El miedo escénico

¿Qué es el miedo escénico?

-Según Remy Yagosesky,

“…podemos entender el miedo escénico como “La respuesta psicofísica del organismo, generalmente intensa, que surge como consecuencia de pensamientos anticipatorios catastróficos sobre la situación real o imaginaria de hablar en público. No obstante esta definición es incompleta, pues el miedo escénico es habitual entre individuos que tienen que actuar ante una audiencia aunque no pronuncien una palabra, músicos, bailarines, deportistas, etc. Esta respuesta incluye manifestaciones de estrés, timidez y ansiedad, como preocupación, tensión corporal, inhibición, ineficacia funcional y otras formas de alteración de la normalidad en lo fisiológico, lo cognitivo y lo conductual”.

Las causas del miedo provienen de diversos factores, además de una posible fobia social.

  • Valoración no realista de lo que se espera de uno.
  • Sobreestimación de la opinión de los demás.
  • Subestimación de las propias capacidades.
  • Sobreestimación de la idea de rechazo.
  • Expectativas no realistas en cuanto a las respuesta de otros ante nuestra ansiedad.

Hay músicos que sufren sabiendo que hay una sola persona escuchándolos, mientras que otros se crecen cuanto mayor es su auditorio.

Recuerdo mi primera actuación. Era simplemente la primera actuación de fin de curso a la que acudía, en la Academia donde estudiaba. Un escenario que me parecía grande como un estadio, unos espectadores benévolos, una tarima, luces, un pianista y una pieza que tenía que tocar que había repetido hasta ya no saber ni lo que hacía al tocarla.

La noche anterior dormí fatal. Estaba obsesionado con cometer un error garrafal que me avergonzaría de tal manera que quedaría traumatizado de por vida y no podría volver a tocar. Mi pánico era tal que sentía que no podría ni mover el brazo, así que mucho menos afinar las notas.

La tensión iba subiendo proporcionalmente al paso del tiempo. Conforme se iba acercando el momento la angustia crecía. Llegó a ser un sufrimiento tal que una parte de mí estaba deseando que ocurriera algo para que el concierto no se celebrase. Todo lo veía negativo, me decía a mí mismo: “qué hago yo aquí, un tío mayor haciendo el ridículo delante de tanta gente, voy a fallar estrepitosamente…” otra decía: “llegó el momento, antes o después tenía que pasar, para estos momentos estudio violín, para que alguien me escuche, que escuchen lo que pasa dentro de mí, sea bueno o malo… actuar me dará carácter, al final saldrá bien, en realidad toco bien, lo apreciarán…

Es mi turno.

No sé exactamente qué sentía mientras estaba allí. Mi brazo derecho era de madera y a duras penas hacía su trabajo. Mis dedos de la mano izquierda se quedaban a menudo encogidos, sin llegar de forma certera a la nota. Iba acelerado, pero no estaba preparado para tocar tan deprisa. Sentí que me equivocaba a cada rato, pero tenía que seguir, como alguien que sube el Himalaya y sabe que no hay opción de retroceder, tiene que llegar al campo base. Pero, sorprendentemente hubo un momento en que toqué unas frases con precisión y sensibilidad. A ello me aferré para llegar hasta el final. Conseguí convencerme de que podía hacerlo.

Aplausos. He terminado. No se han dado cuenta, gritos, sonrisa de mi profesor que asiente satisfecho ¿de verdad les ha parecido bien? Salgo. Me palmean la espalda. Euforia. Ahora me siento libre. Ahora quiero volver a salir a la tarima a tocar. Ahora sé que estaría relajado y motivado.

Pero ahora ya no puedo, veo a los siguientes, que salen al escenario y parecen tan asustados como yo lo estaba antes.

Desde entonces he tenido bastantes actuaciones más y, aunque los nervios siempre están ahí, son cada vez menos negativos, y poco a poco voy madurando psicológicamente y aprendiendo a controlar la ansiedad.

pánico escénico

Pero, ¿hay alguna forma de superar el miedo incapacitante sin tener que pasar una y otra vez por tanta angustia?

Lo primero: estar nervioso antes de actuar es normal, incluso necesario, saludable. Hace que todos tus sentidos estén alerta, la sangre bombeando a toda velocidad y nuestra sensibilidad a flor de piel. Sin embargo, frecuentemente perjudican la interpretación en vez de ayudar. Os dejo algunos consejos que he recopilado por ahí y que, según mi experiencia pueden ayudar.

 

10 Consejos sencillos para superar el miedo y la ansiedad.

El mejor consejo, pero que no siempre se puede cumplir: estudia, trabaja y lleva preparado tus obras como si las hubieras escrito tú mismo. No hay nada más intranquilizador que tener dudas de si lo vas a saber o no. Puedes tocar mejor o peor, pero debes saber exactamente lo que tienes que tocar y cómo.

Antes de salir:

  1. Si puedes, realiza unos pocos estiramientos suaves y relajados. Eso si no te has puesto un traje, claro.
  2. Bebe un poco de agua.
  3. Antes de salir, respira lenta y profundamente, desde el abdomen. Inspira, contén 9 segundos la respiración y después expira.
  4. Procura relajar los músculos del esfínter (con perdón).
  5. Piensa que nadie te está examinando, el auditorio sólo quiere escuchar música (vale, si estabas leyendo esto para una audición esta no te vale). Piensa positivamente, si tú estás con sensaciones positivas, aunque tengas nervios (eso es inevitable), lo transmitirás al auditorio.

