Crítica de “The contemporary violinist”, guía para el violín “no-clásico”.

Que el violín (y la viola, y el chelo) está instintivamente asociado a la música clásica es una certeza que, por un lado, lo dota de prestigio pero, por otro, lo hace lejano, inaccesible.

Imagina que eres un niño-joven y te gusta mucho el blues, el reggeton, el jazz, el rock o el flamenco ¿qué instrumento pensarías en aprender? seguro que el violín no.

Y sin embargo hay infinitas posibilidades para él en cualquier estilo. Sobre todo desde que, a finales del siglo XX, e inspirados en tradiciones y usos populares, muchos violinistas comenzaron a investigar y expandir sus posibilidades como instrumento rítmico y percusivo, alejándolo de su ya consabida capacidad melódica.

Así que, hoy en día, aunque tampoco es que se prodiguen demasiado, podemos encontrar violines en funciones solistas en casi cualquier estilo.

El problema es que la formación en instrumentos de cuerda frotada es prácticamente siempre orientada a lo clásico, el 90% de los violinistas hemos aprendido en ese entorno y, cuando intentamos utilizar esa técnica y pedagogía a otros estilos, (y da igual el talento y la técnica que tengamos) nos damos cuenta de que esos, supuestamente, sencillos ritmos, melodías, improvisaciones, simplemente no nos salen.

Y es que cada estilo tiene unas características que implican aprender e interiorizar sus exigencias y particularidades técnicas, y estas no suelen enseñarse en escuelas.

Por eso, cuando hace un tiempo encontré el libro “The Contemporary Violinist”, una guía sobre estilos de violín de todo el mundo que prometía enseñarte a tocar, sorpréndete: BeBop, Bluegrass, Blues, Cap Breton, Cajun, Country, Flamenco, Gypsy, Música celta, Klezmer, Latino, Old-Time, Rock, Folk escandinavo, Swing y Tango, todo en un solo volumen, me pareció poco creíble, pero también irresistible, así que compré el volumen, le he hecho un buen repaso y aquí vengo a comentároslo.

Esta publicación es obra de Julie Lyon Lieberman, una prolífica autora de la que ya tenía un estupendo libro sobre blues fiddle, así que traía buenas referencias. Su primera edición es de hace 20 años, de modo que, cuando habla del “violinista contemporáneo”, tenemos que pensar en el de finales del siglo XX. Hoy en día hubiera mencionado también las posibilidades del violín eléctrico, el de 5 cuerdas, y, ya puestos, también habría sido interesante tocar estilos como el reggaeton (muchos los odiáis, pero hacéis mal), la música india, o persa por ejemplo, y técnicas ya ineludibles como los chops, que sólo menciona y remite a otras fuentes. 

Qué contiene

El libro está dividido en cuatro secciones principales:

  • Consejos para empezar
  • Improvisación
  • Los estilos
  • Interpretación saludable

Consejos para empezar

Aquí nos habla de las cuestiones distintivas a tener en cuenta en estilos de música populares en comparación con el mundo clásico. Se incide en la importancia del brazo derecho y los movimientos del arco, en el innegociable sentido del ritmo que hay que mantener siempre y en recomendar la experimentación.

Algunos de los consejos:

  • Cada estilo es como un acento en el lenguaje, no sirve nada leer partituras porque éstas no pueden nunca explicarnos cómo hay que interpretar esas notas. De hecho, las notas pueden cambiar, pero la forma de interpretarlas es lo que define que estés tocando bien un tema concreto. Así que, más que leer muchas canciones en partituras, escucha mucha música del estilo que desees tocar e intenta sacar de oído sus ritmos, sus adornos, sus dinámicas y entonaciones.
  • Toca despacio, sin impaciencia, reláate y repira profundamente.
  • La concentración es importante. Julie aporta consejos para alcanzar niveles más profundos y continuados de concentración profunda y efectiva.
  • La importancia de utilizar los dos hemisferios del cerebro (izquierdo-derecho) para una interpretación emocional y racional.

