelo previo alguno. Aunque se nos antoje a priori muy complicado, en realidad el ejercicio ya funciona con composiciones breves y monódicas (por ejemplo, para flauta dulce). Y no es en absoluto necesario transcribir estas a pentagrama alguno; pueden presentarlas en forma de grabación o como parte de una interpretación en vivo.

Además, esta opción es la más maleable de todas: permite componer antes o después de redactar la historia, como le sea más cómodo al alumno. Permite hasta hacer ambas cosas a la vez, retocando la música o las palabras según interese en cada momento. 

Pero comoquiera que los chavales suelen sentirse inseguros si no hay algo a lo que agarrarse, tenemos la posibilidad de proponer un tema común sobre el que proceder. Ya no sería ofrecer un relato previo o una estructura musical completa, sino simplemente un motivo, una idea generadora: bien sea esta una sola frase melódica, bien solo una frase verbal.

Bastaría incluso con señalar el título que compartirían texto y música. Ahí va uno intencionado: la batalla entre Apolo y la serpiente Pitón. Intencionado, pues narrándolo con su flauta, Sacadas de Argos creó una de las más antiguas obras programáticas de las que se tiene noticia, allá por el siglo VI a.C. Como por desgracia no nos llegó partitura alguna si es que se llegó a escribir—, y como, aun disponiendo de algunos textos clásicos estos tampoco dan demasiados detalles sobre el combate, el campo de posibilidades queda completamente abierto a la mayor de las fantasías.



Artículo de Pablo del Pozo, interdisciplimusicas.blogspot.com. 
Dibujo del comienzo de la entrada por Sandra Ramos.

¿Te interesa? Concierto didáctico de instrumentos del Mundo (llamada especial para profesores de Andalucía Occidental y Sur de Extremadura)


Aprovecho que este blog está vinculado con Eduplaneta Musical, y que ahí verán este mensaje muchos compañeros, para lanzar al aire la propuesta que el propio organizador me ha hecho. 

Vendrá a mi instituto (en Jerez de la Frontera, Cádiz) a finales de noviembre. Lo ideal es que si dais clase más o menos cerca —provincias de Cádiz, Sevilla, Huelva, Córdoba, tal vez de Málaga, tal vez Badajoz...pues os animéis y os pongáis pronto en contacto. Sobre todo ahora que muchos estaréis retocando la programación y previendo las posibles actividades complementarias de vuestro Departamento.

Y sobre todo, pensando que es una oportunidad que no se dará todos los días por nuestra zona: no solo por ser un espectáculo de enormes posibilidades interdisciplinares, que también, sino porque cuanto más se amorticen los gastos de viaje, mejores precios podrán salir de ello.

Se trata, lo digo ya, del multiinstrumentista y cantante Pablo Mezzelani. 






Aquí podéis leer más detalles sobre el concierto didáctico que lleva a cabo, titulado "Sonidos del mundo" (así como de su interesante trayectoria biográfica y profesional). Y en concreto, aquí podéis echar un vistazo a su preciosa colección de instrumentos.

Pues lo dicho. Si os interesa, escribidme:


O si conocéis a alguien. O si amablemente consideráis que un retuiteo podría serle útil a otro compañero. Agradecido quedaré.

La llamada, en todo caso, no deja de ser para cualquier Departamento de Música de cualquier lugar del planeta. Pero quizás ya os tendríais que poner de acuerdo con él para otras fechas, claro. 

De una asignatura apesadumbrante (y de la falacia de cierto vídeo promocional al respecto de su relación con la música)

pesadumbre

1. f. Cualidad de pesado.
2. f. Fuerza de gravedad de la Tierra.
3. f. injuria (agravio).
4. f. Molestia, desazón, padecimiento físico o moral.
5. f. Motivo o causa del pesar, desazón o sentimiento en acciones o palabras.
6. f. Riña o contienda con alguien, que ocasiona desazón o disgusto.


  

Ahora que está cada vez más claro que, en España, la nota de Religión volverá, como hacía ya más de veinte años, a contar para nota media y becas y a la larga, para estar mejor o no colocado respecto al mercado laboral—, necesito compartir algunas apreciaciones a partir de este anuncio promocional.

Como profesor de música, mis apreciaciones girarán principalmente en lo que más de cerca me toca. Pero no puedo evitar, sin embargo, subrayar antes algunas cosas:

-el eurocentrismo tan descarado de sus alusiones y presumiblemente, de su temario,

-la confusión y el menosprecio que se generan al hablar de la ciencia como se habla de ella —fruto de casualidades y manzanos, o de ecuaciones y formulaciones químicas a las que solo la religión puede dotar de "su verdadero sentido"—, 

-la vergüenza que implica el hecho de que se citen a los artistas que se citan —cuyas obras o/y vidas fueron vilipendiadas por la moral cristiana—,

-la completa pérdida de papeles al referirse a la crisis (...).

