COMPETIR SIN COMPETIR O NO COMPETIR COMPITIENDO (¿PARA MÚSICOS?)

Yo no soy competitiva. Creo. Nunca ha nacido en mi el deseo de ser mejor que otro. Y eso me ha hecho sentir presión en momentos de la vida, cuando se me requería (o yo así lo percibía) ser mejor que otros. 

Entonces yo era estudiante, joven, no sabía distinguir si eso que me movía era un deseo interno o el deseo de complacer expectativas de otros (padres, profesores…), es decir, “lo que se esperaba de mi” o, siendo un poco retorcida, “lo que yo creía que se esperaba de mi”.

Como se puede suponer, nunca me han gustado los concursos, pero aún así me he presentado a unos cuantos, para “aprender”. También me he presentado a pruebas de acceso para estudiar en diferentes centros, asistir a algún “elitista” curso de verano… También he competido para recibir becas. Y para tocar en orquesta… Y para trabajar como profesora… 

Beca Ibercaja

Tuvieron que pasar varios años hasta que pude darme cuenta de cuáles eran mis propios deseos.

Bueno: a lo que voy. 

La lectura del libro “Todo se puede entrenar” de Toni Nadal, entrenador desde la infancia del tenista Rafa Nadal, me ha empujado a reflexionar en profundidad sobre el hecho de competir, y por primera vez en la vida me he “reconciliado” con este concepto tan apartado, en principio, de mi naturaleza.

Dedicarse profesionalmente a un deporte implica estar compitiendo de manera explícita continuamente. Dedicarse profesionalmente a la música pasa por la competición, pero una vez llegada la profesionalización, me pregunto: ¿se sigue compititiendo?

Tanto en el deporte como en la música se expone el trabajo “en directo”, sin maquillajes, sin retoques, sin segundas oportunidades. Por ello es tan importante el trabajo de preparación, el entrenamiento y el estudio.

En este trabajo previo, según Toni Nadal, es tan o más importante entrenar la actividad en sí como “entrenar” o formar el carácter.

Formar el carácter para saber afrontar tanto los éxitos como las derrotas. Y a esto los músicos no estamos acostumbrados. Cuando sale algo mal, o no al nivel que esperábamos, solemos decaer por la falta de esta formación del carácter: levantarse, reflexionar, sacar conclusiones y seguir trabajando en lo que concierne a nuestra responsabilidad. No se puede cambiar un jurado de un concurso o una oposición, pero se puede mejorar en eso que no salió tan bien.

Superarse no tiene porqué significar luchar o competir para ser mejor que otro. Superarse puede ser la actitud que uno tome ante la vida y ante su profesión para crecer de manera consciente, con voluntad de aprender, con humildad, aceptando tanto los aciertos como los errores como pasos ineludibles de un camino que vamos construyendo nosotros mismos con nuestros pensamientos, decisiones y acciones; no poner el éxito y la fama en el punto de mira sino la calidad del trabajo, el esfuerzo personal, el crecimiento y el gusto por lo que hacemos, y por el goce  que ofrecemos a los que disfrutan de nuestra labor.

En este sentido sí he sido competitiva. He competido sin competir. No he competido compitiendo.

Ensayo de la ópera “Der gestiefelte Kater” de Perikles Liakakis en Viena

¡Gracias por leer!

Cecilia


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RESUMEN DE ARTÍCULOS SOBRE LA ENSEÑANZA DEL CLARINETE

Al inicio del curso escolar 2015/2016, se me ocurrió empezar a escribir algunos artículos sobre la enseñanza del clarinete.

Los temas que he tratado en estos post, todos publicados en este blog, tratan sobre la respiración, la formación de la embocadura y la sujeción del clarinete.

Me gustaría enlazarlos a continuación para que los tengáis a mano, si son de vuestro interés.

Reflexiones sobre la respiración en la enseñanza del clarinete. Parte 1.

Reflexiones sobre la respiración en la enseñanza del clarinete. Parte 2.

Formando bien la embocadura desde el primer día. Parte 1.

Formando bien la embocadura desde el primer día. Parte 2.