Cuando estés tocando:

  1. Sé consciente de que los fallos que cometas no lo son tanto para los espectadores, dales una importancia limitada, concéntrate en la música e intenta disfrutar de ella.
  2. No intentéis interponer barreras frente al público y tampoco evites mirarlo.
  3. Un truco que usan algunos ponentes es imaginar que el público está desnudo. Eso te hará sonreír, y sonreír siempre es bueno al actuar.
  4. Si al tocar te equivocas, no te detengas, continúa intentando retomar la pieza. El público le dará la importancia que le des tú. Si lo haces así, posiblemente ni se den cuenta.
  5. Toca hasta el final sin que parezca que estás deseando acabar. A menudo la última nota se deja ahí medio sin hacer y es un error. Se ha terminado cuando has completado la última nota en su totalidad la respiración posterior.

Para terminar, os recomiendo esta amena charla de Elsa Punset en el programa El Hormiguero, porque pocas veces podremos aprender de forma tan amena sobre el miedo escénico.

Y esta es una presentación que también me ha parecido interesante:

Otras fuentes:

Proyecto miedo escénico

Guitarra Online

Blog Joelodigo

Wikipedia

Preguntas frecuentes de principiantes (F.A.Q.)

Me he dado cuenta de que hay muchísimas personas, niños, jóvenes, mayores, que desean empezar a tocar el violín y que suelen tener un montón de dudas y temores comunes. Este es un artículo que recopila muchas de esas preguntas, espero que os ayuden a lanzaros a la aventura. O no.

Nota: los precios orientativos están referidos a los que hay en España.

¿Es necesario ir a un Conservatorio?

Si eres lo suficientemente joven para empezar y quieres que la música sea tu profesión, sí. Si quieres ser bueno en el repertorio clásico, también. Además, el Conservatorio te enseñará no sólo el instrumento, sino que te proporcionará una formación musical más integral y completa. A partir de ciertas edades, es más difícil entrar en conservatorios oficiales. En esos casos habría que optar por escuelas privadas o profesores particulares. De las primeras las hay muy buenas aunque bastante inaccesibles, otras más modestas, o profesores particulares que sirven bien a quienes sólo queremos disfrutar o llegar a tocar a un nivel medio.

Pero nunca se sabe, hay grandes violinistas que casi no han estudiado de forma oficial (aunque no en el ámbito de la música clásica).

¿Cuánto cuestan las clases particulares y cuántas clases debería dar?

Se suele dar una clase a la semana, desde media hora (los niños pequeños que no aguantan mucho rato) hasta una hora (adultos). Además, algunos profesores a veces imparten clases colectivas extra para hacer música en grupo, lo que es muy recomendable. Las clases pueden salir entre 60 y 100€/mes (4 clases), dependiendo del profesor, duración, etc.

¿Qué método es el mejor?

Cada “maestrillo” tiene su librillo. El más popular en academias y clases particulares es el Suzuki, pero tampoco creo que sea bueno ceñirse sólo a él. Lo importante es que el profesor tenga criterio y se adapte a las necesidades de cada alumno.

No sé nada de música, ni de solfeo ¿tendré que aprender antes?

No, puedes ir aprendiéndolo a la vez, poco a poco. Estudiar solfeo sin más, sin tocar ningún instrumento o al menos cantar es una tortura que no se la deseo a nadie.

¿Es tan difícil como dicen?

La verdad… sí, al menos hacerlo bien, pero nada que no se pueda conseguir tomándotelo con ilusión y perseverancia.

¿Cuánto cuesta un violín?

Este es uno de los objetos con mayor rango de precios que existen. Para empezar a tontear con el instrumento puedes hacerte con un violín de fábrica chino, pero incluso en este campo los hay mejores y peores. Con 130 o 150€ podrías comprar uno para el primer año (o dos). A partir de ahí, y en los sitios de confianza, el precio va en relación con la calidad, como es natural. Cuando ya lleves unos años y tengas un nivel, te costará conformarte con un violín de menos de entre 2.000 y 3.000€.

¿Soy demasiado mayor para aprender a tocar el violín?

Esta respuesta sería muy larga, así que mejor ve al artículo que escribí sobre el tema.

¿Puedo aprender de forma autodidacta?

No me gusta decir a nadie que no puede hacer algo. Hay personas que piensan que con bajarse las partituras del método Suzuki y ver un par de vídeos pueden ahorrarse las clases. Lo que sí puedo asegurar es que tardarás el doble de tiempo y probablemente cogerás vicios y malas costumbres que perjudicarán tu técnica. Además, tocar con alguien, aunque sea un profesor, es mucho más enriquecedor que andar viendo vídeos de youtube o páginas como ésta 😉

Pero al final, como este tema da para más conversación, he terminado escribiendo este artículo.

¿Qué violín me compro para empezar?

Se suele empezar con un violín barato, hasta que aprendes a coger correctamente el instrumento y el arco, y a afinar medio decentemente. Pero no hay que esperar mucho a intentar cambiarlo por uno mejor, porque practicar con un mal instrumento se hace más difícil e ingrato. Como serás sensato y buscarás un profesor, él te puede aconsejar sobre los mejores lugares para ir a mirar e incluso qué marcas son las más adecuadas. También te puede informar sobre el tamaño adecuado de instrumento. También te vendrá bien leer este artículo. Y este otro.

Aparte de un violín ¿necesito otros accesorios?

Necesitarás

  • Resina para las cerdas del arco.
  • Una almohadilla para apoyar el violín en el hombro.

Te vendrá bien:

  • Un atril.
  • Un diapasón, o afinador cromático (puede ser una “app” de smartphone).
  • Un metrónomo (puede ser una “app” de smartphone).
  • Una sordina. Si en tu edificio se oye todo, tus vecinos pueden declararte la guerra, sobre todo al principio, cuando creerán que estás torturando gatos.

Vale, ya tengo el violín recién comprado, qué nervios ¿y ahora cómo lo afino?

