Las palmas de la "Marcha Radetzky"

Hace unos cuantos días que no deja de llover. ¿Qué queremos? Estamos en invierno y en Asturias. Es el precio de vivir en un paraíso natural. Lo que se salía de toda lógica eran las altas temperaturas que disfrutamos en las últimas navidades. Las tormentas de estos días a mí me recuerdan a los inviernos de mi infancia, cuando por aquí había muchas menos horas de sol.
 
Y es que todo cambia. Como las palmas en la "Marcha Radetzky" de Johan Strauss, pieza con la que acaba el tradicional concierto de año nuevo, ofrecido por la Orquesta Filarmónica de Viena desde la Sala Dorada del Musikverein de esa ciudad.

Cuando yo era niña el público esperaba a que el director hiciera una seña para empezar a dar las palmadas y terminaba también a una señal del maestro. Hoy en día, la pieza se ha vuelto tan popular, que el público comienza a dar palmas casi en las primeras notas y si el director no dice lo contrario sigue así durante la interpretación de toda la pieza.
 
Entiendo que esto es fruto de los muchos intentos que desde la música clásica se hacen por lograr un acercamiento del gran público a este género. Con tal de que la gente siga este tipo de música nos saltamos los protocolos, quizás demasiado rígidos y algunos caducos. Lo importante es que el público se lo pase bien con la música clásica, en un intento de conquistarles y aficionarles al disfrute de este arte.
 
El pasado 1 de enero, el maestro Franz Welser-Möst dejó que el público acompañara a la orquesta durante más tiempo y solamente exigió un cambio de matiz, pidiendo que las palmas fueran más fuertes o suaves según sus indicaciones.
 
Una versión mucho más acorde con las que yo recuerdo haber visto de niña, es la que Daniel Baremboin dirigió en el año 2009. Cuando vió que el público daba palmadas antes de su señal, se volvió y les pidió silencio lo que provocó las risas de los espectadores, ante lo cual el maestro adoptó un gesto de enfado que no invitaba a demasiadas bromas.

 
Baremboin será el encargado de dirigir el Concierto de Año Nuevo el 1 de enero de 2014. ¿Volverá a ser tan exigente con el público en la interpretación de esta pieza?


¿O quizás, siguiendo uno de los principios inspiradores de la fundación Baremboin-Said, según los cuales "la música no puede aislarse de la sociedad", permitirá que el público participe más libremente con las famosas palmadas? ¿Y si modernizamos la "Marcha Radetzky" y la acompañamos en todo momento con palmas?

Yo os dejo dos vídeos: en el primero podréis ver la versión de Baremboin en el año 2009 y en el segundo una curiosa versión para percusión corporal. ¿cuál os gusta más?
 



Feliz Año 2013 – Lo mejor de Musikawa | Musikawa

Desde Musikawa queremos desearos un Feliz 2013 cargado de optimismo, esperanza y música. No queríamos despedir el 2012 que se va sin ofreceros un resumen con los mejores artículos y aplicaciones recogidos en Musikawa.

Hemos usado un prezi, donde encontraréis un regalo en cada bola del árbol. Disfrutarlo y ser felices!! Arriba la música!!

Si no ves correctamente el Prezi, pincha sobre la siguiente imagen

Auld Lang Syne

¡Arde maldito, arde!

¡Arde maldito, arde! (Foto: Benjamín Pérez)

Ha llegado el momento de despedir este 2012. Esta noche en muchos lugares del mundo, sobre todo en países angloparlantes y progresivamente del este hacia el oeste, la gente irá entonando Auld Lang Syne, una antigua melodía tradicional escocesa sobre un poema que en 1788 el poeta Robert Burns dijo haber transcrito de la memoria de un anciano y que empieza con una pregunta: ¿es justo olvidar a las personas conocidas en el pasado?

Es obvio que se trata de una pregunta retórica: somos lo que somos gracias a las personas con las que hemos compartido parte de nuestras vidas, que han estado cerca de nosotros en cualquier circunstancia, ayudándonos, apoyándonos y animándonos, haciendo más llevaderos los momentos malos y más felices los buenos. En pocas palabras: las personas que nos han querido y que siguen queriéndonos a pesar del tiempo o del espacio que nos separan.

Entre estas personas tengo la suerte de contar con una pareja de amigos, Benjamín y Piluca, que en este momento están justamente en Escocia, así que estoy seguro de que cuando lleguen las 12 de la noche de allí cantarán Auld Lang Syne junto con su hijo, su nuera y la familia de ésta. En ellos estaré pensando una hora después de comer las uvas. Happy Hogmanay, my friends!

Hay infinidad de versiones de esta canción, tantas que es difícil elegir una: sólo para hacernos una idea, entre los que han grabado su interpretación, casi siempre en directo, están Jimi Hendrix, Rod StewartAretha Franklin y Billy Preston, Frank Sinatra y Dean Martin.

También hubiera podido poner la versión tradicional para gaita escocesa, pero finalmente he preferido una escena de la película de Frank Capra ¡Qué bello es vivir!, porque a pesar de sus 66 años es de tremenda actualidad. Desafortunadamente, la analogía de este filme con la vida real no siempre incluye el final feliz -que más bien es algo excepcional- pero sí podemos mantener viva la esperanza al ver que hoy en día hay cada vez más demostraciones de solidaridad entre la gente humilde que intenta contrarrestar la maldad de los ricos abusones como el Mr. Potter de la película, quien no deja de ser un ingenuo diletante comparado con ciertas especies de especuladores codiciosos y de políticos corruptos que tanto abundan en este país.

He preparado un arreglo para flauta dulce pensando en mis alumnos y alumnas: quizás sea un poco precipitado para que la aprendan, aunque estoy seguro de que si le dedican un ratito conseguirán tocarla esta noche, pues es relativamente sencilla ya que utiliza la escala pentatónica (fa, sol, la, do, re) en un ámbito limitado a la primera octava más el re agudo.

Con estas pocas pero sinceras notas, os deseo un muy feliz 2013.