La sujeción del clarinete en los inicios.

 

Me gustaría agradecer a mis alumnos, que he tenido la suerte de conocer este curso 2015/2016 en el Conservatorio “Amaniel” de Madrid y en la Escuela “Musicaeduca” de Alcalá de Henares, por todo lo que me han inspirado y enseñado y por permitirme tomarlos como modelos para estos artículos.

¡Gracias por leer!

Cecilia

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CLASES INTENSIVAS DE CLARINETE

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Durante la segunda semana de julio ofrezco en la escuela Musicaeduca de Alcalá de Henares clases intensivas de clarinete.

Si se te hace el verano demasiado largo hasta volver a empezar con las clases habituales, si tienes alguna duda en cuanto a tu embocadura, respiración, sonoridad, afinación, repertorio…, si tienes que examinarte en septiembre y necesitas un refuerzo, etc. puedes aprovechar estas fechas y escoger hasta tres clases individuales de una hora de duración cada una.

Se hará hincapié en realizar un buen calentamiento para preparar convenientemente el cuerpo y el oído para la práctica y la interpretación, prestando atención a la respiración, a la embocadura y a la emisión sonora (calidad de sonido, flexibilidad, afinación, etc.). Se podrán trabajar los estudios y/o el repertorio a elección de cada alumno.

Las clases intensivas de clarinete se enfocan a las necesidades particulares de cada alumno. El nivel puede ser tanto elemental como profesional o superior, y no importa tu edad!!

ENTRA EN ESTE ENLACE PARA OBTENER TODA LA INFORMACIÓN.

¡Gracias por leer!

 

Cecilia

 


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ACTIVIDADES EN EL MES DE JULIO

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Dentro del “Aula de Verano” que organiza Juventudes Musicales de Alcalá de Henares para el mes de julio 2016, tengo la ocasión de impartir el “Curso de respiración para músicos” y Clases intensivas de Clarinete.

El “Curso de respiración para músicos” tendrá lugar los días 12 y 14 de julio, martes y jueves, de 10 a 14, en el Salón de Actos de la Escuela Musicaeduca. Este curso está dirigido a estudiantes de cualquier instrumento de viento y de canto, así como a profesores que quieran conocer otros recursos enfocados a la mejora del trabajo de la respiración en la clase de instrumento o voz.

Clicad aquí para obtener toda la información del “Curso de respiración para músicos”.

Las clases intensivas de clarinete tendrán lugar del 11 al 15 de julio, de lunes a viernes, mañana o tarde, previa reserva de las clases que se desee recibir.

Estas clases están enfocadas a las necesidades particulares de cada alumno: si se te hace el verano demasiado largo hasta volver a empezar con las clases habituales, si tienes alguna duda en cuanto a tu embocadura, respiración, sonoridad, afinación, repertorio…, si tienes que examinarte en septiembre y necesitas un refuerzo, etc.

Se hará hincapié en realizar un buen calentamiento para preparar convenientemente el cuerpo y el oído para la práctica y la interpretación, prestando atención a la respiración, a la embocadura y a la emisión sonora (calidad de sonido, flexibilidad, afinación, etc.). Se podrán trabajar los estudios y/o el repertorio a elección de cada alumno.

Aquí tenéis la información necesaria para inscribiros.

¡Gracias por leer!

 

Cecilia

 


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LA SUJECIÓN DEL CLARINETE EN LOS INICIOS

El clarinete es un instrumento pesado. Su sujeción implica el equilibrio del instrumento entre la embocadura y su apoyo sobre el dedo pulgar derecho, soportando este último prácticamente la totalidad de su peso.

En este post me gustaría exponer algunas de las dificultades que he observado con más frecuencia en las primeras semanas y meses del aprendizaje del clarinete, en cuanto a su sujeción y especialmente en niños.

El aprendizaje del clarinete suele iniciarse a los 8 años (3º de Primaria). A esta edad, la mayoría de los niños han mudado los incisivos superiores, condición indispensable para empezar a construir una embocadura funcional. A los 8 años la mayoría de los niños tienen una motricidad suficiente para iniciarse en el clarinete, pero su sistema muscular está todavía sin desarrollar y es frágil. Si el aprendizaje de la embocadura es de por sí laborioso, el aprendizaje de una buena sujeción del clarinete lo es todavía más.

