¿Aprender a tocar por internet de forma autodidacta?

Cuando decidí aprender a tocar el violín tenía la intención (dado que era tímido y demasiado mayor) de intentarlo por mi cuenta. Por aquel entonces internet no poseía tantos recursos como ahora y en seguida me di cuenta de que no era una idea muy inteligente. Hoy en día hay más posibilidades para encontrar muchísima información en la red, quizás incluso demasiado, a veces es difícil separar lo útil de la morralla que lo inunda todo.

Así que ¿podría alguien aprender a tocar por sí mismo sólo con los recursos de internet?

Al empezar a escribir este artículo tenía una conclusión previa en mente, y era que rotundamente no. Pero lo cierto es que Internet ofrece tantas herramientas que, si se saben utilizar, ofrecen una ayuda inestimable, y me gustaría matizarlo.

La educación tradicional

La pedagogía típica del violín se asienta, generalizando, y en su dimensión clásica, en métodos muy tradicionales. Seguimos practicando mecánicamente ejercicios desarrollados en siglos pasados, estudiando la misma teoría, los mismos repertorios, de la misma manera.

Aunque no he estudiado en Conservatorio, los comentarios que a menudo me llegan es que, a los estudiantes de instrumentos, se les forma para ser buenos profesionales de la interpretación, miembros de orquesta certeros, precisos, pero también ortodoxos y con poca incidencia de la creatividad y la improvisación.

Como alternativa están las escuelas privadas con otros enfoques más abiertos a otras músicas y otras perspectivas, pero claro, caras, al menos las buenas (Julliard, Berklee…)

Y luego están academias y profesores particulares, que es lo que elegimos muchos como forma de acceder a una formación básica, pero que habitualmente se queda en un nivel de andar por casa y tocar para amigos, o bien si empiezas muy pequeño, te proporciona formación para acceder con comodidad al Conservatorio.

Y la Red ¿qué opciones ofrece para aprender?

Descargar métodos y ejercicios.

Nunca ha sido tan fácil conseguir partituras con escalas, ejercicios, tutoriales, métodos de aprendizaje, etc. Aunque muchas de estas publicaciones tienen derechos de autor y en teoría estarías infringiendo ese copyright si te las bajaras (eso no va a frenar a la mayoría), hay publicaciones antiguas que ya se pueden utilizar. A mí me gusta tener publicaciones originales, editadas y encuadernadas como dios manda, en vez de montones de folios impresos que se terminan deteriorando, se pierden, traspapelan, etc., imprimes más de lo que necesitas y al final no ahorras tanto. Pero vaya, es una forma también de ver todo lo que hay y tomar una decisión y, por supuesto, de conseguir recursos en esta época de crisis.

Podéis encontrar y descargar obras, métodos y ejercicios, (también podéis comprarlos, evidentemente) en sitios como estos:

Proyecto IMSLP

Scribd (un lugar algo polémico puesto que alberga numerosos archivos sujetos a derechos de autor).

Sólamente recordaros algo: tener los libros y discos del, pongamos por ejemplo, método Suzuki, no basta para aprender con él. Los métodos se basan en bastantes más aspectos que simplemente ir tocando una serie de melodías de dificultad creciente. Aspectos que conviene que sean guiados por un profesor.

Teoría

Hace poco descubrí esta página en español, en la que estudiar y practicar teoría de la música, solfeo, etc. Muy interesante.

Teoría

Y por supuesto la wikipedia os informará de cualquier concepto musical sobre el que tengáis dudas.

Video-tutoriales

Youtube ha revolucionado el mundo de los tutoriales. Se puede encontrar gente explicando absolutamente todo, desde cómo arreglar una cisterna de doble émbolo a crear un pesticida ecológico para el pulgón de tu huerto urbano (dos cosas que yo he necesitado el año pasado 😉 )

Y tocar el violín no es una excepción. Bastantes profesores (¡incluso estudiantes primerizos se atreven!) han creado sus propios canales con clases sencillas que explican cómo aprender prácticamente cualquier técnica del violín. Esto es una forma de conseguir alumnos para su propio negocio o incluso de conseguir ingresos mediante las visitas a sus vídeos. Lo malo es que en español no hay demasiados, así que desde aquí, si me está leyendo algún buen profesor español sin miedo a las nuevas tecnologías, le animmo a que realice sus vídeos. Os dejo algunos de los canales que yo a veces sigo para artículos o para ver detalles de técnica:

En inglés:

Todd Ehle

Este afable señor tiene muchos video-tutoriales bien organizados por temas. Se suele expresar de forma tranquila y clara así que con un nivel de inglés medio se le puede seguir. Grabados en plan amateur, pero bien explicados.

Violin-Lab Channel

Una profesora muy agradable con vídeos bastante bien grabados, alguno que otro con subtítulos en español. Mejores vídeos pero menos temas que Todd Ehle.

Fiddlerman

Reconoceréis a este señor por que no se quita la gorra jamás. Hace 2 años comenzó a publicar vídeos sobre diversos aspectos, desde técnica básica, críticas de instrumentos y accesorios, tutoriales para diversos temas, etc. También tiene una tienda on-line donde vende todo tipo de cosas, incluyendo sus horribles gorras.

Grandes Maestros

Algunos grandes violinistas graban de vez en cuando vídeos de clases magistrales que aparecen en youtube. No suelen hacerlo más que esporádicamente pero si entendéis bien el inglés puede ser muy interesante escucharles.

En español:

No sé porqué me convencen un poco menos y apenas los he mirado, pero pueden ser útiles, sobre todo para los que no dominan el inglés:

Otros profesores con canales: Roy Sonne, Irish Fiddle Lessons

Páginas web

Bastantes páginas ofrecen vídeos y métodos previo pago. Os dejo algunas de muestra como ejemplo, pero hay muchas más.

Para descargar lecciones previo pago. Algo caro me parecen.

