Cómo elegir repertorio II: análisis didáctico

En un post anterior escribí sobre el análisis técnico de las obras que ayuda a los profesores de canto a secuenciar el repertorio y a adecuarlo a las características vocales y a los gustos de los alumnos. En este voy a explicar la necesidad de combinar ese análisis técnico con un análisis didáctico. 

El análisis didáctico se realiza a partir de una secuenciación detallada de los contenidos que deben superarse en cada curso. Por lo tanto, cuando decidamos qué vamos considerar bueno en cada curso podremos hacer el análisis didáctico de las obras. Por ejemplo, no se nos ocurrirá exigir a un estudiante que comience que cante obras en las que se sostengan tesituras para las que la voz no está preparada o que realice agilidades o picados si aun no es capaz de cantar una frase bien ligada. 

Una vez determinemos qué objetivos y contenidos se deben evaluar en cada curso prodeceremos a hacer el análisis didáctico de las obras y veremos cuales se ajustan, en función de las dificultades que hayamos analizado en el análisis técnico previo a cada curso o momento.

Me encuentro muchas veces a alumnos que cantan obras que presentan más dificultades de las que pueden asumir y eso acaba frustrándoles porque se sienten que no lo hacen bien, que tienen que esforzarse mucho o que no lo lograrán. 

Mi opinión y experiencia es que el alumno avanza más rápido si el profesor realiza este tipo de trabajo y sabe qué puede hacer en cada momento. Está bien que el alumno se vaya superando pero las obras no han de ser caballos de batalla sino elementos de aprendizaje y disfrute a través del mismo. 

Otro efecto negativo de una mala secuenciación del repertorio es incrementar la tensión muscular del alumno, si el repertorio es el adecuado el alumno evoluciona de una forma más natural y su voz no se ve forzada y esto, en el caso del canto, es fundamental puesto que establecer una mala memoria muscular tendrá efectos negativos a largo plazo.

Por favor, seamos profesores de canto responsables y no exijamos lo imposible antes de tiempo, y tampoco nos conformemos con que los alumnos canten obras "a medias" o que hayan hecho muchas obras sin que ninguna esté bien terminada, esto es lo que yo llamo "repertorio a peso"