¿Qué tipo de estudiante eres?

Cada persona aprende de una manera diferente. Y por eso unas personas tienen más éxito con unos métodos que con otros.

Por eso, identificar qué tipo de “forma de aprender” tiene cada alumno ayuda al profesor a que sus sistemas de enseñanza sean mucho más efectivos. Si, por ejemplo, un profesor identifica que un alumno es visual no debería enseñarle de la misma forma que a un auditivo.

Estos conceptos se plasman actualmente en guías y manuales que universidades, centros profesionales y empresas utilizan en sus capacitaciones, y también son aplicables para enseñanza de música. Y es muy útil para cualquiera como alumno: identificar a qué tipo de estudiante perteneces te puede ayudar a aprender mejor cualquier cosa que te propongas, desde carreras universitarias, idiomas o, por supuesto, también música.

Precisamente fue mi profesora de música la que me ayudó a identificar a qué grupo pertenezco yo, (anteriormente ni siquiera sabía que existieran diferentes tipos de estudiantes) y eso me ayudó aprender más rápido.

En fin, vamos al grano: Hay 6 tipos de estudiantesvisuales, auditivos, kinestesicos, virtuosos (gloriosos), instintivos, y progresivos.

Los 3 más comunes son:

  • Auditivos

  • Visuales

  • Kinestesicos

Los 3 menos comunes son :

  • Instintivos

  • Progresivos

  • Virtuosos

Ninguno es mejor que otro, todos poseen defectos y virtudes; la ventaja de identificar de qué tipo eres, es que sabrás como reforzar tus debilidades y potenciar tus virtudes, aprovechando al máximo el aprendizaje.

Tipos de estudiantes

1. Visual

Se suelen aburrir de escuchar a los maestros dictar y hablar demasiado, perdiendo el interés rápidamente, de modo que se distraen y enfocan su atención en otras cosas ajenas al estudio. No prestan atención a los detalles si se les explican las cosas verbalmente; si tienen que escribir algo al dictado, suelen hacerlo sin preocuparse de la ortografía o la sintaxis, ya que probablemente lo estarán haciendo sin interés, tanto de escribir como de releer lo escrito.

Los estudiantes visuales necesitan imágenes de todo lo que quieren aprender ya que para ellos vale el tópico de que una imagen vale más que mil palabras. Son grandes copistas ya que necesitan verlo todo antes de aprenderlo.

Yo mismo son un alumno visual: recuerdo por ejemplo cuando mi profesora me decía: en esta pieza necesitas tocar en el primer compás un do, un mi#-, y un sol, pero me costaba retener esa información; asimismo, las partituras, en su monotonía cromática no me producía ningún estímulo visual. Así que finalmente mi profesora optó por colorear las notas en la partitura y colocar cintas de colores en el violín. Eso me estimulaba visualmente y me ayudó a aprender la ubicación de las notas mucho más fácilmente.

Ventajas: Somos los estudiantes que aprenden más fácilmente esto porque hoy en día existe un estimulo visual para todo. Para aprender una pieza suelo primero busca un violinista interpretándola y observo el vídeo muchas veces antes de comenzar a practicarla.

Así, al tocar después con la partitura, tenemos la sensación de saber qué nota viene de manera automática.

Desventajas: Solemos tener dificultades de creatividad ya que, al ser los copiones por excelencia, sólo podemos componer música similar algo a lo que ya visto y practicado anteriormente.

2. Auditivo

Contrariamente al visual, estos estudiantes se aburren al ver las cosas. Sus estimulos son todos auditivos y se sienten más cómodos cuando les explican los contenidos que al mostrárselos, por lo que son diestros reteniendo información de los discurso de sus maestros.

Suelen aprender bastante bien en disertaciones pero no prestan atención a la pizarra, por lo que suelen organizar todo de manera secuencial y ordenada.

Aprender todo de manera secuencial y ordenada les permite tocar todo con mayor perfección; sin embargo, una vez aprendido algo de una forma, si lo aprendieron equivocadamente, les costará más trabajo corregir el error, ya que en sus cerebros quedó grabada la secuencia original de una forma y cambiarlo les resulta más complicado.

Ventajas: Posee mayor creatividad que el estudiante visual. Pueden por ejemplo escuchar una pieza en piano e imaginar fácilmente cómo sería acompañarla con violín u otros instrumentos, con solo escucharla.

Desventajas:  Modificar algo ya aprendido les resulta más dificultoso, porque sus cerebros tienden a no desperdiciar nada y les cuesta más desechar ideas equivocadas.

Por ejemplo: si un estudiante visual aprende mal una secuencia de 6 notas al hacer el barrido con el arco hacia abajo, ver a su maestro hacerlo de forma correcta ayudará a corregirlo rapidamente. En cambio a un estudiante auditivo esto le costaría más,  ya que al ver al mismo maestro hacer la correccion prestará más atención al sonido de las notas se toquen y no a los movimientos del maestro ni al violín.

3. Kinestésico

Antes de explicar esta categoría es necesario aclarar qué es la memoria muscular.

La memoria muscular es aquella que guarda tu cuerpo, despues de haber practicado. Es decir, si practicas una y otra vez una pieza musical, tu cuerpo reaccionará de manera automática después al interpretarlas.

¿Te ha ocurrido alguna vez que, al tocar una partitura ya practicada, empiezas a tocar sin leer? ¿Y al volver a mirar la partitura te das cuenta de que te has perdido y tienes que buscar nuevamente dónde estabas tocando? eso es porque la memoria muscular realizó casi todo el trabajo.

Aunque todos tenemos una memoria muscular, los kinestésicos la tienen mucho más desarrollada. Esto quiere decir que mientras nosotros tenemos que practicar una pieza muchas veces el kinestésico necesita menos ensayos para aprenderla, son estudiantes que asimilan todo sintiendo, tocando, y repitiendo.

“Aprender haciendo” es su forma de memorizar las cosas y esto les trae beneficios como por ejemplo tocar con los ojos cerrados. En cambio, es casi imposible que un estudiante visual pueda hacer esto. Yo, por ejemplo, aunque no tenga las marcas en el violín las imagino constantemente sobre el diapasón.

Hace un tiempo conocí a un guitarrista que era un estudiante kinestésico. Lo primero que me llamó la atención es que, al entregarle mi guitarra, volvió a acomodar la correa para dejarla a la altura en la que su cuerpo tenía guardada la información de cómo tocar. A mí unos centimetros más o menos de correa no me importan al tocar, pero para él era un impedimento importante. Sentir la guitarra colgar un poco más abajo lo incomodaba hasta el punto de sentir que no podría tocar tan bien.