La página de Geoffrey Fitzhugh Perry, con cuyo método empecé yo a improvisar

Este chico tan joven y de Singapur se ha montado un método de aprendizaje y lo vende en internet él solito. No he podido revisarlo, aunque he hablado con él por Mail y es muy apasionado del instrumento (y afirma que encontró novia gracias al violín…).

Facebook, twitter…

Pues sí, también se puede aprender siguiendo a gente interesante en twitter o visitando alguna página de Facebook. Os dejo como ejemplo la página de mi amigo y profesor de Lucas Bittini, donde se relaciona con sus alumnos, publica vídeos interesantes, informa de eventos, etc.

Acompañamientos

La vida del intérprete solitario es menos dura teniendo acompañantes virtuales. Son implacables y ni te esperan ni parecen tener sensibilidad musical para adaptarse a lo que tocas, eres tú el que tiene que someterse a su mecánica forma de tocar. Pero en fin, siempre es mejor que un metrónomo.

Minusone

El editor más veterano y conocido de partituras con acompañamientos de audio menos el solista.

Practiceyourmusic

Esta genial web no sólo te proporciona el acompañamiento en audio sino también en vídeo, puedes escoger cuántos intérpretes tocarán contigo , qué instrumento del grupo tocas tú, activando y desactivando músicos, viendo la partitura y un montón de opciones más. Todo desde un simple navegador. Y es un proyecto desarrollado en España.


Pero todos estos recursos adolecen de una falta de feedback a la hora corregir nuestros más que posibles errores, errores que sólo un buen profesor sabrá ver y corregirnos. Y es que cualquier iniciativa autodidacta tiene los límites que nos impide calificarnos y corregirnos a nosotros mismos. Por eso es tan interesante esta última opción que os menciono:

Clases on-line vía Skype

Esta es la última modalidad que he visto, en principio sólo he encontrado en profesores anglosajones, pero es seguramente una de las ideas más útiles para aquellas personas que tienen complicado desplazarse, ya sea por falta de tiempo o por vivir lejos. Skype es, como sabréis, un servicio de videoconferencia por internet. Básicamente son clases normales, con la diferencia de que se dan vía webcam por el programa Skype ¡puedes elegir el mejor profesor del mundo (que puedas pagar claro)!

Como escribe Zlata Brower en su blog, las clases vía Skype tienen una serie de ventajas:

  1. Puedes escoger el profesor que te guste sin importar dónde viva.
  2. Podéis escoger más fácilmente día y horas para las clases, incluso aunque sea festivo o sea tarde.
  3. Podéis grabar las clases para repasar y ver fallos.
  4. Aunque el profesor o tú estéis de viaje, podéis seguir dando clase.
  5. El profesor puede mudarse de domicilio o incluso país y conservar sus estudiantes.
  6. El profesor no necesita un lugar independiente de su domicilio para sus clases.
  7. Los vecinos del profesor no oirán el sonido infernal de los alumnos si el profesor usa auriculares.
  8. Puedes tocar más cómodo, con ropa y calzado de andar por casa.
  9. La meteorología ya no será un impedimento para que el alumno no quiera ir a la clase.
  10. Evitas el contagio de la gripe 😉

Os dejo algunos profesores que dan clases por Skype, tened en cuenta que no tengo ni idea de qué tal son como profesores.

En inglés:

Me gustaría haber encontrado algún profesor en español que también las ofrezca en su programa, pero lo que he visto parecía desfasado y no lo incluían como oferta, sino más bien como apoyo. Si algún profesor las imparte y lee esto que no deje de escribirme y le incluiré.

Conclusión:

Puede que hayas leído este artículo buscando consejo sobre tu idea de aprender por tu cuenta de forma autodidacta. Y viendo todas las posibilidades que se ofrecen podrías pensar que voy a decir que sí, que es una buena idea. Pero no lo voy a hacer porque, por más que internet te explique absolutamente todo, no puede sustituir al trato humano directo, al profesor que te corrige una postura, unos dedos, que ve tus fortalezas y tus debilidades; y más aún, a tocar en compañía, tanto de alguien que domine su instrumento como de otros compañeros con los que debes compenetrarte.

Así que sí, usad internet (¿acaso no lo estáis haciendo ya leyendo esta web?) y sed críticos también porque no todo lo que hay en la web ayudará y seguramente incluso os hará perder el tiempo, pero también, si podéis, buscad un guía, que sea un buen guía que corrija vuestro rumbo y os acompañe en el camino.

Preguntas frecuentes de principiantes (F.A.Q.)

Me he dado cuenta de que hay muchísimas personas, niños, jóvenes, mayores, que desean empezar a tocar el violín y que suelen tener un montón de dudas y temores comunes. Este es un artículo que recopila muchas de esas preguntas, espero que os ayuden a lanzaros a la aventura. O no.

Nota: los precios orientativos están referidos a los que hay en España.

¿Es necesario ir a un Conservatorio?

Si eres lo suficientemente joven para empezar y quieres que la música sea tu profesión, sí. Si quieres ser bueno en el repertorio clásico, también. Además, el Conservatorio te enseñará no sólo el instrumento, sino que te proporcionará una formación musical más integral y completa. A partir de ciertas edades, es más difícil entrar en conservatorios oficiales. En esos casos habría que optar por escuelas privadas o profesores particulares. De las primeras las hay muy buenas aunque bastante inaccesibles, otras más modestas, o profesores particulares que sirven bien a quienes sólo queremos disfrutar o llegar a tocar a un nivel medio.

Pero nunca se sabe, hay grandes violinistas que casi no han estudiado de forma oficial (aunque no en el ámbito de la música clásica).

¿Cuánto cuestan las clases particulares y cuántas clases debería dar?

Se suele dar una clase a la semana, desde media hora (los niños pequeños que no aguantan mucho rato) hasta una hora (adultos). Además, algunos profesores a veces imparten clases colectivas extra para hacer música en grupo, lo que es muy recomendable. Las clases pueden salir entre 60 y 100€/mes (4 clases), dependiendo del profesor, duración, etc.