Improvisación

Una de las finalidades fundamentales del libro es alcanzar la confianza y seguridad necesaria para probar la improvisación en cualquier estilo. “Cuenta una historia”, “los silencios son importantes” “escucha antes de tocar”, “ponte restricciones en la improvisación” son algunos de los consejos que encontraremos.

También nos explicará las diferentes formas de enfrentar la improvisación que pueden utilizarse: 

  • Improvisación melódica
  • Usando un centro tonal
  • Centro tonal con notas “lead”
  • Improvisación basada en los cambios de acorde
  • Cualquier combinación de los 4 anteriores

También se tratan por encima la conveniencia de explorar muchos y variados patrones rítmicos, y los modos alternativos al mayor y menor.

Seguidamente, nos propone unos ejercicios tremendamente útiles que nos pueden servir para el 90% de la música popular. Y es que, basándose en que la característica armónica fundamental es el movimiento Dominante>>>Tónica, Julie Lyon Lieberman propone unas rutinas de ejercicios basadas en ese movimiento armónico, a partir de los acordes y su orden en el círculo de quintas. Explicar estos ejercicios no es el motivo de este artículo, pero confieso que yo los he incorporado en mis rutinas de práctica y es un gran ejercicio mental para mecanizar muchas fórmulas e interiorizar el mapa de notas y acordes en el diapasón del violín.

Finaliza esta sección repasando los tipos de dobles cuerdas principales y una guía de cómo se construyen los acordes, desde los sencillos hasta los extendidos y alterados.

Los estilos

Esta es la sección con la que tenía más reparos, intuía que no iba a poder dar unas pautas suficientes queriendo abarcar tantos estilos, pero me ha sorprendido y creo que ha sintetizado muy bien lo esencial de cada uno.

Claro que incide más en los de origen norteamericano (blues, bluegrass, old-time) pero son todos un buen punto de partida para conocer las particularidades principales de cada estilo, a partir de las cuales, y en función de nuestros intereses, podamos profundizar. De todos explica orígenes y características, aunque algunos ajenos a la cultura anglosajona, como el tango o especialmente el flamenco se quedan en mi opinión inevitablemente escasos.

Intepretación saludable

El último capítulo se explica la necesidad de un enfoque sensato y sano a la hora de tocar, para evitar los muchos problemas físicos y psicológicos que la disciplina violinística puede acarrear si se realiza mal: la respiración, la relajación, la postura, desde los pies a la cabeza, la necesidad de descansos, la consciencia y concentración, etc., se trata de una manera sorprendentemente pormenorizada.

CONCLUSIÓN

Me ha gustado este libro porque, aunque obviamente hay mejores opciones para profundizar en cada uno de los estilos que abarca, es una buena guía para los músicos formados en el modelo clásico que deseen saber cómo afrontar la interpretación de tipos de música populares. Aporta consejos generales imprescndibles para no caer en la fea costumbre de simplemente intentar reproducir fielmente una partitura, sino en vez de ello utilizar preferiblemente el viejo recurso de la transmisión aural de la música, enseña cómo buscar otras formas de tocar e interpretar, la importancia del brazo derecho, en qué debemos preocuparnos más (ritmo, acentos…) etc.

Creo que puede ser un buen recurso para esos profesores de violín clásicos que, para variar, o porque se lo pide su alumno, de vez en cuando enseñan un tema irlandés, un blues, o un tango, pero lo tratan de la misma manera que una sonata clásica, sin enseñar nada de las características fundamentales del estilo de ese tema, sin practicar sus recursos específicos. Y también puede ser una referencia para ejercicios específicos para todos aquellos que busquen dedicarse fundamentalmente a la música popular.

