Hoy en "Los actores y su voz" tenemos una entrevista a Quim Ávila. Curtido en diferentes obras de teatro en Barcelona, ha estrenado Ricardo Tercero que ha sido un éxito, entre otros hitos de su reciente y ascendente trayectoria.
Cuál es el origen de su vocación?
Ya desde muy pequeño mis padres vieron que me divertía mucho haciendo teatro en casa y en la guardería. Me encantaba la idea de jugar a ser otro totalmente distinto, cuanto más diferente mejor. Al principio decía que de mayor quería ser payaso, pero tras probar en diferentes escuelas de interpretación y ver lo mucho que me atraía este nuevo mundo me decidí por ser actor. Sigue habiendo en mi esa pequeña semilla de cuando era niño que desea jugar a ser otra persona y verlo todo desde una nueva perspectiva.
Crees que es importante trabajar la voz?
Por supuesto, en nuestro oficio es una de las principales herramientas con las que trabajamos. De hecho, considero que no se trata de algo apartado del resto, todo lo contrario, opino que los actores debemos trabajar con todo nuestro organismo de forma global. Uno no debe preocuparse aisladamente de su cuerpo, su salud, su voz… Esto lo descubrí el año pasado al darme cuenta que cuando me forzaba demasiado aunque no maltratase mi voz, esta se veía repercutida gravemente. En mi caso, el simple hecho de no dormir las horas necesarias ya me afecta gravemente a la voz.
Sobre todo, cómo ya he dicho, dormir las horas que mi cuerpo necesita. No creo que se trate de dormir un mínimo establecido por nadie, sino ver uno mismo lo que el organismo le pide. Además, trato de no llevarla a situaciones límite, es decir forzarla en exceso y demasiadas horas seguidas. También trato de hacer un uso adecuado de mi voz en mi día a día, adaptando mi volumen y tono de voz a las circunstancias; hay gente que parece que siempre tenga el mismo volumen de voz independientemente de la situación en que se encuentra y yo intento modularlo. En caso que mi voz ya dé señales de estar un poco deteriorada, unas buenas gárgaras de tomillo, miel, limón y arcilla son mano de santo.
Cómo has notado que evolucionaba tu voz conforme a tu experiencia?
Lo que más me ha aportado la experiencia que tengo hasta el momento es descubrir los límites de mi voz. Gracias a los proyectos en que he podido participar he sido capaz de dominarla hasta el punto de evitar lesiones en las cuerdas vocales. Además, una de los principales descubrimientos que he hecho, es la fuerte relación que existe entre el tipo de respiración que llevamos y la calidad de nuestra voz.
Realizas algún ejercicio o "ritual" antes de actuar?
Es evidente que, del mismo modo que un gimnasta debe estirar y calentar bien su musculatura antes de llevar a cabo cualquier trabajo, los actores debemos hacer exactamente lo mismo con nuestro cuerpo y nuestra voz. Soy de los que prefiere adaptar la preparación de cada proyecto en función del personaje que tenga que interpretar; considero que no es lo mismo preparar la voz para ponerse en el papel de un adolescente en plena pubertad que prepararla para encarnar a un joven cantante de ópera. Lo que sí que hago de forma habitual son ejercicios de calentamiento, articulación y dicción.
Qué hace a un buen intérprete?
Bajo mi forma de entender la profesión, el buen intérprete es aquel capaz de hacer que te olvides de que está interpretando un papel; aquel que no tan sólo logra meterse en un papel sino que, además, se impregna totalmente de la personalidad de este nuevo ser. Actores como Eddie Redmayne o Joaquin Phoenix me tienen muy impresionado, ya hace tiempo que les sigo porque voy al cine a ver la película en que aparecen y, evidentemente, salgo de allí teniendo la sensación de no haberles visto por ningún lado. Son actores que se dejan de lado a sí mismos por un momento y se entregan a sus personajes.
Qué consejo darías a quien comienza en el mundo escénico?
Les daría un consejo muy conciso pero, a mi ver, muy importante: “Respira, salta y disfruta del viaje”.
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