¿Qué método es el mejor?

Cada “maestrillo” tiene su librillo. El más popular en academias y clases particulares es el Suzuki, pero tampoco creo que sea bueno ceñirse sólo a él. Lo importante es que el profesor tenga criterio y se adapte a las necesidades de cada alumno.

No sé nada de música, ni de solfeo ¿tendré que aprender antes?

No, puedes ir aprendiéndolo a la vez, poco a poco. Estudiar solfeo sin más, sin tocar ningún instrumento o al menos cantar es una tortura que no se la deseo a nadie.

¿Es tan difícil como dicen?

La verdad… sí, al menos hacerlo bien, pero nada que no se pueda conseguir tomándotelo con ilusión y perseverancia.

¿Cuánto cuesta un violín?

Este es uno de los objetos con mayor rango de precios que existen. Para empezar a tontear con el instrumento puedes hacerte con un violín de fábrica chino, pero incluso en este campo los hay mejores y peores. Con 130 o 150€ podrías comprar uno para el primer año (o dos). A partir de ahí, y en los sitios de confianza, el precio va en relación con la calidad, como es natural. Cuando ya lleves unos años y tengas un nivel, te costará conformarte con un violín de menos de entre 2.000 y 3.000€.

¿Soy demasiado mayor para aprender a tocar el violín?

Esta respuesta sería muy larga, así que mejor ve al artículo que escribí sobre el tema.

¿Puedo aprender de forma autodidacta?

No me gusta decir a nadie que no puede hacer algo. Hay personas que piensan que con bajarse las partituras del método Suzuki y ver un par de vídeos pueden ahorrarse las clases. Lo que sí puedo asegurar es que tardarás el doble de tiempo y probablemente cogerás vicios y malas costumbres que perjudicarán tu técnica. Además, tocar con alguien, aunque sea un profesor, es mucho más enriquecedor que andar viendo vídeos de youtube o páginas como ésta 😉

Pero al final, como este tema da para más conversación, he terminado escribiendo este artículo.

¿Qué violín me compro para empezar?

Se suele empezar con un violín barato, hasta que aprendes a coger correctamente el instrumento y el arco, y a afinar medio decentemente. Pero no hay que esperar mucho a intentar cambiarlo por uno mejor, porque practicar con un mal instrumento se hace más difícil e ingrato. Como serás sensato y buscarás un profesor, él te puede aconsejar sobre los mejores lugares para ir a mirar e incluso qué marcas son las más adecuadas. También te puede informar sobre el tamaño adecuado de instrumento. También te vendrá bien leer este artículo. Y este otro.

Aparte de un violín ¿necesito otros accesorios?

Necesitarás

  • Resina para las cerdas del arco.
  • Una almohadilla para apoyar el violín en el hombro.

Te vendrá bien:

  • Un atril.
  • Un diapasón, o afinador cromático (puede ser una “app” de smartphone).
  • Un metrónomo (puede ser una “app” de smartphone).
  • Una sordina. Si en tu edificio se oye todo, tus vecinos pueden declararte la guerra, sobre todo al principio, cuando creerán que estás torturando gatos.

Vale, ya tengo el violín recién comprado, qué nervios ¿y ahora cómo lo afino?

Antes que nada ¿le has dado resina al arco? Debes tensarlo (sin exagerar, no te pases) y frotar la pastilla de resina a lo largo de las cerdas, de abajo arriba. La primera vez te vas a tirar tus buenos 10 o 15 minutos dale que te pego hasta que las cerdas estén cubiertas de un polvo blanco que es el que hace que vibren las cuerdas. Ten cuidado para que la pastilla de resina no choque con la parte de metal del arco, porque puedes romper la resina y echarla a perder.

Ahora a afinar: lo siento, te tienes que tragar este artículo enterito.

Yo soy muy chulo y moderno y he pensado en aprender con un violín eléctrico, y así no haré ruido ¿qué te parece la idea?

Es curioso que bastante gente ha preguntado por esta cuestión. Diré lo que suelo contestar: el violín eléctrico está bien para ensayar en casa, sobre todo ciertos tipos de música, y ejercicios básicos; te puedes poner los auriculares y tan tranquilo sin molestar a nadie. Pero si has hecho lo que debes y te has apuntado a clases, el profesor no te oirá bien, no podrás tocar con él, y tampoco podrás ofrecer ninguna muestra de tu talento a nadie a menos que vayas cargado con un amplificador. Así que, violín eléctrico vale, pero de segundo violín.

¿Cómo sé dónde tengo que poner los dedos en el mástil?

Si preguntas esto es porque estás intentando tocar sin haber contratado clases. Las notas las ha de buscar el oído, no la vista. Pero bueno, a veces se ponen marcas para ubicar las posiciones de los dedos, o se pueden comprar plantillas. Pero yo que tu no lo haría forastero, sin antes consultar con un profesional.

He empezado a tocar pero suena como un demonio ¿es culpa mía o del violín?

Es culpa tuya ¿qué esperabas? ¡Ve a dar clases de una vez!

Si se os ocurre alguna pregunta más de principiante animaos a comentar para incluirla.

¿Soy demasiado mayor para aprender a tocar el violín?

Os voy a contar un secreto, la primera vez que toqué un violín era un adulto hecho y derecho.

A menudo lamento no haber tenido la oportunidad de haber empezado de niño. Pero, ¿me gustaría tanto tocar como me gusta ahora? ¿no habría abandonado como tantos otros, cansado por la obligación y la rutina?

Me apunté a una academia, porque por supuesto en ningún conservatorio me iban a admitir, y empecé a acudir a las clases un poco avergonzado de verme rodeado de niños pequeños que me preguntaban: “tú por qué volumen (suzuki) vas? ¡seguro que por lo menos el siete!”. En aquel entonces yo era el único adulto mayor de 18 años de aquella pequeña academia, de modo que estuve bastante tiempo dudando de si estaba haciendo una estupidez y perdiendo tiempo y dinero.

