Tal y como dije ayer, hoy voy a tratar sobre la mano izquierda.
Es importante dejar caer el dedo con exactitud y flexibilidad, pero sin golpear con dureza el diapasón, aprovechando el propio peso del dedo. Tras esto, el dedo debe liberar inmediatamente la presión con la que hemos bajado.
Los dedos de la mano izquierda tienen dos funciones: por un lado provocan que suene una nueva nota, por otro paralizan la vibración de la nota anterior.
Para que funcionen bien es necesario que lleguen a la cuerda a una gran velocidad pero una vez que tocamos la nota es necesario que estos se relajen y permanezcan sobre la cuerda con la mínima presión posible.
Un ejercicio interesante es el que propone Sassmanshauss que consiste en dejar caer el tercer dedo a una gran velocidad y a continuación liberar la presión hasta que escuchamos el armónico con dicho dedo.
Tras hacer este ejercicio intenta no hacer más presión de la cuenta con los dedos, sólo la necesaria para que cumplan su función. Siempre hay que asegurarse que el pulgar no tenga una presión excesiva contra el mango del violín. Este gesto también te ayudará a realizar el vibrato.
Esta técnica te permitirá tocar obras a una gran velocidad.
Para levantar los dedos hay dos opciones:
1) Levantar el dedo hacia arriba:
2) Levantar el dedo hacia un lado de la cuerda de manera que hagas un pequeño pizzicato con el dedo con el que estás tocando. En ocasiones está técnica te ayudará a tener una mejor articulación entre las notas:
A continuación pongo el vídeo original de la página: www.violinmasterclass.com
Un buen método para desarrollar la agilidad de la mano izquierda es el de Schradieck, The School of Violin Technics. Para consultarlo, haz click sobre la imagen:
Espero que tengáis un buen miércoles.