Eso sí, está en inglés y la cantidad de texto es muy extensa; no es un libro de partituras, aunque obviamente hay muchas también, y conviene tener un nivel aceptable del idioma.

Recomendable para violinistas intermedios o intermedios-avanzados con ciertos conocimientos armónicos, y profesores clásicos que quieran una obra de referencia para enseñar temas de otros estilos.

Dónde comprarlo:


Echa un vistazo
The Contemporary Violinist
Libro/CD Pack. Fretted. Instruction, World Music. 144 páginas. Publicado por Huiksi Music Company (HL.695420).
Os adjunto una versión on-line del libro de la mano de Google Books, (se omiten bastantes páginas y la maquetación es mucho más tosca que el original impreso) para que podáis haceros una idea por vuestra cuenta.

Conexión San Bruno

El pasado 8 de Junio tuvo lugar la primera edición de Conexión San Bruno. Se trata de un espectáculo de música y baile en vivo con repertorio integramente de música swing.

¿Conexión?

Como ya comenté en su momento, desde hace algún tiempo bailo swing y se me ha descubierto como una actividad muy divertida, motivante y completa; así que era cuestión de tiempo ponerme a perpetrar alguna actividad aunando interpretación musical y baile swing.

Por ello, desde el departamento de viento-metal del Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza organizamos  un concierto con formaciones de nuestros instrumentos (como cuarteto de tubas, quinteto de metales y big band de metales) e invité a mis compañeros de la Asociación de bailes swing de Aragón Swing On a bailar en la pista habilitada para ello. De esta unión entre interpretación musical y baile viene la Conexión que ha dado nombre al evento.

 

Lindy Hop, baile “social”

El Lindy Hop es el principal estilo de baile con música swing. Apareció en Nueva York a finales de los años 20 y fue uno de los primeros bailes que rompió barreras sociales y raciales: Ya desde sus inicios blancos y negros compartían pista de baile, y más tarde durante la II Guerra Mundial, mandos alemanes aficionados al jazz hicieron la vista gorda con los judíos, negros y gitanos que ponían banda sonora clandestina a ciudades ocupadas y campos de concentración nazis.

La música y el baile tienen un componente terapéutico innegable. Por ello, SwingOn colabora asiduamente con otras entidades y asociaciones, haciendo del baile un elemento solidario (como el clandestino realizado en favor de la Protectora Alborada) o compartiendo bailes con los usuarios de la Fundación Ozanam y la planta de traumatología y lesiones medulares del hospital Miguel Servet.

Repertorio

Coordinar un concierto así concede la oportunidad de dar rienda suelta a la creatividad como arreglista. Si bien fue relativamente sencillo conseguir piezas swing para quiteto de metales no ha sido tan fácil con el cuarteto de tubas, el ensemble de tubas o la big-band de metales (aunque para esta última siempre se pueden usar partituras de big-band convencional sustituyendo los saxofones por trompas y bombardinos), con lo que adaptar el repertorio fue una opción muy lógica, que además me permitió adaptar algunas de mis piezas preferidas del género.

Además de temas originales de swing, aproveché la ocasión para adaptar músicas de otros ámbitos a este género tan versátil, con el arreglo de un conocido tema rock y también Sierra de Luna, pasodoble aragonés, que puso el colofón al evento para sorpresa de público y bailarines. Tanto, que desde folk-cole han colgado este vídeo:

 

*Fotografías de Ángel Gracia, Jose Luís Castillo y Yolanda Muñoz.

 

La entrada Conexión San Bruno se publicó primero en Edu Ruano.. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.

Lo que aprendo (de hacer música) bailando

Lo admito: soy un curioso sin remedio y no puedo evitar querer aprender cosas nuevas. Si el año pasado me dio por la fotografía (afición que llegó para quedarse, y que ha ido in crescendo alcanzando altas cotas de frikismo), este curso me decidí a aprender a bailar lindy hop, no solo para aprender algo nuevo sino como reto conmigo mismo para quitarme de encima prejuicios y miedos que había identificado en determinadas situaciones. Así pues, después de algo más de tres meses desde de mi primera clase puedo decir que sí, que literalmente bailo, aunque sea con unos pocos pasos y sin estilo ninguno.