Pero continué, sencillamente porque me había atrapado un deseo irresistible de tocar que no desaparecía –aquí cuento cómo nació ese deseo– y me daba igual lo que tardara en conseguir aunque sólo fuera no parecer un gato en celo. Soy terco, y un poco insensato, y me atraen más lo inaccesible que lo fácil de conseguir. Siento como cierta esa frase que dice: “sólo lo que consigues con esfuerzo merece la pena”.

A esa edad en la que empecé a torturar los oídos de mis vecinos estaba trabajando a jornada completa, así que el tiempo disponible para mi obsesión era escaso. Escaso pero intenso, por las ganas de aprender que tenía. Era tan ignorante y terco que mi idea inicial era aprender de forma autodidacta; afortunadamente esa estúpida idea se me fue más o menos a los dos meses.

No quiero emplear literatura barata y escribir las típicas frases de filosofía de autoayuda como que no hay límites, conseguirás lo que te propongas si realmente lo deseas, busca tus sueños, etc etc., porque me suenan a trucos de motivación para vendedores y deportistas. Solamente voy a hablar de mi experiencia y de lo que dicen personas que saben más que yo.

¿Empezar de adulto (y hablo de adulto digamos a partir de los 20 años y ahí en adelante) es un impedimento para aprender a tocar bien?

NO. Ser adulto en sí no es un impedimento infranqueable. Es una dificultad, una desventaja, en la medida en que hay menor predisposición natural a aprender. Y una dificultad que aumenta proporcionalmente según vamos acumulando años. Voy a intentar enumerar los problema que implica:

Desventajas frente a los niños.

  • Como he dicho, nuestra predisposición natural al aprendizaje y la capacidad de memorización es menor. En un niño en cambio, cualquier información entra y queda grabada de forma fácil y sin esfuerzo
  • Nuestro cuerpo se adapta peor a posturas y movimientos que no sentimos naturales y a las que cuesta más acostumbrarse.
  • Las 24 horas de la vida de un niño están enfocadas en su totalidad a aprender, a adaptarse al mundo, a abrirse a todos los estímulos. En cambio el adulto está atrapado por todo lo contrario. Se espera de él que devuelva todo aquello que ha aprendido, en lo que se ha convertido, para realizar labores útiles y ya meritorias, cualquier otra actividad a menudo se observa desde el entorno como capricho, o simple entretenimiento.
  • Un niño tiene tiempo infinito delante suyo. Un tiempo además que discurre muy lentamente. Un adulto siente que no dispone de todo el tiempo que quiera para llegar a alcanzar el objetivo que busca. A menudo piensa ¿merece la pena este esfuerzo?
  • Casi siempre un adulto tiene trabajo u otros estudios, una familia de la que ocuparse, una casa que requiere atención. El niño dedica todo su tiempo a la diversión y a aprehender todo lo que le rodea.
  • A un adulto, saber tocar unas pocas melodías sencillas, como las del primer o segundo volumen del método suzuki, no le satisface. Su educación y apreciación musical es mucho mayor que la de un niño, y por tanto, no llegará pronto a poder interpretar una música que sienta como buena hasta que lleve mucho tiempo practicando. Y aun así, siempre será mucho más crítico con sus errores que un niño. Y por tanto su frustración puede ser mayor.
  • A un adulto, que como norma general suele aprender con un profesor particular porque en un Conservatorio le costará mucho entrar, nadie le va a ordenar estudiar, no le van a obligar, ni le van a regañar seriamente si no trabaja. Todo el mundo sobreentiende que es un hobby, o una manía, o un capricho. Nadie piensa que pueda querer tomárselo en serio. De ese modo es más fácil que no practique todo lo que debería, que no estudie todo lo que podría, que por tanto no avance y lo deje decepcionado.

Pero si os fijáis, todos estos problemas, salvo el de la predisposición natural al aprendizaje, son subjetivos y pueden superarse. Y además también hay…

Ventajas de aprender siendo adulto.

  • En un adulto, aprender a tocar es una decisión propia, nacida de un sentimiento de necesidad de expresión mediante la música. Creo que es la gran diferencia con respecto a los niños, que pueden llegar a amar lo que hacen, pero prácticamente en ningún caso es una decisión suya haber emprendido ese camino. Su única decisión es no abandonarlo.
  • Un adulto es más consciente de sí mismo, de las dificultades, de sus debilidades, de los peligros que acechan en su aventura: se conoce más a sí mismo, a sus puntos débiles, y cómo minimizarlos. Ese conocimiento le permite evitar de forma inteligente los peligros que encontrará: la pereza, el cansancio, la frustración, la impotencia, el hastío, todo eso lo sentiremos antes o después a lo largo del proceso de aprendizaje. Pero sabremos más inteligentemente sortearlos porque ya lo hemos vivido antes en nuestra experiencia vital.
  • Un adulto (al menos un adulto medianamente culto y amante de la música) conoce y siente más certeramente la música. Aunque no pueda interpretar como le gustaría, sabe cómo debería llegar a sonar, qué emociones, que sentido darle a lo que toca.
  • Ya hemos pasado la adolescencia, esa época de crisis en la que miles de niños se rebelan contra todo, abandonan casi todas las actividades que no sean videojuegos, móviles, amigos, salir, etc… He leído mucho que es difícil que un adulto persevere en el estudio del violín. Pero creo que es más difícil que lo haga un niño. Miles empiezan a aprender, muy pocos terminan dedicándose a ello, porque en realidad, que tocaran el violín era una ilusión de sus padres, no suya.

