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Miquel Ortega |
Miquel Ortega es pianista, compositor y director de orquesta. Actualmente es uno de los directores de orquesta referentes para muchos cantantes por su saber hacer y su conocimiento de las voces y tenemos el placer de compartir con los seguidores de esta bitácora esta entrevista.
Desde su punto de vista ¿Qué cualidades debe tener un director que está al frente de un elenco de cantantes?
Cualquier director de orquesta, no sólo el que trabaja más asiduamente con cantantes, debería tener además de las cualidades esenciales, buen oído, estudios de armonía, contrapunto, composición y orquestación, así como ser instrumentista, condiciones sine qua non, debería tener decía, amplios conocimientos sobre el funcionamiento de la voz, y a ser posible haber estudiado canto. Esto antes era básico, como me comentó una vez el gran director Lamberto Gardelli, todos los directores de orquesta estudiaban canto aunque nunca dirigieran repertorio vocal, porque "la música es canto", sentenció.
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la música?¿Y en el mundo de la dirección orquestal?
Precisamente mis inicios en la música fueran gracias al mundo vocal. Mi madre estaba escuchando siempre ópera y zarzuela en casa, mucha zarzuela, y mi padre escuchaba a Antonio Machín y Glenn Miller. También se oía a Carlos Gardel, el Trío Los Panchos y The beatles, entre otros, sobre todo por mis dos hermanos mayores en aquel momento. Así que yo me acostumbré a ese eclecticismo. Poco a poco a mi me fue interesando mucho también el mundo sinfónico, tan rico o más que el mundo de la ópera. Pero al ir a ver la película "El gran Caruso" en un cine de mi barrio en Barcelona con mi madre y mi hermano pequeño, se me encendió la lucecita. Mi madre compró el disco de la película esa misma semana ante mi insistencia, y me aprendí todas las arias de cabo a rabo y no paraba de cantarlas. Los vecinos me oían y se pasaban por casa a decirles a mis padres que debían llevarme al conservatorio. Y lo hicieron.
El interés por la dirección orquestal se me despertó más tarde, cuando ya era asistente del Maestro Romano Gandolfi en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. Un buen amigo, componente del coro del teatro en aquel momento, Joan Gabarró, fue el que se dio cuenta y un día me llevó al centro del escenario durante un descanso de un ensayo y me señaló el podio del director a la vez que me dijo: "Ese es tu sitio". Al cabo de pocas semanas estaba matriculado en la cátedra de dirección de orquesta del Maestro Ros Marbá.
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Miquel Ortega dirigiendo a Montserrat Caballé |
Sabemos que tiene una relación muy especial con el mundo de la ópera ¿a qué se debe?
Creo que ya he contestado al menos a medias esta pregunta en la respuesta a la anterior. Ese continuo escuchar ópera y zarzuela en mi casa hizo que al cabo de poco tiempo asistiera casi todos los fines de semana al Gran Teatre del Liceu de mi ciudad natal. También iba a escuchar los conciertos sinfónicos en el Palau de la Música, y me chocaba ver que los públicos eran distintos. No entendía que, si era música, y la mayoría de gran calidad, ¿porqué había unas personas que asistían sólo al Palau y otras sólo al Liceu? En fin, supongo que no todo el mundo puede disfrutar igual de todos los géneros, o en palabras de Bernstein, "de la infinita variedad de la música". Poco a poco, y al haber empezado a estudiar canto además de piano, hizo que me interesara mucho por la ópera, sin dejar de amar los otros repertorios, pero entonces conocí a una persona que fue algo más que un mentor para mi; sin ánimo de parecer cursi, fue un ángel tutelar, una persona por la que siento un cariño, un respeto y admiración de lo más profundo: el barítono Vicente Sardinero. Desgraciadamente Vicente ya no está entre nosotros, pero yo le tengo siempre en mi corazón. Él fue quién me llevó, después de haberme oído tocar el piano al Liceu para que audicionara para el entonces director del coro, el Maestro Riccardo Bottino. Yo tenía tan sólo 17 años y gracias a esa audición fui contratado como pianista del coro. Poco tiempo después llegarían procedentes de la Scala de Milán y gracias a la magnífica gestión realizada por el entonces director artístico del teatro, Luis Andreu, los Maestros Romano Gandolfi y Vittorio Sicuri, con quienes aprendería tanto sobre la ópera. El Maestro Gandolfi solicitó pronto a Luis Andreu que me ascendieran de pianista "raso" a adjunto a la dirección del coro, cosa a la que Andreu accedió inmediatamente de buen grado.
Sabemos que es una persona comprometida con los futuros músicos y cantantes y realiza regularmente masterclass en las que trabaja tanto con cantantes como con pianistas ¿Cómo se desarrolla este tipo de formación?¿Qué beneficios tiene?