Antes que nada ¿le has dado resina al arco? Debes tensarlo (sin exagerar, no te pases) y frotar la pastilla de resina a lo largo de las cerdas, de abajo arriba. La primera vez te vas a tirar tus buenos 10 o 15 minutos dale que te pego hasta que las cerdas estén cubiertas de un polvo blanco que es el que hace que vibren las cuerdas. Ten cuidado para que la pastilla de resina no choque con la parte de metal del arco, porque puedes romper la resina y echarla a perder.

Ahora a afinar: lo siento, te tienes que tragar este artículo enterito.

Yo soy muy chulo y moderno y he pensado en aprender con un violín eléctrico, y así no haré ruido ¿qué te parece la idea?

Es curioso que bastante gente ha preguntado por esta cuestión. Diré lo que suelo contestar: el violín eléctrico está bien para ensayar en casa, sobre todo ciertos tipos de música, y ejercicios básicos; te puedes poner los auriculares y tan tranquilo sin molestar a nadie. Pero si has hecho lo que debes y te has apuntado a clases, el profesor no te oirá bien, no podrás tocar con él, y tampoco podrás ofrecer ninguna muestra de tu talento a nadie a menos que vayas cargado con un amplificador. Así que, violín eléctrico vale, pero de segundo violín.

¿Cómo sé dónde tengo que poner los dedos en el mástil?

Si preguntas esto es porque estás intentando tocar sin haber contratado clases. Las notas las ha de buscar el oído, no la vista. Pero bueno, a veces se ponen marcas para ubicar las posiciones de los dedos, o se pueden comprar plantillas. Pero yo que tu no lo haría forastero, sin antes consultar con un profesional.

He empezado a tocar pero suena como un demonio ¿es culpa mía o del violín?

Es culpa tuya ¿qué esperabas? ¡Ve a dar clases de una vez!

Si se os ocurre alguna pregunta más de principiante animaos a comentar para incluirla.

¿Soy demasiado mayor para aprender a tocar el violín?

Os voy a contar un secreto, la primera vez que toqué un violín era un adulto hecho y derecho.

A menudo lamento no haber tenido la oportunidad de haber empezado de niño. Pero, ¿me gustaría tanto tocar como me gusta ahora? ¿no habría abandonado como tantos otros, cansado por la obligación y la rutina?

Me apunté a una academia, porque por supuesto en ningún conservatorio me iban a admitir, y empecé a acudir a las clases un poco avergonzado de verme rodeado de niños pequeños que me preguntaban: “tú por qué volumen (suzuki) vas? ¡seguro que por lo menos el siete!”. En aquel entonces yo era el único adulto mayor de 18 años de aquella pequeña academia, de modo que estuve bastante tiempo dudando de si estaba haciendo una estupidez y perdiendo tiempo y dinero.

Pero continué, sencillamente porque me había atrapado un deseo irresistible de tocar que no desaparecía –aquí cuento cómo nació ese deseo– y me daba igual lo que tardara en conseguir aunque sólo fuera no parecer un gato en celo. Soy terco, y un poco insensato, y me atraen más lo inaccesible que lo fácil de conseguir. Siento como cierta esa frase que dice: “sólo lo que consigues con esfuerzo merece la pena”.

A esa edad en la que empecé a torturar los oídos de mis vecinos estaba trabajando a jornada completa, así que el tiempo disponible para mi obsesión era escaso. Escaso pero intenso, por las ganas de aprender que tenía. Era tan ignorante y terco que mi idea inicial era aprender de forma autodidacta; afortunadamente esa estúpida idea se me fue más o menos a los dos meses.

No quiero emplear literatura barata y escribir las típicas frases de filosofía de autoayuda como que no hay límites, conseguirás lo que te propongas si realmente lo deseas, busca tus sueños, etc etc., porque me suenan a trucos de motivación para vendedores y deportistas. Solamente voy a hablar de mi experiencia y de lo que dicen personas que saben más que yo.

¿Empezar de adulto (y hablo de adulto digamos a partir de los 20 años y ahí en adelante) es un impedimento para aprender a tocar bien?

NO. Ser adulto en sí no es un impedimento infranqueable. Es una dificultad, una desventaja, en la medida en que hay menor predisposición natural a aprender. Y una dificultad que aumenta proporcionalmente según vamos acumulando años. Voy a intentar enumerar los problema que implica:

Desventajas frente a los niños.

  • Como he dicho, nuestra predisposición natural al aprendizaje y la capacidad de memorización es menor. En un niño en cambio, cualquier información entra y queda grabada de forma fácil y sin esfuerzo
  • Nuestro cuerpo se adapta peor a posturas y movimientos que no sentimos naturales y a las que cuesta más acostumbrarse.
  • Las 24 horas de la vida de un niño están enfocadas en su totalidad a aprender, a adaptarse al mundo, a abrirse a todos los estímulos. En cambio el adulto está atrapado por todo lo contrario. Se espera de él que devuelva todo aquello que ha aprendido, en lo que se ha convertido, para realizar labores útiles y ya meritorias, cualquier otra actividad a menudo se observa desde el entorno como capricho, o simple entretenimiento.
  • Un niño tiene tiempo infinito delante suyo. Un tiempo además que discurre muy lentamente. Un adulto siente que no dispone de todo el tiempo que quiera para llegar a alcanzar el objetivo que busca. A menudo piensa ¿merece la pena este esfuerzo?
  • Casi siempre un adulto tiene trabajo u otros estudios, una familia de la que ocuparse, una casa que requiere atención. El niño dedica todo su tiempo a la diversión y a aprehender todo lo que le rodea.
  • A un adulto, saber tocar unas pocas melodías sencillas, como las del primer o segundo volumen del método suzuki, no le satisface. Su educación y apreciación musical es mucho mayor que la de un niño, y por tanto, no llegará pronto a poder interpretar una música que sienta como buena hasta que lleve mucho tiempo practicando. Y aun así, siempre será mucho más crítico con sus errores que un niño. Y por tanto su frustración puede ser mayor.
  • A un adulto, que como norma general suele aprender con un profesor particular porque en un Conservatorio le costará mucho entrar, nadie le va a ordenar estudiar, no le van a obligar, ni le van a regañar seriamente si no trabaja. Todo el mundo sobreentiende que es un hobby, o una manía, o un capricho. Nadie piensa que pueda querer tomárselo en serio. De ese modo es más fácil que no practique todo lo que debería, que no estudie todo lo que podría, que por tanto no avance y lo deje decepcionado.