Ventajas: Trabajan sintiendo con su cuerpo, no técnicamente, ya que la memoria muscular hace casi todo el trabajo. Mientras los demás tenemos que ser conscientes de lo que estamos tocando, hacer un esfuerzo mental, ellos simplemente dejan que su cuerpo guíe lo que hacen.

Desventajas: Como trabajan sintiendo con su cuerpo a veces necesitan sentir las cosas mas de lo necesario, es decir que sin desearlo pueden presionar las cuerdas con más fuerza o sujetar el instrumento de una forma que el profesor nunca ha visto. Esto es porque, como hacen todo sintiendo su cuerpo, si aprendieron a tocar de una manera, aunque su maestro les diga que esté mal y trate de corregirlo, para ellos es muy difícil.

4. Instintivo

Este tipo de estudiante, al igual que los virtuosos y los progresivos, es ya menos frecuente.

Los seres humanos tenemos muchos instintos; el de supervivencia es el más conocido y todo ser vivo lo posee por herencia genética. Reaccionamos con impulsos naturales ante una acción externa. Los reflejos son un instinto a un estímulo exterior próximo, incluso la risa es un instinto natural: es la reacción del cuerpo a un estímulo exterior que provoca reacciones internas en el cuerpo.

Estos estudiantes me llaman bastante la atención porque reaccionan a todo de forma espontánea; aprender les resulta aburrido si no lo hacen agregando y agregando cosas. Puedes enseñarles una escala y la tocarán hasta aprendérsela pero buscarán aportar cosas para que suene mejor y todo ese proceso lo hacen de forma natural.

¿Cómo reconocerlos? es difícil… Imagina por ejemplo ados alumnos de violín que comenzaron a tocar al mismo tiempo, ambos sin ninguna experiencia, y al enseñarles la misma escala pentatónica a ambos ves que al cabo de un tiempo uno de ellos no sólo la aprendió sino que además le agregó dos notas más con la que suena mejor tranformando la escala pentatónica en una diatónica… Esto no significa que ese estudiante sea mejor: lo más probable es que practicó hasta aprenderla y luego instintivamente reconoció un par de notas más que agregarle y que pertenecen a la armonia.

Por esta razón aunque son muy buenos improvisando, también son desordenados.

Ventajas: Son una caja de sorpresas y van mas allá de lo que les enseña el profesor. Siempre van por delante y por eso a veces llegan a impresionar. Cuando les gusta algo no dejan de imaginar nuevas posibilidades dentro de lo que ellos creen que suena mejor.

Desventajas: Son impulsivos y esto les trae problemas al no seguir pautas ni reglas.

5. Progresivo

Son casos muy raros y suelen pasar desapercibidos. Y es que a simple vista tienen poco talento en la disciplina que han emprendido y no parecen desarrollar grandes habilidades. El cerebro es un órgano muy plástico que se moldea en base al entorno, pero a veces le lleva más tiempo adaptarse a nuevas tareas porque ya esta moldeado y programado para efectuar otros procesos con facilidad aprendidos anteriormente, y recibir información sobre un proceso que jamas ha efectuado anteriormente le exige mayor esfuerzo.

Lamentablemente a veces estos estudiantes dejan el estudio a mitad de camino por falta de motivacion y no ver grandes avances. Llegan a pensar que jamás lo podrán dominar. Pero lo que ocurre es que realizan un proceso distinto para dominar la tarea. Mientras en la mayoría de los casos hay avances paulatinos con el tiempo, los cerebros de estos estudiantes atraviesan otro proceso que la neurociencia  ha clasificado en distintas etapas.

Según Jonah Lehrer, un experto en neurociencia reconocido a nivel mundial, dichas etapas son las siguientes:

Etapa muerta: En ella no se percibe ningún avance. En esta etapa el cerebro no sabe dónde guardar la información nueva ya que está programado para desarrollar otras tareas y este nuevo proceso lo confunde. Así, los cerebros de estos estudiantes están explorando dónde guardar la nueva información para desarrollar nuevas funciones que nunca ha ocupado, es por eso que no se aprecian avances. Hay tendencia a abandonar en esta etapa, pero hay que perseverar, porque el cerebro al ser progresivo necesita recibir constantes impulsos.

Pero, ¿qué pasa si no se rinden? pues que llega un momento que se llama “iluminación“.

Iluminación: en esta etapa todo parece adquirir sentido. Lo que antes parecía imposible de repente es mucho mas fácil.

Puede que conozcas a algún un estudiante que practicaba por ejemplo una escala sin lograr ningún avance, pero que de un día para otro consigue dominarla a la perfección. Y es que, mientras el resto de personas realiza avances paulatinos en su destreza, los estudiantes progresivos deben perseverar hasta atravesar la etapa muerta sin caer en la frustración.

Para poder “pasar la prueba” de la primera etapa, necesitan un carácter fuerte, voluntad, rasgos de personalidad que les permiten seguir luchando sin rendirse.

6. Virtuoso

¿Se nace con talento o se adquiere con estudio y trabajo?

Muchos teóricos dicen que es la práctica la que hace al maestro, teoría defendida incluso por músicos de reconocimiento mundial. El mismo Mozart era defensor de que la práctica y el estudio hacen al maestro:

“Es un error pensar que la práctica de mi arte se ha vuelto fácil para mí. Les aseguro, queridos amigos, que nadie estudia tanto como yo”.

También Pablo de Sarasate contestó a alguien que le calificó como genio:

“¡Un genio! ¡He practicado catorce horas diarias durante treinta y siete años, y ahora me llaman genio!”

Si esto sólo fuera así sería como considerar que nadie tiene un talento innato, pero existen defensores de la idea de que sí se nace con talento; un estudiante virtuoso no sería aquel que ejecuta la tarea a la perfección sino el que lo hace empleando menos tiempo, esfuerzo o trabajo, aunque eso no significa que no tenga que practicarla.

Así, que el talento existe naturalmente y que ademas naces con él es algo defendido por mucho profesionales de diferentes áreas. Y es que la teoría más fuerte que la sustenta es la de la herencia genética. Pero no la herencia de tus características físicas, sino la memoria que heredas de tus antepasados.