Consejos para quien desea empezar a tocar el violín a una edad adulta:

  • No te pongas un plazo. No digas: “en un año quiero poder tocar tal melodía que me encanta”. Así sólo sentirás ansiedad, frustración, e impaciencia. Simplemente comienza a aprender. Ponte objetivos pequeños y cercanos, uno detrás de otro.
  • Tómate la aventura como un ejercicio de conocimiento de ti mismo, de autoaprendizaje, de voluntad, de ejercicio mental. Lo importante es el camino.
  • Tu cuerpo y el violín al principio no se llevarán bien. Será como acostumbrarse a una prótesis, como encajar dos piezas de puzzles distintos. Pero poco a poco iréis llevándoos mejor. Os iréis acoplando. Te irás acostumbrando. Un día (muy, muy lejano) te olvidarás de la postura, del instrumento, de los dedos, sólo estarás pensando en la música, y estarás en un estado de relajada concentración. Ese día sentirás que todo ha merecido la pena.
  • Ten autodisciplina. Toca todos o casi todos los días. Es fácil encontrar  excusas para no hacerlo. A veces no apetece ponerse con las escalas. No te preocupes, hazlo y cuando lleves un rato tocando te sentirás mejor y querrás seguir.
  • Escucha mucha música.
  • A veces te parecerá que estás estancado, que no progresas. Pero si tocas a menudo y casi todos los días, esa es sólo una sensación. Ponte a tocar una melodía o ejercicio de los primeros y notarás que lo haces con mucha mayor facilidad, y con más calidad. Todos tenemos días mejores y peores, pero TODOS LOS DÍAS QUE SE TOCA SE APRENDE.
  • ¿Quieres recordar cómo te sentías el primer día que te pusiste el violín en el hombro? Coloca la almohadilla al revés, ponte el violín en el hombro derecho y sujeta el arco con la izquierda. Angustioso ¿verdad? ¡eso ya quedó atrás!
  • Toca concentrado, poniendo toda tu mente y espíritu, no estés pensando en qué camisa te pondrás mañana.
  • No te preocupes de lo que piensen los demás al escucharte. Si te agobias mucho, usa una sordina.
  • ¿Aun así te da vergüenza lo que estarán pensando de ti los demás? puede que alguno haga bromas con tu edad, pero te digo una cosa: te envidian. Muchísima gente ha tenido el sueño de aprender a tocar, de haber tenido esa oportunidad. Ellos no se atreven ahora pero les gustaría.
  • En definitiva, el objetivo es que el aprendizaje sea también un fin en sí mismo, y no un medio. Estudiar y practicar, algo sano y necesario, como ir al gimnasio y comer sano.

La regeneración neuronal.

Antes se pensaba que, a partir de cierta edad, las neuronas iban muriendo, y que no se regeneraban. Hace no mucho se descubrió que eso no es así, que sí se pueden crear nuevas células neuronales y que el ejercicio mental hace que se produzcan nuevas conexiones, nuevas sinapsis entre neuronas. Mi profesor de violín suele decir que los músicos no padecen Alzheimer. Quizás es una exageración, pero sí es cierto que la música y el ejercicio mental de su práctica nos hace más lúcidos y durante más tiempo.

En un documental de mi admirado Edouard Punset (lo podéis ver al final del artículo), se habla sobre este tema del aprendizaje y la edad, del cuál voy a entresacar algunas frases:

“A diferencia de lo que se pensaba, que con la edad las neuronas dejaban de crecer, ahora sabemos que no, que la edad no es un obstáculo, y que seguimos aprendiendo y cambiando, de distintas formas, pero durante toda la vida.”

“Entrena tu cerebro, y cambiarás tu vida”

“Cada vez que aprendemos algo nuevo, algo cambia en nuestro cerebro y eso sucede durante toda la vida”

“Nuestro cerebro está preparado para aprender durante toda la vida, pero debemos ejercitarlo”

“Son más importantes las conexiones que la cantidad de neuronas”

“Con 100 años también podemos aprender informática, idiomas o lo que nos echen por delante”

“Aprender con más edad lo que requiere es más tiempo”.

Hace unos años, el director Stephen Walker realizó un documental sobre un coro de jubilados de entre 75 y 93 años que se dedicaron a hacer giras y cantar temas rock de Outkast, Coldplay, Jimi Hendrix, Radiohead… ellos no pensaron que eran demasiado mayores para hacer nada.

Y os recomiendo especialmente esta versión de un tema de Coldplay

Fuentes:

Redes para la ciencia.
Música clásica y músicos
Violinist.com
Violinist.com-blog

Gracias al profesor Lucas Bittini, por sus consejos y opiniones y a mi propio profesor, Salvador Guiral.

Imagen:
Findingfaces

El violín interior

El violín interior

Dominique Hoppenot

Probablemente muchos ya conoceréis este libro que impactó en el mundo académico hace ya unos años. La enseñanza tradicional basaba gran parte de su eficacia en la adquisición de automatismos, más o menos inconscientes y habilidades a menudo puramente físicas o acrobáticas. Cambiando el paradigma del modo en que nos relacionamos con el instrumento, Dominique Hoppenot busca conectar con todos aquellos violinistas cuya relación con su instrumento constituye una historia tormentosa de sufrimiento, esfuerzo frustrante, esperanzas contrariadas. Hoppenot propone trabajar desde nuestro interior, analizando, de forma concienzuda y pormenorizada, pero también con increíble optimismo y entusiasmo, todos los factores que definen los éxitos o los fracasos, las barreras mentales,  la importancia y el respeto del cuerpo, la misión de la conciencia de sí mismo, la necesidad del placer, la relación pedagógica centrada en el alumno. Todo ello en una búsqueda interior de la armonía, de la realización personal plena, no sólo con el violín, sino con nuestro propio cuerpo.

