Cinco razones para regular los decibelios cuando se ensaya

He tenido ocasión de asistir a ensayos de mis alumnos de canto moderno en los locales que alquilan para tal efecto en los que pueden guardar todos los equipos y ensayar sin temor a molestar a nadie. 

En algunas ocasiones he observado que las salas, de un tamaño limitado acogen los equipos (amplificadores, micrófonos, altavoces, etc.) que emplean en las actuaciones, ya sea en salas de un tamaño mucho mayor o al aire libre, y considero necesario recalcar la necesidad de ajustar los decibelios al espacio en el que se encuentran por pura higiene y salud auditiva ya que una exposición prolongada puede causar hiperacusia manifestada en forma de dolor de cabeza y pitidos y a largo plazo pérdida de audición.


Si el grupo se acostumbra a ensayar en unas condiciones acústicas adecuadas, es decir, ajustan el volumen de los instrumentos al tamaño de la sala, todos ganarán en los siguientes aspectos:

1. Aprender a equilibrar el sonido de los diferentes componentes de la banda a través de la escucha del conjunto, ya sea desde el propio instrumento o desde la mesa. 

2.  En el caso de los cantantes, sentir que no tiene que traspasar a los demás instrumentos le permitirá cantar sin forzar la voz. Hay que tener en cuenta que los cantantes son de carne y las voces poseen una variabilidad de matices y posiblidades en función de las tesituras y han de ser tenidas en cuenta por el resto de los músicos.

3. Aprender a escuchar de manera activa a todos los miembros de la banda pudiendo así enriquecer la propia interpretación con las ideas que sugieren otros. 

4.  Atender de manera rápida a posibles imprevistos que se den en el transcurso de la actuación y fomentar la comunicación de los músicos durante las actuaciones, dando una imagen de cohesión. 

5. No tener que emplear tapones para proteger los oídos

Lo que no te tienen que enseñar: Tu sonido ideal

Muchas veces estamos muy pendientes de buscar un buen profesor, de que nos den consejos y que nos ayuden pero en ocasiones somos nosotros lo que tenemos que ir en busca de las respuestas y hacernos preguntas que nos hagan avanzar y crecer musical y vocalmente.

Hoy voy a hablar de la búsqueda de nuestro sonido ideal. Creo que el sonido ideal es una imagen sonora que tenemos de cómo nos gusta que suene una voz y en particular como nos gustaría que sonara nuestra voz.

En mi caso, cuando empecé a estudiar veía que mi voz, por la falta de control, sonaba estridente o dicho más finamente "dura". Yo pensaba que mi voz tenía que sonar dulce y suave. Hace tiempo que los calificativos que otorgan a mi voz van en esa línea.

Siempre me inspiré en cantantes que poseían las cualidades que a mi me llamaban la atención: belleza en el canto, ductilidad de la voz, timbre homogéneo... con estas voces  me conmovía, algunos ejemplos son: Pilar Lorengar, Edith Mathis, Luciana Serra, Susan Graham, Elly Ameling, Renee Fleming...

El trabajo de autodescrubrimiento no cesa nunca porque la voz es un sistema orgánico, vivo, que crece, que se desarrolla y por eso el cantante debe estar alerta a las peculiaridades de su voz y sobre todo no cejar en la búsqueda de ese sonido ideal.

Hay cosas que no se alcanzan a conocer si no existe un trabajo previo, con esto quiero decir que podemos tener el mejor de los profersores pero si no tenemos una dinámica de trabajo de autodescubrimiento de las posibilidades de nuestras voces, el aprendizaje no será verdaderamente significativo ni duradero y si no tenemos claro cómo queremos que suene nuestra voz dificilmente conseguiremos una transformación de la misma.

Aconsejo que se escuche múcha música y que se piense en cómo se puede conseguir que la voz suene más bonita. Como me decía una gran profesora que tuve "Se canta con el cerebro".