Hasta siempre, Maestro Abbado

1979: Abbado durante le prove del Wozzeck all'Opera di Parigi

1979: Abbado durante le prove del Wozzeck all’Opera di Parigi

Después de la difusión de la noticia de la muerte de Claudio Abbado, hace apenas unas horas, los perfiles sociales de los más grandes músicos en activo se han llenado de cariñosas palabras de recuerdo para el que ha sido uno de los más grandes directores de orquesta de todos los tiempos. Entre esos mensajes hay uno que me ha parecido realmente entrañable, el de Simon Rattle, que en 2002 le sucedió en el podio de la Orquesta Filarmónica de Berlín, una plaza que Abbado ocupó durante 13 años y que había sido previamente cubierta por otros pilares de la historia de la dirección de orquesta, músicos de la talla de Herbert von Karajan, Wilhelm Furtwängler, Sergiu Celibidache o Hans von Bülow.

En su post, Rattle ha usado dos veces una palabra que siempre he considerado imprescindible para definir a Abbado, más allá de todas las que puedan servir para describir su excepcional talento musical: generoso. La primera vez la usa describiendo la sorprendente actividad musical que nos ha regalado a todos durante los últimos 10 años, un período que Rattle define como veranillo (Indian summer), pues siguió al diagnóstico y a los primeros tratamientos, muy agresivos, de la enfermedad que finalmente le ha llevado al triste desenlace de esta mañana y que en ese momento parecía marcar el final de su carrera musical y de su vida.

En su breve pero intenso mensaje, Rattle nos cuenta unas palabras que el mismo Abbado le dijo hace pocos años: “Simon, mi enfermedad fue terrible, pero los resultados no han sido del todo malos: siento que de alguna manera ahora oigo desde el interior de mi cuerpo, como si la pérdida de mi estómago me hubiera dado oídos interiores. No puedo expresar esta sensación tan maravillosa. Y todavía puedo sentir que la música me salvó la vida en ese momento”. Un testimonio extremadamente conmovedor, en el que podemos entrever la fragilidad de una persona en lucha con la muerte y su agradecimiento con la música por darle la fuerza para superar esos terribles momentos. Su agradecimiento hacia la música y la vida fue tan profundo que dedicó sus últimos años a repartir ese gran don a los demás, no sólo en forma de inolvidables actuaciones como director de orquesta, sino también de gran dedicación a la formación de jóvenes músicos, ya fuera con la Orchestra Mozart de Bolonia, que él mismo fundó, o con la venezolana Orquesta Simón Bolívar, nacida dentro del Sistema y que Abbado dirigió con ilusión en numerosas ocasiones.

En la misma entrada de Facebook, Simon Rattle vuelve a usar la palabra generoso en un sentido más personal, refiriéndose a su relación profesional con el director italiano, que siempre le transmitió calor y cercanía. Y finaliza diciendo que Abbado “se queda en lo profundo de su corazón y de su memoria”, un sentimiento que compartimos muchos apasionados por la música.

Además de su indeleble recuerdo, nos quedan las grabaciones de algunos de esos momentos en los que con su preclara mente y sus nitidos gestos conseguía que una orquesta sonara de manera sublime, como en el vídeo siguiente, con la Orquesta del Festival de Lucerna interpretando una obra de la que hablábamos hace pocos días: la Sinfonía nº1 de Mahler, una de las interpretaciones más memorables de esa composición.

Marcha fúnebre para un cazador

Moritz von Schwind: "Wie die Thiere den Jäger begraben"

Antes de seguir leyendo, observad con atención la imagen que precede estas líneas. Se trata de una xilografía obtenida a partir de un dibujo que el pintor austríaco Moritz von Schwind realizó en 1850: Wie die Thiere den Jäger begraben (Cómo los animales enterraron al cazador). La escena del cortejo fúnebre de los habitantes del bosque llorando la muerte de la persona que estaba dispuesta a pegarles un tiro es de una ironía brutal, acrecentada, si cabe, por el arma del cazador encima del féretro y por los grandes pañuelos que exhiben algunos de ellos tras los cuales es fácil imaginar más de una sonrisa de satisfacción.

Parece ser que este cuadro es la idea extramusical en la que se inspiró Gustav Mahler a la hora de componer el tercer movimiento de su primera sinfonía, una marcha fúnebre para acompañar el paso lento y pausado de los animales silvestres. Sin embargo, la solemne tristeza que se le supone a este tipo de composición y que pretende transmitir el primer tema, expuesto inicialmente por un contrabajo, está aquí entremezclada con varios elementos contrastantes, como unos “saltitos” del oboe, un tiempo de danza, interrumpido a su vez por la llegada de una banda con ritmo e instrumentos típicamente klezmer, y una sección central de carácter más sereno y meditativo.

Concentrémonos ahora en ese tema inicial, una melodía que podríamos definir como caricatura, pues se trata de la muy conocida canción infantil Frère Jacques transformada en un canto lúgubre por ejecutarse en un registro muy grave y en modo menor.

Primer tema del tercer movimiento de la Sinfonía nº1 de Mahler

Al igual que el tema original, esta variación mantiene la estructura de canon, algo que Mahler aprovecha para que el contrabajo sea imitado sucesivamente por diferentes instrumentos, empezando por el fagot, después la tuba y así siguiendo.

En el siguiente vídeo podemos escuchar la interpretación de Gustavo Dudamel al frente de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles.

La imagen final del vídeo puede resultar un poco frustrante, pues en ella se ve cómo el director hace un gesto para acumular una cantidad enorme de energía que quiere que los orquestales utilicen en las próximas notas, pero cuando llega el momento de máxima tensión y parece que finalmente toda esa fuerza acumulada se va a descargar en un poderoso fortissimo, el vídeo termina. No es un fallo del que lo ha subido: el tercer movimiento está completo, pero por indicación del autor el cuarto movimiento debe seguir al tercero sin interrupción así que si se corta dicha imagen también se perdería la resonancia de las últimas notas del tercer movimiento. Por si os apetece escuchar toda la sinfonía seguida, os recomiendo esta interpretación de Leonard Bernstein con la Filarmónica de Viena. Y si queréis saber algo más sobre Mahler, el mismo Bernstein os lo cuenta en uno de sus Conciertos para jóvenes.

Volvamos a Dudamel. Durante el Festival de Salzburgo de 2009, al frente de la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela ofreció School for the ear (Escuela para el oído), un concierto didáctico sui generis, pues estaba dirigido a un público adulto. El vídeo siguiente contiene la parte correspondiente a los dos últimos movimientos de la primera sinfonía de Mahler, cuya ejecución es fragmentada por el director para complementarla con algunas explicaciones. El audio es en inglés, pero para entenderlo bastan conocimientos muy elementales de este idioma, debido a que Dudamel emplea un vocabulario muy sencillo y tiene un acento muy marcado por su idioma materno (que es el nuestro). Por si a alguien le puede ayudar, el vídeo también tiene subtítulos en portugués.

Finalmente la versión para el aula, para flauta dulce o canto. Al tratarse de un canon circular, si lo repetimos el mismo número de veces en cada voz, nos encontraremos con el problema de que en la parte final irá languideciendo. Hay varias maneras de evitar que las voces vayan desapareciendo y dejando a la última sola; la que he elegido para esta partitura consiste en terminar todos cuando la primera voz haya completado su repetición del tema, a pesar de que las demás voces no la hayan completado aún.

G. Mahler. Sinfonía nº 1 “Titán”. Análisis de un fragmento.

Compuesta entre 1884 y 1888, la  primera sinfonía, Titán, de G. Mahler ( 1860-1911) fue concebida inicialmente como  Poema Sinfónico. Dividido en dos partes  y con 5 movimientos se   transformó, posteriormente,  en  la  sinfonía  de  4 movimientos que hoy conocemos.

El primer movimiento, en  forma sonata  y sin tema  contrastante,  se inicia con una extensa  Introducción lenta.  El primer intervalo melódico la-mi representa  una especie de   leitmotiv  que recorre y unifica toda la sinfonía.

En segundo movimiento, siguiendo el esquema de la 9ª Sinfonía de Beethoven,  es un Scherzo. El intervalo de cuarta ahora se oye en  las cuerdas graves.

El tercer movimiento representa una  parodia en la cual el tema  popular e inocente  Frère Jacques aparece en el contexto de una lenta marcha fúnebre. El intervalo de cuarta,  interpretado esta vez por los timbales,  tiene carácter de ostinato.

El cuarto movimiento,   en   forma sonata  con numerosas libertades,  presenta dos temas contrastantes:

- El primero, rápido y de carácter épico, lo exponen los metales. El segundo,  lírico y lento,  es  introducido por la cuerda.