Además del hecho de poder bailar (algo que me resulta inverosímil per se), me estoy dando cuenta de que muchas de las cosas que me están pasando como principiante se pueden extrapolar al aprendizaje/estudio/práctica de la música en general y de un instrumento en particular. Ahí van algunas:

Lindy hop en Las Armas 1
Foto de Zaraswing

Aceptarte y desterrar miedos y prejuicios

Prejuicios, sobre todo, sobre uno mismo: Sentencias del tipo “yo no valgo para eso”, “no se me da bien”, “es que yo no tengo sentido del ritmo”, “mi cuerpo no está preparado para esto” y cualquier otra por el estilo que os pase por la mente son las que nos sirven de excusa para no intentarlo, porque es más cómodo quedarnos como estamos que comprobar que podemos acabar haciendo el ridículo.

Y remarco el podemos porque en realidad no son los demás quienes nos juzgan, sino nosotros mismos quienes alimentamos esos miedos. Miedos que nos paralizan y nos impiden hacer aquello que nos gustaría. En mi caso particular, el mayor de ellos era que los demás me vieran ridículo moviéndome arrítmicamente y con poca gracia, mucho más cuando el lindy hop es un baile de pareja y -glups- vas a bailar con alguien a escasos centímetros de tí. Bueno, y si te mueves así, ¿qué pasa? Absolutamente nada.

Como reza el eslógan de esa conocida marca de ropa deportiva: “Simplemente hazlo”. Hazlo y disfruta con ello, lanzate sin pensar o de lo contrario nunca estarás suficientemente preparado, siempre tendrás esa inseguridad que te paraliza y tendrás a punto una excusa para justificarla. Pero sobre todo recuerda: disfruta con ello.

Prohibido tener prisa

Sí, a la tercera clase ya me habría gustado poder bailar como Frankie Manning, pero la realidad es que “solo” me habían enseñado cómo hay que llevar el ritmo con el cuerpo y el paso básico. Esa situación me produjo una frustración que pronto me recordó mucho a la que tienen los niños en sus primeras clases, cuando cogen un instrumento y ya querrían saber tocar todas las canciones del mundo pero se dan de bruces con la realidad de no tener aún habilidades suficientes para hacerlo.

Hay que dar tiempo al tiempo; nuestra mente y nuestro cuerpo necesitan un periodo de adaptación a los nuevos hábitos que queremos imponerles, y esto sirve tanto para interiorizar un paso de baile o como para tocar esas escalas que hoy no nos salen.

Los progresos llegan poco a poco y no tiene sentido (e incluso es contraproducente) pretender avanzar a marchas forzadas o ir por delante de nosotros mismos. Perseverar es la clave para que, el día menos pensado, te des cuenta de que todo eso que querías conseguir (y que has estado practicando) “te sale”.

Las clases, la punta del iceberg

Ir a clase es importante. Cuando no tienes ni idea de hacer algo, lo más fácil es que alguien que sí sabe te enseñe las pautas básicas de una manera progresiva y eficaz , y así poder aprender -siempre paulatinamente- esa nueva habilidad que te habías propuesto.

Pero la clase es solamente eso: una explicación más o menos práctica de lo que debes hacer. El verdadero aprendizaje vendrá con tu práctica personal (aunque en el baile esta práctica sea “compartida”) así que, de nuevo, “simplemente hazlo”. Y hazlo tanto como te sea posible, sin perder una ocasión de ponerte a prueba, de practicar lo último que has aprendido, de probar eso que todavía no te ha enseñado pero te apetece mucho saber hacer o de perfeccionar lo que ya sabes. Practica mucho y disfruta practicando.