-¿Y qué hace ese póster al fondo de la clase? Lo digo por la frase que incluye, que viene a simbolizar lo mismo que colgar un crucifijo de la pared

































No he conseguido averiguar de quién es la cita, desde aquí lo pregunto en alto. A propósito: cualquier parecido con el logo del PP es simple casualidad. Lo digo sin sorna: la gaviota es desde hace mucho una imagen alternativa a las palomas del espíritu santo cristiano (para el PP, la suya es símbolo de "libertad"; vale...). El caso es que se trata de un póster que bien pudiera estar colgado impunemente en la escuela concertada en donde se rodó el anuncio. 

Dejaré a un lado otras cuestiones que ya entrarían un tanto en la especulación: ¿Será "Bosco", al igual que "Lucas" o "María", un nombre elegido con intencionalidad, a saber, la del Bosco fundador de los salesianos, como sabemos una de las congregaciones más poderosas entre los colegios religiosos? ¿Será la manzana de color rojo, rojo y no verde, como verde era la del relato sobre Newton, deudora de la iconografía manzanera del pecado original, roja y no verde? ¿Será casualidad que, habiendo tan rica representación multiétnica, en absoluto diré que forzada, entre los alumnos seleccionados no haya sin embargo ninguno de facciones magrebíes, aquellos tan presentes en las aulas españolas? ¿Será porque sus padres suelen ser musulmanes y no se les puede lanzar el mismo guiño que a los provenientes de otros lares? ¿Estará la Conferencia Episcopal española llevando a cabo la misma estrategia de reclutamiento que ya hace para que sus seminarios no queden vacíos?

Vayamos mejor a la música...

***

En torno al minuto 2:25 podremos escuchar, en boca de esta mala copia del Eugenio de Cuéntame, que en la clase de religión se aprenderá... 

"en qué se inspiraron los compositores que han dado lugar a la música actual". 

Por otro lado, en la rueda de prensa de presentación de la campaña a la que, por cierto, parece que solo acudieron periodistas afectos—, se afirmaba con total tranquilidad que la religión escolar:

"da claves para asuntos tan importantes como poder entender la crisis que estamos viviendo  [sic], la música contemporánea o menos contemporánea [...]"

Y como Lucas, el evangelista, se refiere aunque no lo diga a la religión católica, sobre ella se centrarán las siguientes apreciaciones. Lo que no quita para que también se pudieran aplicar a muchas otras creencias en el más allá (aquellas que el catolicismo ataca o defiende según le interese en cada momento).

1. Por "música actual", supongo que se refiere a la llamada "música popular urbana", Y solo a aquella de corte occidental (la que predominantemente escuchan los alumnos que, como el del vídeo, llevan sus auriculares a clase). Un sesgo etnográfico que se suma al del resto de alusiones del vídeo. Al menos ya hemos salido de Europa.

Aun así, sería muy difícil sostener que la religión haya sido la única "inspiradora" de la "música actual". De todos es sabido que, sin salir de Occidente, la música profana también habrá influido lo suyo... Y que, de todas maneras, mucha de la "religiosa" provino directamente de la profana. Si me apuran, el sistema tonal occidental tiene parte de sus orígenes, por lo menos y entre otros lares, en la Antigua Grecia pagana. Y la estructura de canción monódica, por lo menos, en los cantos seglares de la Edad Media.

Por otra parte, dejemos a un lado el hecho de que, en muchas ocasiones, los géneros poco se han diferenciado entre sí. Es más, desde un punto de vista estrictamente técnico, no sirve de nada dividirlos en religiosos o en "no religiosos". Igual que no habría forma de ver diferencias artísticas entre los compositores pelirrojos y los "no pelirrojos". 

2. Pero ojo, aunque solo en parte, las instituciones eclesiásticas sí que han influido en la historia de la música: prohibieron instrumentos musicales, denostaron intervalos considerados diabólicos, frenaron el desarrollo de la polifonía, controlaron los textos y los idiomas... 

... Mención especial, aquella que impidió a las mujeres hablar en las iglesias; hablar, y por lo tanto, cantar:

  
Hay quien dice que la famosa frase que aparece recreada en la película Ágora (Alejandro Amenábar. 2009) pudo no ser de san Pablo, sino de alguien que falsificó su autoría. En todo caso, el texto es de época antigua y fue uno más de los que influyó en la configuración del pensamiento cristiano oficial.