Porque la memoria también se transmite, como se ha comprobado en muchas especies del reino animal como por ejemplo las tortugas marinas, aves etc.

¿Cómo sabe una tortuga al momento de nacer y sin ayuda adonde tiene que dirigirse para llegar a mar abierto y desarrollarse? ¿cómo las aves sin experiencia previa saben adónde migrar? Esto es por la memoria heredada genéticamente. Y del mismo modo podemos pensar que las personas pueden heredar habilidades que les permiten aprender más rápidamente a tocar un instrumento.

Sin embargo, la herencia genética salta a veces generaciones de manera que puedes encontrar que tenías un tatarabuelo matemático o físico y que tú tienes precisamente facilidad en estas materias.

A veces el profesor encuentra algún alumno que le impresiona constantemente con sus capacidades y habilidad, que parece tener un don. Es probable que en sus genes se encuentre esa tendencia hacia la música, mantenida por la selección natural como mecanismo de éxito social, reproductor, etc.

¿Porque razon? Para la reproduccion

Todos los animales tienen diferentes tipos de cortejos y nosotros como seres humanos tampoco nos separamos de ellos existe un sin numero de aves que a traves del canto llaman a las hembras al apareamiento y otras aves lo hacen bailando etc.

Con toda esta informacion ¿Podriamos negar que la musica no lleva miles de años en nuestros genes?

Así es que la próxima vez que os impresione un estudiante talentoso con su habilidad y rapidez quizás la causa está en sus genes.

Aprendiendo a tocar dobles cuerdas

Practicar y dominar las dobles cuerdas es una de las mejores inversiones en tiempo de estudio que podemos hacer. Por un lado mejoramos nuestra afinación general, además, ganar habilidad en poner los dedos en varias notas a la vez nos servirá para tocar más rápidamente muchos pasajes, interiorizamos cómo suenan intervalos de notas, con lo que vamos formándonos armónicamente, y podemos tocar música con una profundidad musical un poco mayor. Si te gusta el folk, las dobles cuerdas son el pan de cada día, aunque afortunadamente no suelen usarse combinaciones o movimientos tan difíciles como en la clásica (con lo que se convierte en un tipo de música excelente para empezar a practicarlas).

El método clásico de afinar las cuerdas (cuando no había afinadores electrónicos) obligaba a tocar dobles cuerdas para buscar “las quintas justas” y así afinar las cuatro cuerdas entre sí. Primero se afinaba el La con la ayuda de un Diapasón, más tarde se tocaba el La con el Re y se iba afinando la cuerda Re hasta que armonizaba (no se producen ondas en el sonido) e igualmente hacíamos con el resto de cuerdas: tocar Re con Sol y La con Mi. Pero esto a muchos estudiantes ni se les pasa por la cabeza hacerlo, esperan a que se lo afine el profesor, o usan una app o afinador electrónico, con lo que pierden un buen ejercicio, tanto de afinación como de tocar dobles cuerdas.

Enfin, en cualquier caso, antes de afrontar los ejercicios de dobles cuerdas conviene que hayamos conseguido esto:

  • Tener una buena afinación tocando en una sola cuerda, al menos en primera posición. Si no somos capaces de encontrar las notas afinadas, aunque sea despacio, de una en una, mucho menos podremos hacerlo tocando dobles cuerdas. (Una excepción a esto sería cuando se toca una al aire, una nota “dron”, ya que tener esa nota constantemente sonando incluso nos puede servir de referencia para tocar afinada la segunda nota).
  • Haber adquirido una buena postura general, y de manos en particular.
  • Tener un buen movimiento de brazo derecho desde el talón a la punta.

Lo primero que deberíamos practicar es acostumbrar al brazo derecho a tocar dos cuerdas simultáneamente con la misma intensidad ambas, de modo que no prevalezca el sonido de ninguna de las dos. Esto es algo que precisamente durante nuestro estudio hemos ido evitando, ya que hasta ahora hemos estado interiorizando que cuando nos sonaban dos cuerdas estábamos cometiendo un error ¡Pues ya no es así!

Por eso lo primero que vamos a probar será simplemente tocar las dobles cuerdas al aire, con todo el arco, de abajo arriba y de arriba abajo, fijándonos bien en que:

  • El arco se mantiene siempre perpendicular a las cuerdas.
  • Siempre suenan con igual intensidad las dos cuerdas.
  • Suenan con la misma intensidad desde el talón hasta la punta (ya sabemos que para eso hay que presionar más cuánto más cerca estemos en la zona de la punta y mucha menos o ninguna en la zona del talón).
  • Hacer resonar dos cuerdas puede parecer que exige mayor presión y/o velocidad que sólo una, pero en realidad si lo haces bien no es necesario.

Esto debe hacerse en las tres combinaciones de dobles cuerdas: primero Sol-Re, luego Re-La y finalmente La-Mi.

También es interesante probar algunos golpes de arco más cortos sobre dobles cuerdas al aire, detache, staccato, incluso saltillos, martelé, etc. dependiendo de los que hayamos practicado normalmente en una sola cuerda. Podemos hacer ritmos, 3×4, 4×4, etc., siempre buscando que las dos notas suenen con igual valor.

Enfin, Cuando ya tenemos soltura en este ejercicio podemos empezar a enfrentarnos a ejercicios de dobles cuerdas clásicos, como los de Polo, Sevcik o similares. Yo he elegido el Polo, que ya es de libre reproducción y es con el que suelo practicar estas cosas: el de Sevcik también está bien pero las partituras vienen solo en la tonalidad Do mayor y debemos hacer nosotros mismos las transposiciones si queremos practicar otras tonalidades, lo que me da una pereza…

Una buena rutina para enfrentar los ejercicios (que muchos se ahorran y se lanzan al ruedo directamente a tocar lo que está escrito) sería ésta:

  1. Tocar la línea de notas superior.
  2. Tocar la línea de notas inferior.
  3. Tocar las notes superiores mientras tocas al aire la cuerda de arriba (más grave).
  4. Tocar las notas graves mientras tocas al aire la cuerda aguda (más aguda).
  5. Tocar la partitura como está escrita, sin ligaduras ni indicaciones.
  6. Tocar la partitura como está escrita, con todas las indicaciones.