Análisis del segundo tema:

En este pasaje se observan las siguientes características, todas típicas del  estilo romántico:

-          La melodía, de carácter  sencillo, evita todo tipo de ornamentos   evocando  al estilo  del Lied romántico heredado de la influencia de  Schubert y  Bruckner.

-          Intervalos amplios de 6ª,7ª, 8ª y 9ª.

-         Extenso  ámbito melódico que  abarca más de dos octavas (nota más aguda mib5, nota más grave reb3)

-          Las dinámicas  contiene todo tipo de matices que abarcan desde  el  pp  inicial  al  fff  final.

-          La  textura, de melodía acompañada,   favorece los registros medios y la melodía interna (cellos en registro agudo y violas).

La estructura del tema representa  la fusión  entre  el equilibrio que ofrece la cuadratura de la estructura períodica  nacida en el clasicismo y la expansión de la melodía infinita de influencia wagneriana. Su modelo base es el período de 32 compases (16 compases si consideramos que  el verdadero metro es de 4/2) pero con un CONSECUENTE que se extiende y alarga durante  nada menos que 14 compases  (ampliación interna)  generando  gran tensión y aplazando la cadencia final.

El tratamiento orquestal es muy variado. La melodía, en la cuerda, aparece doblada parcialmente en dos y tres octavas. Al patrón de acompañamiento formado por cuerda grave y 7 trompas se enriquece con todo tipo de interpolaciones y yuxtaposiciones:  pasajes de enlace (maderas), refuerzo armónico al final  (metales), etc. ..

 

 


Una noche en el concierto… desde casa

Berliner PhilharmonieHace exactamente un año, la Orquesta Filarmónica de Berlín estrenaba la temporada 2010-2011 con un concierto al que muchos pudimos asistir en directo y gratuitamente en su Digital Concert Hall.

Esta oportunidad se renueva mañana viernes a las 19 horas, cuando esta orquesta, una de las mejores del mundo, interpretará la séptima sinfonía de Mahler guiada por su director principal, Simon Rattle, en su concierto de apertura de la nueva temporada.

No pierdas la oportunidad de vivir este acontecimiento en directo, recibiendo en casa el sonido y las imágenes procedentes de esa maravilla de la acústica arquitectónica que es la Berliner Philharmonie: tienes todavía unas horas para solicitar tu invitación.

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¡Bravo por la Filarmónica de Berlín!

Hace unos días publicaba en otra entrada de este blog la noticia de la disponibilidad de invitaciones para concierto inaugural de la nueva temporada de la Orquesta Filarmónica de Berlín.

Naturalmente recogí mi entrada y ayer, poco antes de la hora de inicio del concierto, al intentar abrir la web de la Digital Concert Hall vi que no era posible conectar con el servidor. La preocupación inicial se transformó en gran decepción cuando, ya pasados diez o quince minutos desde el comienzo, sólo conseguía ver en la pantalla un mensaje de error invitándome a intentarlo más tarde.

Cuando ya estaba resignado a dejarlo, @fjrosac, que también experimentó dificultades iniciales y que ya estaba disfrutando de la cuarta sinfonía de Beethoven, la primera obra en programa, me animó a seguir intentándolo. Así que seguí insistiendo, pulsando decenas de veces la tecla F5 hasta conseguir escuchar los últimos dos movimientos de esa sinfonía y, tras el descanso, la primera de Mahler. Tal como era previsible, una experiencia estupenda: gran calidad de imagen y de sonido y, sobre todo gran orquesta y gran director.

Bien aprendido en su momento el refrán A caballo regalado…, ninguno de los amigos que nos encontramos durante el descanso y al final del concierto en Twitter -que para la ocasión nos sirvió de vestíbulo virtual de la Filarmonía- nos atrevimos a pronunciar la más mínima queja sobre las incidencias técnicas iniciales.

Sin embargo, todos los que ayer estábamos allí hemos tenido hoy una muy agradable sorpresa: un correo electrónico desde Berlín nos ruega que perdonemos esos inconvenientes y nos regala un bono para entrar nuevamente en la Digital Concert Hall durante 24 horas, a utilizar durante el día que queramos hasta el próximo 1 de diciembre. Tanta consideración hacia el usuario es cada vez más rara hoy en día, y eso es una razón más para agradecerla públicamente.

Concluyo comentando que creo haber decidido ya la fecha en que utilizaré ese bono: el 16 de octubre, para escuchar a Baiba Skride interpretando el Concierto para Violín de Alban Berg.

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