 

Un clarinete pesa alrededor de 750 g., reduciéndose esta cantidad si su material de construcción no es la madera; mide unos 60 cm. (sin contar la boquilla) y, lo que también es importante y quizá no recibe la importancia que se merece, es su grosor: el tubo del clarinete tiene un grosor aproximado de 3 cm., a lo que tenemos que sumar las llaves que sobresalen de esta medida (llegando a los 5 cm.), lo cual condiciona el manejo del instrumento, y más en manos pequeñas.

Respecto al cuerpo, el clarinete tiene un posicionamiento frontal y vertical, con una disposición asimétrica de los brazos: el derecho está más abajo y tiene una función mecánica y de soporte, el izquierdo está más arriba y tiene una función puramente mecánica (esta mano puede asumir momentáneamente una función de soporte en ocasiones puntuales).

Por su longitud, y sobre todo en principiantes-niños, la colocación del cuello puede sufrir una inclinación no deseada hacia el lado derecho, ya que es en esta parte donde recae el peso del instrumento. Darse cuenta a tiempo, trabajar la propiocepción sin y con instrumento, ayudarse de un espejo para verificar e introducir numerosas pausas en la clase para acostumbrarse paulatinamente el peso y envergadura del instrumento, son algunas de las herramientas de que disponemos para favorecer actitudes y hábitos posturales adecuados.

Producir las diferentes notas y por tanto aprender a tapar y destapar los agujeros, es algo que los niños quieren aprender rápidamente, a veces sin llegar a comprender de una manera consciente que es el soplo el que produce el sonido y no “los botones”. En una época tan digitalizada como la nuestra es algo cada vez más frecuente, me temo.

El hecho que primero aprendamos las notas de la mano IZQUIERDA y que la sujeción sea a cargo de la mano DERECHA nos permite trabajar, en los puros inicios, con el clarinete “por piezas”.

El peso del instrumento, su longitud y su envergadura, así como la disposición de los agujeros (al principio no utilizamos todavía las llaves) hacen que una postura ergonómica de brazos, manos y especialmente de los dedos sea objeto de dedicación y trabajo constantes. Las pausas sin clarinete para concienciarnos de su peso, de los puntos “dolorosos” (labio inferior, pulgar derecho…) y de cómo podemos aliviar, concienciar, relajar, fortalecer y entrenar las partes del cuerpo involucradas en la sujeción, son de vital importancia.

En un próximo post describiré alguna rutina de ejercicios para relajar el pulgar derecho, fortalecer dedos, manos, brazos y espalda, así como para estirar la zona del cuello.

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Como se puede ver en la foto, ejercicios de concienciación del tacto, de regulación de la presión de manos y dedos y de movimiento sobre un tubo de cartón pueden ser útiles para tomar conciencia, aprender a “aflojarse”, aprender a coordinar movimientos e insertar las pausas tan importantes para mi en el inicio del aprendizaje del clarinete por parte de los niños más pequeños.

Muchos principiantes se benefician de poder empezar con un clarinete en do. Éste utiliza la boquilla del clarinete en sib, lo cual es una ventaja para su desarrollo posterior. El peso del instrumento sobre la mano derecha, sobre todo si el clarinete no es de madera, se ve aliviado. La distancia entre los dedos es menor, con lo cual pueden desarrollarse mejores sensaciones y hábitos. El grosor es el mismo que el del clarinete en sib, con lo cual la problemática de “pisar” llaves accidentalmente permanece.

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Un buen posicionamiento del pulgar derecho es imprescindible para una buena sujeción. En un próximo post hablaré de cómo trabajo la búsqueda, las sensaciones y el fortalecimiento de este dedo en relación con el resto de la mano, los brazos, la espalda y en general con todo el cuerpo, en la búsqueda de una actitud adecuada para el aprendizaje.

¡Muchas gracias por leer!

Cecilia

 


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