Tips para una práctica eficiente del instrumento

La famosa violonchelista Rhonda Rider nos deja en su blog (pincha el link para verlo) algunos consejos sobre planificación y técnicas de estudio para hacer nuestra práctica diaria más eficiente. Despeja dudas como cuánto tiempo estudiar, qué descansos hacer, qué hacer cuando nos atascamos...etc.

En nuestra web puedes encontrar más información sobre estos temas:

 

4 horas al día, 6 días a la semana

El motivo: Te encuentras en un punto formativo de tu carrera. Ahora es el momento para que puedas solidificar tu técnica, desarrollarte como músico y aprender a tocar de una manera sana y eficiente. Sí, mejorarás todavía en tus (¡oh!) 40 y 50 años, pero los años de secundaria y universidad no vuelven. Se necesita una buena base. Ahora es el momento. ¡Aprovecha el día!

1 día libre a la semana (Esto significa que ni siquiera mires el instrumento.)

El motivo… Quieres permanecer fresco y entusiasta. Gran parte del aprendizaje en el instrumento consiste en la repetición. Es fácil quemarse tanto física como mentalmente. Quizás lo más importante es que convertirse en un gran artista no sólo se consigue en la sala de ensayo. Sal y haz algo nuevo.

Las 4 Horas:
  • 15 minutos – calentar
  • 45 minutos – un estudio
  • 1 hora – un concierto
  • 1 hora – una sonata
  • 1 hora – música de cámara, pasajes de orquesta, etc.

El tiempo de estudio… Si has planeado pasar 30 minutos en un estudio, ¡para! cuando pasen los 30 minutos. Puedes sentir ganas de seguir hasta una hora. ¡NO LO HAGAS! Déjalo para mañana. Es posible que quieras dejarlo cuando lleves 10 minutos. ¡NO LO HAGAS! Continúa con ello.

Mezcla… Utiliza una rutina de estudio durante tres días y luego cambia la receta. Por ejemplo, pasa menos tiempo en el concierto y más tiempo en la sonata.

¿Cansado, inquieto o aburrido? Prueba estas ideas.

  • Estudia desde el final de la pieza en lugar del principio. Por ejemplo, comienza con la reexposición.
  • Estudia todos los tramos (exposición, primer tema, reexposición, etc). ¿En qué se diferencian?
  • Trabaja la afinación en las partes más lentas. Sé un “drone”,  comprueba la afinación con cuerdas al aire. ¿Tu instrumento vibra libremente? Lo hará si estás tocando afinado. Observa cómo el instrumento se siente cuando las notas están en sintonía y cuando no lo están. Siente las vibraciones a través del mástil y de la mano izquierda.
  • Lee los pasajes más virtuosos dos veces en el tempo más rápido que puedas. ¿Qué secciones no funcionan bien? ¿Por qué? ¿Era el arco? ¿Los cambios? ¿La coordinación? Trabaja sólo en aquellas partes que son problemáticas. Debes ser específico en la localización del problema. Prueba también la transición hacia y desde esos pasajes. Termina tocando todo el pasaje lentamente. Asegúrate de utilizar las articulaciones y las digitaciones que vas a utilizar cuando es rápido. Utiliza un movimiento mínimo. Sé eficiente.

Cuando estudies… Ya que no siempre apetece, te recomiendo que te pongas una o dos horas a primera hora de la mañana. En estas primeras horas tus oídos no están llenos de los sonidos del día y tu mente no está pensando aún en la larga lista de cosas que tienes que hacer.

Después de estudiar… Escucha unos 10 minutos el sonido de un violonchelo (del instrumento que toques o de una voz que te guste) que te resulte realmente bonito. Ese es el sonido que debes intentar reproducir al día siguiente en la sala de ensayo.

La tarea más difícil en el aprendizaje y la vida con un instrumento está en descubrir la manera de ser tu propio profesor. Los profesores sólo pueden enseñarte la dirección correcta. Al final, te toca a ti.

