La importancia de una buena base en la educación musical

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Cuando un niño, movido por el deseo de sus padres o el suyo propio, comienza a estudiar en un Conservatorio, hay un montón de variables que comienzan a funcionar y pueden condicionar más tarde toda su carrera. En el estudio de un instrumento o de la voz hay muchos factores a tener en cuenta. Por un lado, están las cualidades que una persona tiene por genética, llámale talento o como quieras. La capacidad auditiva, la capacidad rítmica, la intuición musical… etc. Sin embargo, como dijo la premio nobel Doris Lessing “El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia”. El talento musical es algo que un niño va a tener fácilmente. Con más o menos cualidades, toda esa materia prima se puede trabajar para moldear a un buen músico. Y aquí es donde entramos los educadores.

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Un niño absorbe de una manera increíble cuando es pequeño. Y tiene también una gran capacidad para aprender gracias a su “falta de complejos”. Cogerá un violín, moverá el arco y sonará fatal, pero al niño no le importa esto, porque se divierte con la actividad de tocar el violín, salga el ruido que salga. Es el momento perfecto para enseñarle los movimientos correctos. No es necesario machacarlo con ejercicios. Como hemos dicho, los niños pequeños son muy observadores y absorben todo tipo de información. Sólo con ver a su profesor tocar de la manera correcta, intentarán imitarlo fielmente. Y entonces es cuando llega el momento de las correcciones.

educacion musical

En el sistema educativo musical hay grandes carencias. La primera, en la formación de los propios profesores, que como ya hablábamos en este otro artículo, es casi nula en lo que a pedagogía se refiere. Uno puede ser un gran músico, pero una cosa es serlo y otra enseñar a serlo. Y lo que es más importante, saber enseñar a niños de edades muy tempranas.

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Cuando un alumno no ha recibido en sus primeros años una buena formación técnica con su instrumento/voz o una buena educación auditiva, se nota en seguida. Este alumno, además de arrastrar deficiencias técnicas, tendrá grandes inseguridades, nacidas de su incapacidad para enfrentarse a partituras cada vez más complejas. Tener que lidiar y aprender movimientos básicos a una edad tardía es mucho más difícil. Aunque se cuenta con la constancia en el estudio que te da la madurez, se carece de esa falta de complejos de la que hablábamos. No se consiguió en su momento la naturalidad al tocar, y ahora habrá que luchar contra movimientos forzados, posturas tensas e incorrectas… Todas estas inseguridades se convierten en un telón que ocultará los talentos con los que este músico cuenta. Por miedo, no tocará con coraje, ni intentará demostrar su valía, sino más bien todo lo contrario. Las inseguridades y los miedos provocarán que sus cualidades musicales se vean enterradas.

La responsabilidad de formar al alumno en sus comienzos es de su profesor, de la implicación que tenga y de los métodos que desarrolle para enseñarle. Uno de los problemas que he observado es que muchos de los músicos que son profesores no lo son por vocación. También muchas veces están en los conservatorios por un corto período de tiempo y no pueden desarrollar un programa educativo. Algunos están en un municipio a la espera de un traslado a su ciudad, o a la espera de una plaza fija. Todos estos factores desmejoran la forma de impartir clase y constituyen una desmotivación para el educador. Y un educador desmotivado se convierte en un mal educador. Tal vez el problema esté en la forma en que se accede a las plazas de profesor, también en parte en el funcionamiento del sistema, y como ya hemos dicho, la falta de formación pedagógica.

Debemos ser conscientes del importante papel que tenemos en el desarrollo de los futuros músicos profesionales. Una buena base técnica y musical ayudará a nuestros alumnos a desarrollar una carrera sana, libre de tensiones y de inseguridades.

 


Un fiel reflejo de la realidad musical

El libro de Joan María Martí "Ser músico y disfrutar de la vida", subtitulado: una guía práctica sobre el músico y la vida que le rodea, narra la realidad del mundo musical actual en España y hay aspectos que son extrapolables a músicos de todos los países.
En el capítulo en el que explica qué es ser músico, padres, alumnos y público en general podrán hacerse una idea de todo aquello que conlleva esta profesión, con sus pros y contras y seguramente cambiarán su opinión y dejarán de desvalorizar la profesión musical. 

Si eres alumno de música hay un capítulo dedicado para ti en el que te explica cómo funciona el mundo de las clases de música, los tipos de profesores, los motivos por los que se estudia o se abandona la música...


El alumno debe ser consciente de cuál es el tipo de docente más adecuado en función de sus necesidades y personalidad. Es destacable que recomienda buscar al mejor profesor y no al más cercano al domicilio, que muchas veces suele el principal criterio de las familias. 

Da un sinfín de consejos para tener una buena relación alumno-profesor. Si eres profesor prepárate para un baño de realidad. Es cierto que no hay profesores superiores o inferiores en función del lugar en el que trabajan sino buenos, regulares o malos profesores según desempeñan su labor docente.

Comparto la opinión de Joan María de que los éxitos o fracasos de los alumnos son suyos principalmente y esto no debe afectar a la autoestima del docente, son ellos los que realizan el camino del aprendizaje. El profesor les acompaña aportándoles lo mejor de sí mismo.

También me ha gustado que hable sobre la necesidad de que un docente se abra a varios modelos o escuelas educativas y que tome en cada momento aquello que sea más adecuado para el alumno. La rigidez no es amiga de una buena práctica pedagógica.

A cómo se relaciona el músico con sus colegas, pareja, familia, amigos, dedica varios capítulo reflejo de la importancia de mantener un buen equilibrio emocional y una manera de comunicar con el entorno sana, satisfactoria y enriquecedora para uno mismo y los demás.

Habla de la relación del músico con su instrumento y consigo mismo y de la necesidad de hacer un trabajo consciente de valorar positivamente los progresos y no entrar en una espiral de autoexigencia y perfeccionismo destructivo. 

En suma, un libro muy recomendable para alumn@s, profesor@s, familias de músic@s, etc...

Cómo potenciar la inteligencia de los niños con la música

Es el título del libro del profesor de música Joan María Martí, con el cual he tenido el placer de conversar muy recientemente. Poner en valor el trabajo de un profesor de música es esencial y es muy útil y necesario si se vierten por escrito varios años de experiencia, de praxis exitosa.

'Cómo potenciar la inteligencia de los niños con la música' recopila un sinfín de actividades y recursos didácticos que ayudarán a fomentar la inteligencia de los niños siempre teniendo como hilo conductor la música en diferentes áreas.

Considera el canto con una herramienta esencial para el desarrollo musical y no musical de los niños y, como tuve ocasión de comprobar en la charla que ofreció en la sala de audiovisuales del Museo de Ciencias Naturales de Valencia, no duda en usar la música moderna en sus clases, como canciones de Dover o Michel Teló o poner ejemplos vocales a los niños preferiblemente en su tesitura o transmitirnos su convencimiento de que el canto es para todos, ya que todos somos musicales desde que nacemos, así como hizo interesantes referencias sobre el canto como origen del habla o las interrelaciones entre el canto y el resto de materias como la lengua, los idiomas, la psicomotricidad, las matemáticas y un largo etc...

Os dejo su video-entrevista para conocer más sobre esta imprescindible novedad editorial: