De perdidos… al Támesis (debió de pensar Handel)


Menuda sería la cara que se le quedó a nuestro músico. Estaría él, tan plácidamente en Londres, cuando, de repente, se enteró de que el nuevo rey inglés iba a ser el elector de Hanover; sí, el mismo a quien Handel había abandonado sin pudor años atrás, así, como quien no quiere la cosa. No creo que le valiese lo del "esto no es lo que parece", majestad. Y de perdidos... al río. En concreto, al Támesis. Cierta leyenda sugiere que el sajón se ganó el favor (y el perdón) real gracias al famoso paseo en barcaza, y Water Music mediante. Cierta o no, la anécdota es digna de ser trabajada en clase. Propongo un pequeño texto. Y comoquiera que se trata de historia inglesa, pues que sea en inglés...

In 1712 Handel returned to London and spent a year with Andrews, a rich musical amateur, in Barn Elms, Surrey. Three more years were spent in Burlington, in the neighbourhood of London. He evidently was but little inclined to return to Hanover, in spite of his duties to the court there. Two Italian operas and the Utrecht Te Deum written by the command of Queen Anne are the principal works of this period. It was somewhat awkward for the composer when his deserted master came to London in 1714 as George I of England. For some time Handel did not venture to appear at court, and it was only at the intercession of Baron Kielmansegge that his pardon was obtained. By his advice Handel wrote the Water Music which was performed at a royal water party on the Thames, and it so pleased the king that he at once received the composer into his good graces and granted him a salary of £400 a year. Later Handel became music master to the little princesses and was given an additional £200 by the princess Caroline.

El texto es de la Enciclopedia Británica, lo cita Nicholas Armitage y está tomado de su página englishlanguageandhistory.com. En el mismo enlace puede escucharse un audio del mismo. La traducción sería algo así:
En 1712 Händel volvió a Londres y permaneció un año con Andrews, un adinerado aficionado musical en Elms Barn, Surrey. Tres años más pasaron en Burlington, en el barrio de Londres. Evidentemente, él estaba muy poco inclinado a volver a Hanover, a pesar de sus deberes allí con la corte. Escritas por encargo de la reina Ana, dos óperas italianas y el Te Deum de Utrecht son ​​las principales obras de este período. Fue un poco incómodo para el compositor cuando su abandonado patrón llegó a Londres en 1714 como Jorge I de Inglaterra. Durante algún tiempo Handel no se atrevió a aparecer en la corte, y fue solo por la intercesión del Baron Kielmansegge que su perdón se obtuvo. Bajo su consejo, Handel escribió la "Música acuática" que se llevó a cabo en una real fiesta acuática en el Támesis, y esta contentó tanto al rey que inmediatamente recibió al compositor con buen talante y le concedió un salario de £400 al año . Más tarde Handel se convirtió en maestro de música de las pequeñas princesas y se le dio un plus de £200 por la princesa Caroline.


Hete aquí una de las versiones más certeras del celebérrimo Hornpipe de la Música Acuática de Handel.

En la misma página viene otro texto más breve y más facilito. Esta vez es del propio Nicholas Armitage:
On the 17th of July 1717, George Frideric Handel’s famous suite Water Music was given its premiere. Some fifty musicians took their seats on a barge and floated down the River Thames in London, playing some of the most delightful music. All this was an attempt by Handel to regain the favour of the King. Handel was court composer to George, Elector of Hanover (in what is now Germany), but he spent most of his time in England, neglecting his duties in Hanover. When George suddenly became King of Great Britain, Handel had to think of a way of re-establishing his reputation, and the Water Music was his desperate gamble. So impressed was the King, that Handel came to live permanently in England, and is now recognised as one of our very greatest composers.

Que traducido quedaría tal que así:
El 17 de Julio de 1717, se estrenó por primera vez la famosa suite de la Música Acuática de George Frideric Handel. Unos cincuenta músicos tomaron asiento en una barcaza y navegaron el río Támesis en Londres, tocando algo de la música más deliciosa. Todo esto fue un intento de Handel para recuperar el favor del rey. Handel era compositor de la corte de Jorge, elector de Hanover (en lo que es ahora Alemania), pero permaneció la mayor parte de su tiempo en Inglaterra, olvidando sus obligaciones en Hanover. Cuando Jorge de repente se convirtió en rey de Gran Bretaña, Handel tuvo que pensar en una forma de restablecer su reputación, y la Música Acuática fue su jugada desesperada. Tan impresionado quedó el rey, que Handel se vino a vivir permanentemente en Inglaterra, y es hoy reconocido como uno de nuestros más grandes compositores.

