Nos encontramos en muchas ocasiones que alumnos que se matriculan en un centro se encuentran con que el profesor de canto que le asignan no es de su agrado, no hay afinidad, no hay compatibilidad o no supera las mínimas expectativas del alumno.
Hay casos extremos en los que un alumno que accede a un centro educativo retrocede en sus competencias! Y acaba teniendo que buscar ayuda en otros profesores fuera del centro. Para el profesor externo, de apoyo, por así decirlo, tampoco es de su agrado estar en esta situación porque muchas veces no es un complemento sino una sustitución de la labor del profesor del centro educativo oficial.
Sería ideal que ambos profesores pudieran hablar y complementarse, pero la realidad es que el alumno pide ayuda, no se lo comunica al profesor del centro y el profesor externo tiene que asumir -o no- el repertorio ajeno que puede ir en contra de lo que opine que es adecuado para el alumno en ese momento.
Toda esta situación no sucedería si el alumno se preocupara de conocer al profesor antes, o pidiera referencias a otros alumnos, o acudiera a escuchar varias clases del profesor en cuestión, o acudiese a un cursillo que impartiera, etc...
La salud y la formación vocal es algo muy delicado y el alumno debería asegurarse de que va a estar en buenas manos mientras duren sus estudios musicales oficiales. Por ello es más importante seleccionar al profesor que al centro.