PROCESO CREATIVO DE LA CANCIÓN

Mi madre, Ana, tiene 89 años y un gran cúmulo de duras experiencias que han forjado su carácter, sólido y resistente, pero a la vez dulce y bondadoso. Es una mujer que lo ha dado todo por su familia, pero que, como otras madres, no ha recibido el agradecimiento que esté a la altura del esfuerzo y los sacrificios que ha hecho. 

Creo que hace unas décadas, no había costumbre de decir “Te quiero” a los hijos, o a los padres de un modo tan abierto y asiduo como ahora, pienso que se daba más importancia a la elocuencia de los actos; así que hasta no hace mucho, mi madre no estaba habituada a escuchar estas palabras de afecto.