Quien canta sus males espanta


Por Isabel Villagar, Profesora de Canto

Ahora que es tiempo de buenos propósitos, año nuevo, vida nueva, dicen :)

Me gustaría animar a aquellos que piensan que cantar es cosa de "elegidos", de "favorecidos por un don especial casi sobrenatural", "que para cantar hay que haber nacido" y otras ideas limitantes similares, a eliminarlas por la vía rápida, la de los hechos, probando una clase de canto vía Skype y comprobando las ventajas y beneficios de cantar. 

Está comprobado que el trabajo de la respiración consciente y, particularmente, la respiración que se emplea a la hora de cantar favorece la oxigenación de los tejidos que, a su vez, es responsable de la regeneración celular, de manera que podríamos decir que cantar regularmente en cierta medida rejuvenecería. 

Por otro lado, el empleo de ambos hemisferios cerebrales implicado en el estudio de la música y del canto en el que se ponen en funcionamiento tanto aspectos racionales como emocionales ayuda a equilibrar la mente.

He podido comprobar en muchos de mis alumnos y alumnas cómo la actividad canora mejoraba su estado anímico en los momentos en los que estaban pasando por dificultados.
Centrar la atención en su cuerpo y en sus emociones les hacía olvidar los problemas de su vida cotidiana e incluso, hasta cierto punto, dolores físicos que de otra manera estarían más presentes.

Esto es posible porque se segrega la "hormona del placer", es decir, endorfinas, así como otras sustancias químicas que coadyuvan a la felicidad de los que trabajan el canto o simplemente lo practican.

Por lo tanto, el refranero es sabio y "QUIEN CANTA SUS MALES ESPANTA" 

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© Isabel Villagar, Clases de Canto