Comparto esta presentación de David Muñoz, profesor de tuba en el Conservatorio de Gijón, relacionada con la importancia de la respiración para los instrumentistas de viento y cantantes, así como propuestas de ejercicios con diferentes aparatos de respiración que nos ayudarán a mejorar nuestra capacidad respiratoria y por consiguiente nuestro sonido.
MRP
Hoy inicio una nueva sección en el blog dedicada a una temática cada vez más presente en los músicos y artistas en general: la ansiedad escénica o miedo escénico.
¿Qué es la ansiedad escénica o miedo escénico?
La ansiedad escénica es una forma de ansiedad social, en concreto es una ansiedad social específica, pues ocurre solo en algunas situaciones sociales, en los ‘escenarios’, pero por escenario no entendemos el lugar físico del teatro, o el del salón de actos del Conservatorio sino cualquier contexto en cual se nos pueda valorar o juzgar. Lógicamente, las personas que realizan actividades propias de evaluación, que se exponen a un público o audiencia son las más proclives a sufrir este trastorno: periodistas, políticos, cantantes, profesores… y como no, músicos.
La ansiedad escénica en músicos es la que se sufre sobre todo encima del escenario ante una actuación, bien sea concierto, audición o exámenes, pero también la que se sufre cuando se interpreta en clase ante compañeros.
El aspecto más característico de la ansiedad escénica es el que aparece en el momento de la interpretación y lo hace como ese ‘nerviosismo’ molesto. La respuesta fisiológica es la que más entorpece: sudoración de manos, taquicardia, boca seca, mareos, ganas de orinar, temblores, etc. Pero en la definición de ansiedad escénica no sólo prestamos atención a lo que ocurre en el momento de la interpretación sino también en el antes y después. Hay músicos que meses antes de un concierto en el que tienen algún solo ya están nerviosos cuando se habla o piensan en ello, y se va incrementando a medida que trascurre el tiempo y se acerca el momento.
Pero también es importante valorar lo que ocurre después, cuando debido a la ansiedad o a otros motivos (falta de preparación y estudio, problemas de concentración…) el resultado no es el esperado.
¿Cómo sé si padezco Ansiedad Escénica?
Que una persona sienta nervios, inquietud o cierta preocupación antes, durante o después de una actuación es algo que se enmarca dentro de lo común, por lo que no quiere decir que padezca Ansiedad Escénica. Por ello, para asegurarnos si sufrimos ese tipo de ansiedad o no, lo mejor es documentarse, informarse a especialistas y ponerle solución de inmediato.
¿Cómo podemos saber si un músico padece ansiedad escénica? Un método de evaluación objetiva son los cuestionarios que existen al respecto, son una medidas cuantitativas que suelen ofrecer evaluación de aspectos más concretos como respuesta fisiológica, motora o cognitiva y también puntuaciones generales. Pero aparte de estas medidas existen otras subjetivas, es decir, aquellas que no se pueden (o es muy difícil) objetivar en alguna puntuación, son las medidas que indica el propio músico de su malestar general. Por ejemplo, podemos saber si existe ansiedad escénica si el músico percibe que disminuye su nivel interpretativo al hacerlo ante un público o un tribunal respecto a como lo realizaba en casa cuando lo preparaba. O también viendo si se disfruta o no encima del escenario, y como se apuntaba antes, valorando los momentos antes de la interpretación.
Por supuesto que debe existir cierta activación de nuestro organismo, ciertas ‘mariposas’ en el estómago son inevitables y hasta necesarias, el problema viene cuando estas sensaciones nos perjudican y provocan un deterioro en la interpretación. O simplemente no nos dejan disfrutar del momento pues nuestro cuerpo se activa de manera incontrolada.
También podemos hacernos la siguiente reflexión: si el concierto lo hemos interpretado muchísimas veces en casa y en clase, ¿porqué no podemos repetirlo igual una vez más? Existe un planteamiento generalizado que dicen muchos músicos de que se ha de estar preparado un 130% porque en el momento del examen o concierto se disminuye un 30 ó 40 %. Ante esto hay que indicar que no tiene porque ser así, si existe un problema de ansiedad escénica que nos entorpece nuestro quehacer, parece más lógico resolver ese problema. En este sentido podemos entender que es un problema de intensidad, es una activación excesiva y contraproducente.
