Hoy he leído una viñeta en la red social Facebook con la que me siento totalmente identificado y que comparto completamente.
¿Es correcto dejarse menospreciar por el empresario de turno? ¿Debemos regalar nuestras horas de trabajo para que otros hagan caja a nuestra costa? Definitivamente, no.
Diré no a aquellos que no valoren mi esfuerzo y todas esas horas de encierro en el local de ensayo componiendo y perfeccionando canciones.
Diré no a aquellos que, como excusa, dicen que no hay dinero y debemos comprender la situación actual para tocar gratis y “darnos a conocer” gracias a ellos, mientras ganan dinero gracias a nosotros llenándoles su local.
Diré no a aquellos que no valoran la música en directo y todo lo que ello conlleva y que son capaces de gastar el dinero en “personajillos” de TV que no tienen ningún mérito definido porque, según ellos, son más importantes y merecen mayor atención y reconocimiento.
Diré no a gastar más de medio día desmontando y montando instrumentos, probando sonido, tocando y de nuevo desmontando, sin mencionar el transporte de todo el equipo.
Podría ocupar cientos de líneas mostrando mi negativa a tocar gratis para otros, de estar en contra de perder la capacidad de sentir el más mínimo aprecio por lo que hago y por lo que soy.
Así que diré claramente que no. Me niego a ser utilizado para beneficio de otros, a no ser que sea para una causa benéfica y/o para ayudar a algún tipo de asociación u organización sin ánimo de lucro o, porque, en ese momento, necesite algún tipo de ayuda.
Si todos pusiéramos un límite en el propio reconocimiento de nuestro trabajo, los demás también comenzarían a ajustarse a ese límite que nosotros establecemos.
Ya sea tocando tú solo, con tu grupo o con quien sea, por muy poca vida que tenga tu proyecto musical, no te dejes engañar por los que ven en ti no solo un negocio, sino un cebo gratuito para atraer público a su local o establecimiento, a la vez que pisan tu esfuerzo y tu profesión.
Tengo la seguridad de que todos los músicos queremos salvar la música en directo, así que empecemos por esto. No regales tu trabajo y, en definitiva, tu dignidad.
(Viñeta vista en Facebook)