Como cualquier profe de música sabe, dibujar este enrevesado símbolo que encabeza los primeros pasos en la escritura musical tiene un raro éxito entre los alumnos. Seguramente por el desafío que supone dominar sus vueltas y revueltas. Los chavales se aplican con la misma dedicación que invierten más tarde en inventarse su firma.
Esta actividad está inspirada en los ejercicios de práctica de escritura de las primeras letras, y puede servir para aproximar a la realidad esos extraños garabatos que alumnos, y algunos músicos, dibujamos al principio de los pentagramas.
Pincha aquí para pantalla completa