Al fin y al cabo, es su club y tienen derecho a establecer sus reglas, dirán algunos. Reglas que se impusieron a veces tan bruscamente que provocaron la pérdida de repertorios completos (como, por ejemplo, el de la liturgia mozárabe)

Pero si se quiere, sacando de contexto a Stravinsky, digamos que poner límites a la creatividad termina siempre fomentando la creatividad, que el hambre nos hace inteligentes; —y agradezcamos, dicho sea de paso, la labor de Stalin con Shostakovitch

En cualquier caso, sin esa supuesta influencia sobre la "música actual", la "música actual" habría sido supuestamente diferente, pero no por ello mejor ni peor. Eso sí, puede que se hubiera gestado con mayor libertad. Y que no sonaran tan hipócritas las palabras de Lucas.

3. Hipócritas, sobre todo, si recordamos también que la religión no suele contentarse con controlar lo que se ocurre en sus templos o con feligreses libremente adscritos.

No pasemos de largo por ahí: estos templos han sido subvencionados históricamente por el Estado y por ciudadanos no necesariamente creyentes. Por eso son tan "grandes", como presume Lucas.

A finales de 1987, cuando aún se evaluaba la Religión en España, el papa Juan Pablo II decía esto: 

¿Creen que en 2009 estábamos más avanzados al respecto?

Pero volvamos a lo que religión ha provocado a lo largo de la historia más allá de sus templos:

-A veces le da por castrar a niños inocentes para que, con tal de que siguieran sin cantar las mujeres, en las iglesias pudieran sonar las notas más agudas. Esto ya tenía repercusiones extramusicales, por cierto. Buena parte de ellos moría en la operación o tras años de pobreza absoluta.

-A veces, cuando tiene demasiado poder, le da por censurar, perseguir o prohibir determinados géneros o artistas por un exceso de sensualidad o por falta de delicadeza con respecto a su moral: la música instrumental per se, la de los juglares, sarabandas y chaconas, la ópera entera... y así hasta que anteayer llegó el rock y el resto de la "música actual", considerada por muchos cristianos como una caterva de degenerados. La propia música que suena de fondo en el anuncio no habría sido aceptada por los más radicales de antaño. Por cierto, a los pelirrojos también se les persiguió por diabólicos.

Me pregunto si Lucas les explicará a sus alumnos el  caso de las Pussy Riot. Y cómo defendería la decepcionante postura del anterior papa:

Hablando de Ratzinger, me pregunto también si entrará en el temario asumir su postura frente al rock:

-A veces, en momentos de extrema crudeza histórica, ha llegado a prohibir cantos y músicas y bailes de pueblos enteros. 

Como a los sefarditas, como a los moriscos. Como a los amerindios desde que los españoles pisaron el Caribe. O como en tantas culturas esclavizadas provinientes del este de África; que, sin embargo, resistieron heroicamente y... y oigan, me pregunto si Lucas también les contará todo lo que aportaron en la configuración de la "música actual".

-La religión está detrás también de prohibiciones por completo de la música. De la música a secas, del tipo que sea. El caso más famoso, el de los talibanes en Afganistán. Pero también se ha dado en el seno de comunidades cristianas. 

4. Hipócritas, si recordamos su visión cambiante a lo largo del tiempo. Todo lo anterior terminó siendo aprobado y hasta reutilizado con fines propagandísticos. Ahora el rock cristiano, entonces la polifonía de un determinado tipo... Y en esto que te descuidas escuchando el Help de los Beatles, del anticristo John Lennon, convertido en "Santo, Santo...".

También es muy divertido el lío que se montan al tratar de hablar de qué es y qué no es religioso. Pío X, a comienzos del siglo XX, consideraba las cantatas y las pasiones del luterano Bach como "música de concierto", pero dejaba abierta su presencia encuadrándola como una posible "elevación espiritual". Vaya, nos topamos con el ecumenismo...Lo que cantaron las Pussy Riot, a propósito, fue una "plegaria punk". Pero no, eso no vale.

5. Aún no he visto a un solo profesor de religión poner ninguna audición ni hacer ninguna actividad relacionada con la historia de la música o con el arte en general. Y yampoco es que los libros de texto bendecidos por la Conferencia Episcopal rezumen música por los cuatro costados.