Sugerencias:

  • A menudo (sobre todo en posiciones de dedos separados) cuando ponemos un dedo en su posición correcta y luego el segundo en otra cuerda, este último tira del primero, y hace que se desafine, con lo que también tenemos que ajustar el segundo, que al moverse vuelve a tirar del primero, y así no terminamos nunca de afinar bien el intervalo. Debemos ser conscientes de que al final deberíamos conseguir poner los dos dedos prácticamente a la vez (no uno después del otro), como hacen los guitarristas cuando ponen sus posiciones para acordes.
  • Toca una cuerda al aire (sol por ejemplo) y en primera posición y al mismo tiempo ve tocando notas en la cuerda Re, buscando que suenen bien. Así estarás buscando notas afinadas y armonías, y educando tu musicalidad. Haz lo mismo en otras cuerdas y prueba diferentes “melodías”. Al principio muy despacio y ajustando el dedo hasta que notes que ahí es justo donde suena perfecto el intervalo de notas.
  • Es más difícil tocar bien las dobles agudas que las graves (al menos a mí me lo parece), así que mejor empezar por estas últimas, pero al final practica más las agudas.
  • Puede ser útil, si tocas con un profesor, que antes de empezar un nuevo ejercicio él toque la línea de arriba mientras tú tocas la de abajo (o al revés), lo que se conoce como “divisí”, para familiarizarte y recordar cómo ha de sonar.

Y sin más, os dejo los 30 estudios de cuerdas dobles de E. Polo. Los primeros ejercicios son bastante fáciles pero no tardan mucho en complicarse. Por eso pueden abarcar un gran número de años de estudio.

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6 escalas que deberías dominar.

Las escalas son un recurso de estudio y práctica habitual para mejorar técnica, sobre todo la rapidez, el ritmo y la afinación. Pero si no profundizas estudiando armonía pueden terminar siendo un ejercicio puramente mecánico y algo descerebrado. A veces se tocan escalas de forma automática y con la cabeza en otra parte, como un trabajo de simple motricidad fina.

Pero las escalas son útiles, además de para ejercitar dedos y cerebro, para interiorizar y reconocer patrones armónicos, modos, funciones, etc. Nos servirá para crear acompañamientos, para improvisar, para componer frases o dibujos en cualquier música de la que conozcamos su estructura. Porque una escala nos define una tonalidad, nos da un patrón base de posiciones y movimientos en el mástil y, en la música popular, esa base nos orienta en un canción determinada. Y cuantas más variantes tenemos para jugar en esa tonalidad, más posibilidades y más riqueza armónica podremos aportar con nuestro violín.

Hablar de escalas y hablar de tonalidad está muy relacionado. Hay unos cuantos “modos” armónicos, cada uno con su propio “aroma” particular, y cada uno de ellos se puede representar con una escala determinada. En este artículo vamos a ver unas cuantas de las que más útilidad podemos sacar a la hora de tocar definiendo acompañamientos e improvisando mayormente con música “no clásica”.

¿Sí, pero qué es una escala?

Una escala es la manera de dividir la distancia entre una nota y la misma nota una octava más aguda.

Una gran parte de la música compuesta popular y comercial se fundamenta en lo que en armonía se denomina “práctica común”, un período que abarca aproximadamente entre la publicación del primer tratado de armonía por Rameau en 1722, y la revolucionaria “Teoría de la armonía” de Schönberg en 1922.

La tonalidad es un sistema en el que una serie de escalas, acordes, frases y progresiones musicales giran en torno a una nota principal llamada tónica. La base de este sistema es la escala más básica de todas, llamada diatónica mayor, jónica, mayor natural o, simplemente:

Escala mayor

Intervalos: 2 2 1 2 2 2 1

La escala mayor proviene del modo griego jónico. El modo mayor suena expansivo, luminoso y estable.

La escala de este modo se caracteriza principalmente por que la distancia entre la 3ª y la 4ª nota, y entre la 7ª y la 8ª es un semitono, y es la escala, junto con la escala menor, que los compositores de música occidental han decidido usar de forma abrumadamente mayoritaria, aunque sean sólo dos dentro de un gran número de modos posibles.

Escala Do mayor natural

Escala menor.

La escala menor proviene del modo griego eólico. El modo menor suena más triste, introspectivo y melancólico que el modo mayor. Con la escala menor la cosa se complica porque no hay un sólo patrón, sino tres.

La escala básica menor es la llamada menor natural. La estructura es esta:

Escala menor natural

Intervalos: 2 1 2 2 1 2 2

Escala menor natural de Do

Pero la escala menor natural presenta problemas armónicos (que sería prolijo explicar ahora) y se procedió a modificarlo para resolver ese desequilibrio armónico, elevando un semitono la séptima nota de la escala. Esto dio lugar a la Escala menor armónica:

Escala menor armónica

Intervalos: 2 1 2 2 1 3 1

Escala menor armónica de Do

Pero a su vez, esta escala tiene el problema del exótico intervalo de segunda aumentada entre la sexta y y séptima notas. Este carácter se suavizó subiendo el sexto grado, dando lugar a la Escala menor melódica, también llamada mixta menor porque es igual a las otras menores en sus cuatro primeras notas mientras que las cuatro últimas tienen la estructura de la escala mayor. Sin embargo, esto es así en la escala ascendente, mientras que en la descendente es como una escala menor natural:

Escala menor melódica

Intervalos: 2 1 2 2 2 2 1 (ascendente)

Escala menor melódica de Do menor

Escalas pentatónicas.

Estas escalas se caracterizan por estar formadas por sólo cinco notas dentro de una octava. Es fascinante ver cómo diferentes músicas populares del mundo se basan en este concepto pentatónico de la melodía. Se las puede encontrar en infinidad de estilos, desde el blues a Debussy, del jazz al rock. Es como una escala universal a partir de la cual armonizar. Aunque hay muchos tipos de escalas pentatónicas, cuando mencionamos “la escala pentatónica” nos solemos referir a la “escala pentatónica mayor”.

Escala pentatónica mayor.

Intervalos: 2 2 3 2 3

Escala pentatónica de Do mayor

si os fijáis, la escala pentatónica mayor es como una escala mayor normal, pero sin la 4ª ni la 7ª notas (al carecer de estas notas, es fácil utilizarla como material melódico sobre acordes de séptima).

Escala pentatónica menor.

Intervalos: 3 2 2 3 2

Escala pentatónica de Do menor

La escala pentatónica menor es, después de la pentatónica mayor, la escala de 5 notas más utilizada, y se suele usar sobre acordes menores. También  se la puede encontrar en el blues, aunque en este estilo será más recurrente usar su típica escala de blues.