Pero si os fijáis, todos estos problemas, salvo el de la predisposición natural al aprendizaje, son subjetivos y pueden superarse. Y además también hay…

Ventajas de aprender siendo adulto.

  • En un adulto, aprender a tocar es una decisión propia, nacida de un sentimiento de necesidad de expresión mediante la música. Creo que es la gran diferencia con respecto a los niños, que pueden llegar a amar lo que hacen, pero prácticamente en ningún caso es una decisión suya haber emprendido ese camino. Su única decisión es no abandonarlo.
  • Un adulto es más consciente de sí mismo, de las dificultades, de sus debilidades, de los peligros que acechan en su aventura: se conoce más a sí mismo, a sus puntos débiles, y cómo minimizarlos. Ese conocimiento le permite evitar de forma inteligente los peligros que encontrará: la pereza, el cansancio, la frustración, la impotencia, el hastío, todo eso lo sentiremos antes o después a lo largo del proceso de aprendizaje. Pero sabremos más inteligentemente sortearlos porque ya lo hemos vivido antes en nuestra experiencia vital.
  • Un adulto (al menos un adulto medianamente culto y amante de la música) conoce y siente más certeramente la música. Aunque no pueda interpretar como le gustaría, sabe cómo debería llegar a sonar, qué emociones, que sentido darle a lo que toca.
  • Ya hemos pasado la adolescencia, esa época de crisis en la que miles de niños se rebelan contra todo, abandonan casi todas las actividades que no sean videojuegos, móviles, amigos, salir, etc… He leído mucho que es difícil que un adulto persevere en el estudio del violín. Pero creo que es más difícil que lo haga un niño. Miles empiezan a aprender, muy pocos terminan dedicándose a ello, porque en realidad, que tocaran el violín era una ilusión de sus padres, no suya.

Consejos para quien desea empezar a tocar el violín a una edad adulta:

  • No te pongas un plazo. No digas: “en un año quiero poder tocar tal melodía que me encanta”. Así sólo sentirás ansiedad, frustración, e impaciencia. Simplemente comienza a aprender. Ponte objetivos pequeños y cercanos, uno detrás de otro.
  • Tómate la aventura como un ejercicio de conocimiento de ti mismo, de autoaprendizaje, de voluntad, de ejercicio mental. Lo importante es el camino.
  • Tu cuerpo y el violín al principio no se llevarán bien. Será como acostumbrarse a una prótesis, como encajar dos piezas de puzzles distintos. Pero poco a poco iréis llevándoos mejor. Os iréis acoplando. Te irás acostumbrando. Un día (muy, muy lejano) te olvidarás de la postura, del instrumento, de los dedos, sólo estarás pensando en la música, y estarás en un estado de relajada concentración. Ese día sentirás que todo ha merecido la pena.
  • Ten autodisciplina. Toca todos o casi todos los días. Es fácil encontrar  excusas para no hacerlo. A veces no apetece ponerse con las escalas. No te preocupes, hazlo y cuando lleves un rato tocando te sentirás mejor y querrás seguir.
  • Escucha mucha música.
  • A veces te parecerá que estás estancado, que no progresas. Pero si tocas a menudo y casi todos los días, esa es sólo una sensación. Ponte a tocar una melodía o ejercicio de los primeros y notarás que lo haces con mucha mayor facilidad, y con más calidad. Todos tenemos días mejores y peores, pero TODOS LOS DÍAS QUE SE TOCA SE APRENDE.
  • ¿Quieres recordar cómo te sentías el primer día que te pusiste el violín en el hombro? Coloca la almohadilla al revés, ponte el violín en el hombro derecho y sujeta el arco con la izquierda. Angustioso ¿verdad? ¡eso ya quedó atrás!
  • Toca concentrado, poniendo toda tu mente y espíritu, no estés pensando en qué camisa te pondrás mañana.
  • No te preocupes de lo que piensen los demás al escucharte. Si te agobias mucho, usa una sordina.
  • ¿Aun así te da vergüenza lo que estarán pensando de ti los demás? puede que alguno haga bromas con tu edad, pero te digo una cosa: te envidian. Muchísima gente ha tenido el sueño de aprender a tocar, de haber tenido esa oportunidad. Ellos no se atreven ahora pero les gustaría.
  • En definitiva, el objetivo es que el aprendizaje sea también un fin en sí mismo, y no un medio. Estudiar y practicar, algo sano y necesario, como ir al gimnasio y comer sano.

La regeneración neuronal.

Antes se pensaba que, a partir de cierta edad, las neuronas iban muriendo, y que no se regeneraban. Hace no mucho se descubrió que eso no es así, que sí se pueden crear nuevas células neuronales y que el ejercicio mental hace que se produzcan nuevas conexiones, nuevas sinapsis entre neuronas. Mi profesor de violín suele decir que los músicos no padecen Alzheimer. Quizás es una exageración, pero sí es cierto que la música y el ejercicio mental de su práctica nos hace más lúcidos y durante más tiempo.

