ÓPERA PARTICIPATIVA EN EL TEATRO REAL: LUPUS IN FABULA

El día 16 de diciembre, los niños y niñas del tercer vais  a asistir a una ópera participativa llamada Lupus in fabula (el lobo de los cuentos) Para que podáis mejorar por vuestra cuenta las canciones que cantaremos allí y que estamos aprendiendo en clase, os dejo este material.


Fuente: Guía didáctica del Teatro Real

Pica en los siguientes enlaces y podrás escuchar y cantar las canciones que estamos trabajando.

CUARTETO EQUINO

Estos cuatro caballos/yeguas cantan una pieza "a capella". Escucha atentamente cada una de las voces y el cuarteto al completo. Al pinchar en cada uno de ellos con el ratón, conseguirás activar o desactivar sus voces, lo que te permitirá todo tipo de combinaciones de voces.


ACTIVIDADES:
- Escuchar las voces por separado; en grupos de dos o tres y las cuatro a la vez.
- Memorizar uno de los cuatro ostinatos (el que os venga mejor para vuestra voz)
- Transcribir la voz elegida (escribirla con notación musical)
- Cantarla y tocarla todos en clase.

VOCABULARIO:
- "A capella" (leído y también escrito a capela)
- Ostinato
- Cuarteto
- Bajo
- Barítono
- Contralto
- Soprano
                      ¡QUE DISFRUTÈIS!

Rebota, rebota…

Stop noiseHe estado buscando inútilmente en Internet el antónimo de la palabra anecoico, cuya definición, según el DRAE, es “Capaz de absorber las ondas sonoras sin reflejarlas”. Mi deseo era conocer una palabra con la cual definir mi Aula de Música, un espacio que, al revés de lo que pasa con una cámara anecoica, es absolutamente incapaz de absorber las ondas sonoras, reflejándolas totalmente desde una superficie a la otra. Los únicos que absorbemos los sonidos somos mis alumnos y alumnas y yo: lo malo es que la mayoría de esas ondas nos entra por las orejas, machacándonos sin piedad todo el aparato auditivo, el sistema nervioso y, debido a la necesidad de incrementar la intensidad de nuestras voces, el aparato fonador.

Si encontrara una razón de consuelo al compartir desgracias (menos mal que no la encuentro, que si no, como dice el refrán, sería tonto) me daría diariamente una vuelta por las demás aulas, los espacios en los que el alumnado pasa la mayor parte de su tiempo: todas tienen unas condiciones acústicas de auténtica pena. Y quiero subrayar que no estoy reivindicando las condiciones ideales para hacer música, sino las condiciones mínimas para trabajar eficaz y saludablemente en cualquier asignatura.

Cabe señalar que mi centro es de construcción muy reciente, siendo éste su segundo año de funcionamiento. Entonces, si se ha construido en 2008, en pleno siglo XXI, ¿por qué razón se ha construido tan mal desde ese punto de vista (o mejor sería decir de oído)?

En realidad no sé dar una explicación, pero se me ocurren varias razones, todas lamentablemente absurdas. Vamos a formular algunas hipótesis.

Hipótesis 1: ni siquiera se llegó a plantear la necesidad de que las aulas tuvieran una buena acústica.

Parece realmente muy difícil de creer, ya que se supone que tanto los que encargaron la obra como los que diseñaron el proyecto considerarían la importancia de que el edificio reuniera las características necesarias para desenvolver eficazmente la función para la cual se construye, esto es, reunir más de 3 decenas de personas durante 6 horas diarias en un espacio cerrado y de dimensiones muy ajustadas para realizar una cantidad muy variada de actividades que producen sonidos (e, insisto, no me refiero sólo a la clase de Música, sino de todas las asignaturas) y a la vez necesitan un ambiente tranquilo que favorezca la concentración. De todas formas, para no descartar totalmente esta hipótesis, he de decir que en más de una ocasión he estado en teatros de reciente edificación en los cuales es necesario emplear un sistema de megafonía para que el sonido llegue a todos los espectadores, lo que supone una vuelta atrás de más de 2.500 años.

Hipótesis 2: se planteó esa necesidad y se intentó satisfacerla, pero el resultado fue diferente al deseado.

Creo que esta hipótesis es todavía menos creíble que la anterior: no hacen falta grandes conocimientos de acústica arquitectónica para afirmar que la construcción de una aula en la que se pueda dar clase de una manera digna y saludable es bastante más sencilla que la de un teatro. Dicho  de otra manera: no creo que existan arquitectos tan malos como para equivocarse tanto.

Hipótesis 3: se decidió abaratar costes de construcción renunciando conscientemente a conseguir unos espacios que cumplieran correctamente su función sin poner en peligro (y, en muchos casos, perjudicar) la salud auditiva, vocal y psíquica de alumnado y profesorado, además de la eficacia del trabajo y la convivencia en las aulas.

En esta época en que la especulación, la corrupción y la mala administración han destrozado la economía pública hasta el punto de que tengamos que contemplar impotentes unos injustos recortes sociales y salariales, es muy probable que se haya decidido limitar el gasto sobremanera, empleando los materiales menos adecuados y dejando el trabajo a medio acabar (baste comentar que los techos son de hormigón visto), ignorando conscientemente las consecuencias que dicha decisión iba a tener en la funcionalidad de la obra terminada.

Si las razones fueran las contenidas en las primeras dos hipótesis, habría alguna esperanza de que la Junta de Andalucía se implicase en la enmienda del error y procurase no repetirlo en el futuro. Sin embargo, estoy convencido (aunque abierto a que se me demuestre lo contrario) de que la causa de que nuestras aulas no reúnan las condiciones adecuadas para su función es la de la tercera hipótesis, lo que alimenta mi pesimismo sobre una solución rápida y eficaz a este grave problema.