Escalas de Blues

Como sabréis, el blues es un género creado por los esclavos africanos de las plantaciones de Estados Unidos. Dadas sus carencias cantaban en un principio “a capella”, pero poco a poco se fueron añadiendo instrumentos de acompañamiento. Características básicas del blues como la “blue note” o la estructura de llamada y respuesta se encontraban ya en estilos de música africana, que al mezclarse con la música occidental que otros inmigrantes aportaron dieron al blues su característico sonido.

El blues influyó en el jazz de forma natural, aportándole algunas de sus características: su estructura básica, las “blue notes”, etc, pero también en la música popular occidental en general, llegando a ser base de géneros como el ragtime, bluegrass, rhytm and blues, rock and roll, funk y, heavy metal, hip-hop, country y música pop.

Las melodías de blues se suelen construir sobre escalas pentatónicas, a las que se les añaden las mencionadas “blue notes”, que son las que le dan ese carácter trágico.

Escala de Blues mayor.

Intervalos: 2 1 1 3 2 3

Escala de blues mayor con blue note

Si tomamos como base la escala pentatónica mayor y le añadimos la “blue note” a distancia de una 3ª menor de la fundamental, obtenemos una escala de blues mayor. Los acordes que se utilizan en blues son generalmente mayores (con séptima menor), así que al tocar esta escala la “blue note” producirá un efecto algo disonante ya que coinciden el modo menor de la escala con el modo mayor del acorde.

Escala de Blues menor o “Escala de Blues”.

Intervalos: 3 2 1 1 3 2

Escala de blues con blue note

Si tomamos como base la escala pentatónica, la “blue note” se añadiría a distancia de cuarta aumentada desde la fundamental. Esta es la escala a la que nos referimos cuando hablamos de una “escala de blues”.

La escala cromática.

1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

Escala cromática

Esta escala puede parecer muy tonta, pero no debemos menospreciarla porque es muy fácil creer que se domina pero realmente estar patinando las notas. Sobre todo si haces una escala cromática muy larga sobre una cuerda es fácil terminar perdiendo la tonalidad. Se trata simplemente de una escala de semitonos. A menudo la duda es cómo hacer las subidas y bajadas de posición, si no lo tenemos claro y un poco automatizado  podemos liarnos. Puede ser útil a veces en un tema como escala de transición entre acordes.

Una de propina: escala flamenca

Intervalos:  1 2 1 1 2 1 2 2

Ya que esta página es española ponemos esta escala flamenca, también llamada frigia española. Útil para tocar aflamencado, (que no tocar flamenco, que es otra cosa).

Escala flamenca

Cómo practicar las escalas.

Lo cierto es que hay infinidad de métodos, libros, tendencias, etc. Por poner un ejemplo, hay métodos que suelen comenzar las escalas con el primer dedo, mientras que otros gustan de comenzarlas con el segundo. Aunque lo ideal es dominarlas empezando en cualquier dedo, no voy a decir cuál es el mejor de todos porque lo cierto es que va un poco por modas y por gustos personales.

Hay que tener claro que no hay que practicar simplemente la escala. Eso es el comienzo. Después se deben practicar los arpegios básicos de dicha escala (1ª, 3ª y 5ª notas), los arpegios de séptima (los mismos de antes más una séptima añadida), diferentes intervalos, escalas con dobles cuerdas, etc. Estudiar eso ya nos puede llevar unos buenos años (de hecho debería ser una práctica a realizar durante toda la vida) pero lo ideal ya es explorar más variaciones, los modos griegos, los acordes alterados, etc. Realmente, aparte del puro ejercicio técnico de las escalas, su exploración armónica no tiene límites. Explorar los modos griegos es como probar cocina de muchos países, no dejas de apreciar sabores excitantes y exóticos, y puede enriquecer la música que hagamos, sacándola de la manida tonalidad de siempre.

Las escalas se suelen empezar a practicar más o menos en un nivel entre principiante e intermedio. Y a partir de ahí ya nunca dejaremos de practicarlas.

Hay que practicar las escalas en todas las tonalidades.  Es una buena idea utilizar el Círculo de Quintas (o cuartas) para ir cambiando de una tonalidad a otra.

Qué estudios de escalas usar.

Para la música clásica, popular y occidental:

Para música actual popular y actual:

Jazz scales for violin, viola, cello – Christian Howes. 

Arpegios for jazz violin, viola, celloChristian Howes.

Arpeggios, Rhythms, and ScalesMike Laird. Orientado a la improvisación y el jazz, incidiendo en los acordes de séptima como elemento fundamental en improvisación.

Podríais pensar que dominando esas escalas ya tenéis casi todo hecho pero lo cierto es que el mundo de las escalas es casi infinito, y si no me creéis, descargad y echad un vistazo a este completísimo compendio de escalas.

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Fuentes:

Armonía moderna y otras técnicas compositivas.

¿Qué son los modos? – El maestro invita a un concierto.

 

Ejercicios para el vibrato

La técnica del vibrato es una de esas cuestiones que agobian al principio, y sé por experiencia que a veces hay que tener mucha paciencia y no angustiarse si se tarda en empezar a salir bien, de tal manera que mejore en vez empeore nuestra interpretación. Así que conviene esperar a intentar realizarlo por lo menos un par de años después de haber empezado con el instrumento, para poder ejecutarlo partiendo de una posición correcta y unas notas afinadas. Si no tenemos bien asimilada la postura ni interiorizada la afinación, intentar vibrar será añadir error al error.

Muchos métodos pasan de puntillas sobre cuestiones técnicas importantes como la correcta ejecución de golpes de arco, dinámicas, vibratos, etc. Lo que más se trabaja es la rapidez y la afinación, presuponiendo que el alumno por pura repetición encontrará las formas correctas de ejecutar todas esas variantes técnicas, o bien se dejan como tarea del profesor.

basicsAfortunadamente sí hay métodos que dedican atención a estos aspectos formales, como por ejemplo uno que he estado mirando últimamente. Se trata de “Basics”, de Simon Fischer, una obra complestísima sobre todos los conceptos técnicos básicos, y un libro que os recomiendo encarecidamente, aunque lamentablemente no esté en español. Pero para eso estoy yo, que os he traducido los primeros ejercicios básicos para entrenar el vibrato. En rigor, estaría infringiendo ligeramente derechos de autor, pero espero que me perdonen ya que lo que os recomiendo es que compréis el manual entero. De esta obra partiremos para empezar a practicar ejercicios simples que serán nuestra entrada a la ejecución del vibrato. O bien para perfeccionarlo, sobre todo aquellos (como yo) que les cuesta hacerlo con soltura y ligereza. Son ejercicios que buscan trabajar nuestra relajación, nuestra elasticidad, la mecánica del movimiento.

