Día de la mujer

¡Feliz día a todas las mujeres y a todos los hombres inteligentes y cabales que comparten con nosotras su vida, su trabajo y su amistad en el mismo plano de igualdad, admiración y respeto!




Para la próxima semana os dejaré unas actividades para profundizar en el tema. Id recogiendo nombres, épocas.

Fragment de la 9a Simfonia (Beethoven)

La Simfonia núm. 9 en re menor op. 125 és la darrera simfonia de Ludwig van Beethoven, acabada a principis del 1824. És una de les obres més transcendentals i, en alguns fragments també més popular, de la història de la música. El seu últim moviment, que incorpora una part de "l'Ode an die Freude" (Oda a l'Alegria) de Friedich von Schiller,  va ser molt innovador per l'època i va marcar un canvi decisiu en el món simfònic. És una música que s'ha convertit en un símbol de la llibertat i de la germanor entre els pobles i, des de 1986, és l'himne de la Unió Europea.
Ací tenim el fragment més conegut. Clica en la imatge.


Clica en la imatge i podràs triar entre escoltar la cançó completa o començar a aprendre-la pas a pas.

http://www.aprendomusica.com/const2ca/12himnealegria/himnealegria.html

En aquest vídeo pots practicar la canço, al mateix temps que veus les posicions de la flauta i seguixes la partitura

 
Fragment del 4t moviment


4t moviment "Choral" dirigit per Leonard Bernstein




Música modal

Estos días hemos estado viendo el tema de la música modal en 1º de profesional. Una vez explicado, os dejo los esquemas con los diferentes modos, unos ejemplos en vídeo para que escuchéis música modal (y para que veáis que no es una música tan lejana a vosotros) y una actividad de repaso.
Los modos griegos: los conocimientos que tenemos sobre la música de la Grecia Antigua se basan fundamentalmente en los tratados teóricos de la época y en unos pocos vestigios de música escrita con símbolos alfabéticos, cuya interpretación podemos aventurar (hay muchos detalles de esta música que no conocemos). La teoría musical griega se basa en una sucesión de 4 sonidos, llamada tetracordo. Había tres tipos de tetracordos (tres géneros): diatónico, cromático y enarmónico. En la música occidental prevaleció el diatónico. Uniendo tetracordos diatónicos formamos una especie de escalas musicales llamadas modos griegos. Estos modos se forman en sentido descendente a partir de las notas: mi, re, do y si. Los modos se llaman dórico, frigio, lidio y mixolidio (regla mnemotécnica: van en orden alfabético). Cada modo tiene su correspondiente modo "hipo" en el que las notas más importantes son las mismas, pero se invierte el orden de los tetracordos y se añade una nota grave para completar la octava.

Los modos gregorianos: no deben confundirse con los modos griegos, aunque hayan tomado sus nombres por cuestiones históricas. Por eso, aunque mantengo los nombres coincidentes con los griegos, prefiero la nomenclatura de: protus, deuterus, tritus y tetrardus (en realidad son los ordinales en latín: primero, segundo, tercero y cuarto). Estos modos eran utilizados en la Edad Media (por tanto son posteriores a los modos griegos). Son la base del canto gregoriano. Por eso se les llama modos gregorianos o eclesiásticos. La nota que daba sensación de final (al igual que la tónica en la música tonal) se llamaba finalis. La finalis es re en los modos protus, mi en los deuterus, fa en los tritus y sol en los tetrardus. (Regla mnemotécnica: los modos gREgorianos empiezan en RE, los grIegos en MI). Al contrario que los modos griegos, se forman ascendentemente. La segunda nota en importancia era la repercussio (otras veces llamada tenor o cuerda de recitado). A cada modo auténtico le correspondía un modo plagal que tenía la misma finalis, distinta repercussio y se movía en un ámbito más grave. Aquí tenéis el esquema con los 8 modos: para recordar las cuerdas de recitado o repercussio de los distintos modos en orden, hay una conocida regla mnemotécnica. Como las notas son "la, fa, do, la, do, la, re, do" se pueden recordar con la frase "La farola de Laredo".

