El mundo en el que vivimos está cambiando muy deprisa y en el mundo de la música debemos darnos cuenta del valor de compartir experiencias y vivencias si no queremos quedarnos apartados este siglo XXI.
Cuando uno comparte crece, cuando crece se entra en el circulo del todos ganan y se estimulan la creatividad y la autonomía de las personas que deciden interaccionar para enriquecerse, en la interacción siempre hay ganancia.
Lamentablemente el sistema educativo musical fomenta todo lo contrario, fomenta la percepción de que "si se comparte se pierde, si se comparte otro ganará y yo perderé".
Considero fundamental empezar a sustituir este tipo de actitudes y somos los docentes de música los que debemos predicar con el ejemplo para que este cambio se pueda producir abriéndonos a otros compañeros, a otras vivencias, a otras experiencias, a todo aquello, en suma, que permita ampliar nuestra visión del mundo.
Si nosotros vemos un mundo grande enseñaremos un mundo grande a nuestros alumnos! Debemos enseñar a nuestros alumnos a crecer en todas las dimensiones, a ser generosos para dar y recibir y que sientan placer compartiendo, cómo al repartir e interaccionar con otras personas sus propios límites, su mundo se expande.