Y aunque creo que pueden ser muy útiles (para el que tenga suficiente tiempo para entrenarlos concienzudamente) también pienso que esta destreza técnica depende también mucho de nuestra expresividad emocional. Uno hace vibrato porque “vibra por dentro”, es un modo de enfatizar las notas que no puede ser solamente mecánico sino que debe responder de una necesidad interior.

Un vibrato realizado de forma puramente mecánica nace muerto.

Como recomendación personal no aconsejo practicar el vibrato durante mucho tiempo al principio, porque puede terminar cargándote de tensión, pero sí de forma frecuente, constante y paulatina, incluso se pueden hacer ejercicios sin el instrumento, colocando los dedos sobre cualquier soporte (una regla, madera, etc.) o la propia mano derecha para sentir la flexibilidad de los dedos.

Os dejo con la explicación de los ejercicios de Simon Fischer.


 

En cuestión de vibrato, puedes hacer vibrato de brazo o de muñeca, pero es útil practicar ambos, porque cada uno tiene elementos del otro. Ocasionalmente, puedes practicar los ejercicios apoyando la voluta en una pared.

EJERCITANDO LA FLEXIBILIDAD.

PRIMERA ARTICULACIÓN

Toca sin arco.

La primera articulación del dedo (la más cercana a la uña) actúa como freno en el vibrato. Cuanto más se libera la articulación más amplio y lento es el vibrato. Es importante no tocar con el freno en el mismo estado todo el tiempo, cambia según el vibrato buscado. El freno casi nunca está completamente activo ni totalmente inactivo.

Flexiona y estira alernativamente la primera articulación de cada dedo, sobre la cuerda. Fíjate en que el ángulo del vibrato sobre la cuerda no puede ser en su misma dirección, sino diagonal.

  • Coloca un dedo sobre la cuerda en una posición normal(1), con los dedos haciendo curva. Endereza el dedo de modo que quede estirado hasta la articulación media(2). Flexiona de nuevo la primera articulación, estira, flexiona, etc… Realiza el movimiento un poco más rápido cada vez pero sin apretar.
  • Empieza con el dedo apoyado ligeramente sobre la cuerda. Mientras flexionas y estiras, ve presionando cada vez más hasta lo máximo posible. Después, poco a poco, vuelve a aflojar la presión.
  • Repite los ejercicios en un movimiento continuo. Siente el dedo relajado descansando sobre la cuerda y manten dicha relajación mientras presionas la cuerda. Repite los ejercicios con cada uno de los dedos, en cada cuerda y en varias posiciones.

técnica de vibrato

Repítelo con cada dedo, en todas las cuerdas y en varias posiciones.

ARTICULACIÓN BASE

Practica sin arco

Al igual que la primera articulación, la articulación base actúa como freno en el vibrato, si ofrece resistencia al movimiento. La amplitud de movimiento puede que sea tan pequeña que sea inapreciable pero si no es capaz de moverse en absoluto toda la mano puede quedarse constreñida.

Presiona la cuerda como en el ejercicio anterior, pero esta vez flexiona la articulación base hacia dentro y hacia fuera, al igual que la primera articulación.

  • Empieza con la punta del dedo posada suavemente sobre la cuerda.
  • Mueve el dedo por su articulación base tirando y empujando los nudillos hacia fuera y hacia dentro.
  • El dedo se endereza levemente mientras tira el nudillo lejos del cuello del violín. Los dedos se curvan de nuevo a medida que traes los nudillos hacia adelante.
  • Mientras se mueven los nudillos delante y atrás, ve presionando gradualmente con mayor fuerza sobre la cuerda, hasta llegar a una presión máxima. A continuación, suelte ve aflojando la presión ligeramente, siempre mientras mueves los nudillos adelante y atrás.

Ejercicio de vibrato

Repite los ejercicios con cada uno de los dedos, en cada cuerda y en varias posiciones.

Ejercicio de vibrato-2

CÍRCULO

Practica con o sin arco.

Los movimientos que se realizan al tocar el violín no son nunca en línea perfectamente recta. Cada movimiento es circular, o al menos siguiendo una curva. En parte esto es porque el dedo se despega de la cuerda ligeramente al moverse hacia atrás en el vibrato, haciendo que la punta del dedo se mueva de un modo circular. El siguiente ejercicio exagera ese movimiento circular.

  • Apoya con cuidado la voluta en una pared. Pisa la cuerda con un dedo.
  • Mueve la mano en círculos en el sentido de las agujas del reloj.  Piensa en el movimiento como hacia delante y abajo en la nota con puntillo (corchea), atrás y hacia arriba en semicorchea.
  • Movimiento adelante (signo x, con puntillo). La punta del dedo se mueve hacia dentro de la cuerda, el dedo se curva.
  • Movimiento hacia atrás (semicorchea). La punta del dedo suelta un poco la cuerda; el dedo se endereza ligeramente.

Ejercicio de vibrato 3

Practica este movimiento circular con todos los dedos, en varias posiciones y en cada una de las cuerdas.

movimiento circular en vibrato

MOVIMIENTOS DE MANO Y DE BRAZO.

EJERCICIOS DE DESLIZAMIENTO.

Practica con o sin arco.

Mantén los dedos relajados, sin pegarlos entre sí, y toca el mástil con el pulgar lo más ligeramente posible.

Ejercicio 1.
  • Compases 1-3. Toca cada compás lo más rápido posible. La intención es empezar con un deslizamiento hacia arriba y abajo de la cuerda para luego ir reduciendo gradualmente la distancia de deslizamiento hasta que el movimiento sea muy pequeño; en ese momento, mantén el pulgar en el mismo sitio mientras sólo el dedo que presiona la cuerda se desliza sobre ella.
  • Compás 4. Cuando el deslizamiento sea aproximadamente de un cuarto de tono, fija gradualmente el dedo sobre la cuerda de modo que la yema del dedo se balancee adelante y atrás sin deslizarse. El balanceo hacia atrás está marcado con una nota “x”.
  • Compás 5. Usando los mismos movimientos de la mano de los compases 1 a 4, tocar un vibrato estrecho, con el dedo balanceádose en el sitio sin deslizarse.