 

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Garbanzos para estudiar (cómo generar hábitos de estudio)

Si, garbanzos. Para estudiar. Con tu instrumento. Parece una broma, pero no lo es. Además de metrónomo, afinador y lápiz, cuando me pongo a estudiar suelo tener diez garbanzos preparados . Yo uso garbanzos, pero lo mismo sirven alubias que céntimos o cualquier otro objeto pequeño del que sea fácil conseguir una decena. Enseguida entenderéis por qué.

garbanzos

En nuestra vida diaria estamos adquiriendo y dejando hábitos continuamente y sin darnos cuenta. Habitualmente pensamos que un hábito es algo físico, pero en realidad son una cuestión mental: Empezar a vestirse por los pies es un hábito, pero pensar “yo no sirvo para esto” también. En el fondo son lo mismo, porque se trata de mensajes u órdenes que nuestra mente utiliza en el día a día para funcionar.

El estudio de un instrumento musical también se basa en hábitos: Mantener una postura correcta, respirar eficazmente,  relajar nuestro cuerpo y en especial algunas partes -como la garganta y la musculatura labial en el caso de los instrumentos de viento-, evitar hinchar los carrillos, mantener una actitud positiva frente a una pieza compleja…. son algunos de los hábitos que debemos incorporar a nuestra manera de tocar para hacerla más eficiente y por tanto progresar.

Generar un hábito

El hábito se basa en la repetición y automatización de patrones de comportamiento: un comportamiento que ahora hacemos conscintemente se convertirá en un hábito en el momento que el que esté incorporado a nuestra lista de “cosas que hacemos sin pensar”.

Algunos estudios afirman que en 21 días es posible cambiar o adquirir un hábito, entendido como la incorporación y automatización de ese comportamiento. Es posible que muchos hábitos relativamente sencillos sean automatizados en esos 21 días, pero también es seguro que otros necesitarán meses de actividad consciente y en cambio otros serán cuestión de unos pocos días.

¿Y los garbanzos?

Todos nos hemos encontrado estudiando con ese pasaje enrevesado, que por algún motivo se resiste a ser tocado sin hacernos perder la paciencia. En realidad, lo único que debemos hacer es cambiar el hábito que tenemos en la manera de tocarlo por otro más eficiente. Así de sencillo.

5 CentSencillo, pero no inmediato. Ya hemos dicho que la repetición es la clave. Repetición y constancia: varias repeticiones a lo largo de varios días.  Aquí entran en juego nuestros amigos los garbanzos y la templanza para saber que no será cuestión de un momento y por tanto no perder los nervios porque “no me sale”.

Los garbanzos sirven para marcar las repeticiones que hacemos del pasaje en cuestión; o de un ejercicio concreto o de todos ellos. Como con la mayoría de cosas, cada maestrillo tiene su librillo, y las posibilidades de usar los garbanzos para contar diez son muchas. Combinando la repetición con otras pautas de estudio podemos hacerlo mucho más ameno y efectivo. El reto consiste en mantener el listón bien arriba, haciendo cada repetición igual o mejor que la anterior y fijandonos mucho (sobretodo al principio) en qué estamos haciendo bien para incorporarlo a nuestro repertorio de “cosas que hacemos que deben convertirse en hábitos”. Os dejo algunas ideas:

  • Podemos simplemente hacer el ejercicio o tocar el pasaje diez veces y pasar a otra cosa.
  • Podemos marcarnos el reto de hacer el ejercicio o tocar el pasaje diez veces seguidas tal y como nos gustaría tocarlo. Si la novena vez no nos sale así volvemos a contar desde el principio.
  • Podemos tocar el ejercicio o tocar el pasaje diez veces lento antes de hacerlo a mayor velocidad.
  • Podemos tocar el pasaje diez veces de atrás hacia delante para tener mayor flexibilidad mental y comprobar que, en el fondo no es tan difícil.

Y así hasta el infinito….

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Garbanzos para estudiar (cómo generar hábitos de estudio), publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.

