Sentarse a pensar y reflexionar sobre el proceso de EVALUAR es un tarea compleja. Además, ponerle orden, color y forma a todo lo que queremos plasmar con pocas palabras e imágenes no ha sido fácil.
En la mayoría de los casos la evaluación se convierte en el momento de crisis del trimestre.
Ponerle nota a todo lo que hacemos en clase y definirlo tal y como se establece en normativa, para indicarlo en una escala de valor (Insuficiente, Suficiente, Bien, Notable o Sobresaliente), no parece la opción más correcta, pero es en la mayoría de los casos, lo que "debemos" hacer.
Como docente del área de Educación Musical, llevo desde hace muchos años sin realizar un control tal y como lo conocemos, con sus preguntas y con su nota. Al contrario intento focalizar mi atención en lo que en cada clase hacemos: su nivel de participación, el grado de consecución de los objetivos, el trabajo en grupo, el impacto que tiene lo que aprendemos en sus procesos de aprendizaje, las veces que visitan el blog del colegio... pero ¿cómo codificamos todo esto? ¿deberíamos sistematizar un modo de hacerlo? ¿habría que consensuarlo en claustro? ¿todos pensamos igual? ¿qué dice la administración? ¿cómo se lo explicamos a las familias? ¿estamos formados/as para hacerlo?etc.
Muchas interrogantes y repuestas inconexas, pero que me animas a volver a empezar y ordenar mis procesos de evaluación.