En un documental de mi admirado Edouard Punset (lo podéis ver al final del artículo), se habla sobre este tema del aprendizaje y la edad, del cuál voy a entresacar algunas frases:

“A diferencia de lo que se pensaba, que con la edad las neuronas dejaban de crecer, ahora sabemos que no, que la edad no es un obstáculo, y que seguimos aprendiendo y cambiando, de distintas formas, pero durante toda la vida.”

“Entrena tu cerebro, y cambiarás tu vida”

“Cada vez que aprendemos algo nuevo, algo cambia en nuestro cerebro y eso sucede durante toda la vida”

“Nuestro cerebro está preparado para aprender durante toda la vida, pero debemos ejercitarlo”

“Son más importantes las conexiones que la cantidad de neuronas”

“Con 100 años también podemos aprender informática, idiomas o lo que nos echen por delante”

“Aprender con más edad lo que requiere es más tiempo”.

Hace unos años, el director Stephen Walker realizó un documental sobre un coro de jubilados de entre 75 y 93 años que se dedicaron a hacer giras y cantar temas rock de Outkast, Coldplay, Jimi Hendrix, Radiohead… ellos no pensaron que eran demasiado mayores para hacer nada.

Y os recomiendo especialmente esta versión de un tema de Coldplay

Fuentes:

Redes para la ciencia.
Música clásica y músicos
Violinist.com
Violinist.com-blog

Gracias al profesor Lucas Bittini, por sus consejos y opiniones y a mi propio profesor, Salvador Guiral.

Imagen:
Findingfaces

Diccionario del violinista

A lo largo de toda una vida de estudio del violín a menudo nos encontramos con palabras o conceptos de los que no tenemos certeza de haber entendido bien su significado, y seguimos adelante con esa inseguridad de no saber si estamos haciendo lo correcto. Pero antes de seguir practicando quizá de forma errónea conviene asegurarse del sentido exacto de lo que estamos leyendo. Para eliminar esas dudas es útil tener una guía que nos aclare los términos más usuales que nos podemos encontrar a lo largo de nuestra vida de violinistas.
Espero que este pequeño diccionario os pueda ser útil.

A


ALMA.

Pieza pequeña y cilíndrica, ajustada entre las tapas, cerca del puente, en el lado de la cuerda más fina. Más información en Anatomía de un violín.

ALMOHADILLA.

Accesorio y soporte para el violín que se ajusta a su parte inferior y se coloca sobre el hombro. Pueden ser de diversos materiales y tipos, autoajustables, de diversa rigidez, etc. No es indispensable, y hay opiniones a favor y en contra de utilizarlo, aunque una mayoría de violinistas lo hacen.

ANILLA.

Una parte de la nuez del arco, por donde las cerdas se introducen.

ARO.

Los lados de la caja del violín. Más información en Anatomía de un violín.

ARCO.

El accesorio, de madera (pernambuco, palo de rosa…) o fibra de carbono que permite, mediante su frotamiento contra las cuerdas, que estas vibren y el violín suene. Las cerdas que lo componen suelen ser de crin de caballo. El arco barroco era convexo hasta que François Tourte, en el siglo XIX, innovó con la curva cóncava y mayor tensión. Ver más información en Historia del violín.

ARMONICOS.

Tonos producidos al tocar la cuerda al aire muy levemente en diversos puntos. El armónico más fácil y claro se produce en el mismo centro de la cuerda, al roce y sin pisarla, produciendo un sonido una octava más alta que la misma cuerda al aire. Los armónicos se suelen anotar con un pequeño círculo sobre la nota o en forma de diamante.

ARMONICOS ARTIFICIALES.

Este tipo de armónico se crea presionando un dedo en la cuera y y poniendo después otro más abajo. Lo más común es que se ponga el índice firmemente y se use el cuarto dedo para posarlo suavemente para producir el armónico. Podéis escuchar aquí unos espectaculares dobles armónicos artificiales del concierto nº1 de Paganini en las versiones de varios genios.

ARPEGIO.

Tocar las notas de un acorde sucesivamente, no de forma simultánea.

ATADURA.

El lazo que sujeta el cordal al botón. Más información en Anatomía de un violín.

 

B


BARBADA.

Accesorio sujeto al violín, a un lado del cordal o sobre él, donde reposa la barbilla, de la cual protege al instrumento. Más información en Anatomía de un violín.

BARNIZ.

Recubrimiento para la madera del violín. Es importante no sólo para su protección y apariencia, sino también para el sonido y para permitir la limpieza. Más información en Limpieza del violín.

BARRA ARMONICA.

Barra de madera en el interior del violín, pegada a la tapa superior bajo las cuerdas graves, que proporciona al instrumento solidez y un sonido con mayor proyección. Más información en Anatomía de un violín.

BOTON.

Como su nombre indica, es como un pequeño botón al final del violín, entre los aros, al que se sujeta el cordal. Más información en Anatomía de un violín.

 

C


CABEZA.

La parte del violín que está al final del mango, que incluye el clavijero y la voluta. Más información en Anatomía de un violín.

CADENZA.

Es la versión en música clásica de los típicos solos que realizan los solistas en los conciertos. Podría ser improvisado, ya que su origen proviene de ornamentaciones improvisadas al final de un movimiento y antes de comenzar el siguiente, aunque habitualmente son variaciones escritas previamente, ya que suelen tener un propósito de exhibición virtuosística.

CAJA.

La parte mayor del violín, que amplifica el sonido producido por la vibración de las cuerdas. Más información en Anatomía de un violín.

CANUTILLOS.

Pequeños tubos cilíndricos que rodean la parte de las cuerdas que están en contacto con el puente, habitualmente en la cuerda Mi, protegiéndolo de aquellas. Más información en Anatomía de un violín.

