Practicar y dominar las dobles cuerdas es una de las mejores inversiones en tiempo de estudio que podemos hacer. Por un lado mejoramos nuestra afinación general, además, ganar habilidad en poner los dedos en varias notas a la vez nos servirá para tocar más rápidamente muchos pasajes, interiorizamos cómo suenan intervalos de notas, con lo que vamos formándonos armónicamente, y podemos tocar música con una profundidad musical un poco mayor. Si te gusta el folk, las dobles cuerdas son el pan de cada día, aunque afortunadamente no suelen usarse combinaciones o movimientos tan difíciles como en la clásica (con lo que se convierte en un tipo de música excelente para empezar a practicarlas).
El método clásico de afinar las cuerdas (cuando no había afinadores electrónicos) obligaba a tocar dobles cuerdas para buscar “las quintas justas” y así afinar las cuatro cuerdas entre sí. Primero se afinaba el La con la ayuda de un Diapasón, más tarde se tocaba el La con el Re y se iba afinando la cuerda Re hasta que armonizaba (no se producen ondas en el sonido) e igualmente hacíamos con el resto de cuerdas: tocar Re con Sol y La con Mi. Pero esto a muchos estudiantes ni se les pasa por la cabeza hacerlo, esperan a que se lo afine el profesor, o usan una app o afinador electrónico, con lo que pierden un buen ejercicio, tanto de afinación como de tocar dobles cuerdas.
Enfin, en cualquier caso, antes de afrontar los ejercicios de dobles cuerdas conviene que hayamos conseguido esto:
- Tener una buena afinación tocando en una sola cuerda, al menos en primera posición. Si no somos capaces de encontrar las notas afinadas, aunque sea despacio, de una en una, mucho menos podremos hacerlo tocando dobles cuerdas. (Una excepción a esto sería cuando se toca una al aire, una nota “dron”, ya que tener esa nota constantemente sonando incluso nos puede servir de referencia para tocar afinada la segunda nota).
- Haber adquirido una buena postura general, y de manos en particular.
- Tener un buen movimiento de brazo derecho desde el talón a la punta.
Lo primero que deberíamos practicar es acostumbrar al brazo derecho a tocar dos cuerdas simultáneamente con la misma intensidad ambas, de modo que no prevalezca el sonido de ninguna de las dos. Esto es algo que precisamente durante nuestro estudio hemos ido evitando, ya que hasta ahora hemos estado interiorizando que cuando nos sonaban dos cuerdas estábamos cometiendo un error ¡Pues ya no es así!
Por eso lo primero que vamos a probar será simplemente tocar las dobles cuerdas al aire, con todo el arco, de abajo arriba y de arriba abajo, fijándonos bien en que:
- El arco se mantiene siempre perpendicular a las cuerdas.
- Siempre suenan con igual intensidad las dos cuerdas.
- Suenan con la misma intensidad desde el talón hasta la punta (ya sabemos que para eso hay que presionar más cuánto más cerca estemos en la zona de la punta y mucha menos o ninguna en la zona del talón).
- Hacer resonar dos cuerdas puede parecer que exige mayor presión y/o velocidad que sólo una, pero en realidad si lo haces bien no es necesario.
Esto debe hacerse en las tres combinaciones de dobles cuerdas: primero Sol-Re, luego Re-La y finalmente La-Mi.
También es interesante probar algunos golpes de arco más cortos sobre dobles cuerdas al aire, detache, staccato, incluso saltillos, martelé, etc. dependiendo de los que hayamos practicado normalmente en una sola cuerda. Podemos hacer ritmos, 3×4, 4×4, etc., siempre buscando que las dos notas suenen con igual valor.
Enfin, Cuando ya tenemos soltura en este ejercicio podemos empezar a enfrentarnos a ejercicios de dobles cuerdas clásicos, como los de Polo, Sevcik o similares. Yo he elegido el Polo, que ya es de libre reproducción y es con el que suelo practicar estas cosas: el de Sevcik también está bien pero las partituras vienen solo en la tonalidad Do mayor y debemos hacer nosotros mismos las transposiciones si queremos practicar otras tonalidades, lo que me da una pereza…
Una buena rutina para enfrentar los ejercicios (que muchos se ahorran y se lanzan al ruedo directamente a tocar lo que está escrito) sería ésta:
- Tocar la línea de notas superior.
- Tocar la línea de notas inferior.
- Tocar las notes superiores mientras tocas al aire la cuerda de arriba (más grave).
- Tocar las notas graves mientras tocas al aire la cuerda aguda (más aguda).
- Tocar la partitura como está escrita, sin ligaduras ni indicaciones.
- Tocar la partitura como está escrita, con todas las indicaciones.
Sugerencias:
- A menudo (sobre todo en posiciones de dedos separados) cuando ponemos un dedo en su posición correcta y luego el segundo en otra cuerda, este último tira del primero, y hace que se desafine, con lo que también tenemos que ajustar el segundo, que al moverse vuelve a tirar del primero, y así no terminamos nunca de afinar bien el intervalo. Debemos ser conscientes de que al final deberíamos conseguir poner los dos dedos prácticamente a la vez (no uno después del otro), como hacen los guitarristas cuando ponen sus posiciones para acordes.
- Toca una cuerda al aire (sol por ejemplo) y en primera posición y al mismo tiempo ve tocando notas en la cuerda Re, buscando que suenen bien. Así estarás buscando notas afinadas y armonías, y educando tu musicalidad. Haz lo mismo en otras cuerdas y prueba diferentes “melodías”. Al principio muy despacio y ajustando el dedo hasta que notes que ahí es justo donde suena perfecto el intervalo de notas.
- Es más difícil tocar bien las dobles agudas que las graves (al menos a mí me lo parece), así que mejor empezar por estas últimas, pero al final practica más las agudas.
- Puede ser útil, si tocas con un profesor, que antes de empezar un nuevo ejercicio él toque la línea de arriba mientras tú tocas la de abajo (o al revés), lo que se conoce como “divisí”, para familiarizarte y recordar cómo ha de sonar.
Y sin más, os dejo los 30 estudios de cuerdas dobles de E. Polo. Los primeros ejercicios son bastante fáciles pero no tardan mucho en complicarse. Por eso pueden abarcar un gran número de años de estudio.
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