Fernando Delgado y la comunicación en el siglo XXI

Ayer domingo tuvimos el placer de conversar con Fernando Delgado sobre la comunicación en el siglo XXI. Os transcribimos sus palabras.

FERNANDO DELGADO: Yo no sé que se entiende realmente por "comunicador", porque, como comunicador he sido periodista pero también escritor. Ahora soy un periodista jubilado. Pero de escritor uno nunca se jubila. Bien es verdad que no sé cómo se puede desvincular una cosa de la otra, la literatura del periodismo y el periodismo de la literatura.

ISABEL VILLAGAR: Sí, sobre todo la capacidad de expresar y expresar esas ideas con lucidez...

F.D.: Yo sobre todo tengo mucho interés, más que por expresar ideas, que también lo hago, por recibir ideas y por ver ideas expuestas, o por ver de alguna manera la razón en las tribunas públicas, no la sinrazón, el disparate y el "numereo". 

Yo veo una ramplonería intelectual gloriosa, veo una simplonería en la vida pública verdaderamente detestable y entonces estoy verdaderamente desolado y deprimido por no encontrar gente o por no encontrarme con la gente que antes veíais que se expresaba bien y parecía haber leído algún libro, y esta otra que se exhibe, no voy a decir nunca como payaso porque no quiero faltar el respeto a los payasos; no voy a decir nunca que haciendo números circenses porque quiero respetar el espectáculo maravilloso del circo. 

De manera que no sé qué decir, porque tampoco vincularlos con ninguno de los animales con lo que yo aprecio a los animales me parece razonable.

I.V.: Y qué consejo darías a los nuevos comunicadores, a esas personas que se enfrentan al gran reto de hacer esa comunicación efectiva y que realmente transmitan con pasión y energía...

F.D.: Yo no daría consejos porque no me gusta dar consejos. No me gusta instruir a nadie y no me gusta tampoco ponerme tampoco como ejemplo de nada, de manera que soy un mal asesor en ese sentido. Yo lo que aconsejo a todos, comunicadores o no, a todas las personas que tienen responsabilidades públicas y por supuesto también a quienes no la tienen, que ejerzan la razón, que la reflexión se imponga, que el "numereo" desaparezca de la vida pública, que nos podamos tomar la vida, para disfrutar la vida, tomárnosla en serio. 

Parece que para disfrutar la vida, la vida tuviéramos que tomárnosla trivialmente, en plan payasada, y yo creo que no, que la vida se disfruta más cuando más en serio se la toma uno. Tomarse la vida en serio no significa. tener una triste vida.. Tomarse la vida en serio es tener una responsabilidad para desarrollar bien la vida

I.V.: Muchísimas gracias, Fernando, por esta sabiduría y estas palabras para los seguidores de "La Brújula del Canto". Le dejamos porque va a presentar su último libro, El huido que leyó su esquela, en la Feria del Libro de Castellón. Y próximamente, ¿dónde? 

F.D.: Próximamente, en Sevilla la semana que viene, estoy en Canarias la última semana de Mayo. Ahora, a pesar de que no estoy para muchos trotes ni tengo muchas ganas de viajar, sí es verdad que me toca ir de un sitio para otro  y estaré en la Feria del Libro de Madrid naturalmente en el mes de Junio a 

I.V.: No os perdáis a este gran escritor y persona, Fernando Delgado

Una publicación compartida de LaBrújulaDelCanto Coach Vocal (@isabelvillagar) el

Fernando Delgado y la comunicación en el siglo XXI

Ayer domingo tuvimos el placer de conversar con Fernando Delgado sobre la comunicación en el siglo XXI. Os transcribimos sus palabras.

FERNANDO DELGADO: Yo no sé que se entiende realmente por "comunicador", porque, como comunicador he sido periodista pero también escritor. Ahora soy un periodista jubilado. Pero de escritor uno nunca se jubila. Bien es verdad que no sé cómo se puede desvincular una cosa de la otra, la literatura del periodismo y el periodismo de la literatura.