CLAVE.

Tonalidad general, escala en la que se basa una composición.

CLAVIJAS.

Los violines se afinan con cuatro clavijas situadas en el clavijero, a menudo en combinación de uno o más microafinadores situados en el cordal. Más información en Anatomía de un violín.

CLAVIJERO.

La parte del violín donde se insertan las clavijas. Más información en Anatomía de un violín.

CEJILLA.

Tira de madera sobre la que pasan las cuerdas en la parte superior del mango. Más información en Anatomía de un violín.

CEJILLA INFERIOR.

Una tira, normalmente de ébano, que evita que la tapa sea dañada por la atadura del cordal. Más información en Anatomía de un violín.

CERDAS.

Los cabellos del arco, que deben ser frotados con la resina para que puedan hacer vibrar las cuerdas.

CHOP.

Golpe de arco de reciente aparición (los años 60) que básicamente consiste en realizar ritmos con la base del arco, el cual se “agarra” fuertemente y golpea y suelta las cuerdas, aunque la verdad es que lo mejor es que escuchéis a su “inventor” explicarlo. Más información en los golpes de arco.

COLLE.

Golpe de arco que se ejecuta pellizcando las cuerdas de forma breve y enérgica con el arco. Una evolución de este golpe llevaría al tan de moda “chop”. Más información en los golpes de arco.

COL LEGNO (Avec le bois).

Variación de golpe de arco que consiste en tocar con la madera en lugar de con las cerdas. Ver artículo los golpes de arco.

CONCERTINO.

El primer violín de una orquesta. Dirige a la sección respecto a las cuestiones técnicas relativas a la obra a representar (dirección de arco, digitaciones…) y es el enlace con el director de orquesta. También es una especie de “capitán” de la orquesta, o representante.

CONCIERTO.

Obra compuesta para uno o varios instrumentos solistas y orquesta, en principio con forma sonata (3 movimientos), pero que en las formas más modernas adopta todo tipo de estructuras.

CONCERTO GROSSO.

Una variante de concierto en el que un pequeño grupo de instrumentos se combina con otro más grande.

CORDAL.

La pieza donde se sujetan las cuerdas, la cual a su vez va sujeta al botón. Más información en Anatomía de un violín.

CORREDERA.

Pieza ubicada al final de la nuez del arco. Más información en Anatomía de un violín.

CUATRO CUARTOS (4/4).

El tamaño de violín mayor y más común. Los otros serían 1/16, 1/10, 1/8, 1/4, 1/2 y 3/4

CUELLO.

Además de la parte de tu cuerpo que impide que tu cabeza caiga rodando, es la parte del mango que conecta con la cabeza del violín. Más información en Anatomía de un violín.

CUERDA.

Poco hay que decir, aunque lo más útil es que leas el artículo sobre Cuerdas de esta página.

CUERO.

La vara del arco suele tener una pieza de este material, en el lugar donde se sujeta, como protección y comodidad de sujección.

 

D


DETACHE.

Golpe de arco que consiste en tocar cada nota en un movimiento de arco. Ver artículo los golpes de arco.

DIAPASON.

Pieza de madera, habitualmente de ébano ubicada en el mango, contra la que presionan las cuerdas los dedos para producir las notas. Más información en Anatomía de un violín.

DOBLES CUERDAS.

Tocar dos cuerdas a la vez.

 

E


EFES.

Los agujeros en la tapa del violín, que tienen esa forma.

ENTONACION.

Precisión a la hora de afinar las notas.

ENTORCHADO.

El hilo o alambre enrollado alrededor de casi todas las cuerdas. También hay un entorchado en el arco, junto al cuero, como protección contra el desgaste de la madera. Más información, Elegir las cuerdas del violín

ESCALA MAYOR.

La escala con intervalos de semitono entre la 3ª y 4ª notas y entre la 7ª y la 8ª. La más usada en música occidental.

ESCALA MENOR.

Una escala con un semitono entre las 2ª y 3ª. Muchos coinciden en que suena “triste” en comparación con un tono mayor. Además del grado rebajado en la tercera: una escala menor natural tiene rebajados los tonos sexto y séptimo; una escala menor armónica tiene rebajado el sexto y el séptimo grado elevado;, y una escala menor melódica tiene un grado elevado el sexto y séptimo ascendente y rebajado el sexto y séptimo grado descendente.

ETIQUETA.

El papel pegado en la parte interior del violín, que se puede leer (a duras penas) a través de la efe izquierda. Informa del fabricante y año de construcción, aunque a veces falsamente. No dejes de leer “Tengo un violín con una etiqueta que pone Stradivarius”

 

F


FIDDLE.

Así le llaman al violín en el entorno folk tradicional en la cultura anglosajona. En rigor es el mismo instrumento. Pero si tocas el fiddle, tocas de otra manera.

FILETE.

Decoración estrecha de las tapas, que las protege. Más información en Anatomía de un violín.

FLAMEADO.

No se trata del Flameado de Moe. Muchos violines tienen el fondo y el aro como si hubieran sido “lamidos por las llamas”. La madera flameada es normalmente más cara. El dibujo que hace la madera se llama también rizo o aguas. Más información en “Escoger un violín”.

FLAUTANDO.

Producir un sonido como el de la flauta, lo cual se consigue produciendo muchos armónicos, tocando sobre el diapasón por ejemplo.

FONDO.

La tapa trasera de la caja del violín. Más información en Anatomía de un violín.

GLISANDO.

Deslizar la mano izquierda a lo largo de la cuerda mientras se toca, produciendo un tono cambiante continuo. Ver artículo los golpes de arco.

 

G


GRAN DETACHE.

Golpe de arco. Como el Detaché, pero empleando todo el arco. Ver artículo los golpes de arco.