Hace relativamente pocos años me di cuenta de que muchos cantantes no estaban siendo bien informados sobre distintos aspectos interpretativos por los conservatorios en general y por algunos profesores en particular. Muchos de mis ensayos con cantantes jóvenes y con pianistas repetidores (los pianistas de ensayo de los teatros de ópera) se convertían en Master Class, así que varios de ellos, tanto pianistas como cantantes me animaron a hacerlo de forma regular. La verdad es que ahora ya no hay quien lo pare, y durante los últimos años se me está solicitando a menudo para desempañar esta tarea no sólo en España sino también fuera. Realmente es un trabajo agotador pero muy satisfactorio. Los beneficios no siempre son inmediatos, ya que según el nivel del artista hay que asimilar más o menos información. Digamos que a partir de distintas teorías interpretativas que van desde las de Félix Saltzer a las de Pau Casals, pasando por las de Heinrich Schenker, discípulo del primero, he intentado diseñar un modo de acercamiento pragmático, que a la vez tiene un tanto de científico, a la interpretación operística. La parte musical debe en estos casos complementarse con la parte actoral y muchos de mis discípulos ya me dicen que parezco más un director de escena que un director de orquesta, pues les hablo de las motivaciones del personaje, de la forma de decir el texto y les hablo incluso de las teorías del famoso método Stanislavski.
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Miquel Ortega con José Carreras |
Como impulsor de la iniciativa que defiende nuestro patrimonio musical lírico y que está aunado esfuerzos para que se reconozca el valor artístico de la zarzuela en el mundo como patrimonio de la humanidad. ¿Qué nos puede decir acerca de este proyecto?
Este es un proyecto que ideé hará ahora tres años aproximadamente y por el que estoy recibiendo soporte de mucha gente y de muchas entidades. No quisiera dejarme a nadie en el tintero, por lo que no nombraré personas físicas, baste decir que todos los compañeros administradores de la
página que creé en facebook están trabajando a destajo y entidades del peso del Teatro de la Zarzuela de Madrid, el departamento que se ocupa de nuestra lírica en SGAE y la Fundación Guerrero me apoyan totalmente para que podamos conseguir nuestro propósito. En Sudamérica ya estamos recibiendo también apoyos varios. En su momento espero poder hacer pública la lista con nombres y apellidos de toda la gente que se está implicando para que nuestro género lírico reciba la atención que merece a nivel universal.
¿Dónde vamos a poder verle dirigir próximamente? ¿Cuales son sus próximos proyectos?
Ahora se me juntan proyectos de todo tipo. Precisamente tres cursos magistrales en Madrid, Málaga y Barcelona que compaginaré con la composición de mi próxima ópera, un encargo de Ópera de Cámara de Navarra que tiene previsto el estreno a finales de año. Esto me ocupará casi todo el resto del año, pero aún me quedará tiempo para dirigir "Don Pasquale" en Pamplona, donde se conmemora el 25 aniversario de AGAO y el mío como director de orquesta, ya que con esa obra debuté ahí. Fue la primera actividad de AGAO y también la mía como director. También seguiré implicado con la recién creada JOVEN ORQUESTA DE CASTILLA LA MANCHA y aparte de esto tengo compromisos firmados de óperas y conciertos sinfónicos hasta 2017.
Qué opina de la educación musical en España ¿Qué cree que debería cambiar?
Sinceramente debo decir que deberían cambiar bastantes cosas. Más del plan de estudios que de la aportación de los propios profesores en general. Yo tengo a mi hijo pequeño de tan sólo 10 años en el Conservatorio y me saca de quicio ver que les hacen llevar el compás marcando todos los tiempos abajo. Estos chicos serán incapaces de medir un compás de 3 ó de 4, y no digamos ya uno de 6, 7 ó 9 tiempos. Además de que marcando sólo abajo el fraseo se resiente terriblemente, aunque los muchachos estén leyendo lecciones de solfeo. Hay que poner bien los cimientos. Otro error que considero tremendo es no hacer cantar las lecciones. Supongo que en algún momento lo harán, pero no veo porque no se hace desde la primera lectura. Hablar el solfeo nunca me ha parecido el mejor sistema de estudio. Conozco a profesores muy competentes que están en contra de estas prácticas, pero tienen que acatar las "órdenes". ¿Quién diseña estos planes de estudios?
Y con respecto al mundo de la cultura ¿Qué cree que es necesario hacer de una manera prioritaria?
Pues aunque me de mucha pena reconocerlo, demasiadas cosas. No puede ser que el nivel de cultura sea tan bajo. Eso es algo que están organizando las clases dominantes para que el pueblo sea cada vez más inculto y se queje menos. Alguien que va a ver obras de teatro de Strindberg o de Lorca, películas de Woody Allen o de Kusturica, escucha música de Beethoven y Shostakovich, lee los poemas de Benedetti y de Machado, desde luego tiene que ser alguien inconformista, y eso no interesa. Un pueblo culto es un pueblo mejor. Habría que dar facilidades a la gente para acceder a la cultura. Y eso empieza por bajar ese 21 % de IVA sangrante. Luego hay que seguir con muchas otras cosas. Conseguir que, por ejemplo, cada vez que diga la calle donde vivo, casualmente Debussy, no la tenga que deletrear.