Pinche aquí para ver el vídeo

Escuchar música es fundamental. Escuchar LA música, imprescindible

Ya lo he comentado en más de una ocasión: hay que escuchar todo tipo de música, cuanta más y más variada mejor. Esto puede aplicarse en términos generales (escuchar clásica, jazz, rock, latin, flamenco, pop y cuantas taxonomías se te pongan por delante) o en un ámbito concreto (por ejemplo escuchar clásica, jazz, rock, latin, flamenco, pop… con metales, o escuchar diversos subgéneros dentro de una categoría). Expandir los horizontes musicales y aprehender un/os lenguaje/s nuevo/s da perspectiva y enriquece nuestro bagaje y nuestra capacidad de escucha.

Por otro lado, hay que sentir la música cuando estamos immersos en ella: ir a tempo, respetar la musicalidad de las frases, sentir lo que nos transmiten (el resto de) los instrumentos… Ya sea bailando o tocando, la música siempre manda.

La técnica es un medio, no un fin

Que sí, que los aspectos técnicos son importantes, que las herramientas/habilidades nos facilitan desenvolvernos en situaciones “adversas”  y nos dan seguridad. Pero más importante que saber todas las escalas/pasos es dejarse llevar, atreverse y lanzarse

Foto de Zaraswing
Foto de Zaraswing

Así que en definitiva, ya sea bailando o tocando un instrumento, lo más importante, lo fundamental, lo ÚNICO que de verdad cuenta es disfrutar expresándote y siento tú mismo.

Lo que aprendo (de hacer música) bailando, publicado en el blog de Eduard Ruano. Blog sobre la tuba, la técnica en los instrumentos de viento metal y la interpretación musical.

Roko: es muy importante aprender técnica y desarrollar un estilo propio

Hoy tenemos el placer de entrevistar para la serie entrevistas "Cantantes del siglo XXI" a Roko, ganadora del popular concurso televisivo "Tu cara me suena"


¿Cuál es la primera experiencia que recuerdas con la música?

Siempre he escuchado todo tipo de música en casa. Discos de vinilo de Sergio Méndes, The Beatles, cintas de cassettes de Manolo García, Luz Casal, más adelante Billie Holliday, Silvio Rodríguez, Pedro Guerra… Pero sin duda alguna los primeros recuerdos que tengo son con mi padre tocando la guitarra y cantando sevillanas en casa con mis hermanas. 


¿En que momento decidiste que querías ser cantante?

Nunca fue una decisión premeditada. Ha sido un camino paulatino y con muchos pasos pequeñitos que me han ido dirigiendo a ese camino evidente. 


¿Qué personalidad musical crees que te influyó más en tu carrera?

Soledad Giménez de Presuntos Implicados, Luz Casal, los ritmos latinos y sureños de Antonio Carmona en Ketama, Malú en sus inicios, y hasta el rap que escuchaba de adolescente. Pero sin duda alguna mi gran descubrimiento fue cuando conocí la voz y la esencia de Ella Fitzgerald, en ella está toda la frescura y la verdad que nunca pasará de moda. Cuando tengo dudas siempre recurro a ella. 


¿Cuáles son tus cantantes o músicos favoritos?

El grupo francés de electroswing Caravan Palace, el incomparable estilo de Amy Winehouse, la twangueada voz de Paloma Faith, Emelí Sandé, Habana Abierta, Buena Vista Social Club, Chet Baker, Bruno Mars… tengo una lista infinita. Depende del momento y el lugar. Desde lo más comercial a lo más desconocido.


¿Cuál era el estilo o el compositor que más te gustaba estudiar de jóven?

Yo he estudiado la música en la mayor parte de los casos escuchándola e intentando reproducirla. Intentaba hacer cada giro, cada calidad vocal e interiorizarla dentro de mí para tener más herramientas y poder expresar más cosas con la voz. Siempre me ha gustado mucho el soul porque contiene muchos matices, muchos mordentes y me divertía imitarlo.