Por último, el segundo de los textos en versión pdf lista para imprimir (y para dejársela en la taquilla de nuestros compañeros de Inglés).

The legend of Handel´s Water Music (pdf)

Música acuática

Händel y Jorge I en el Támesis

Händel y Jorge I en el Támesis el 17 de julio de 1717, por E. Hamman (1819–88)

Hace 328 años nacía uno de los más importantes compositores ingleses de todos los tiempos, Georg Friedrich Händel. Aunque esta afirmación es totalmente cierta, es conveniente matizar que en ese momento, y durante los siguientes 42 años, Händel todavía no era inglés.

Efectivamente, Händel nació en Halle, una ciudad germana que dista menos de 200 kilómetros de Eisenach, la ciudad natal de Johann Sebastian Bach, que nació antes de que Händel cumpliera su primer mes. Pero mientras Bach permaneció toda su vida en Alemania, Händel con 21 años viajó a Italia, donde permaneció unos 5 años durante los cuales refinó su técnica compositiva y organística, además de su gusto por la ópera, y tras un breve paréntesis alemán en el que fue nombrado Kapellmeister por el príncipe elector de Hannover ―que muy pronto sería el rey Jorge I de Gran Bretaña― estableció definitivamente su residencia en Inglaterra en 1712 y quince años después, el 20 de febrero de 1727, adoptó la nacionalidad británica, hecho sancionado con un acta del parlamento.

Pero ahora volvamos atrás hasta los 5 años después de su llegada para conocer algo de la historia de una de sus obras más famosas. Por encargo del monarca tocayo y paisano suyo, Händel compuso una suite para amenizar una excursión real en barca por el río Támesis. El estreno se realizó en una fecha tan intrigante como el 17/7/1717. Los músicos, una orquesta de medio centenar de instrumentistas, tocaron en una barca que navegaba próxima a la del rey. El título de esta obra, que por su duración se catalogó subdividiéndola en tres diferentes suites, es Water Music, traducida al español como Música acuática. Uno de sus movimientos más célebres es Alla Hornpipe, que os propongo en la fresca y brillante versión de la Amsterdam Baroque Orchestra dirigida por Ton Koopman.

El hornpipe, además de un instrumento musical, es una danza de origen irlandés. Sin embargo en este caso ―y también en otro de Purcell que empleó Britten como tema para su Guía para orquesta para jóvenes―, se trata de un hornpipe barroco, más probablemente de origen cortesano que popular.

Como en otras ocasiones, también esta entrada termina con la versión para flauta dulce, esta vez para dos de estos instrumentos (soprano y contralto) y piano.

Música acuática

Georg Friedrich Händel (1685-1759): Música acuática.

Alla hornpipe, segundo movimiento de la Suite nº2 HWV 349.

Transcripción para dos flautas dulces por Massimo Pennesi. Esta partitura interactiva ha sido publicada originalmente en el post Música acuática, del blog educacionmusical.es.

Water Music: Alla Hornpipe

Amsterdam Baroque Orchestra dirigida por Ton Koopman.

The post Música acuática appeared first on La flauta dulce.

Luchar y Tocar

Luchar y tocarLuchar y Tocar es el lema de los jóvenes músicos de El Sistema, la mayor y más importante experiencia de educación musical del mundo, cuyo objetivo fundamental es “la sistematización de la instrucción y la práctica colectiva de la música a través de la orquesta sinfónica y el coro como instrumentos de organización social y desarrollo comunitario”.

Ya hablamos de este tema hace algo más de tres meses, cuando José Antonio Abreu, el hombre que ha hecho posible la realización de este sueño, recibió el Premio de Música Polar, citando el documental dirigido por Alberto Arvelo, ex componente de una  de las orquestas del Sistema, que justamente se titula Luchar y Tocar. Ahora tenemos la posibilidad de verlo íntegramente e intentar comprender las dimensiones de un fenómeno que fuera de Venezuela nos tiene entre admirados e incrédulos.