La digitación en la tuba

Os traigo un asunto que últimamente me ha venido preocupando a raíz de algunas charlas con otros profesores: se trata de la cuestión de la digitación en la familia de la tuba. Cada maestrillo tiene su librillo y hay opiniones para todos los gustos -todas ellas igual de válidas y respetables-, pero empecemos por el principio y vayamos, como dijo aquel famoso inglés, por partes:

Instrumentos Transpositores

Recuerdo cuando en el conservatorio profesional nos explicaron qué son instrumentos transpositores. Aquel profesor nos dijo que algunos instrumentos están  afinados en tonalidades distintas a Do, y que cuando un clarinete, una trompa o un saxo tocan un Do en su partitura en realidad está sonando un Si bemol, un Fa (aunque realmente es un Sib -¿o era al revés?, lo de las trompas ya es demencial…-) o un Mi bemol.

Hay que reconocer que no es fácil asimilar que un Do no siempre es un Do, y menos a esas edades en que la abstracción no es muy alta pero sí la distracción. Por suerte, los afortunados que hemos crecido tocando en una banda también lo hemos hecho jugando a intercambiarnos los instrumentos y aquello no nos sonaba tanto a chino como a los pobres pianistas que no acababan de entenderlo.

La Familia de la Tuba

A grandes rasgos, y sin entrar en disusiones interminables sobre si el bombardino es una tuba tenor o un instrumento distinto, podemos resumir la actual  familia de las tubas en:

  • Tubas contrabajas en Si bemol y Do.
  • Tubas bajas en Mi bemol y Fa.
  •   Bombardinos o Tubas tenores en Si bemol y Do.

De todos ellos, los más frecuentes en nuestras latitudes son la tubas en Do y Fa y los bombardinos en Si bemol, aunque quedan algunos bombardinos en Do, tan frecuentes varias décadas atrás. Cada país tiene sus propias tradiciones, así, por ejemplo en Alemania es habitual usar tubas en Si bemol y Fa o en Inglaterra en Mi bemol y Si bemol. Además, en muchos países de nuestro entorno también son habituales el Barítono en Si bemol y el Althorn en Mi bemol.

 

Cambio de digitación vs transporte

Tuba Octet

Por norma general, los tubistas nunca transportamos sino que cambiamos digitaciones, es decir, que para nosotros un Do siempre es un Do independientemente de la afinación de la tuba (Si bemol, Do, Mi bemol o Fa); pero ese Do se hace con una posición distinta dependiendo de la tuba (1-3, 0, 1-2 y 4 respectivamente). Así pues, habitualmente los compositores escriben el papel de tuba en la tonalidad real de la obra y, salvo mención expresa, queda al criterio del intérprete qué tipo de instrumento utilizar en cada ocasión. Ahora bien, toda regla tiene su excepción y no es nada extraño encontrar tubistas que tocan instrumentos de Si bemol transportando con posiciones de Do.

Por otro lado los bombardinos – que son mucho más heterogéneos y son quienes han dado pie a este artículo- utilizan ambas técnicas dependiendo del criterio de cada uno. De hecho (o más bien por este hecho), desde hace ya mucho tiempo las editoriales proporcionan dos partituras en las obras de bombardino: Una escrita en clave de Fa para quienes leen en Do y otra en clave de Sol y trasportada para quienes hacen lo propio. Ambas técnicas tienen ventajas e inconvenientes, por ejemplo:

Ventajas de cambiar digitación:

  • Se piensa y escucha la nota que se toca (real), favoreciendo el desarrollo auditivo
  • Otros cambios de digitación posteriores no resultarán traumáticos
  • Se lee siempre la nota que hay que tocar, evitando confusiones

Ventajas de transportar:

  • Proporciona mayor versatilidad para leer las partituras, independientemente de que estén escritas en Do o Si bemol
  • Un eventual cambio a tuba resulta menos complejo (siempre que ésta sea en Do)
  • Transportar es un gran ejercicio de gimnasia mental

Éstos son solo tres ejemplos, pero su número podria alargarse hasta el infinito. Defensores a ultranza los hay en los dos bandos, pero como hemos visto ambos sistemas ofrecen algún tipo de ventaja frente al otro que deberiamos considerar para decantarnos por uno u otro sistema.

La digitación en la tuba, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.