En la sesión de este día, en nuestro cuaderno de segundo, venía un juego: el de director de orquesta, en el que un grupo cantaba dirigido por un director o directora de orquesta. Mientras que el otro grupo jugaba al juego de la silla; nosotros lo hemos cambiado por el juego de las estatuas.
Hemos dado libertad para que cantaran lo que ellos quisieran y este ha sido el resultado: habría que trabajarlo un poquito más, pero les ha gustado mucho.