Cantar muchos agudos no siempre es cantar bien

Son muchas las personas que me preguntan qué pueden hacer o cómo se hacen las notas agudas. A veces me parece que es una "obsesión" :) 

Obviamente se aprende a hacer notas agudas gracias a la técnica vocal adecuada y progresivamente. Pero la técnica también tiene la misión de igualar toda la tesitura en timbre, de la nota más grave a la más aguda

Si uno está demasiado obsesionado con emitir las notas agudas se olvidará del resto de la voz cuando, me gustaría deciros, que tanto el desarrollo de las notas graves como de las agudas es una consecuencia de trabajar muy bien la zona centro de la voz, que en una soprano viene a ser de do3 a do4 según el índice acústico franco-belga. Y no sólo haya que trabajar la frecuencia, también la dinámica, la duración y el timbre, especialmente.

Por otro lado, he encontrado a profesores que califican en función del número de agudos que el alumno es capaz de emitir, hecho que retroalimenta la obsesión de los propios alumnos por emitir notas agudas. Os aconsejo que os alejéis de estos profesores, porque esa necesidad creada de que el alumno/a haga notas agudas puede ir en detrimento del desarrollo vocal en su conjunto. 

La cualidad de cantar bien no tiene por qué estar vinculada de una manera tan estrecha a la capacidad de emitir ciertas notas concretas. De hecho esas notas se podrán hacer si se desarrolla de una manera natural y progresiva la voz.

Cantar muchos agudos no siempre es cantar bien

Son muchas las personas que me preguntan qué pueden hacer o cómo se hacen las notas agudas. A veces me parece que es una "obsesión" :) 

Obviamente se aprende a hacer notas agudas gracias a la técnica vocal adecuada y progresivamente. Pero la técnica también tiene la misión de igualar toda la tesitura en timbre, de la nota más grave a la más aguda

Si uno está demasiado obsesionado con emitir las notas agudas se olvidará del resto de la voz cuando, me gustaría deciros, que tanto el desarrollo de las notas graves como de las agudas es una consecuencia de trabajar muy bien la zona centro de la voz, que en una soprano viene a ser de do3 a do4 según el índice acústico franco-belga. Y no sólo haya que trabajar la frecuencia, también la dinámica, la duración y el timbre, especialmente.

Por otro lado, he encontrado a profesores que califican en función del número de agudos que el alumno es capaz de emitir, hecho que retroalimenta la obsesión de los propios alumnos por emitir notas agudas. Os aconsejo que os alejéis de estos profesores, porque esa necesidad creada de que el alumno/a haga notas agudas puede ir en detrimento del desarrollo vocal en su conjunto. 

La cualidad de cantar bien no tiene por qué estar vinculada de una manera tan estrecha a la capacidad de emitir ciertas notas concretas. De hecho esas notas se podrán hacer si se desarrolla de una manera natural y progresiva la voz.

La "obsesión" por clasificar la voz

Se suele dar, entre los estudiantes de música clásica más que entre los estudiantes de música moderna, una cierta preocupación que llega a convertirse en algunos casos en obsesión por conocer exactamente el tipo de voz o lo que se conoce como FACH. 

Por otro lado las exigencias de los programas de estudios y la necesidad de cumplir un cierto repertorio impone cierta premura a los profesores a la hora de asignar un repertorio determinado. 

Realmente las voces nos hablan si las sabemos escuchar y si las tratamos con paciencia y esmero. Un profesor no debe precipitarse nunca a la hora de decir: "eres soprano dramática", "eres tenor lírico", "eres bajo cantante", por poner tres ejemplos, porque será la voz y su evolución la que determine si el repertorio es adecuado para una determinada persona. 

En los primeros años de estudio se debe ser muy flexible a la hora de seleccionar el repertorio
y no encasillar al alumno prematuramente. Se debe probar repertorio diverso en función de la competencia vocal del alumno y ante todo, no se debe forzar a estudiar determinadas obras si el alumno/a está forzado, refiriéndome a su voz concreta, única y como todos los seres humanos en constante evolución y difícil de clasificar.

Clasificar las voces es toda una ciencia y también todo un arte. Como las voces suelen macerar, evolucionar con el tiempo, cambiar progresivamente, el alumno tampoco debe tener una postura rígida hacia su tipología vocal, puesto que una soprano lírica podrá ser lírica toda su vida o podrá evolucionar hacia soprano spinto, por ejemplo, o una ligera podrá evolucionar con el tiempo hacia una lírico-ligera.

La "obsesión" por clasificar la voz

Se suele dar, entre los estudiantes de música clásica más que entre los estudiantes de música moderna, una cierta preocupación que llega a convertirse en algunos casos en obsesión por conocer exactamente el tipo de voz o lo que se conoce como FACH. 

Por otro lado las exigencias de los programas de estudios y la necesidad de cumplir un cierto repertorio impone cierta premura a los profesores a la hora de asignar un repertorio determinado. 

Realmente las voces nos hablan si las sabemos escuchar y si las tratamos con paciencia y esmero. Un profesor no debe precipitarse nunca a la hora de decir: "eres soprano dramática", "eres tenor lírico", "eres bajo cantante", por poner tres ejemplos, porque será la voz y su evolución la que determine si el repertorio es adecuado para una determinada persona. 

En los primeros años de estudio se debe ser muy flexible a la hora de seleccionar el repertorio
y no encasillar al alumno prematuramente. Se debe probar repertorio diverso en función de la competencia vocal del alumno y ante todo, no se debe forzar a estudiar determinadas obras si el alumno/a está forzado, refiriéndome a su voz concreta, única y como todos los seres humanos en constante evolución y difícil de clasificar.

Clasificar las voces es toda una ciencia y también todo un arte. Como las voces suelen macerar, evolucionar con el tiempo, cambiar progresivamente, el alumno tampoco debe tener una postura rígida hacia su tipología vocal, puesto que una soprano lírica podrá ser lírica toda su vida o podrá evolucionar hacia soprano spinto, por ejemplo, o una ligera podrá evolucionar con el tiempo hacia una lírico-ligera.

El repertorio de canto ´a peso´

He observado que en muchos centros educativos en los que se enseña canto clásico y debido al peso de la tradición se tiende a establecer los niveles de competencia vocal en base al repertorio y lo que sucede es que muchas veces los profesores ponen un repertorio demasiado difícil demasiado pronto que el alumno/a no es capaz de asumir para cumplir la supuesta programación.

No debemos olvidar nunca que el repertorio es una consecuencia de la capacidad que tiene el alumno de poder realizarlo y poder cantar obras cada vez más difíciles y no al revés, lo importante es hacer y resolver bien los contenidos que aparecen en ese repertorio. 

Decir que hay que hacer tres arias de ópera, dos lieder, etc... "a peso" :) y que el alumno al final no pueda hacer ninguna de las obras bien es un fracaso del docente.

En la mano del profesor está el conocer un repertorio lo suficientemente extenso para adaptarlo a las necesidades educativas del alumno/a. Pero en no en base a plantillas prefijadas, como si el alumnado fuera un molde de plastilina inform sobre el cual aplicar siempre el mismo sello.

Por lo tanto recomiendo, tanto a alumnos como a profesores, que todo aquello que se estudie se haga bien, importa más la calidad que la cantidad, porque si uno es capaz de resolver bien una obra habrá recorrido mucho camino para la siguiente; en cambio, si el alumno/a estudia muchas obras y ninguna la resuelve satisfactoriamente tendrá un sentimiento de frustración (pero puede ser provocada por una mala elección del repertorio en tipo y número, no de sus capacidades).