Su lectura es fascinante para cualquier estudiante de violín, pero especialmente útil para todos aquellos que ya tienen cierta experiencia, un recorrido vital que a menudo los tiene insatisfechos y les ha hecho perder la ilusión inocente por la música. Salvo los excepcionalmente dotados por naturaleza, todo violinista ha sentido alguna vez ese bloqueo, impotencia ante ciertas empinadas cuestas que parecen volverse infranqueables, frustraciones con las que, si no las sabemos enfrentar, pueden terminar enquistando en nuestro espíritu un rechazo hacia el instrumento y hacia su cruel y constante exigencia de disciplina y trabajo.

“Se trata de un libro precursor cuya originalidad colmará a unos, inquietará a otros, pero cuyo contenido se convertirá mañana en evidencia para quien busca… y se busca.”

Pero se confunde quien piensa que la autora preconiza una forma indolente o relajada de aprender. Su relajación siempre es activa y ella no deja de alabar la obra del supuestamente prusiano Sevcik, cuyos ejercicios aconseja con entusiasmo.

Seguramente, el estudio del violín es uno de los caminos que más frecuentemente se abandona. Es fácil conocer a alguien que, al saber de nuestra dedicación, nos confiesa: “yo estudié un par de años, pero lo dejé”.

El violín interior

No diré que en “El violín interior” se encuentran las soluciones para evitar todas las trampas del camino y llegar a un final feliz. No es un libro de recetas ni de trucos fáciles que tanto se llevan ahora en internet. Pero sí que es inspirador, y que nos muestra como mínimo “la actitud” necesaria para conseguir lo que en definitiva debería ser siempre el objetivo final: la felicidad de hacer buena música, música hecha con el alma.

Cómo relajarse de forma positiva, cómo sentir el cuerpo como una unidad global, cómo estar en equilibrio, qué actitud hay que adoptar al tocar, cómo manejar el miedo, cómo enseñar…

Un texto imprescindible para alumnos, profesores y aficionados.

Os recomiendo que compréis el libro y lo tengáis presente para ojearlo de vez en cuando, pero aun así os dejo esta versión que podéis ir leyendo.

Contenido

  • El mal del violín
  • Un nuevo enfoque
  • Armonizar el cuerpo
  • Los instrumentos no se sujetan…
  • La sensación, una conciencia corporal
  • La dialéctica del gesto
  • La sonoridad en el corazón de la técnica
  • La afinación interior
  • El ritmo instrumental
  • Tonicidad y descontracción
  • Influencia de la respiración
  • La concentración
  • El intérprete y la expresión musical
  • Otro alumno, otro maestro…
  • ¿Qué significa estudiar?
  • Y el miedo…
  • Los niños
  • A modo de epílogo

Leer “El violín interior”:

El Violin Interior

 

Fuentes:

Violín y violinista, una relación siempre viva

Comprar el libro en El Argonauta

Practicando escalas con Carl Flesch

Antes que nada, avisar que este compendio de escalas no es recomendable para principiantes.

Aqui tenéis el Método completo, podéis imprimirlo, descargarlo o solamente hojearlo. Tened paciencia porque, dado el tamaño del archivo, tardará en cargar.

Descargar (PDF, 7.74MB)

Casi nadie se libra de practicar escalas, y hay tantos métodos y guías para realizarlas que resulta difícil escoger alguna. Para este artículo he escogido este Manual, algo antiguo ya, pero que puede ser muy útil para aquellos que ya tienen cierto nivel y quieren perfeccionar mediante ejercicios técnicos de escalas, arpegios, etc. más profundos y específicos.

Porque este método es realmente amplio, recoge todas las escalas mayores y menores en todas las tonalidades y en toda la extensión del diapasón (yo no puedo con muchos de ellos) y además es descargable gratuita y legalmente (creo) de la red.

El hecho de que se han indicado diferentes tipos de digitación posible, y a que algunas de esas variantes no son demasiado amigables (al menos para mí) añaden dificultad a este tipo de ejercicio. Lo cierto es que yo llevo unos meses con ellas y tengo que avisar que no son los ejercicios más divertidos del mundo. Hacedlos despacio y con infinita paciencia, y si podéis ponerles un poco de gracia y personalidad a los ejercicios, mucho mejor

Creo que no hay mejor comentario que los propios prólogos al método editados hasta el momento. Os los traduzco.

Notas de Carl Flesch a su Primera Edición

He dudado mucho antes de decidirme a publicar mi Sistema de Escalas trasladado a todas las tonalidades. Porque nunca me ha gustado que hubiera demasiadas publicaciones de este tipo. Además, a menudo se parecen entre sí y no hay en ellas ninguna idea nueva, que es lo que debería ser su razón de existir.

En el primer volumen de mi Arte del violín había publicado una serie de esclas y acordes rotos bajo el título “El sistema de escalas” que considero constituía una significativa innovación. Había intentado dirigir el trabajo diario desde las rígidas fórmulas técnicas habituales a una visión que permitía al alumno no favorecer una parte del mecanismo en detrimento de otra, sino que le obligaba a dividir su trabajo igualmente entre las distintas combinaciones técnicas más usuales.

Además he intentado resucitar la antigua manera en la que la vieja escuela francesa realizaba las escalas, una tradición que yo seguí en casa de mi viejo profesor Eugène Sauzay.

Muchos años de práctica han fortalecido mi convicción de que gracias, a su universalidad, su concisión, este sistema no sólo constituye una garantía segura de progreso continuo sino que representa el mejor medio de economizar tiempos y esfuerzos. Para llegar a este resultado era necesario sin embargo que el alumno cambiara cada día de tonalidad, transponiendo sucesivamente el modelo en Do mayor a los demás tonos, dado que en la primera edición por falta de espacio pude publicar solamente esa tonalidad.

Tres años después he tenido la ocasión de comprobar la influencia de mi sistema sobre los estudiantes. Fue una pequeña decepción observar que la mayoría sólo trabajaban en la tonalidad de Do mayor, con lo que el efecto era mucho menor. Pero el violinista que practica en todas las tonalidades tiene una gran ventaja sobre el que se contenta con una sola, siempre la misma. Y es es la razón que me empujó a publicar el sistema completo de escalas.

