´El canto está directamente conectado con las emociones´ Cantantes del siglo XXI: Lourdes Trujillo

¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música? 
La que recuerdo con más claridad es cuando canté con el coro de mi Iglesia. La directora del coro me dijo “niña, tú tienes que hacer de solista”. Tendría seis o siete años. Hice de Ángel San Gabriel (jajaja). Pero mi madre siempre me recuerda jugando en el salón de mi casa bailando y cantando desde muy pequeña.
 
¿En que momento decidiste que querías ser cantante?
De alguna forma, creo que desde siempre he sabido que quería serlo. Aunque no fuera demasiado consciente, desde pequeña me encerraba en el baño y utilizaba un peine como micro o me inventaba mis canciones y las bailaba. Creo que todos tenemos una vocación y la mía es actuar, cantar, estar encima de un escenario.

¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?
En mi casa he escuchado siempre mucha música: desde Tchaikovsky hasta Queen. Pero si es cierto que cuando vi a Aretha Franklin por primera vez en vídeo, me quedé muy impresionada. Su ritmo, su soltura en el escenario, cómo hacia enloquecer al público desde el escenario, su música, su capacidad de improvisación. Yo quería ser como ella. Quería sentir lo que ella estaba sintiendo encima del escenario. Y los aplausos. Me aceleraban el corazón.

¿Cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?
Desde que la descubrí, me interesé por la música afroamericana y con ella vinieron Ray Charles, Donna Summer, Billie Holiday... Aunque escucho todo tipo de música: artistas como Norah Jones, Melody Gardot o Beyoncé me apasionan.

¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de joven?
He estudiado durante siete años canto lírico en el conservatorio profesional, y esta formación me ha permitido conocer óperas y compositores clásicos. Aunque esta formación no me ha despertado realmente interés hasta que he sido adulta y he sabido valorarla mejor. Mi ópera preferida es Madama Butterfly de Puccini, pero también me apasiona la delicadeza de la música francesa, Le Belle Époque: Reynaldo Hahn, Fauré, Debussy... La elegancia con la que interpretan estas piezas cantantes como Susan Graham o Barbara Bonney es simplemente delicioso.

¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
Actualmente compagino dos estilos bien distintos: clásica y moderna. Me muevo entre dos aguas, pero me siento tan cómoda en los dos que no me planteo abandonar ninguno. Un estilo me aporta cosas que puedo transportar al otro, y viceversa. En el canto lírico me siento muy cómoda con las piezas de cámara aunque también me gusta interpretar roles de ópera porque creo que soy un poco actriz y me gusta adoptar personalidades de personajes diferentes. En cambio, en el canto moderno con mi grupo, Arcana Has Soul, una de nuestras influencias es el soul, pero también me siento muy cómoda en estilos como el blues, el folk o el jazz.

Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional (en algún curso, o concierto...) 

Siempre, desde muy pequeña, he sido muy exigente y dura conmigo misma. Recuerdo que una vez tenía un concierto y salí a cantar. Tendría unos trece o catorce años. Me estaba cambiando la voz y durante la actuación me salió un gallito que no esperaba que saliera. Acabé la canción como pude y salí del escenario corriendo. Empecé a llorar desconsoladamente y me enfadé muchísimo conmigo misma. Entonces mi madre me dio una lección: ha sido algo inesperado que tú no podías controlar además en un momento determinado, el resto de la interpretación ha sido estupenda. Así que tenía razón, poco a poco he sabido valorar mis pequeños logros. Aunque también durante los años, he
aprendido a achacar tu éxito o tu fracaso al trabajo y no a la suerte, porque el trabajo o el esfuerzo que
dedicamos es un factor que podemos controlar, que manejamos y la suerte no. Así que con trabajo y
dedicación, puedes conseguir cualquier cosa que te propongas.

¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes? ¿Que crees que debería cambiar? En primer lugar considero que, debido a la educación tradicional que arrastramos, nuestra profesión no goza del prestigio que se merece o no está reconocida como tal. En otros países no sucede esto. Aquí sin embargo, y a pesar del esfuerzo que supone estudiar obligatoriamente en el instituto y además, música, no gozamos de ningún reconocimiento en cuanto a nivel educativo se refiere. En segundo lugar creo que el cambio está en la educación de los más pequeños, tanto en la escuela como en las familias. De que uno pueda hacer lo que realmente quiere y no lo que la sociedad le dice que es mejor hacer, o con qué oficio va a obtener mayor rentabilidad, como si de una cuenta en un banco se tratara. La clave está en un cambio de valores. Pero sobre todo en que un músico tenga también la oportunidad de decidir si quiere estudiar música clásica o moderna. Actualmente parece que la cosa está más equiparada, pero aún queda un largo camino por recorrer.
 