Cuando empecé a estudiar teatro musical un nuevo universo se abrió ante mí y descubrí obras maravillosas como Gypsy, Chicago, West Side Story, Nine… fue con las partituras de Stephen Sondheim con quien me dí cuenta de todo lo que se puede expresar a nivel dramatúrgico con una partitura. Para mí es una de las obras con las que más se puede aprender. Tiene todo tipo de registros diferentes y muchísimos matices.


¿En qué repertorio te sientes más a gusto en la actualidad?

Swing, soul y funky


Cuéntanos, por favor, alguna experiencia o anécdota que te venga a la memoria que tenga que ver con tu voz o tu experiencia profesional.

Uno de los días más inolvidables de mi carrera fue el día que actué en el Teatro Real de Madrid compartiendo escenario con Pasión Vega, Emilio Aragón, la cantaora Rocío Márquez, José Mercé, la bailaora Cecilia Gómez y canté el clásico Caruso con el tenor José Manuel Zapata. Es el lugar más mágico y sorprendente en el que he tenido el placer de actuar.


¿Qué opinas de la situación actual de los músicos y los cantantes? ¿Que crees que debería cambiar?

Ahora no existen fórmulas correctas. Estamos en una época de mucha confusión y creo que lo único que nos puede salvar de esta crisis de valores es la verdad y la autenticidad. No rendirse a “las peticiones del mercado” y seguir firme en la propia personalidad y lenguaje. Si intentas reproducir la formula de éxito de otro artista nunca vas a encontrar tu hueco, porque ese ya está cubierto. Por eso constancia, paciencia y mucha confianza es lo mejor que puede ofrecerle un artista a su profesión. 


¿Qué proyectos musicales tienes en mente realizar?

Un espectáculo musical para teatros.


¿Qué consejo o recomendaciones darías a los que empiezan ahora a estudiar canto?

Que es muy importante a la vez que se aprende técnica, ir desarrollando un estilo propio, porque al final es lo que te define como artista. Y que la intuición personal en cuanto al sonido tiene más valor del que uno piensa.

El último disco de Champian Fulton

Hace escasas horas he asistido a un concierto de la cantante y pianista estadounidense Champian Fulton, flanqueada por Esteve Pi a la batería, quien ya tuvimos la ocasión de escuchar acompañando a Joan Chamorro y Andrea Motis recientemente,  e Ignasi Gonzalez al contrabajo.

Champian presentaba temas propios de su último disco, de original título con el juego de palabras "Champian sings and swings". Realmente su sentido del swing es extraordinario, espectacular, y es una auténtica virtuosa del teclado, recordándonos a Alicia de Larrocha en versión de música moderna dada su flexibilidad, técnica de peso, sentido de la acentuación y fuerza emocional. 

Su voz, una delicia de escuchar cuyo timbre recuerda al compendio de la mordacidad y elasticidad de Billie Holiday, la inocencia y frescura de Bloosom Dearie y la solvencia y agilidad de Anita O'Day, se caracteriza por una prestancia completa de la técnica que le permite conjugar un sinfín de recursos expresivos. Su trabajo vocal le ha permitido mostrar que destaca por su homogeneidad en todo el registro, con una riqueza insólita de armónicos, un dominio del registro agudo con el que puede hacer notas en pianissimo y un gran control del aire. Las canciones son muy vigorosas, plenas de energía y alegres, en una onda muy cercana al oyente. Personalmente eché en falta más scat. 

Disfrutaba, siempre con la sonrisa en los labios, y hacía disfrutar a los asistentes, que abarrotaban la sala hasta tal punto que había mucho público que no pudo escuchar sentado, una lástima que año tras año no se programen estos conciertos en un espacio más adecuado. Sugiero que en sucesivas ocasiones se realice en el Teatro del Raval.