GUARNICIONES.

Las partes metálicas de un arco.

 

I


INTERVALO.

Distancia entre dos notas.

 

J


JETTE.

Golpe de arco. Ver Ricochet. Ver artículo los golpes de arco.

 

L


LEGATO.

Ligado. Tocar las notas ligadas entre sí en un mismo golpe de arco.

LOURE.

Golpe de arco, parecido al Stacatto, pero más suave y redondeado, como un énfasis en cada nota. Ver artículo los golpes de arco.

LOBO (QUITALOBOS).

Un lobo es una nota falsa que es muy rara en el violín, pero no tanto en el violonchelo. Los lobos pueden eliminarse con un quitalobos, que elimina el efecto de tartamudeo.

LUBRICANTE.

Líquido especial para clavijas. Más información en “Cómo mantener el violín”

LUTHIER.

Profesional que construye y/o repara los instrumentos de cuerda. Puedes ver algunos en la sección en construcción “Luthiers”.

 

M


MANGO.

Parte del violín que une la caja con la cabeza del violín, y donde va sujeto el diapasón. Más información en Anatomía de un violín.

MARTELE.

Golpe de arco de mucha fuerza realizado con el brazo y todo el arco. Ver artículo los golpes de arco.

METRONOMO.

Aparato que marca el tempo con pulsaciones rítmicas ajustables.

MODOS.

Las distintas maneras o reglas compositivas en que se ordena una escala. Hay 7 principales que toman su nombre de los sistemas modales griegos: jónico, dórico, frigio, lidio, mixolidio, eólico y locrio.

 

N


NOTA PEDAL.

La nota que, en un pasaje de variolaje, no cambia.

NUEZ.

Las cerdas del arco se sujetan con la nuez, que puedes mover hacia delante y hacia atrás con el tornillo. Al final de la nuez está la corredera. Casi todas las nueces llevan una placa metálica. Más información en Anatomía de un violín.

 

O


OJO, OJO PARIS.

Es un elemento puramente decorativo. Consiste en un círculo de madreperla con un pequeño anillo metálico alrededor, que se suelen poner en clavijas, cordales, nueces y tornillos. Más información en Anatomía de un violín.

 

P


PASTILLA. (PICK UP).

Accesorio sensible a la vibración que convierte la vibración de las cuerdas en señales eléctricas, para conectar el violín acústico a un amplificador. Se suelen colocar en el puente.

PERNAMBUCO.

La madera más habitual y adecuada para construir arcos para instrumentos de cuerda. Más información en Anatomía de un violín.

PIZZICATO.

Este nombre tan gracioso indica que ha de tocarse no con el arco, sino pellizcando o punteando con los dedos, ya sea de la mano izquierda, o de la derecha. Ver artículo los golpes de arco.

PORTAMENTO.

Es el efecto de transición entre dos alturas de sonido, sin discontinuidad, ya sea ascendente o descendente. Su utilización es a menudo denostada porque puede esconder deficiencias técnicas de entonación. Cuando la diferencia entre nota inicial y final es de varias alturas se llamaría glisando.

POSICIONES.

Las diferentes alturas en relación al mástil en las que la mano izquierda se coloca para tocar las notas. Hay 10 posiciones, desde la primera al final del diapasón y progresivamente contando hacia el puente. También está la llamada “media posición”, que es un medio tono más bajo que la primera.

PUENTE.

Importante pieza sobre la que pasan las cuerdas, que se sujeta sobre la tapa con dos patas. El puente es el encargado de transmitir la vibración de las cuerdas a la caja de resonancia. Más información en Anatomía de un violín.

 

R


RESINA.

Lo que necesitan las cerdas del arco para sonar.

RUBATO.

Tocar con rubato consiste en “hacer la goma”, alargando o atrasándose con el tempo escrito, para dar expresividad personal a la composición. Muy usado en el romanticismo.

RICOCHET.

Golpe de arco. Consiste en una serie de spiccatos siempre hacia abajo, utilizando el rebote natural del arco sobre las cueras. Ver artículo los golpes de arco.

 

S


SALTILLO (SAUTILLE).

Golpe de arco que utiliza el rebote natural de las cuerdas para tocar las notas a mayor velocidad que el Spicatto. Ver artículo los golpes de arco.

SONATA.

Una composición para un instrumento solista, aunque hay para 2, 3, o más instrumentos. Además, le da su nombre a una estructura musical determinada que ha dominado la música de conciertos occidental.

SPICATTO.

Golpe de arco que utiliza las falanges para hacer levantar el arco de las cuerdas. Ver artículo los golpes de arco.

STACATTO.

Golpe de arco. Destacar las notas utilizando un mismo golpe de arco, sin separar el arco de las cuerdas. Ver artículo los golpes de arco.

STACATTO VOLANTE.

Golpe de arco. Destacar las notas utilizando un mismo golpe de arco, separando el arco de las cuerdas. Ver artículo los golpes de arco.

SORDINA.

Este accesorio apaga el sonido, en diferentes niveles según su tipo y calidad.

STRADIVARIUS.

Instrumento fabricado por Antonio Stradivari, el más famoso luthier de la historia, y el más influyente. No os perdáis el porqué de su leyenda en “El mito Stradivarius”

SUL PONTICELLO.

Sobre el puente. Golpe de arco que se realiza con el arco colocado “casi” encima del puente. Ver artículo los golpes de arco.

SUZUKI.

Método pedagógico, de violín, creado por Shinichi Suzuki, que ha popularizado tremendamente su aprendizaje. Está basado en las reflexiones sobre cómo los niños aprenden naturalmente a hablar. Para profundizar en el método, Leed este artículo.

 

T


TALON.

Parte semicircular del fondo del violín, donde el mango se une a la caja. Más información en Anatomía de un violín.

