Desde el momento de la idea inicial hasta la puesta en escena con el público, ¿cuál es tu proceso creativo y cuánto te cuesta crear un monólogo?
Si quieres saber más sobre: el arte de los monólogos cómicos
Este artículo cubre una amplia gama de técnicas sencillas con las que músicos de todos los niveles pueden lograr un enfoque más natural para la ejecución instrumental, mejorando y facilitando su libertad de movimiento. Practicando estos ejercicios se puede refinar y aumentar la sensibilidad cinestésica que ofrece al artista un control fluido y dinámico, mejorando el rendimiento y ayudando a evitar tensiones innecesarias, dolor y lesiones potenciales.
El primer paso es la identificación de los hábitos inconscientes que interfieren con el funcionamiento de nuestra coordinación innata y más de la mitad del trabajo se centra en deshacernos de ellos. Una interferencia habitual es la reacción o reflejo que solemos tener ante un “susto”, con lo que se activa una actitud paralizante. Este es un recurso muy útil cuando estamos a punto de caer en un acantilado, pero contraproducente cuando lo introducimos en nuestra interpretación debido a los temores por un pasaje difícil, una audición, o un concierto importante. Otras personas se tensan para fijar sus cuerpos antes de que se mueven con la suposición inconsciente que esto mejorará su exactitud.
Para ayudar a corregir esto, el profesor puede pedir al alumno que pare en medio de la pieza, dejando el arco en el instrumento. El siguiente paso es decirle al estudiante que abra las rodillas, suelte el cuello, la mandíbula, permita que los brazos fluyan hacia atrás, suelte la parte izquierda del torso, y luego continúe tocando.
Es más importante practicar teniendo cuidado del cuerpo que centrarse solo en que el pasaje nos salga bien. Intentando de manera intensa liderar esos malos hábitos que están inconscientemente ligados a los objetivos. La paciencia es esencial, como lo es no sentir emociones con lo errores que se cometen.
Cuando vemos músicos muy buenos, podemos observar diferentes formas de coger el arco, posiciones, etc. No es tanto una cuestión de posición, sino de la sensación cinestésica interior y de direcciones: lo que permanece igual es su libertad de movimiento y de estar en equilibrio.
Técnica Alexander Para Músicos. La Zona De Confort: Salud Y Equilibrio En La Música
Este artículo está orientado a músicos de cuerda, pero puedes aplicar estos ejercicios a tu instrumento sea cual sea, siguiendo los mismos principios)
1- Pídele a un compañero que te empuje mientras tú aguantas quieto, rígido. Ahora hazlo de nuevo, pero esta vez sé flexible y permite que tu cuerpo se mueva. Esto ayudará a transmitir el concepto de cómo la liberación puede permitir el movimiento.
2- Imagina que tiran de la parte de arriba de tu cabeza con un hilo. Deja que la cuerda dirija tu cabeza, cuello y columna. mueve tu cuerpo en todas direcciones, teniendo en cuenta esta sensación, experimenta la ligereza. Simultáneamente, siente el peso de tu cuerpo, cómo la gravedad tira de ti.
3- Eleva y deja caer los hombros, como cuelga un abrigo de una percha.
4- Levanta los brazos y déjalos caer asegurándote de que no están tensos mientras caen.
5- pide a un compañero que te tome del brazo y lo mueva en todas direcciones. Permite el movimiento sin ninguna interferencia.
6- Rota y mueve la cabeza mientras tocas.
7- Deja la mandíbula floja, no aprietes los dientes, practica con la boca abierta, o pon una galleta entre los dientes.
8- Desde la posición en la que tocas, deja el codo apoyado (primero un codo y luego con el otro) sobre alguna superficie que puedas quitar (un atril). Pide a alguien que quite el atril y siente el peso de tu brazo.
9- Pide a alguien que sujete tu instrumento y siente el peso de tus dedos y manos sobre él.
10- Siente relajación especialmente en cambios de posición (para músicos de cuerda). Apoya el brazo sobre un atril para asegurarte de que estás relajado.
11- Libera el dedo pulgar para sentir que está relajado.
12- Aprieta alrededor de la axila derecha con la mano izquierda. Mueve el brazo en todas las direcciones para comprobar que los músculos de la mano que está apretando no se contraen involuntariamente.
13- Mueve el antebrazo para asegurarte de que el codo está suelto.
14- Cuelga un bolso en tu hombro derecho para asegurarte de que no lo levantas
15- Coge el arco con los dedos pulgar, índice y corazón. Liberar su peso en las piernas con el fin de obtener un buen sonido sin necesidad de añadir ningún tipo de presión.
16- Ponte en cuclillas con la espalda contra una pared. Siente todo el peso en las plantas de los pies. Tus muslos estarán trabajando duro para mantener tu peso, relaja los glúteos y la parte baja de la espalda y el torso plano contra la pared sin hacer arcos. Date cuenta de cómo resuena el instrumento sin ningún esfuerzo.
17- Túmbate en el suelo. Siente los omóplatos apoyados en el suelo. Cualquier tensión innecesaria en la cabeza, el cuello y el omóplato se hará perceptible. Siente tu espalda baja tocar el suelo y las caderas completamente libres.
Con el tiempo, hay que integrar todas estas nuevas sensaciones cinestésicas en una sensación para el cuerpo entero. Encuentrar una imagen o un par de palabras que te ayuden a recordar esa sensación cuando tocas. Hacer esto nos ayuda a liberar a nuestros movimientos, sentirnos mejor físicamente, y canalizar toda nuestra energía en la producción de un sonido hermoso, lo que permite que nada interfiera con la música.