ISABEL VILLAGAR: Sí, sobre todo la capacidad de expresar y expresar esas ideas con lucidez...

F.D.: Yo sobre todo tengo mucho interés, más que por expresar ideas, que también lo hago, por recibir ideas y por ver ideas expuestas, o por ver de alguna manera la razón en las tribunas públicas, no la sinrazón, el disparate y el "numereo". 

Yo veo una ramplonería intelectual gloriosa, veo una simplonería en la vida pública verdaderamente detestable y entonces estoy verdaderamente desolado y deprimido por no encontrar gente o por no encontrarme con la gente que antes veíais que se expresaba bien y parecía haber leído algún libro, y esta otra que se exhibe, no voy a decir nunca como payaso porque no quiero faltar el respeto a los payasos; no voy a decir nunca que haciendo números circenses porque quiero respetar el espectáculo maravilloso del circo. 

De manera que no sé qué decir, porque tampoco vincularlos con ninguno de los animales con lo que yo aprecio a los animales me parece razonable.

I.V.: Y qué consejo darías a los nuevos comunicadores, a esas personas que se enfrentan al gran reto de hacer esa comunicación efectiva y que realmente transmitan con pasión y energía...

F.D.: Yo no daría consejos porque no me gusta dar consejos. No me gusta instruir a nadie y no me gusta tampoco ponerme tampoco como ejemplo de nada, de manera que soy un mal asesor en ese sentido. Yo lo que aconsejo a todos, comunicadores o no, a todas las personas que tienen responsabilidades públicas y por supuesto también a quienes no la tienen, que ejerzan la razón, que la reflexión se imponga, que el "numereo" desaparezca de la vida pública, que nos podamos tomar la vida, para disfrutar la vida, tomárnosla en serio. 

Parece que para disfrutar la vida, la vida tuviéramos que tomárnosla trivialmente, en plan payasada, y yo creo que no, que la vida se disfruta más cuando más en serio se la toma uno. Tomarse la vida en serio no significa. tener una triste vida.. Tomarse la vida en serio es tener una responsabilidad para desarrollar bien la vida

I.V.: Muchísimas gracias, Fernando, por esta sabiduría y estas palabras para los seguidores de "La Brújula del Canto". Le dejamos porque va a presentar su último libro, El huido que leyó su esquela, en la Feria del Libro de Castellón. Y próximamente, ¿dónde? 

F.D.: Próximamente, en Sevilla la semana que viene, estoy en Canarias la última semana de Mayo. Ahora, a pesar de que no estoy para muchos trotes ni tengo muchas ganas de viajar, sí es verdad que me toca ir de un sitio para otro  y estaré en la Feria del Libro de Madrid naturalmente en el mes de Junio a 

I.V.: No os perdáis a este gran escritor y persona, Fernando Delgado

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Rodolf Sirera: pensar siempre en el futuro y tener energía

Hoy tenemos el honor y el placer de recibir en nuestra/vuestra bitácora a uno de los grandes dramaturgos contemporáneos que ha dado  nuestro país. Rodolf Sirera comparte con nosotros su gran experiencia como dramaturgo, guionista y gestor cultural. Entre su obra descuella Amar en Tiempos Revueltos, Nissaga de Poder o Mar de fons. Ha sido galardonado en numerosas ocasiones y destaca el Premio Nacional de Teatro de Cataluña o el Premio Max de Teatro en dos ocasiones.

 ¿Cuál es la chispa que te atrajo hacia el teatro y las artes escénicas?
Supongo que una mezcla de circunstancias: la afición de mi familia al teatro (iban todos los domingos a la Casa de los Obreros); los fuegos de campamento de los scouts, en los que representábamos pequeñas obras, y luego, ya en la universidad, el movimiento del teatro independiente, en el que muy pronto me integré.

¿Cómo es tu proceso creativo?
No tengo un modelo fijo. Depende de la época y del momento. En las obras escritas conjuntamente con mi hermano Josep Lluís había mucha planificación. En las que he escrito en solitario muchas veces sólo tengo el punto de partida. Pero no hay un modelo estándar. En alguna ocasión construyo una estructura de base, pero no dejo que me encorsete y me impida seguir los caminos alternativos que vayan apareciendo, si los considero más interesantes.