Seguramente habrá alguien que, leyendo estas líneas, piense que estoy exagerando un poco y que el problema no es tan grave como lo describo. De hecho hay mucha gente, demasiada, que no está concienciada de los problemas fisiológicos, psicológicos y sociales que puede provocar la contaminación acústica y minimiza o hasta ironiza sobre estos riesgos a los que estamos sometidos diariamente tanto el alumnado como el profesorado.

Para intentar hacerle cambiar de idea describiré alguna escena frecuente en mi centro: si dos o tres niños charlan en voz baja al fondo del aula no consigo entender lo que me dice un alumno que esté a mi lado y si me dirijo a ellos para pedirles silencio tengo  que hacerlo gritando porque si no no me oyen; una compañera (de Lengua, no de Educación Física) ha optado por utilizar un silbato en el aula justamente para evitar gritar: si no sigo su ejemplo es porque temo más los problemas auditivos que los foniátricos; cuando escuchamos música, ésta siempre va acompañada como mínimo del ruido que las sillas (plegables) hacen con cualquier pequeño movimiento de los que las estén utilizando; cuando cae una flauta al suelo (lo que ocurre varias veces al día), el ruido es tan fuerte que la sensación que percibo es muy molesta y a veces  hasta llega a ser dolorosa;  los mismos alumnos/as se quejan del ruido que les acompaña constantemente durante las 6 horas y media que permanecen en el instituto.

¿Soluciones? No se me ocurre ninguna. Espero recibir algún comentario con ideas cuya realización sea posible dentro del contexto económico en que vivimos.

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¿Ves como te gusta la ópera?

¿Ves cómo te gusta la ópera?El mercado central de Valencia se transformó repentina e inesperadamente durante unos minutos en un auditorio. Una voz tenoril se levanta encima del ruido causado por el gentío: es un frutero que empieza a cantar un fragmento de la Traviata, el dúo Parigi, o cara. La sorpresa no acaba aquí: hemos dicho que es un dúo, así la soprano entra cuando lo pide la partitura, acercándose desde otro puesto en el que estaba despachando a sus clientes. Finalizada la sorpresiva actuación, el aplauso del público, sincero y apasionado, cesa bruscamente cuando desde otra zona del mercado se oyen las primeras notas de la escena del brindis de la misma ópera, entonadas por otro tenor, al que se añaden, uno tras otro, más cantantes, hasta llegar a seis en el acorde final.

Es en este momento cuando aparece el letrero del título, guiñando al público todavía maravillado ese sugerente: ¿Ves como te gusta la ópera?

No tuve la suerte de encontrarme en tan emocionante performance, pero gracias a un tweet de @jmonteo pude conocer esta iniciativa que pretende derribar los prejuicios que mucha gente tiene contra la ópera.

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Actualización pedagógico-musical

Esta mañana en el IES Los Boliches de Fuengirola han arrancado las Jornadas de actualización pedagógico-musical, organizadas por el Centro del Profesorado de Marbella-Coín y dirigidas al profesorado de los Conservatorios de Música y de los Institutos de Educación Secundaria, con la primera de las cuatro sesiones previstas.

20 de noviembre. Ponente: Belén Vega Pichaco

  • Las mujeres en la música española del siglo XX: el compositor Manuel de Falla y su obra en clave femenina.
  • Más allá del ..son.. cubano: cuestiones de raza en la música de principios del siglo XX en Cuba.

24 de noviembre. Ponente: Fernando Anaya Gámez

  • La música y la danza antiguas: origen y evolución de la terminología y del fenómeno musical.
  • La Flauta Mágica de W. A. Mozart: paradigma de la música masónica en la Viena de finales del siglo XVIII.

27 de noviembre. Ponente: Carlos M. Gómez

  • Etnomusicología: una introducción.
  • El contrabajo: ese gran desconocido.

4 de diciembre. Ponentes: Laura Mª García Marín y Paula Coronas

  • La Emancipación de la viola.
  • La música y la imagen en Antón García Abril

Hasta esta mañana tenía la impresión de que, con este programa, había poca correspondencia entre el título y el contenido de estas jornadas, que tratan de historia de la música, principalmente, pero también de organología y de etnomusicología. Pensaba que quizás llamarlas Jornadas de actualización musicológica hubiera descrito de manera más fiel sus características. Sin embargo, tras reflexionar sobre las dos ponencias de hoy tengo la impresión de haberme precipitado en esa reflexión que hice en voz alta con Elías, el asesor del CEP, intentando encontrar una explicación a la tan baja participación por parte del profesorado (no creo que llegáramos a las dos docenas).

Actualización pedagógico-musical

Belén Vega Pichaco. Foto: José Manuel Vega.

En efecto, Belén Vega, profesora superior de Violín y licenciada en Historia y Ciencias de la Música, ha presentado dos temas muy interesantes desde la perspectiva de la coeducación y de la interculturalidad, perspectiva que trabajamos mucho en la Enseñanza Secundaria, tanto obligatoria como postobligatoria – y por esa razón quizás no nos parezca tan innovadora- y que sin embargo no están tan presentes en los Conservatorios de Música, lugares consagrados al estudio exclusivo de la música de la tradición culta occidental, esto es, música compuesta por varones blancos.

Desplazar la atención hacia lo diferente y enfocar las cosas con los ojos de otros, para conseguir mirar a lo ajeno con el mismo respeto con el que se mira a lo propio, eso sí es una actualización pedagógica.

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