No va a ser muy fácil entender algo que parece imposible, algo que ha conseguido llegar al profundo del corazón a algunos de los más importantes músicos vivientes. En el documental podemos oír el testimonio de algunos de ellos.

Simon Rattle, el director titular de la Orquesta Filarmónica de Berlín, relata el momento en que vio por primera vez “una orquesta en la que los pies de sus músicos no tocaban el suelo, literalmente”, concluyendo con “… si alguien me preguntara dónde está sucediendo algo importante para el futuro de la música clásica simplemente tendría que decir: aquí en Venezuela”.

En otra escena de la película podemos ver una lagrima correr en la mejilla de Plácido Domingo mientras les escucha interpretar el Hallelujah del Mesías de Händel con las lágrimas en los ojos. En seguida declara: “Entré en el paraíso”.

Claudio Abbado, ya director principal de muchas de las más importantes orquestas del mundo y muy implicado en el trabajo con orquestas juveniles, simplemente dijo: “El mundo debería tomar ejemplo de Venezuela”.

Sin embargo, más aún que las palabras de los grandes músicos que aparecen en la cinta, son las palabras y las notas de los pequeños y ya no tan pequeños músicos (como Gustavo Dudamel) que se han formado en el Sistema y su evidentísima pasión por la música lo que pueden conseguir hacernos vislumbrar la importancia de lo que ocurre en Venezuela.

La entrada Luchar y Tocar ha sido publicada primero en educacionmusical.es.

Fandango barroco y fuga gatuna

Domenico Scarlatti

Domenico Scarlatti

El año 1685 fue muy pródigo con la música: en ese año vinieron al mundo tres compositores de primera magnitud: Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Händel y Domenico Scarlatti. Este último lo hizo el 26 de octubre, en la Nápoles española, mientras los dos alemanes tartamudeaban sus primeras palabras y seguramente canturreaban sus primeras melodías.

Scarlatti pasó buena parte de su vida en España, al servicio de la reina María Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI. En la capital de este país murió, en 1757. Sin embargo, su carrera musical en la península ibérica empezó en Lisboa, al servicio de la misma alumna, por aquel entonces princesa de Portugal.

Su estancia en la capital lusa es aprovechada por el sublime José Saramago, que en su novela Memorial del Convento hace una maravillosa descripción de los efectos de la música del italiano:

… y Domenico Scarlatti habiendo cerrado puertas y ventanas, se sienta al clavicordio, qué sutil música es esta que sale hacia la noche de Lisboa por rendijas y chimeneas, la oyen los soldados de la guardia portuguesa y de la guardia alemana, y la entienden unos y otros, la oyen soñando los marineros que duermen a la fresca en los conveses y despertando, la reconocen, la oyen los vagabundos que reposan en la Ribeira, en las lanchas varadas en tierra, la oyen los frailes y las monjas de mil conventos, y dicen, Son los ángeles del Señor, tierra esta, para milagros, ubérrima, la oyen los embozados que van a matar y los apuñalados que, oyéndola, ya no piden confesión y mueren absueltos, …

Los cuatro años pasados en Sevilla hicieron de Scarlatti un gran conocedor de la música popular andaluza, cuyos ritmos y armonías están presentes en muchas de sus obras, sobre todo en las que compuso para su instrumento preferido, el clavecín, como este Fandango, opus póstuma.

Se cuenta que Scarlatti tenía un gato al que, como buen napolitano, había llamado Pulcinella. El gracioso felino amaba pasearse por el teclado del clave, disfrutando de los sonidos que producía. Muchos años tras la muerte del compositor surgió la leyenda que cuenta cómo Pulcinella compuso los tres primeros compases de la Fuga en sol menor K.30, un motivo que efectivamente suena un poco extraño, como si las notas fuesen elegidas al azar:

Cierta o no la colaboración de la mascota, la Fuga del gato (de la que se puede descargar la partitura aquí) es una pequeña joya: aquí la tenéis, interpretada por Elaine Comparone.

La entrada Fandango barroco y fuga gatuna ha sido publicada primero en educacionmusical.es.