La creatividad es un proceso constructivo que puede aplicarse a cualquier dimensión del aprendizaje musical. A menudo, cuando hablamos de creatividad y música, pensamos en la creatividad aplicada a la interpretación o la creación. Sin embargo, también puede aplicarse la creatividad en el estudio técnico.
La función de la técnica tiene otras dimensiones que podemos trabajar y estimular en el alumno. Pensando en la técnica como vehículo, y no como fin, podemos aleccionar al alumno para que la use en función de las necesidades expresivas. Del mismo modo, el área técnica es un momento de experimentación, de probar nuevas cosas con el fin de que el alumno participe en el propio aprendizaje técnico del instrumento.
¿Qué es la creatividad y el pensamiento creativo?
Si pensamos en la definición de creatividad, nos encontramos diversos autores y respuestas desde muy distintos puntos de vista (psicológico, intelectual…etc.). Sin embargo, todas estas definiciones suelen tener algo en común: originalidad, fluidez, novedad… Se trata de tomar una experiencia o emoción ya conocida y transformarla en algo nuevo. Se trata de dar nuevas respuestas a antiguos problemas.
Es en el aspecto técnico en que el profesor puede estimular mejor al alumno, planteándole un problema al que debe poner una solución creativa: hablamos de lo que los teóricos llaman pensamiento creativo.
Aplicar la técnica de manera creativa
Si la música es una combinación de ciencia y arte, la técnica es la parte más “científica” en cuanto a tocar un instrumento se refiere. La técnica es el medio que usa el instrumentista para expresar a través de su interpretación.
En este sentido, es el profesor el que debe darle al alumno las herramientas para aplicar sus conocimientos técnicos a sus ideas musicales. Si el alumno se limita a imitar las directrices técnicas en cada partitura que afronta, no desarrollará su imaginación, y por tanto, sus capacidades técnicas serán mucho menores.
Si aplicamos las fases de cualquier proceso creativo, podemos guiarnos para aplicar la técnica de manera creativa:
- Observar de manera analítica dónde está el problema en la interpretación. Mediante una serie de preguntas, podemos ayudar a identificar el problema.
- ¿Se trata de un fallo técnico?
- ¿La frase no es suficientemente expresiva?
- ¿Suena fuera del estilo?
- …
- Definir el problema: Una vez identificado, se debe enunciar exactamente qué es lo que se necesita mejorar, de manera clara y concisa.
- Proponer distintas soluciones: Es en este momento en que el profesor insta la capacidad creativa del alumno. Desde el punto de vista técnico, el alumno debe proponer distintas soluciones, por ejemplo:
- Cambiar las articulaciones o golpes de arco
- Cambiar una digitación que le resulte incómoda
- Modificar las ligaduras
- …
- Valorar las soluciones propuestas, y promover que el alumno escoja la más afín a su idea musical, siempre con la ayuda del criterio del profesor.
La técnica como medio experimental
El mejor laboratorio de pruebas para un músico se encuentra en la base de su instrumento: las escalas, los arpegios y los ejercicios técnicos. Un plan de trabajo a priori aburrido o rutinario puede convertirse en un entorno de pruebas gracias al uso de la creatividad.
Como muchos teóricos apuntan, la creatividad y el aprendizaje sólo pueden tener lugar cuando la emoción entra en juego. Sin embargo, es común que separemos la técnica más pura del elemento emotivo, haciendo que el alumno odie el momento de estudiar escalas, arpegios o ejercicios básicos para su aprendizaje.
Sin embargo, el estudio de la técnica debe ser un medio experimental, en el que el alumno tiene que sentirse libre de probar todo aquello que pase por su mente, siempre dentro de unos estándares. Para ello, el profesor siempre debe ser el guía que proponga al alumno algo sobre lo que trabajar. Al igual que se trabaja en la improvisación, podemos decir que en el trabajo técnico, la escala es la “consigna” que el profesor da. A partir de ella, el alumno puede proponer distintos patrones rítmicos, golpes de arco o digitaciones.
Educar al alumno en la detección y solución de problemas
El estudio de la técnica es el mejor campo en el que un alumno puede aprender a detectar y solucionar problemas de manera creativa. A menudo, nos encontramos con alumnos avanzados que son incapaces de auto-evaluarse y entender qué está fallando en su manejo técnico.
Desde la correcta afinación, hasta la ejecución de las mayores dificultades técnicas, el alumno debe aprender a detectar el error y a darle solución. Haciendo uso de un método deductivo-activo, el profesor ayudará al alumno a analizar los problemas desde lo más general hasta el detalle, para que poco a poco él mismo sea capaz de identificar el fallo. Una vez detectado el error, el profesor debe proveer al alumno de una serie de técnicas de estudio, siempre dejando la puerta abierta a las propuestas del alumno, para construir entre ambos una solución creativa.
Cuanto más se trabaje de este modo, más fluido será el aprendizaje creativo de la técnica. El alumno será progresivamente capaz de detectar el error y corregirlo usando las técnicas del profesor y las suyas propias.
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