Lo que no te enseñan y deberías saber

En el mundo de la música es importante desarrollar una buena competencia a la hora de cantar o tocar un instrumento. Se puede decir que es el paso número uno para poder estar en un contexto profesional. Una buena preparación permite desarrollar la profesión de una manera sana física y mentalmente. 

La adquisición de esta competencia musical no acaba nunca, un cantante debe estar continuamente trabajando, mejorando y evolucionando y el estudio, se puede decir que, no acaba. 

Por otro lado, he conocido a muchos músicos con una gran preparación y en cambio no han alcanzado ciertas metas profesionales y eso me ha llevado a preguntarme el por qué. 

Tras mucha reflexión me he dado cuenta de que a estas personas les faltan herramientas personales y profesionales para poder desenvolverse en el contexto profesional. Otras veces carecen de una actitud enfocada al logro. Y cuando hablo de estas herramientas me refiero a:

- Habilidades sociales: son personas a las que les cuesta relacionarse con otros, mantener una red de contactos viva y saber detectar oportunidades y comunicar aquello que ellos pueden aportar a un determinado proyecto. 
- Habilidades tecnológicas: son personas que subestiman el poder de la comunicación en redes sociales. En mi rol de "periodista" me he encontrado, tras asistir a un concierto, que era imposible poder contactar con un artista: ni web, ni facebook, ni linkedin, ni correo... imposible. Esas personas no son conscientes de que matan el interés que otras personas desconocidas puedan tener en su trabajo.

- Desconocimiento del funcionamiento del sector: muchos cantantes y músicos no conocen los canales ni las formas para presentar sus ideas y proyectos artísticos a las personas que pueden contratarles y esperan en su casa el milagro del agente.

- Limitaciones mentales: sienten que no están suficientemente preparados, tienen miedo al rechazo, tienen miedo a que les digan que no son suficientemente buenos, etc. 

Y todos estos aspectos lamentablemente no se fomentan en los centros educativos musicales.

Un fiel reflejo de la realidad musical

El libro de Joan María Martí "Ser músico y disfrutar de la vida", subtitulado: una guía práctica sobre el músico y la vida que le rodea, narra la realidad del mundo musical actual en España y hay aspectos que son extrapolables a músicos de todos los países.
En el capítulo en el que explica qué es ser músico, padres, alumnos y público en general podrán hacerse una idea de todo aquello que conlleva esta profesión, con sus pros y contras y seguramente cambiarán su opinión y dejarán de desvalorizar la profesión musical. 

Si eres alumno de música hay un capítulo dedicado para ti en el que te explica cómo funciona el mundo de las clases de música, los tipos de profesores, los motivos por los que se estudia o se abandona la música...


El alumno debe ser consciente de cuál es el tipo de docente más adecuado en función de sus necesidades y personalidad. Es destacable que recomienda buscar al mejor profesor y no al más cercano al domicilio, que muchas veces suele el principal criterio de las familias. 

Da un sinfín de consejos para tener una buena relación alumno-profesor. Si eres profesor prepárate para un baño de realidad. Es cierto que no hay profesores superiores o inferiores en función del lugar en el que trabajan sino buenos, regulares o malos profesores según desempeñan su labor docente.

Comparto la opinión de Joan María de que los éxitos o fracasos de los alumnos son suyos principalmente y esto no debe afectar a la autoestima del docente, son ellos los que realizan el camino del aprendizaje. El profesor les acompaña aportándoles lo mejor de sí mismo.

También me ha gustado que hable sobre la necesidad de que un docente se abra a varios modelos o escuelas educativas y que tome en cada momento aquello que sea más adecuado para el alumno. La rigidez no es amiga de una buena práctica pedagógica.

A cómo se relaciona el músico con sus colegas, pareja, familia, amigos, dedica varios capítulo reflejo de la importancia de mantener un buen equilibrio emocional y una manera de comunicar con el entorno sana, satisfactoria y enriquecedora para uno mismo y los demás.

Habla de la relación del músico con su instrumento y consigo mismo y de la necesidad de hacer un trabajo consciente de valorar positivamente los progresos y no entrar en una espiral de autoexigencia y perfeccionismo destructivo. 

En suma, un libro muy recomendable para alumn@s, profesor@s, familias de músic@s, etc...