He utilizado este recurso durante años en su versión 'analógica'. Se trataba de un carillón de cartulina, al principio sin ninguna placa, al que iba añadiendo las correspondientes a las notas que poco a poco iban conociendo los alumnos. Empezaba con sol y mi, luego se le añadía 'la', a continuación 'fa', y así hasta colocar todo el resto de las notas.
Este es un recurso fantástico para visualizar la altura de las notas, la ordenación de la escala, la entonación de los intervalos y la práctica del canto interior, y se presta a una cantidad ilimitada de juegos: entonar frases señaladas en las placas, adivinar la canción que suena señalándolas rítmicamente, etc.
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La versión digital que pongo aquí presenta algunas ventajas adicionales. En primer lugar suena, cosa que nunca llegó a hacer el de cartulina, y además presenta asociada la representación de las notas en el pentagrama. Los ejercicios que podemos realizar con él, pueden enriquecerse gracias a la posibilidad de anular la visualización del nombre de la nota, y también del sonido. Los botones verdes pueden servir para anular las placas correspondientes a las notas no presentadas aún.
Yo suelo trabajar con él también en combinación con el teclado en la clase. Toco en el piano un fragmento melódico y el niño lo intenta reproducir con el carillón en la pizarra digital. Más o menos lo que se puede hacer con un xilófono en clase, con la ventaja de que todos lo visualizan perfectamente. Si la cosa es complicada, pueden ayudar a su compañero cantando la fórmula propuesta.
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