¿Cuando escribes una obra teatral has pensado en algún actor en concreto o en su voz o manera de expresar?
Escucho los diálogos en mi cabeza, eso sí, y a veces veo los rostros de los personajes, pero no suelo identificarlos con actores concretos.

¿Qué ha supuesto en tu carrera escribir teatro en lengua valenciana?
Yo fui, como tanta gente de mi generación, educado en castellano. Pero mi madre era de un pueblo cercano a Valencia, y en los largos veranos de mi infancia y juventud estaba en contacto con montones de primos que hablaban valenciano. Luego, ya en la universidad, cuando empecé a hacer teatro, un teatro que queríamos que fuera popular, me pareció lo más natural del mundo hacerlo así. Desde entonces, siempre he escrito mi teatro en valenciano.

¿Cuáles son tus hijos literarios predilectos, aquellos de los que te sientes más orgulloso (siendo todos los hijos igual de amados, por supuesto)?
Los héroes masculinos generalmente desvalidos y contradictorios (Indian Summer, La caverna, Benedicat) y las mujeres fuertes y resolutivas (La primera de la clase, Indian Summer, Raccord). Y un personaje femenino decididamente amoral y fascinante: la Micky de Trio.

Has sido guionista de grandes series como "Amar en tiempos revueltos" o "Herencia de sang". ¿Cuántos capítulos de la trama se puede llegar a ir por delante en la mente del creador?
Depende del tipo de serie. Las semanales suelen empezar a escribirse con el argumento más o menos construido y distribuido por capítulos, aunque luego, a medida que se van escribiendo o realizando, se pueden producir muchos cambios. Las series diarias parten de un esquema argumental bastante menos acabado, y se van construyendo, en gran medida, a partir de la propia evolución de la historia y de la respuesta de la audiencia.

¿Cómo se planifica una temporada en una serie televisiva?
Es un proceso bastante complicado. Cuando se tiene o se propone una idea (por el guionista, la productora o la cadena) y esa idea es aceptada, hay un período, no siempre tan largo como sería deseable, de elaboración de la historia base, construcción de los personajes, diseño del mapa de tramas, etc. Todo ello se integra en un extenso documento que se denomina Biblia. Y, una vez corregido y aceptado esta, comienzan a escaletarse los distintos capítulos y finalmente se escriben los diálogos.

Tienes una gran experiencia en la gestión, ¿Qué opinas de la situación actual del mundo de las artes escénicas?
Hemos perdido bastante sintonía con lo que sucede en los grandes centros de creación teatral de nuestro país. Durante bastantes años, el teatro valenciano se ha visto abocado a una situación regresiva, de falta de apoyos por una parte, y de falta de ambición por otra. Un tipo de teatro más comercial ha consolidado un público, pero el teatro más creativo y más arriesgado se ha replegado sobre sí mismo y ha perdido contacto con su público: casi podríamos decir que se ha dilapidado una generación de espectadores, lo cual obligará, como tantas veces ha ocurrido en nuestra sociedad, a comenzar de nuevo. 

¿Cuáles son los principales retos en la gestión?
El principal, conocer muy bien la sociedad para la que se está trabajando y tratar de encontrar un equilibrio, siempre inestable, entre los caminos fáciles y las apetencias estéticas de uno. Y pensar siempre en el futuro.

¿Qué hace a un buen guionista y dramaturgo?
Trabajar mucho y ser capaz de ser, al mismo tiempo, humilde y ambicioso.

¿Qué consejo darías a quien comienza como autor?
Mirar el mundo con los ojos muy abiertos y cerrarlos de cuando en cuando para poder mirar dentro de uno mismo.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Colaborar con Carles Alberola y Pasqual Alapont en la escritura de una comedia musical. Desarrollar una miniserie de televisión. Acabar una trilogía teatral que quedó inconclusa por la muerte de mi hermano Josep Lluís. Y tener energía para todo ello.