Los 8 modos eclesiásticos fueron ampliados a 12 por Glareanus, al añadir los modos jónico, hipojónico, eólico e hipoeólico.
La música modal siguió viva en determinados tipos de música hasta la época actual, a pesar de la supremacía que adquirió la música tonal desde el Barroco. Hoy en día sigue utilizándose en música jazz, folk, pop-rock, etc. Los modos que utilizamos actualmente conservan la estructura y los nombres de los modos gregorianos. Se forman con notas naturales, a partir de las 7 notas. Después se pueden transportar a diferentes alturas. Este sería el esquema de los modos

Cada modo tiene su sonoridad o su "color" particular. La escala dórica tiene tintes medievales, la escala frigia suena a música andaluza, la lidia tiene un color de fantasía por contener el tritono, la mixolidia se utiliza mucho en música pop al no tener sensible, la jónica coincide con la escala mayor y la eólica con la menor, etc.
Os he preparado una actividad con "educaplay", para que pongáis a prueba vuestros conocimientos sobre la música modal. Pinchad en la imagen para acceder a la actividad. Si os resulta útil, podéis pinchar en "me gusta".

Por último, os dejo algunos ejemplos para que escuchéis música modal. Veréis que se pueden hacer temas preciosos con las escalas modales. 
Escala dórica: Scarborough fair



Escala frigia: Zorongo (podéis escuchar la escala frigia en la melodía de la introducción, aunque en momentos se juegue también con el sol sostenido, lo cual es típico en la música andaluza... pero eso ya os lo contaré en otro momento).



Escala lidia: Lydia, de Gabriel Fauré. Lied en el que se mezcla esta escala modal con la tonalidad (escala mayor). Justo al principio sí se escucharían las primeras notas de la escala modal lidia, transportada a sol. Fijaos en la partitura: cuando aparece el do sostenido estamos utilizando esa escala modal


No os pongo ejemplos de música mixolidia porque podéis escuchar esta escala en muchísimos temas de pop-rock. Sólo tenéis que fijaros en que en lugar de la sensible suene la subtónica. Os reto a que os fijéis en ello y, si queréis, me pongáis algún ejemplo en los comentarios del blog.

Gustav Leonhardt y el historicismo musical

Gustav Leonhardt at the MAfestival in Bruges (CC Wikifalcon en Wikipedia)Los instrumentos musicales han cambiado mucho con el paso del tiempo, perfeccionando su sonoridad para adaptarla a salas de concierto y teatros de tamaño cada vez mayor, consiguiendo sonoridades más plenas, timbres más ricos y matices más finos de los mismos instrumentos de hace algunos siglos, y proporcionando al ejecutante una mayor ergonomía y una mejor respuesta del instrumento a sus intenciones, lo que ha permitido la evolución de la técnica instrumental.

Se podría objetar que eso no es del todo cierto en el caso de los violines, pues los instrumentos italianos de hace tres o cuatro siglos (Stradivari, Guarneri o Amati, sólo por dan tres nombres) suelen ser superiores en todos esos aspectos a cualquier violín moderno, pero hay que tener en cuenta el hecho de que para mantener esa superioridad han necesitado de retoques sustanciales (por ejemplo, la altura del puente y la inclinación del mástil).

Sin embargo, al igual que todas las medallas, esas innegables ventajas técnicas y estéticas derivadas de las modificaciones de los instrumentos musicales tienen un revés: la música antigua interpretada con instrumentos modernos suena bastante diferente de lo que escuchaban los contemporáneos de sus respectivos autores, no sólo por el volumen y el timbre, sino también porque las nuevas posibilidades ofrecidas por el desarrollo técnico de los instrumentos musicales, junto con el natural cambio en los gustos de intérpretes y público, han producido grandes cambios en el estilo con el que se tocan esas obras.

