El profesor debe prestar atención a los objetivos a conseguir en cada momento y debe ser capaz de secuenciar las actividades y el repertorio adecuadamente.
El repertorio debe, por tanto, elegirse en función de las dificultades que pueda afrontar el alumno en cada momento, el grado de madurez vocal, musical y emocional del mismo y de sus gustos y preferencias.
Los criterios musicales para seleccionar las canciones deben ser: la tesitura (no incluir extremos ni graves ni agudos), líneas melódicas sencillas que se muevan por grados conjuntos, terceras o cuartas, evitar intervalos demasiado amplios o difíciles de afinar, las frases deben ser más bien cortas y en un tempo cantabile, evitar dinámicas extremas y acompañamientos que obliguen a forzar el sonido.
Hay que contar con los gustos del alumno pero es necesario que el docente sepa qué puede cantar en cada momento y por tanto secuenciar las obras para ir abordando dificultades crecientes de una manera progresiva para desarrollar las habilidades musicales y vocales y que el alumno no se estanque o se aburra.
El docente debe saber qué tipo de dificultades aparecen en una obra y si son asumibles por el alumno o no.
Al la hora de seleccionar el repertorio es preciso hacer un análisis técnico y didáctico del mismo. El análisis técnico se centra en las dificultades que presenta una obra. El análisis didáctico se centra en el orden de resolución de las mismas y la manera de hacerlo.
Análisis técnico
Este tipo de trabajo permitirá al docente saber cuales son las principales dificultades técnicas que presenta una obra y saber, consecuentemente, qué obras son adecuadas para cada alumno que le permitirán un desarrollo consistente de su voz y de su musicalidad.
El análisis técnico de una canción se centra en distinguir los aspectos técnicos que va a presentar y por tanto nos orientará en tipo de trabajo que deberemos realizar para que el alumno pueda resolver la pieza con solvencia.
Este análisis se centra en los siguientes aspectos:
- longitud de las frases y control de la respiración necesaria,
- tesitura y cambios de registro,
- notas largas y tesitura de las mismas,
- interválica que se emplea (grados conjuntos, saltos),
- agilidad y notas rápidas,
- staccatos, picados,
- idioma de la canción,
- cantidad de texto,
- modulaciones,
- tempo,
- estilo.
Identificar las dificultades que presenta una obra permitirá saber qué aspectos técnicos e interpretativos se pueden trabajar con ella y proponer el trabajo preparatorio en el calentamiento.
Análisis didáctico
El análisis didáctico tiene que ver con las posibilidades del alumno para abordar el repertorio seleccionado en cuanto a sus posibilidades vocales. El docente debe tener en cuenta cuestiones relativas a la tesitura, longitud de las frases, cantidad de texto, etc.
Es decir, aquello que puede realizar con una emisión cómoda el alumno. Ajustar las dificultades técnicas a las posibilidades del alumno en cada momento le ayudará a progresar constantemente.
Una vez identificada una dificultad técnica, el profesor puede fijar el objetivo didáctico a abordar. Por poner un ejemplo, una obra puede tener la dificultad de mantener una nota larga en una tesitura media.
El profesor debe plantear el trabajo de las notas tenidas y el control de la columna de aire como actividad previa. Se puede emplear la frase donde aparece la dificultad en el calentamiento.
El alumno avanza más rápido si el profesor realiza este tipo de trabajo y sabe qué puede hacer en cada momento. Está bien que el alumno se vaya superando pero las obras no han de ser “caballos de batalla” sino elementos de aprendizaje y disfrute a través del mismo.
En demasiadas ocasiones los alumnos cantan obras que presentan más dificultades de las que pueden asumir y eso acaba frustrándoles porque sienten que no lo hacen bien, que tienen que esforzarse mucho o que no lo lograrán.
Es mejor solventar las dificultades poco a poco, esto quiere decir que las canciones deben ser fáciles en su mayoría. En palabras de Heimsy de Gainza “Hacer sentir competente al alumno es esencial para fortalecer su autoestima y su autoconcepto por lo tanto en la elección del repertorio siempre es mejor pecar por sencillo que por difícil” (Alsina, 2010).
Otro efecto negativo de una mala secuenciación del repertorio es incrementar la tensión muscular del alumno.
Si el repertorio es el adecuado el alumno evoluciona de una forma más natural y su voz no se ve forzada y esto, en el caso del canto, es fundamental puesto que establecer una mala memoria muscular tendrá efectos negativos a largo plazo. El docente debe evitar en todo momento una emisión forzada.
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© Isabel Villagar, Clases de Canto on line