Más información:

Rodolf Sirera: pensar siempre en el futuro y tener energía

Hoy tenemos el honor y el placer de recibir en nuestra/vuestra bitácora a uno de los grandes dramaturgos contemporáneos que ha dado  nuestro país. Rodolf Sirera comparte con nosotros su gran experiencia como dramaturgo, guionista y gestor cultural. Entre su obra descuella Amar en Tiempos Revueltos, Nissaga de Poder o Mar de fons. Ha sido galardonado en numerosas ocasiones y destaca el Premio Nacional de Teatro de Cataluña o el Premio Max de Teatro en dos ocasiones.

 ¿Cuál es la chispa que te atrajo hacia el teatro y las artes escénicas?
Supongo que una mezcla de circunstancias: la afición de mi familia al teatro (iban todos los domingos a la Casa de los Obreros); los fuegos de campamento de los scouts, en los que representábamos pequeñas obras, y luego, ya en la universidad, el movimiento del teatro independiente, en el que muy pronto me integré.

¿Cómo es tu proceso creativo?
No tengo un modelo fijo. Depende de la época y del momento. En las obras escritas conjuntamente con mi hermano Josep Lluís había mucha planificación. En las que he escrito en solitario muchas veces sólo tengo el punto de partida. Pero no hay un modelo estándar. En alguna ocasión construyo una estructura de base, pero no dejo que me encorsete y me impida seguir los caminos alternativos que vayan apareciendo, si los considero más interesantes.

¿Cuando escribes una obra teatral has pensado en algún actor en concreto o en su voz o manera de expresar?
Escucho los diálogos en mi cabeza, eso sí, y a veces veo los rostros de los personajes, pero no suelo identificarlos con actores concretos.

¿Qué ha supuesto en tu carrera escribir teatro en lengua valenciana?
Yo fui, como tanta gente de mi generación, educado en castellano. Pero mi madre era de un pueblo cercano a Valencia, y en los largos veranos de mi infancia y juventud estaba en contacto con montones de primos que hablaban valenciano. Luego, ya en la universidad, cuando empecé a hacer teatro, un teatro que queríamos que fuera popular, me pareció lo más natural del mundo hacerlo así. Desde entonces, siempre he escrito mi teatro en valenciano.

¿Cuáles son tus hijos literarios predilectos, aquellos de los que te sientes más orgulloso (siendo todos los hijos igual de amados, por supuesto)?
Los héroes masculinos generalmente desvalidos y contradictorios (Indian Summer, La caverna, Benedicat) y las mujeres fuertes y resolutivas (La primera de la clase, Indian Summer, Raccord). Y un personaje femenino decididamente amoral y fascinante: la Micky de Trio.

Has sido guionista de grandes series como "Amar en tiempos revueltos" o "Herencia de sang". ¿Cuántos capítulos de la trama se puede llegar a ir por delante en la mente del creador?
Depende del tipo de serie. Las semanales suelen empezar a escribirse con el argumento más o menos construido y distribuido por capítulos, aunque luego, a medida que se van escribiendo o realizando, se pueden producir muchos cambios. Las series diarias parten de un esquema argumental bastante menos acabado, y se van construyendo, en gran medida, a partir de la propia evolución de la historia y de la respuesta de la audiencia.

¿Cómo se planifica una temporada en una serie televisiva?
Es un proceso bastante complicado. Cuando se tiene o se propone una idea (por el guionista, la productora o la cadena) y esa idea es aceptada, hay un período, no siempre tan largo como sería deseable, de elaboración de la historia base, construcción de los personajes, diseño del mapa de tramas, etc. Todo ello se integra en un extenso documento que se denomina Biblia. Y, una vez corregido y aceptado esta, comienzan a escaletarse los distintos capítulos y finalmente se escriben los diálogos.