Ejercicio de vibrato 5

Vibrato de muñeca

Mover el dedo arriba y abajo a lo largo de la cuerda moviendo la mano desde la muñeca y dirigiendo el movimiento del dedo.

Vibrato de brazo.

Mueve el brazo y la mano juntos. Aunque el movimiento principal se realiza desde el codo, se controla desde la punta del dedo, y se permite también que la mano actúe desde la muñeca.

Toca los ejercicios en cada una de las cuerdas.

Ejercicio 2.

Alterna entre un deslizamiento de semitono, en el que la yema del dedo se deslice sobre la cuerda, y un movimiento de vibrato.

  • Primer compás: desliza ligeramente la yema del dedo. Mantén el pulgar en el mismo sitio mientras el dedo se desliza.
  • Segundo compás. Haz vibrato (sin deslizar la yema del dedo sobre la cuerda) usando el vibrato de muñeca o de brazo que hayas usado en el compás anterior. La nota x representa el movimiento de retroceso, que no debería oírse. Mantén la primera articulación (la cercana a la uña) “suelta”.

Vibrato de muñeca.

Mueve la mano adelante y atrás desde la muñeca, sin mover el brazo. Controla el movimiento desde la punta del dedo.

Vibrato de brazo.

Mueve el brazo y la mano como un bloque. Sin embargo, aunque el movimiento principal se realiza desde el codo, no tengas la muñeca rígida. Controla el movimiento desde la punta del dedo.

TAPPING

(El tapping es realizar sonidos rítmicos con las yemas de los dedos, ya sea sobre la caja del violín o sobre las cuerdas en el diapasón)

Practica el ejercicio sin arco.

Coloca la base del pulgar a lo largo del borde superior de la caja del violín (figura). Coloca la yema del pulgar en el sitio habitual para las posiciones altas. Los dedos no deben moverse por sí mismos, mueve la mano adelante y atrás desde la muñeca.

1.-Haz tapping con las yemas de los dedos (los 4 a la vez) sobre la caja del violín a la izquierda del diapasón. Haz ritmos de cuatro en cuatro, dejando el dedo abajo en el quinto. Por ejemplo:

  • tap, tap, tap, tap, tap y alto.
  • tap, tap, tap, tap, tap y alto, etc.

2.- Haz el mismo ejercicio pero sobre las cuerdas en la parte superior del diapasón.

3.- Haz tapping con un dedo cada vez, en cada cuerda, en la parte superior del diapasón.

 Vibrato de brazo.

Mantén la base del pulgar en la parte superior del diapasón (cuello), pero lejos de la caja. Haz  tapping con los dedos moviendo el brazo, sin flexionar la muñeca.

Tapping para vibrato

Ejercicio en la pared.

Colócate de pie con tu antebrazo izquierdo pegado en una pared.

  • Mueve rápidamente la mano adelante y atrás, desde la muñeca, sin que el antebrazo se despegue de la pared. Sujeta el antebrazo con la mano derecha.
  • Haz el mismo ejercicio pero moviendo el antebrazo desde el codo, con la mano y el antebrazo moviéndose como un bloque.

Rotación del antebrazo.

El movimiento principal del antebrazo es adelante y atrás, pero también hay un casi imperceptible movimiento de giro a los lados.

Ejercicio 1.

Sin violín, sujeta la mano izquierda en la postura de estar tocando, a la altura del hombro.

  1. Gira el antebrazo en sentido contrario a las agujas del reloj hasta que la palma mire en sentido opuesto a ti. A continuación, gíralo de nuevo en sentido contrario a su posición primera.
  2. Realiza este movimiento de ida y vuelta forma continua, lo más rápido que puedas. Mantén todos tus miembros relajado, muñeca, mano y dedos, así como el brazo y el hombro.
  3. Mientras realizas esos movimientos, mueve muy lentamente el codo a la izquierda y arriba (hasta que la palma mire hacia el suelo y el brazo esté en horizontal).
  4. Sin dejar de realizar el movimiento de giro del principio, mueve el codo a la derecha y abajo, hasta que el brazo esté en la posición de estar tocando la cuerad Sol (el codo girado a la derecha).
  5. No dejes de realizar el movimiento de giro mientras realizas los movimientos desde la posición de tocar a la posición con la palma abajo y vuelta al principio.
Ejercicio 2.

Sin arco, haz tapping con los dedos en las cuerdas con bastante rapidez, un tap cada vez. En este ejercicio concreto, no muevas mucho los dedos, realiza el tapping girando la mano lateralmente.

  • Cuando bajes el dedo, gira el antebrazo en sentido horario. Cuando lo levantes, gíralo en sentido contrario.
  •  Mantén el pulgar relajado y siente cómo rota sobre el cuello del violín.
técnica de vibrato 6
 Ejercicio 3. Pulgar

En parte como resultado de la rotación del antebrazo, el pulgar se mueve en la dirección opuesta al dedo. Esto nunca es un movimiento consciente y activo, pero cuando el dedo vibra hacia delante el pulgar se mueve hacia atrás y viceversa. Es un ligero movimiento de balanceo en el mástil.

El movimiento es tan leve que llega a ser casi inapreciable, pero si se frena el vibrato se vuelve tenso. Es una cuestión importante tanto en el vibrato de brazo como el de muñeca.

Las notas x representan el movimiento hacia atrás del vibrato que no debería oírse.

  • Realizando un vibrato de muñeca o de brazo normal, rueda el dedo hacia adelante cuatro veces, con un ritmo firme y decidido. Al mismo tiempo, haz rodar el pulgar en la dirección opuesta.
  • En el siguiente (el quinto) movimiento hacia adelante, haz un vibrato, de muñeca o brazo normal, por ejemplo:

adelante, adelante, adelante, adelante, adelante y vibrato

adelante, adelante, adelante, adelante, adelante y vibrato

  • Al tocar las notas con vibrato normal, siente cómo éste parece para ser producirse tanto por los dedos como por la mano o el brazo.

Repite con cada dedo en cada cuerda.

 


 

Y hasta aquí puedo traducir sin abusar de los prolijos ejercicios de Simon Fischer. Aun hay muchos más en este libro, diferentes velocidades de vibrato, vibratos acentuados, vibratos de diferentes amplitudes, etc…

Es remarcable el hecho de que este capítulo es el último del libro “Basics”, dándonos a entender de alguna manera que hay muchas cuestiones técnicas que deben ser practicadas antes.