TAPA.

La parte superior de la caja y una de las piezas de madera más importantes. Más información en Anatomía de un violín.

TENSORES.

Pequeñas piezas para afinar las cuerdas que se colocan en el cordal. ¿Cómo afinar el violín?

TREMOLO.

Golpe de arco que se realiza repitiendo rápidamente la misma nota y cambiando la dirección del arco después de cada repetición. Ver artículo los golpes de arco.

TRINO.

Rápida sucesión de dos tonos distintos, realizado con la mano izquierda.

TORNILLO.

Es la parte del arco que se utiliza para tensar y aflojar las cerdas del arco. Más información en Anatomía de un violín.

TRIPA.

El primer material que se utilizó para las cuerdas del violín. Para saber más Las cuerdas del violín.

 

V


VARA.

La parte del arco que es de madera.

VARIOLAJE.

Alternancia rápida entre una nota estática y notas cambiantes, que forman una melodía por encima o por debajo de la nota estática. Esta técnica implica generalmente repetidos cruces de cuerdas y es común en la música de violín barroco. Un buen ejemplo se encuentra en las partitas de J. S. Bach.

VIBRATO.

Ay, el vibrato. En rigor sería la oscilación en torno a un tono realizado con los dedos de la mano izquierda, para producir un efecto expresivo y calidez que proporciona profundidad y brillo en el sonido. Hay diversas técnicas para producirlo, poniendo en juego la muñeca, el brazo, las falanges, o una combinación de todos ellos.

VOLUTA.

Figura decorativa en la parte superior del mango. Más información en Anatomía de un violín.

Fuentes: www.violinist.com

Guía Mundimúsica de Violín y Viola de Hugo Pinksterboer (Mundimúsica ediciones)

Wikipedia.

El violín interior

El violín interior

Dominique Hoppenot

Probablemente muchos ya conoceréis este libro que impactó en el mundo académico hace ya unos años. La enseñanza tradicional basaba gran parte de su eficacia en la adquisición de automatismos, más o menos inconscientes y habilidades a menudo puramente físicas o acrobáticas. Cambiando el paradigma del modo en que nos relacionamos con el instrumento, Dominique Hoppenot busca conectar con todos aquellos violinistas cuya relación con su instrumento constituye una historia tormentosa de sufrimiento, esfuerzo frustrante, esperanzas contrariadas. Hoppenot propone trabajar desde nuestro interior, analizando, de forma concienzuda y pormenorizada, pero también con increíble optimismo y entusiasmo, todos los factores que definen los éxitos o los fracasos, las barreras mentales,  la importancia y el respeto del cuerpo, la misión de la conciencia de sí mismo, la necesidad del placer, la relación pedagógica centrada en el alumno. Todo ello en una búsqueda interior de la armonía, de la realización personal plena, no sólo con el violín, sino con nuestro propio cuerpo.

Su lectura es fascinante para cualquier estudiante de violín, pero especialmente útil para todos aquellos que ya tienen cierta experiencia, un recorrido vital que a menudo los tiene insatisfechos y les ha hecho perder la ilusión inocente por la música. Salvo los excepcionalmente dotados por naturaleza, todo violinista ha sentido alguna vez ese bloqueo, impotencia ante ciertas empinadas cuestas que parecen volverse infranqueables, frustraciones con las que, si no las sabemos enfrentar, pueden terminar enquistando en nuestro espíritu un rechazo hacia el instrumento y hacia su cruel y constante exigencia de disciplina y trabajo.

“Se trata de un libro precursor cuya originalidad colmará a unos, inquietará a otros, pero cuyo contenido se convertirá mañana en evidencia para quien busca… y se busca.”

Pero se confunde quien piensa que la autora preconiza una forma indolente o relajada de aprender. Su relajación siempre es activa y ella no deja de alabar la obra del supuestamente prusiano Sevcik, cuyos ejercicios aconseja con entusiasmo.

Seguramente, el estudio del violín es uno de los caminos que más frecuentemente se abandona. Es fácil conocer a alguien que, al saber de nuestra dedicación, nos confiesa: “yo estudié un par de años, pero lo dejé”.

El violín interior

No diré que en “El violín interior” se encuentran las soluciones para evitar todas las trampas del camino y llegar a un final feliz. No es un libro de recetas ni de trucos fáciles que tanto se llevan ahora en internet. Pero sí que es inspirador, y que nos muestra como mínimo “la actitud” necesaria para conseguir lo que en definitiva debería ser siempre el objetivo final: la felicidad de hacer buena música, música hecha con el alma.

Cómo relajarse de forma positiva, cómo sentir el cuerpo como una unidad global, cómo estar en equilibrio, qué actitud hay que adoptar al tocar, cómo manejar el miedo, cómo enseñar…

Un texto imprescindible para alumnos, profesores y aficionados.

Os recomiendo que compréis el libro y lo tengáis presente para ojearlo de vez en cuando, pero aun así os dejo esta versión que podéis ir leyendo.

Contenido

  • El mal del violín
  • Un nuevo enfoque
  • Armonizar el cuerpo
  • Los instrumentos no se sujetan…
  • La sensación, una conciencia corporal
  • La dialéctica del gesto
  • La sonoridad en el corazón de la técnica
  • La afinación interior
  • El ritmo instrumental
  • Tonicidad y descontracción
  • Influencia de la respiración
  • La concentración
  • El intérprete y la expresión musical
  • Otro alumno, otro maestro…
  • ¿Qué significa estudiar?
  • Y el miedo…
  • Los niños
  • A modo de epílogo

Leer “El violín interior”:

El Violin Interior

 

Fuentes:

Violín y violinista, una relación siempre viva

Comprar el libro en El Argonauta