Tienes una gran experiencia en la gestión, ¿Qué opinas de la situación actual del mundo de las artes escénicas?
Hemos perdido bastante sintonía con lo que sucede en los grandes centros de creación teatral de nuestro país. Durante bastantes años, el teatro valenciano se ha visto abocado a una situación regresiva, de falta de apoyos por una parte, y de falta de ambición por otra. Un tipo de teatro más comercial ha consolidado un público, pero el teatro más creativo y más arriesgado se ha replegado sobre sí mismo y ha perdido contacto con su público: casi podríamos decir que se ha dilapidado una generación de espectadores, lo cual obligará, como tantas veces ha ocurrido en nuestra sociedad, a comenzar de nuevo. 

¿Cuáles son los principales retos en la gestión?
El principal, conocer muy bien la sociedad para la que se está trabajando y tratar de encontrar un equilibrio, siempre inestable, entre los caminos fáciles y las apetencias estéticas de uno. Y pensar siempre en el futuro.

¿Qué hace a un buen guionista y dramaturgo?
Trabajar mucho y ser capaz de ser, al mismo tiempo, humilde y ambicioso.

¿Qué consejo darías a quien comienza como autor?
Mirar el mundo con los ojos muy abiertos y cerrarlos de cuando en cuando para poder mirar dentro de uno mismo.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Colaborar con Carles Alberola y Pasqual Alapont en la escritura de una comedia musical. Desarrollar una miniserie de televisión. Acabar una trilogía teatral que quedó inconclusa por la muerte de mi hermano Josep Lluís. Y tener energía para todo ello.

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Pablo Llavador: canté canciones románticas hasta que acabaron besándose

¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tus comienzos?
Mis primeros recuerdos fueron escuchando en el Discman los CD’s de El Canto Del Loco, La Oreja de Van Gogh y Green Day sobretodo. Desde mi punto de vista, el estilo pop-rock es el que más me atrajo en esa época.

¿Cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?
A día de hoy, Ed Sheeran es mi artista favorito y principal influencia. Otros artistas que me encantan son Coldplay, James Blunt y, a nivel nacional, Izal y Andrés Suárez.

¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?
El estilo acústico es en el que actualmente me encuentro. Yo, saliendo solo al escenario con mi guitarra acústica y mi loop pedal para crear bucles de melodías rítmicas y armónicas es la música que a día de hoy más me gusta hacer.

Cuéntanos, por favor, alguna anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz.
Una etapa de mi vida la pasé viviendo en Madrid y solía ir mucho con amigos al parque de El Retiro a tocar y cantar. Recuerdo una vez estar sentado a unos metros de una pareja que se puso a discutir. Cuando acabó la bronca y en el ambiente se notaba un silencio incómodo, me puse a cantar canciones románticas y, canción tras canción, iban arrimándose más hasta que acabaron besándose mientras cantaba Photograph. Lo mejor es que cuando acabé de tocar y me marché, ¡me dieron las gracias!

¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?
Recomendaría que cuiden su voz al máximo. Que no fuercen su garganta, hagan caso a sus profesores y la protejan, que es un instrumento delicado. Y es que las cuerdas de la guitarra las puedes cambiar fácilmente cuando las rompes, pero cuando se trata de tus cuerdas vocales, el proceso es mucho más lento y complicado.

¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música? 
Mi primer contacto con la música fue con 12 años. Una tarde de verano, un familiar me enseñó en un piano de juguete las primeras notas de “Para Elisa”. Me gustó tanto que empecé a estudiar en una academia y, más tarde, en el conservatorio de Valencia durante unos años.

¿En qué momento decidiste que querías ser cantante?
Cuando empecé con el piano nunca me planteé cantar. Me gustaba mucho la música, pero me veía tocando el piano, no cantando. Fue con 18 años más o menos cuando descubrí las covers en YouTube. Cada vez me gustaban más y más, y como también estaba aprendiendo a tocar la guitarra, decidí hacer una y subirla a YouTube a ver la reacción de la gente. Fue una experiencia muy positiva y me animó a seguir.

¿Dónde pueden hallar nuestros lectores más información en la red sobre ti?
Podéis encontrar todos mis movimientos tanto en:
Próximamente en mi página web www.pablollavador.com