¿Qué proyectos musicales tienes en mente realizar?
Ahora mismo estoy con Arcana Has Soul y tenemos un proyecto muy grande entre manos y nos está yendo muy bien. He empezado este año el Conservatorio Superior en la especialidad de Canto y mi idea es acabarlo. Aunque también me apasiona la Pedagogia del Canto, así que tengo muchas cosas que hacer para los próximos años (jejeje).

¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto? 
Les diría que es una experiencia muy hermosa, porque el canto está directamente conectado con las emociones, con las buenas y con las malas. Es como una relación amorosa: tiene sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas. Es un camino precioso y difícil. Sobre todo si te apasiona y vives por y para ello. Pero es como la vida misma. Una montaña rusa que te invita a disfrutar del presente, de cada momento. Que saboreen cada momento y que trabajen duro por conseguir aquellas pequeñas metas que se vayan marcando.

Enlace a Easy Living Room, Auditorio de La Rambleta, Valencia
www.arcanahassoul.com

´Recomiendo a los que comienzan que escuchen todo tipo de música´ La cantante moderna Bárbara Breva en nuestras vídeo-entrevistas

Hoy glosamos aquí el concierto que ayer dió Bárbara Breva en los jardines de las Termas Marinas "El Palasiet", un marco incomparable en una noche de verano maravillosa de Benicassim. Flanqueada por su trío, unos excelentes músicos: Ricardo Belda en el piano, Jesús Gimeno en la percusión y César Giner en el bajo eléctrico, hubo tres invitados a subir al escenario que hicieron las delicias del público: el pianista Agustín Manuel Martínez y las vocalistas Arantxa Domínguez y Sofía Royo.

Su técnica vocal le permite hacer frases larguísimas legato sin respirar dotadas de gran expresividad por su capacidad de modular la voz y pasar del piano al forte y viceversa, así como un uso de los registros equilibrado en el que pasa del más grave al sobreagudo (hay que decir que su rango vocal es inmenso y único) sin que haya cambios tímbricos, es decir, una voz uniforme en toda su extensión.

Dio muestras de una gran versatilidad con un repertorio variadísimo que iba desde una bossanova de Antonio Carlos Jobim a New York, New York, el famoso standard que popularizó Frank Sinatra, pasando por el mundo del bolero (maravillosa y sentida interpretación de "La mentira", ese tema difícil de cantar por sus modulaciones continuas que tan maravillosamente virtió; para el que no "cayese" por el título es el que comienza por las palabras "Se te olvida que me quieres a pesar de lo que dices"), el tango, el swing, el pop y hasta el blues-rock.

La presencia de Bárbara en el escenario es arrolladora y ejemplar por su comunicación con el público al que agradeció varias veces su presencia y su apoyo a la música en directo. Tampoco descuidó a sus familiares, amigos y demás personas que le ayudan en su caminar y le apoyan en sus proyectos.

Para saber más sobre ella: www.barbarabreva.com

Carlos Santana

Carlos SantanaEl primer instrumento musical al que se dedicó Carlos Santana fue el violín. Empezó con cinco años de edad y guiado por su padre, que lo tocaba en un grupo de mariachis. Sin embargo, tres años más tarde, cuando se trasladó de Jalisco a Tijuana, en la frontera con Estados Unidos (y de allí, a los pocos años a San Francisco, en California), cambió el violín por la guitarra y los sones del oeste mejicano por el blues, el jazz y los ritmos latinos y africanos. Su habilidad y creatividad hacen que muy pronto empezara a tocar en clubs y locales, a la vez que trabajaba fregando platos para complementar las escasas ganancias que obtenía tocando y así ayudar a su familia. Pero antes de cumplir los 20, dio el gran salto y empezó a dedicarse a la música a tiempo completo.