Espero que las explicaciones os hayan quedado claras.

Combatiendo el desánimo

Cuando empezamos una relación con alguien, todo el tiempo que no estamos a su lado nos parece perdido. Al principio todo es nuevo, apasionado, excitante, tienes muchas expectativas, te imaginas experiencias y sensaciones que saboreas antes de tiempo, crees que todo será así para siempre y que rápidamente empezarás a recibir tu gratificación.

La realidad, una vez pasado un tiempo, es a menudo más terrenal. Cuando estar con ella empieza a ser, de forma paulatina y sin que te des cuenta de cómo ha sucedido, una costumbre, una rutina, a veces placentera, a veces feliz, otras veces tranquila, alguna tediosa, incluso puede que ese día prefieras salir con tus amigos antes que estar con ella. Al final empiezas a sentir cierta pereza, la pasión se convierte en cariño, el cariño corre el peligro de no ser suficientemente apreciado, de confundirlo con la indiferencia.

Llegan las discusiones, ves defectos donde antes sólo había encantadora personalidad, y dudas. Dudas de si realmente ella es la persona con la que quieres pasar el tiempo de tu vida. Reconciliaciones, altibajos, momentos buenos, malos, la vida en definitiva. Pero te das cuenta de que no podrías vivir sin ella.


Con el violín he recorrido ese camino del enamoramiento, las dudas, los altibajos, el hastío de la rutina, la felicidad de tocar sin pensar que estás practicando, los ejercicios insufribles, las actuaciones terroríficas.

Hablo desde la perspectiva de quien ha estudiado/estudia sin el propósito de llegar a ser profesional, sin la presión de un conservatorio, un temario planificado, unos profesores o una grupo u orquesta que me obligue a alcanzar algo concreto. Eso tiene sus ventajas y sus desventajas. Las ventajas de evitarte el stress y la tensión que unas expectativas profesionales imponen; y las desventajas de que dedicándole mucho menos tiempo no obtienes ni la mitad del rendimiento ni de la calidad que buscas.

Así que, si estás atravesando unos días de desánimo, hastío, pereza o dudas, no empieces a agobiarte: es normal. A mí me pasa, no siempre estás con las mismas ganas

“Maestro ¿cuántos días a la semana hay que tocar? -Sólo los días en los que comas.

S. Suzuki

  • Esta cita del maestro Shinichi Suzuki es un buen ejemplo de lo que debemos buscar. Peeero también un buen ejemplo de que la mentalidad latina es diferente a la oriental. Cierto, deberíamos tocar todos los días pero, si no lo conseguimos, eso no significa que debamos sentirnos culpables y pensar que es mejor dejarlo. Tocar todos los días de forma rutinaria, desconcentrada y rápida es peor que tocar menos pero con ilusión, intensidad, inteligencia y pasión.
  • La perseverancia no es lo mismo que la rutina. Tocar escalas todos los días es una cosa, pero tocar todos los días las mismas y de la misma manera es otra. Ir teniendo un nuevo y pequeño objetivo cada día (ese compás difícil, ese cambio de posición…) ayuda a tener ilusión por avanzar y confianza en lograrlo.
  • Toca (también) la música que te gusta escuchar. Aunque te guíes por un Método, unos ejercicios determinados, no dejes de probar a tocar también lo que te gusta escuchar, ya sea Bach, los Chichos o Metallica.
  • Ten un grupo. Participa en proyectos colectivos. Ensaya y actúa con ellos.
  • Ten proyectos personales. Aunque te vaya muy bien en los estudios no hay que dejar de desarrollar un trabajo personal fuera de lo académico.
  • Vence la pereza inicial. Muchas veces me ocurre que, aunque en ciertos momentos no tenga ganas de ponerme a tocar, al rato de estar practicando ya me encuentro a gusto. Solamente hay que vencer la inercia y pereza inicial, luego empiezas a meterte en ello y a disfrutar.
  • Ten un refugio para tocar. Pocas veces el lugar donde tocamos reúne las condiciones ideales. Y también un tiempo reservado para el estudio.
  • Si piensas que no estás avanzando prueba a tocar alguna pieza de las que practicabas hace un año o dos. Probablemente te sorprenderás de que lo que te resultaba dificultoso entonces ahora lo ejecutas con mucha mayor soltura.
  • Cuida tu estado físico. Cuando tocas mucho puedes empezar a tener molestias de todo tipo; moretones o rozaduras en el cuello, dolor de cervicales, si tocas de pie se te cargan las piernas, los riñones se cansan… todas esas molestias terminan inconscientemente produciendo un malestar que hace que ya no apetezca ponerte a tocar. Usa un pañuelo en el cuello si te sale el callo del violinista, o intenta relajarte al tocar, prueba otra almohadilla… Haz ejercicios de estiramientos y relajación cada cierto tiempo y antes y después de una sesión larga de práctica.
  • Si te da vergüenza que te oigan mientras practicas lo pasarás mal y terminarás no queriendo tocar. Puedes usar una sordina o un violín eléctrico para tocar sin miedo. No es conveniente tocar con sordina siempre, porque apaga muchos matices, pero mejor eso que practicar intentando tocar bajito.
  • A veces, cuanto menos tocas, menos te apetece. Y es que tocar poco hace que toques mal, tocar mal hace que no te apetezca tocar, con lo que tocas menos aun, no avanzas, etc… y así entras en un círculo vicioso cada vez peor.
  • Tus profesores, educadores y en general las personas que te rodean tienen una gran influencia en nuestras sensaciones al afrontar el instrumento. El maestro debe ser exigente pero sobre todo debe ilusionar y motivar. Alguien que sólo critica y señala defectos puede ser muy destructivo. Igualmente las personas que nos rodean pueden hacer un gran daño. Una palabra sarcástica de alguien que tal vez sólo intenta parecer ingenioso o gracioso puede herir nuestra confianza, nuestras ilusiones. Estos seres destructivos y tóxicos debemos tratarlos con distancia, y no dar una desmedida importancia a sus pullas.

Así que si empiezas a tener esas vacilaciones, no te agobies. Simplemente sigue en tu empeño y, si algún día decides dejarlo, que sea por otra cosa que realmente merezca tanto la pena y te haga la misma ilusión.

Fuente de la imagen principal: I Want Candy