Con el fin de recuperar esas sonoridades, hace más de medio siglo surgió un movimiento que solemos llamar historicismo, basado en una rigurosa investigación de todo tipo de fuentes documentales y contrapuesto al tradicionalismo, que consiste en seguir las líneas marcadas por la tradición de los grandes intérpretes.

Las polémicas de los partidarios de una u otra diferentes visiones de cómo hay que acercarse a la música del pasado, a veces muy agrias, nunca me han interesado: creo que, aunque se basan en dos planteamientos muy diferentes, ambas tienen razón de existir por la lógica de sus argumentos principales, que son por un lado la búsqueda y el máximo respeto hacia las intenciones musicales del compositor y la práxis ejecutiva de la época y, por el otro, el derecho del intérprete, como sujeto creativo, a imprimir su personalidad a cada obra. Por eso escucho con gran admiración a intérpretes pertenecientes a ambas corrientes, siempre que sean buenos.

Ayer lamentablemente nos dejó uno realmente excelente, uno de los más importantes exponentes del historicismo musical, es más, uno de los pioneros  y auténtico referente universal de ese movimiento: el clavecinista, organista, director, musicólogo y docente holandés Gustav Leonhardt. A sus 83 años hacía tan sólo un mes que se había despedido de los escenarios con su último concierto público.

Lo vamos a recordar con un fragmento de una película en la que participó en 1968, Crónica de Anna Magdalena Bach, no sólo como músico, sino también en calidad de actor, interpretando el papel -y naturalmente la música- de Johann Sebastian Bach. El fragmento contiene la impresionante cadenza de clavecín del primer movimiento de Concierto Brandeburgo nº5.

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Vals para orquesta de variedades

Dmitri ShostakovichLa historia de la música está llena de errores de todo tipo: desde la atribución de una obra a una persona diferente del verdadero autor (como es el caso de la Sinfonía de los juguetes de Edmund Angerer, erróneamente atribuida a Haydn o a Leopold Mozart, o la famosa bagatela Para Elisa, cuyo autor probablemente no sea Beethoven, sino otro Ludwig que se apellidaba Nohl) o errores de catalogación, consistentes en opus o hasta en títulos equivocados.

Aunque estos malentendidos se dan con más frecuencia en las obras más antiguas -como es el caso de las dos citadas, ambas de más de 200 años- no faltan ejemplos bastante más recientes. La pieza que veremos hoy es de Dmitri Shostakovich, un compositor ruso cuya vida transcurrió enteramente en el siglo XX.

Su abundante producción musical incluye todo tipo de composiciones clásicas: sinfonías, óperas, sonatas, cuartetos, suites, ballets, etc. Además, Shostakovich también se dedicó a la música para el cine, escribiendo las bandas sonoras de más de 30 películas.

Justamente gracias al cine, a la película Eyes Wide Shut, obra póstuma de Stanley Kubrik, se ha hecho famosa una pieza a la que Shostakovich no dio mucha importancia en su momento, tanto es así que no conocemos la fecha exacta de su composición, seguramente posterior a 1956. Se trata de un vals de una obra identificada durante años como la Suite para orquesta de jazz nº2, hasta que en 1999 el descubrimiento de una partitura para piano de esta última volvió a cuestionar la identidad de la obra que contiene nuestro vals, a continuación en la versión de la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam dirigida por Riccardo Chailly, la misma que acompaña las imágenes de la película de Kubrik.

Aunque tanto en los créditos de la película y en la carátula del disco de la banda sonora como en la gran mayoría de las demás grabaciones y partituras aparezca el título equivocado, ahora sabemos que se trata del Vals nº2 de la Suite para orquesta de variedades, cuyo primer tema he arreglado para flauta dulce. No es muy sencillo de tocar debido a que sus compases más rápidos están justo en el cambio de octava, pero puede ser útil justamente para ensayar esa dificultad a la vez que se disfruta de una pieza muy sugestiva.

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