El otro día tuve acceso al libro de Religión de la editorial SM para 3º de ESO: solo dos párrafos expresamente referidos a la música entre unas ciento cincuenta páginas. Bajo el epígrafe de "Biblia y música", el primero presumía ante el hecho de que "no solo los compositores del Renacimiento y del Barroco compusieron obras con temas bíblicos, sino también los de nuestro tiempo". Como ejemplos de "nuestro tiempo", se citan, completamente al azar, las Lamentaciones de Jeremías de Stravinsky (una pieza de 1958 de estilo dodecafónico, ya sabéis, justo el que suena en las discotecas), los Salmos de 1965 de Leonard Bernstein (¡escritos en hebreo por un ascendiente judío y bisexual y para una iglesia anglicana! ¡catolicismo puro, vaya!), y el Cantar de los Cantares de Penderecki (la obra más rabiosamente moderna de todas... ¡de 1973!; ni con esta, "nuestro tiempo" sobrepasa al de Franco).

Pero más sangrante aún es el segundo párrafo, en donde los de SM no pierden la vergüenza al indicar que "también los colectivos, especialmente los más oprimidos, han reflejado en la canción sus propias propias experiencias, similares a las vividas por el pueblo de Israel". Y al señalar luego que "ese es el caso de los espirituales negros cantados por los esclavos en tierras de América". Qué visión más profunda del tema, qué educativo...

Puede que haya algún profesor puesto en música, no digo que no. Pero la mayoría dedica su tiempo, como sabemos, a contar cuentos de hadas, a consolidar supersticiones varias y a tratar de justificar su también cambiante código moral.

No sería de recibo que hablase demasiado sobre música, en todo caso. O sobre cualquier otra materia. Lo dice el autor de un blog que apuesta claramente por la interdisciplinariedad, hasta en su título. Pero yo no quiero una interdisciplinariedad tan tendenciosa y propagandística. Eso es más bien "anti-interdisciplinariedad".

Además, ¿qué preparación tendrían para hablar de música? ¿sería capaz, mi compañero en el instituto, de explicarme mañana esa supuesta influencia en la música actual? 

Para ello hay profesores de plástica y de música mucho mejor preparados. Basta con no recortar tantas horas a sus asignaturas. Además, hablarán del arte y la música de todas las épocas, lugares y culturas.

¿A que a nadie se le ocurre que los profesores de religión debieran hablar de ciencia? Ah, sí, a ellos mismos, sí... que le iban a dar el "verdadero sentido"...

***

Lo que no tiene sentido es que esta antiasignatura se plantee como apasionante cuando en realidad es pura pesadumbre. No arregla las cosas pretender apropiarse hipócritamente de contenidos de asignaturas no adoctrinantes. Sobre todo si su currículo cuestione el trabajo serio y formado de otros compañeros. 

Esto es evidente en el caso de la ciencia. Debo citar al químico José María García Mato, que lo explica meridianamente en una entrevista con Luis Alfonso Gámez:

El colegio es donde se educa, donde se guía esa inquietud por explorar el Universo con los sentidos, con el lenguaje... Te tienen que decir que sabemos cómo son algunas cosas y de otras no tenemos ni idea. Esa es la aventura del conocimiento, buscar lo nuevo a través de lo desconocido. Si, en ese mismo sitio, hay una clase en la que dicen que todo está perfectamente definido desde hace 2.000 años, no hay nada que hacer. No estoy en contra de que se enseñe religión, porque cada uno tiene sus creencias, pero hay que hacerlo en otro sitio. La catequesis no se puede impartir dentro del colegio. No puedes dar un concepto del todo, una explicación dogmática a todo, y a la vez enseñar química, física, biología... Resulta perturbador. Ciencia y religión son dos cosas inmiscibles.

 O como dijo @elgolem de forma más resumida en un tweet ya famoso:

El profe de química dice que no se puede convertir el agua en vino, el de religión dice que sí. Y hay que aprobar las dos asignaturas.

También la religión es inmiscible con respecto a la química, pero también con respecto al resto de disciplinas. De ahí, sin ir más lejos, su parcialidad ante el arte y su evidente incapacidad de practicar el distanciamiento estético. O la omisión acrítica de su cruenta, sangrienta, intolerante e intolerable historia.

Es grotesco es que, encima, la religión aspire a ser evaluable. Pero sería muy triste que creando ese debate lograsen desplazar otro: la religión ni siquiera debería continuar ofertándose en las escuelas. Ni la no evaluable, ni la evaluable.

Pero el rizo del rizo de la sinrazón es que, para más inri, el debate de lo que no debería ser debatible en un Estado laico, como siempre, termina funcionando, para mayor humillación, cual cortina de humo de lo verdaderamente importante. 

Que por desgracia no está el más allá, sino en en el más acá: la bochornosa ley de educación que en España se nos viene encima.


Pablo del Pozo, interdisciplimusicas.blogspot.com
(dibujo de Sandra Ramos)