Algunas observaciones útiles para la realización de los ejercicios:

    1. El sistema de escalas puede servir tanto de ejercicio de afinación como de ejercicio de velocidad. En el primer caso debe ser tocado lentamente corrigiendo cada nota fallida, en el segundo caso es necesaria cierta velocidad acorde a la técnica individual.
    2. Se debe practicar una tonalidad distinta cada día.
    3. Los modos menores en dobles cuerdas están escritas en el modo harmónico, no melódico, para hacer uso de esos intervalos de segunda aumentada que habitualmente se descuidan. Sin embargo he utilizado por contra en las escalas menores simples la forma melódica, mientras ambas variaciones han sido combinadas en las terceras partidas.
    4. A fin de aprovechar al máximo el tiempo disponible he combinado los ejercicios de escalas con los ejercicios de arco. Estos golpes de arco pueden aplicarse también en los ejercicios de dobles cuerdas, en cuyo caso los intervalos no sonarían simultaneamente, sino alternativamente.
    5. El alumno puede, si es su deseo, añadir anotaciones dinámicas.
    6. Me ha parecido útil añadir, al final de cada escala algunos ejercicios en simple o doble cuerda en armónicos, dado que se practica escasamente esta especialidad.
    7. El orden de acordes introducidos aquí son los mismos que Sevcik introdujo en su Método de violín.

Consejos y comentarios del Editor (Por Max Rostal)

Se han incluido nuevas digitaciones acordes a los nuevos gustos, y se han situado debajo de las notas, mientras que las de Flesch se encuentran sobre las notas.

Algunos dedos de Flesch corren riesgo de ser malinterpretados. Por ello, he añadido explicaciones sobre ellos.

Mis dedos no son correcciones, sino alternativas al gusto de nuestros días y que pueden usarse en alternancia con los de Flesch. No comparto la opinión de que todas las escalas deben tocarse de la misma manera, porque, por razones musicales, cada una requiere a menudo digitaciones propias y adecuadas.

He indicado a veces dedos que facilitan la interpretación pero, ocasionalmente he utilizado dedos más difíciles con el fin de que los estudiantes practiquen las excepciones o por razones técnicas. El hecho de que pasajes parecidos se digiten de forma diferente proviene de mi intención de hacer experimentar ejercicios más diversos.

Si no se indican otras alternativas, los dedos de Flesch son los válidos.

He de lamentar que ocasionalmente mis dedos no son realmente comprendidos y parecen a algunos veteranos incluso absurdos. Para mí, es evidente que los dedos más fáciles no son siempre los más musicales y juiciosos. Si aceptamos que la idea artística está subordinada a la seguridad de ejecución, la práctica del violín se vuelve más fácil.

Cuando las digitaciones no se corresponden a los estereotipos habituales y conocidos, se les declara, demasiado a la ligera, “intocables y arriesgados”, e incluso, a veces, “absurdos”. Pero, en un instrumento de cuerda, la digitación es algo más que un intento de evitar dificultades. Hay en ello una parte importante del arte de la interpretación y, si no se presentan dificultades técnicas, no se elevaría el nivel técnico para resolver los problemas de interpretación.

En los suplementos, que creo importantes, aparte de los pasajes propuestos por Flesch he usado también escalas extendidas para ser tocadas en cada cuerda de una a dos octavas, y de la escala de tres octavas a la de cuatro.  En mi versión, las formas harmónica y melódica de la escala menor se han tratado separadamente. Para los ejercicios de dobles cuerdas, añado los intervalos no tratados por Flesch, tales como los unísonos, las cuartas, quintas y séptimas, y también he extendido el uso de sextas, octavas y décimas. Para los armónicos, aparte de los tocados de la forma habitual con el primer y cuarto dedos, también incluyo ejercicios de preparación para los dobles armónicos. Se han añadido escalas de tono completo y de cuarto de tono, usadas en la música del siglo XX. La técnica de la mano izquierda incluye también pizzicato, que debe ser ampliamente estudiado.