La respuesta más común y que más incomoda es la fisiológica: sequedad de boca, tensión muscular, temblores, inquietud, taquicardia, etc., que suelen aparecer en mayor intensidad en el momento de la actuación. Pero también ocurre sobre todo en músicos profesionales con experiencia en realizar conciertos como solistas que aún no teniendo estas respuestas físicas sí sufren ansiedad, manifestada ésta por excesiva preocupación por el resultado, ocurre cuando se está más pendiente de hacerlo bien, de no cometer ningún fallo que de disfrutar del concierto.
La información procede de "Cómo superar la ansiedad en músicos" del psicólogo especializado en la interpretación musical Guillermo Dalia. (http://www.guillermodalia.com/)
A modo de reflexión personal... ¿No sería aconsejable que se incluyera algún tipo de asignatura desde los primeros años de formación musical que nos ayudara a prepararnos mentalmente para una actuación? Porque se hace mucho hincapié a las notas, a la interpretación, al querer hacer una actuación "perfecta", sin permitirnos fallar una sola nota... ¿Acaso no es más importante recibir un entrenamiento mental que nos prepare y nos ayude a enfrentarnos al público para que podamos dar el cien por cien de nosotros mismos? ¿Puede que el propio sistema educativo propicie, además de otros factores, que el futuro músico tenga miedo a tocar en público?
En próximas actualizaciones iré profundizando en algunos de los aspectos más destacados de este tema, así como en las técnicas que existen para superarlo.
¡Gracias por leerme!
Tras un año sin escribir ni publicar, hoy, último día de este año 2014 me he animado a retomar de nuevo el blog.
Son muchas las experiencias vividas a lo largo de este año, y por suerte, la mayor parte de ellas han sido muy positivas para mí. Pero si tuviese que destacar un momento en concreto, ese es el día 23 de junio de 2014, el día de mi recital fin de estudios, pues supuso el cierre a una etapa de mi vida, tanto musical como personal, y el inicio de otra nueva.
Tras 9 años de estudios en el conservatorio finalicé mi etapa de estudiante de clarinete, lo cual no significa que ya no necesite seguir estudiando. Son muchas las personas, profesores, amigos, consejos, ayuda y valores que me llevo de todos estos años y que ahora aprecio más que nunca.
A la vuelta de vacaciones pasé unos días difíciles, pues se iniciaba de nuevo el "Curso Escolar", pero ya no para mí. Era momento de pararse a pensar qué quería hacer, qué camino o caminos escoger y empezar a encaminar mi futuro. Entonces llegaron las contradicciones y las dudas. Tuve que reflexionar profundamente y finalmente, y de manera resumida, mi decisión fué que no debo rechazar ninguna posibilidad, porque en realidad no quiero dejar de sentirme un músico completo: tocar, aprender, seguir formándome, enseñar, ensayos, clases, cursos, pruebas, orquesta, música de cámara...
Y en ello estoy, estudiando día a día para aprovechar cada oportunidad (por poca que sea) que pueda salir... Aún así, presiento que el próximo 2015 me deparará nuevos proyectos y retos y quiero estar preparada y dispuesta para todo lo que esté por venir.
¡GRACIAS POR SEGUIRME! OS DESEO LO MEJOR PARA ESTE NUEVO AÑO Y ESPERO QUE LA MÚSICA SIGA FORMANDO PARTE DE VUESTRAS VIDAS.
Navegando por Internet he encontrado este curioso vídeo. No pensé que una zanahoria con agujeros pudiese sonar tan bien!
Os dejo una serie de vídeos sobre las obras que estoy trabajando con mis alumnos que se presentan a la prueba de acceso a Grado Profesional de Conservatorio.
¡Es muy recomendable que escuchéis las obras!
No os centréis sólamente en la parte de clarinete, sino en la obra es su conjunto, escuchando lo que lleva el piano y cómo dialoga con el clarinete.