JPCAVADAS avanza lanzamiento de BEIJA, el nuevo single del compositor portugués

JPCAVADAS es un músico compositor portugués independiente.


En 2020, con su original ‘’ Não vejo mais nada’’, del álbum Relaxe, ganó el 1er premio atribuido por el jurado español de la 6ª edición del Certamen Internacional de Composición de Canciones – La Brújula del Canto. 


En 2020 se puso a disposición el single ‘’Menina’’ en streaming, en las plataformas digitales. Pero es en el presente año que el nuevo álbum vera la luz del día. 


Y para que se tenga una idea de sonoridad de este músico portugués nada mejor que el estar actualizado con las novedades. 

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🇵🇹 JPCavadas: El cantante al crear una canción auténtica se abre el mundo

Hoy es un placer entrevistar a JPCAVADAS, distinguido con el primer premio de la VI edición de nuestro Certamen Internacional de Composición de Canciones.


  1. ¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?

Tal vez se  quedó grabado en mi inconsciente, pero debe haber sido una experiencia extraordinaria cuando di mi primer llanto al nacer. Desde allí hasta la guitarra pasaron algunos años. 


Afortunadamente, tengo padres que me impulsaron a estas vidas musicales, en un momento en que, en mi pequeño pueblo, ahora la ciudad de Cantanhede (Portugal) había pocas oportunidades para aprender música y viajábamos para Coimbra en coche en zigzags huyendo de centenas de huecos en la carretera para estudiar música (afortunadamente que hoy Cantanhede es una ciudad florida, bien cuidada, con mucho potencial y con el mar cerca, que inspira el alma artista de cualquiera de nosotros. 


Empecé a aprender a tocar la guitarra en un Conservatorio Privado de Música “Cooperativa Ré Maior” con el profesor João Rodrigues en la calle Alexandre Herculano, Plaza de la República, en Coimbra. Tenía 10 años. 


Las audiciones musicales eran momentos estimulantes y aterradoras. Con ansiedad me temblaba el pie, las manos también y llegó un momento en que perdí el control espacial de la partitura y los dedos volaban con la melodía y, perdido, sin saber dónde estaba, mis dedos caminaban , porque tenían todo  memorizado y si diese una nota al  lado hacía la conexión, era ése mi momento terriblemente creativo, o en ocasiones, se creaba un silencio vacío de segundos esperando hacer el reinicio mental y luego me reencontraría con la partitura de la Obra que escuchaba el público amigo. Pero llegaba el final, las palmas, el brillo en los ojos y el orgullo de haber llegado finalmente a su fin.


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