Ha pasado más de medio siglo desde aquellos duros comienzos y hoy Carlos Santana, unánimemente reconocido como uno de los guitarrista más importante de la historia del rock, cumple 66 años.

Para felicitarle y para que los más jóvenes le conozcan y los menos jóvenes le recuerden, he arreglado para la flauta dulce un fragmento de una de sus piezas más emblemáticas: Europa (Earth’s Cry Heaven’s Smile). En el siguiente vídeo podemos escuchar a Santana tocarla en vivo el mismo año de su publicación, 1976, y a continuación tenemos la partitura del arreglo.

El hombre que inventó el jazz

Jelly Roll Morton

Jelly Roll Morton

En muchas obras literarias o cinematográficas, dentro de un contexto de ficción aparecen también personajes que realmente han existido y que no siempre salen bien parados en ese relato imaginario. Eso fue lo que ha ocurrido con Antonio Salieri, convertido en un asesino primero por Aleksandr Pushkin, en su pequeña tragedia Mozart y Salieri, y luego por Peter Schaffer y Milos Forman, respectivamente guionista y director de la película Amadeus, inspirada a su vez en una obra teatral del mismo guionista.

También le ha pasado a Jelly Roll Morton, uno de los más importantes pianistas de jazz de todos los tiempos, presentado como un villano engreído por Alessandro Baricco en su monólogo teatral Novecento, llevado a la gran pantalla por Giuseppe Tornatore con el título La leyenda del pianista en el océano, película de la que hablamos ya hace cuatro años.

En un primer momento se puede suponer que los autores de esas obras se ensañan con estos dos grandísimos músicos por tenerles ojeriza y por cierta falta de documentación histórica. Sin embargo esto no es cierto en ninguno de los dos ejemplos, pues ambos tienen su explicación que se apoya en hechos o situaciones reales. En el caso de Salieri, ya lo contábamos en otro post, se debía a la demencia que sufrió el compositor italiano durante sus últimos años, por la cual se obsesionó con la idea de haber asesinado a Mozart.

En cuanto a Jelly Roll, cuyo verdadero nombre era Ferdinand Joseph LaMothe, realmente se caracterizaba por cierta soberbia y un egocentrismo tal que le llevó hasta a autoproclamarse “el inventor del jazz”, una afirmación que, más que admiración, le valió la antipatía y hasta las burlas de gran parte de sus colegas, además de las de muchos aficionados a este género musical. Por otro lado, lo que sí parece comprobado es que fue el primero en publicar una pieza de jazz, Jelly-Roll Blues, que grabó en 1924 en solitario con su piano y volvió a grabar dos años más tarde con su grupo Red Hot Peppers. Naturalmente estos rasgos desagradables de su carácter no restan un ápice a su valía como pianista y compositor, ni a la importancia que tuvo en el desarrollo del pianismo jazz, aunque sí explican la razón por la cual un intelectual de profunda cultura musical como Baricco (imprescindible su L’anima di Hegel e le mucche del Wisconsin, un ensayo sobre la relación entre músicos y público en la modernidad) eligió incluir en su monólogo a una persona real cuando todos los demás personajes son inventados, y encima para atraer sobre él todas las antipatías del público al enfrentarlo en un duelo musical con el tierno y cándido Novecento, el protagonista de la historia, interpretado magistralmente por Tim Roth.

Las tres piezas que toca Jelly Roll Morton en la película, interpretado por Clarence Williams III (quien por cierto es nieto de Clarence Williams, otro de los legendarios pianistas de jazz de comienzos del siglo pasado), son Big Foot HamThe Crave y Fingerbreaker, todas obras del mismo Jelly, aunque arregladas por Ennio Morricone, el autor de la banda sonora, ganadora de un Globo de Oro. En el siguiente vídeo podemos escuchar The Cravecuya partitura podéis descargar gratuitamente en la wiki del Proyecto Petrucci, que también ofrece la de la mencionada Jelly-Roll Blues― en la versión original del mismo autor.

Jelly Roll Morton, muerto hace exactamente 72 años, nos dejó muchas más grabaciones. En el canal generado automáticamente por YouTube con los vídeos subidos por los usuarios, actualmente hay 2.190 que contienen su música, algunas de las cuales son originales, como es el caso de la que citábamos anteriormente: The Original Jelly-Roll Blues en la versión de 1926 con los Red Hot Peppers.