Algunos comentarios al Prefacio de Carl Flesch

  1. Propongo practicar las escalas no sólo como ejercicio de entonación y velocidad como sugiere Flesch, sino como entrenamiento de los cambios de posición y, más adelante, de vibrato. En los ejercicios de entonación no basta con corregir cada “nota fallida o falsa nota”. Es necesario sobretodo trabajar el ataque a la nota que reconocemos falsa para conseguir, de un movimiento seguro, el tono exacto sin corrección posterior, que siempre se nota. Así, mejoramos al mismo tiempo la apreciación de las distancias y los cambios de posición. Como punto de partida, tomaremos siempre la nota que se encuentra delante del tono reconocido como fallido. En los ejercicios de cambio de posición, hay que practicar el cambio de forma inaudible, contrariamente al expresivo glisando intencionado. Una de las formas de conseguirlo es comenzar realizando el cambio de posición preferentemente en un intervalo de semitono. Si he recomendado incluir también la práctica del vibrato, no aconsejo hacerlo sin embargo en la fase en la que aún cometeríamos muchos errores de entonación. Practicar invariablemente sin vibrato como muchos profesores recomiendan es un método desfasado, en mi opinión, puesto que la entonación también debe ajustarse cuando tocamos con vibrato. Actualmente los violinistas utilizan el vibrado para reforzar la belleza tonal, la intensidad y expresividad de diversas maneras. No se trata de utilizar el vibrato porque sí, sino de evitar los errores de vibrato no intencionados e incontrolados. Demasiado a menudo, la línea de sonido de tonos iguales se interrumpe involuntariamente, sobre todo en la últimas notas antes de un cambio de posición, sobre todo si nos servimos del cuarto dedo. Esta parada del vibrato se debe casi siempre, no a razones artísticas o interpretativas, sino a cierta pereza y negligencia. Es cierto que, en este caso, el ejercicio del vibrato continuo e ininterrumpido es mi objetivo, pero eso no implica que siempre haya que aplicar el mismo tipo de vibrato.
  2. Flesch aconseja cambiar de tonalida cada día, pero eso será el esfuerzo final sólo cuando las iniciales dificultades hayan sido vencidas, cuando no se trate ya de aprender la técnica, sino de mantenerla. Al principio debemos cambiar la tonalidad como mucho dos veces por semana.
  3. El sistema de Flesch de alternar entre las escalas harmónica y melódica cuando tratamos con tonalidades menores homofónicas y dobles cuerdas, puede en algunos casos llevar a confusión. Según mi experiencia hay que separar clara y estrictamente las escalas melódica y harmónica.
  4. Antes de comenzar con los ejercicios de arco recomendados por Flesch, el estudiante debe concentrarse antes en notas ligadas para separar los problemas de la mano izquierda de los de la mano derecha. Realmente es necesario comenzar por abordar cada dificultad técnica antes de combinar varias, mucho más adelante. El sistema de escalas sirve, en primer lugar, para desarrollar la técnica de la mano izquierda. El ejercicio de legato es precisamente el punto medio más adecuado para controlar que sean inaudibles los cambios de posición y los cambios de cuerda.
  5. Antes de practicar los reguladores dinámicos, aconsejo practicar el pianissimo con una presión fuerte de los dedos de la mano izquierda para conseguir la separación de ambas manos y evitar las presiones iguales de ambas cuando deben ser distintas. Demasiado a menudo, las fuerzas de las dos manos se igualan en lugar de comportarse de forma independiente. Además, el hecho de tocar pianissimo (fenómeno psicológico curioso) aumenta la capacidad de concentración de muchos violinistas, intensificándose durante los ejercicios. No será por tanto hasta más tarde cuando los ejemplos dinámicos indicados (piano subito, forte subito, crescendo,etc.) deben ser practicados.
  6. Con respecto a los armónicos, Flesch utiliza sólo los típicos en cuartas, de modo que los estudiantes son incapaces de tocar dobles armónicos correctamente. Por ello he añadido armónicos simples en terceras mayores y menores.
  7. He usado notación gráfica para evitar la notación alemana:

arch simbols

 

Cómo practicar el Sistema de Escalas:

  1. Al principio, y durante cierto tiempo, se evitarán las variaciones indicada por Flesch sobre los golpes de arco, que se deben ejecutar legato para conseguir buenos e inaudibles cambios de posición y cambios de cuerdas. Al principio, trabajar muy lentamente sucesiones de dos notas. Con gradual y cuidadosa aceleración para llegar a ligaduras de duración de una negra, dos negras, etc…
  2. En las partes de una octava (números de 1 a 4), señaladas separadamente para cada cuerda, trabajar primer la cuerda de la posición más baja y gradualmente ir subiendo a la posición más alta. En otras palabras, no empezar siempre en la cuerda Sol o en la secuencia impersa.
  3. Para todas las escalas menores practicar separadamente el modo melódico y el harmónico.
  4. Comenzar el ejercicio de escalas cromáticas en terceras con la digitación estática.
  5. Los pizzicato se practicarán y variarán a voluntad
  6. El sistema de escalas es demasiado extenso como para ejecutarlo cada día, ni siquiera limitándonos a una sola tonalidad. Para aprovecharlo mejor se puede seguir esta planificación:

1er Día: Escalas homofónicas números 1 a 4 con extensiones, terceras, octavas normales, décimas, armónicos normales anotados como 1/4.

2º Día: Escalas homofónicas sobre 3 octavas, número 5, unísonos, cuartas, sextas, octavas normales.

3er Día: Escalas de tonos entereos, quintas, octavas normales, octavas digitadas, armónicos digitados 1/3 y 1/4.

4º Día: Escalas homofónicas números 1 a 4, escala de cuarto de tono, octavas normales, armónicos de quinta, pizzicato de la mano izquierda.

5º Día: Escalas homofónicas de 3 octavas número 5, quintas, séptimas, octavas normales digitadas, armónicos de tercera mayor.

6º Día: Escalas de tono entero, unísonos, quintas, octavas normales, armónicos en tercera menor, pizzicato.

7º Día: Escalas homofónicas sobre tres octavas número 5, terceras, quintas, octavas normales.

Según esta planificación algunas secciones no son practicadas más que una vez a la semana, mientras que otras más importantes se ejecutan dos o tres, y las octavas normales todos los días.

Pero todas las propuestas son susceptibles de modificar según las necesidades.

ecientemente, sobre todo a partir de 1980, han surgido dudas acerca de la conveniencia o necesidad de practicar escalas, quizás en una búsqueda aparentemente falsa de originalidad y a una falta de capacidad. Pero estos ejercicios han rendido servicio a generaciones de intérpretes célebres. Heifetz, por ejemplo, estaba convencido de su valor y las exigía a sus alumnos tanto como a sí mismo.

En la edición de “Ejercicios y escalas” de Engène Ysayë, los hijos del autor comentaban: “podemos afirmar por otra parte que estos “Ejercicios y escalas” constituían la base de la gimnasia técnica matinal de Eugène Ysayë, a los cuales él añadía variaciones improvisadas de deslumbrante fantasía.”

Joseph Szigeti escribió, en el prefacio de esta misma edición, que las escalas constituyen un factor tan invariable en nuestro bagaje,  que cada sistema de escalas sólo se parece a sus predecesores y contemporáneos cuando se los observa superficialmente y sin perspectiva histórica.”

Además, la necesidad de practicar sistemas de escalas se refuerza por el hecho de que, en los programas de los grandes concursos internacionales de violín, como los Yehudi Menuhin en Paris o el Fritz Kreisler de Graz, la interpretación de escalas es obligatoria.

Max Rostal, Berna, 1986

Ivry Gitlis, alumno aventajado de Carl Flesch, con su insultante facilidad.